BLACK MIRROR Y LA SUPERACIÓN DE LA APLICACIÓN DE LA TECNOLOGÍA EN LA COTIDIANEIDAD
Número 22 / ABRIL, 2024 (209-220) 216
relatos audiovisuales en la actual multipantalla
(televisión, Internet y cine)” (Cerdán, 2018, p.
39).
Tanto el cine como el vídeo y la televisión han
sufrido una importante metamorfosis desde sus
orígenes analógicos y fotoquímicos, hasta la
actual coyuntura digital, tal y como sucede en
el ámbito de la distribución y en la exhibición,
que es necesario comprender para valorar la
situación actual. “El cine considerado como un
medio de expresión surgido de la mecanización
de la sociedad del siglo XIX se ha convertido
en una pieza más de una serie de procesos
característicos del siglo XXI” (Quintana, 2011,
p. 37) dentro de los cuales “la informatización de
la cultura ha acabado generando nuevas formas
de ver y poseer el mundo” (p. 37).
La tecnología, al igual que el arte, responde a
una necesidad derivada de nuestras crecientes
habilidades cognitivas, es decir, del puro e
improductivo placer, el cual podemos considerar
el utilitarismo más banal. Cuando se habla
del hecho tecnológico no se busca ligarlo de
forma directa con los conceptos de evolución o
progreso, ya que se trata de una historia no lineal
donde los cambios pueden conllevar retrocesos,
sucesos yuxtapuestos o avances paralelos.
Si el cine sonoro marcó un punto de inexión
en la historia del cine, la era digital ha supuesto
una transformación todavía más radical en la
transformación de la industria cinematográca.
Cousins (2015) considera que nos encontramos
en una tercera gran era del cine, la cual todavía
está desarrollándose de forma incipiente y que
es la única a la que podemos considerar como
propiamente meritocrática.
Tal como se presenta en la serie, la dicotomía
entre lo virtual y el propio espectador se torna
más difusa debido a que “la esfera virtual, antes
bien separada y delimitada de la vida natura, ha
pasado a coexistir con ella” (Burgos et al., 2020,
p. 137).
Hay que tener en cuenta que la serie “no pone el
foco [de la narrativa implícita en el argumento]
en la tecnología en sí misma, sino en el uso
(o el mal uso, para ser exactos) que la va a
dar el ser humano” (Cererols & de la Torre,
2021, p. 13) así como la omnipotencia de una
tecnología que se desarrolla sobre sí misma.
Los diferentes capítulos que componen la serie
ponen en valor nuevas terminologías, conceptos
y consecuencias de uno uso incontrolado de
la tecnología que conducen a trastornos y
patologías; como las adicciones a los móviles,
ordenadores, videojuegos…
El propio nombre de la serie Black Mirror
traslada una utopía y un espacio irreal sobre
el cual se proyectan cuestiones negativas, en
este caso el mal empleo de la tecnología, del
ser humano. Este espejo negro es una metáfora
de “las pantallas apagadas de ordenadores,
móviles, tabletas y televisores que devuelven
el reejo” (Singh, 2014, p. 122) y que puede
interpretarse de manera doble. En primer lugar,
como “una imagen oscura de nosotros mismos
que percibimos en la tecnología cuando no está
conectada” (Díaz, 2014, p. 588) pero también
como “un mundo que ya no puede reconocerse
en lo que debe ser o ha sido, sino en una imagen
espectacularizada de sí mismo” (Barraycoa &
Martínez-Lucena, 2018, p. 1).
El empleo de las tecnologías tiene siempre un
giro terroríco ya que en vez de mejorar nuestras
vidas las convierten en un cuento de terror,
como sucede en los episodios Nosedive –donde
los implantes oculares sirven para clasicar
a las personas al más puro estilo de las redes
sociales– o en The Entire History of You –cuando
un implante auditivo permite recordar a nuestra
conveniencia los recuerdos que queramos– en
el que una idea, aparentemente, positiva, acaba
tornándose una pesadilla para los protagonistas.
Por tanto, en la serie, es la “dependencia que
tenemos hacia la tecnología” (Castillo et al.,
2019, p. 23) lo que causaría consecuencias
negativas de nuestra vida futura.
En la serie se presenta una versión extrema de
las consecuencias de un uso de las tecnologías
incontrolado. Ello hace que los capítulos
se tornen estremecedores porque son una
aproximación, cticia pero una aproximación, a
una realidad cada vez más frecuente en nuestra
sociedad. Si bien el número de dispositivos que
se emplean, así como el uso de la tecnología
disponible, no deja de aumentar, estos “no dejan