Número 22 / ABRIL, 2024 (170-185)
EL ACCESO AL SISTEMA DE SERVICIOS Y LA
CALIDAD DE VIDA EN PERSONAS MAYORES
ACCESS TO THE SERVICE SYSTEM AND QUALITY OF
LIFE IN OLDER PEOPLE
DOI:
https://doi.org/10.37135/chk.002.22.11
Artículo de Investigación
Recibido: (19/07/2023)
Aceptado: (20/09/2023)
Universidad Nacional de San Luis, Facultad de
Psicología, PROICO 12/0218 - CONICET
terrazama@gmail.com
Ana Victoria Marquez Terraza
Ana Victoria Marquez Terraza
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 171
EL ACCESO AL SISTEMA DE SERVICIOS Y LA
CALIDAD DE VIDA EN PERSONAS MAYORES
ACCESS TO THE SERVICE SYSTEM AND QUALITY OF
LIFE IN OLDER PEOPLE
La investigación persiguió el objetivo de conocer la relación existente entre la
disponibilidad y utilización de servicios y la calidad de vida de un grupo de personas
mayores. La metodología adoptada fue de tipo mixta con diseño convergente o de
triangulación de datos. La muestra estuvo conformada por 106 personas mayores de 60
años, residentes en la zona Este de la provincia de Mendoza. Para la recolección de datos
se aplicó una entrevista semidirigida, el cuestionario WHOQoL para evaluar calidad de
vida, un instrumento ad hoc de Mapas cognitivos, para evaluar disponibilidad y utilización
de servicios y como dato secundario se utilizó un Índice de Calidad de Vida elaborado
desde CONICET. Entre los resultados, destaca el hecho, según se constató, de que la
utilización de servicios predice mejor la calidad de vida autopercibida que otras variables
reportadas en investigaciones anteriores, como el género, la edad o la situación de salud.
Por otra parte, los tipos de servicios que más colaboran con la calidad de vida son los
comerciales y los físico-recreativos. Estos últimos son en su mayoría de origen estatal o
de organizaciones del tercer sector, lo que facilita el acceso.
PALABRAS CLAVE: Servicios, actividad física, actividad recreativa, adultos mayores,
calidad de vida
This research was aimed to understand the relationship among the availability, utilization
of services and the quality of life of a group of elderly people. The adopted methodology
was a mixed-method approach with a convergent or data triangulation design. The
sample consisted of 106 individuals over 60 years old, residing in the Eastern region
of the province of Mendoza. Data collection involved semi-structured interviews, the
WHOQoL questionnaire to assess quality of life, and Ad Hoc instrument of Cognitive
Maps to evaluate availability and utilization of services. A secondary data source was the
Quality of Life Index developed by CONICET. Among the most important results, it was
found that the utilization of services predicts self-perceived quality of life better than other
variables reported in previous research, such as gender, age, or health status. The types
of services that contribute the most to the quality of life of the individuals are commercial
and physical-recreational services, as conrmed by the participants. Lastly, it is worth
noting that physical-recreational services are mostly provided by the state or third-party
organizations, which facilitate access for the individuals.
KEYWORD: Services, physical activity, recreational activities, older adults, quality of life
RESUMEN
ABSTRACT
EL ACCESO AL SISTEMA DE SERVICIOS Y LA CALIDAD DE VIDA EN PERSONAS MAYORES
Número 22 / ABRIL, 2024 (170-185) 172
INTRODUCCIÓN
Desde principios del milenio se comenzó a
plantear la importancia de mejorar la calidad
de vida de las personas mayores. La Comisión
Económica para América Latina (CEPAL, 2022)
advirtió que, aunque en la región la situación
de las personas mayores es marcadamente
heterogénea, en términos generales dista
bastante de ser una situación ideal. Señala que,
mientras las personas mayores contribuyen de
diversas formas con sus familias y comunidades,
los países no les brindan las condiciones y
oportunidades para que puedan desarrollar
una vida con calidad, existiendo marcadas
diferencias en la situación de salud, bienestar y
años de vida saludable.
El concepto de calidad de vida y el envejecimiento
poblacional se encuentran relacionados desde
una perspectiva histórica. Con el aumento de la
esperanza de vida y la proporción de personas
mayores en la sociedad, aumentó también
el porcentaje de personas con enfermedades
crónicas y discapacidad.
Esto ocurre sobre todo en los países en desarrollo,
en los cuales la caída de la mortalidad se debe
a variables exógenas y no a una mejora en los
niveles de vida de la población (Organización
Mundial de la Salud, 2015). Durante la vejez,
los adultos mayores “experimentan diferentes
cambios a nivel físico, cognitivo, emocional y
social que tienen un impacto en su calidad de
vida” (Queirolo et al., 2020, p. 260).
Además, factores contextuales como las crisis
sanitarias, las consecuencias económicas de la
jubilación o los cambios sociales impactan en
el bienestar de los sujetos (Samaniego & Quito
Calle, 2023). “Mantener una calidad de vida
adecuada en las personas que llegan a la vejez
es uno de los problemas más grandes y urgentes
con que se enfrentan los sistemas de Salud y
Seguridad Social en el mundo” (García et al.,
2020, p. 19).
En esta investigación se hizo hincapié en la
calidad de vida subjetiva, tomando como
referencia la denición propuesta por el equipo
creador del cuestionario de calidad de vida de la
Organización Mundial de la salud. Se dene la
calidad de vida como:
la manera en que el individuo percibe el
lugar que ocupa en el entorno cultural
y en el sistema de valores en que vive,
así como en relación con sus objetivos,
expectativas, criterios y preocupaciones.
Todo ello matizado, por supuesto, por
su salud física, su estado psicológico, su
grado de independencia, sus relaciones
sociales, los factores ambientales y sus
creencias personales. (WHO Quality of
Life Assessment Group, 1996, p. 385)
En la población de personas mayores, la
calidad de vida ha sido estudiada en relación a
múltiples variables. Se encuentra evidencia que
respalda una correlación negativa entre la edad
y la calidad de vida (Cardona-Arias et al., 2016;
Parsuraman et al., 2021). También se informan
diferencias signicativas en cuanto al género,
donde en general las mujeres muestran mejor
calidad de vida (Queirolo et al., 2020).
Con respecto a las relaciones de pareja, se ha
encontrado que las personas viudas o divorciadas
muestran peor calidad de vida (Liu et al., 2020;
Martínez et al., 2016; Mesa et al., 2020). El estado
de salud, así como la presencia de enfermedades
también han demostrado tener inuencia
(Arévalo-Avecillas et al., 2019; Cuadra-Peralta
et al., 2016; Liu et al., 2020). Además, continuar
con la actividad laboral también se relaciona en
varias investigaciones con una mejor calidad de
vida en la población adulta mayor (Martínez et
al., 2016; Parsuraman et al., 2021).
El logro de una buena calidad de vida en la
vejez también se relaciona con el ambiente en
el que se desarrolla la vida de la persona mayor.
Las personas que entran en la vejez pueden
participar y contribuir en la vida social de
múltiples maneras ocupando roles como el de
cuidadores, artistas, consumidores, mentores,
emprendedores, trabajadores entre otros.
Ana Victoria Marquez Terraza
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Sin embargo, la posibilidad de explotar las
potencialidades en los adultos mayores se ve
altamente condicionada por su estado de salud
y por los entornos propicios para desarrollar este
tipo de actividades. Es necesario que el entorno
de las personas mayores ofrezca los “servicios,
productos y tecnologías que promuevan la salud
y fortalezcan y mantengan la capacidad física y
mental a lo largo de todo el curso de la vida”
(Organización Mundial de la Salud, 2020, p. 11).
El adulto mayor, para poder llevar una vida
activa en la que pueda realizar contribuciones
valiosas a su comunidad, debe vivir en un
ambiente que garantice el acceso a los recursos
materiales y sociales necesarios para desenvolver
sus actividades cotidianas. El reconocimiento
del valor de los adultos mayores como
contribuyentes activos al desarrollo de un país
debe acompañarse de acciones concretas que
garanticen el acceso equitativo a la protección
social e igualar las capacidades y oportunidades
(Jaspers, 2012).
Para que estos derechos de las personas mayores
se cumplan, y para que las personas lleguen a la
vejez con una buena calidad de vida, es necesario
que puedan acceder a una serie de productos,
servicios y tecnologías, que les permitan realizar
las actividades que resultan valiosas para ellos
(Organización Mundial de la Salud, 2020). En
la investigación realizada se hizo hincapié en
el sistema de servicios, entendiendo al mismo
como una parte fundamental del ambiente que
depende tanto del Estado como del mercado y de
los organismos civiles del tercer sector.
METODOLOGÍA
La presente investigación analiza la relación
entre servicios y calidad de vida, cuestión
estudiada, por ejemplo, por Dagger & Sweenney
(2016), quienes mediante la técnica de grupos
focales evaluaron la satisfacción de pacientes
oncológicos respecto a los servicios prestados
por hospitales metropolitanos privados de
Australia. Tras el análisis categorial del material
obtenido, concluyeron que la satisfacción con
ciertos aspectos de los servicios se relaciona con
una mejora en la calidad de vida de los sujetos.
Por otro lado, en Estados Unidos, Summers et
al. (2007) exploraron dicha relación de manera
cuantitativa, tomando como población a familias
de niños menores de 5 años con discapacidad.
En este caso se envió a las familias una serie
de cuestionarios estandarizados que evaluaban:
calidad de vida familiar, servicios utilizados y
relación entre las familias y los profesionales. Se
demostró que tanto la adecuación de los servicios
a las necesidades de la familia, así como la
relación con los profesionales, fueron variables
predictoras de la calidad de vida familiar.
Atendiendo a las fortalezas de ambas
metodologías, es decir, el estudio de la
frecuencia, magnitud, amplitud de la metodología
cuantitativa y la profundidad y complejidad
que aporta la investigación cualitativa (Osorio-
González & Castro-Ricalde, 2021), se decidió
aplicar una metodología mixta en la investigación
que dio base al presente artículo.
El diseño de la investigación utilizado fue
el modelo de triangulación o diseño de
triangulación concurrente, caracterizado por
integrar simultáneamente ambos enfoques de
investigación, cuantitativo y cualitativo. Ambos
tipos de datos fueron recolectados al mismo
tiempo, con la misma población. El objetivo con
el cual se optó por este diseño fue poder corroborar
resultados y realizar validaciones cruzadas
(Hamui-Sutton, 2013; Hernández & Mendoza,
2018)con el objetivo de darle profundidad al
análisis cuando las preguntas de investigación
son complejas. Más que la suma de resultados
cuanti y cuali, la metodología mixta es una
orientación con su cosmovisión, su vocabulario
y sus propias técnicas, enraizada en la losofía
pragmática con énfasis en las consecuencias de
la acción en las prácticas del mundo real. En este
artículo se presentan los cuatro modelos de MM
más utilizados en estudios relacionados con las
ciencias de la salud en las últimas dos décadas,
estos son: 1.
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En este caso, desde el enfoque cuantitativo, el
estudio adoptó las características de un diseño
no experimental, de corte transversal, con un
alcance correlacional (Hernández et al., 2014).
Desde el enfoque cualitativo, se optó por un
diseño de tipo fenomenológico, caracterizado
por realizar un examen en profundidad de la
experiencia que vive un grupo de personas
respecto a un fenómeno particular (Duque &
Aristizábal, 2019).
A diferencia de las investigaciones tomadas
como modelo, en este caso se trabajó con
personas mayores, residentes de la zona Este
de la provincia de Mendoza. Como criterio de
inclusión se tomó en primer lugar la edad. Se
decidió trabajar con sujetos de 60 años o más,
en función de la denición de persona mayor
aportada por la Convención Interamericana
sobre los Derechos de las Personas Mayores
(Organización de los Estados Americanos, 2015).
Además, se tuvo en cuenta que la persona mayor
no tuviera un diagnóstico previo de enfermedad
psiquiátrica o neuropsicológica y que no estuviera
institucionalizada. La muestra se seleccionó de
manera no probabilística, utilizando el muestreo
de participantes voluntarios (Hernández et al.,
2014).
En consecuencia, se hizo llegar a las personas
mayores una invitación para participar de la
investigación, y quienes manifestaron su interés
fueron contactados de manera telefónica para
pautar una reunión en su domicilio. Se aplicó
una batería de técnicas a cada participante, en
forma individual. Se aseguró que en el momento
de la toma la persona estuviera a solas con el
entrevistador y que no existieran elementos
distractores: televisor o radio encendidas,
mascotas, etc.
Previo a la aplicación de las técnicas de recolección
de datos, se solicitó el consentimiento informado
de cada participante, que quedó registrado por
escrito. Para la redacción del consentimiento
informado se tomó en cuenta el código de
ética del Colegio de Psicólogos de Mendoza,
provincia donde se llevó a cabo el estudio y el
documento redactado por el Comité Nacional
de Ética en la Ciencia y la Tecnología (2020)
con recomendaciones para la investigación en el
contexto de la pandemia por COVID-19.
La muestra estuvo conformada por 106
personas, aunque cabe aclarar que no todos los
adultos mayores respondieron a los instrumentos
cuantitativos y cualitativos. Los instrumentos
cuantitativos fueron aplicados a 104 sujetos,
mientras que los instrumentos de tipo cualitativo
a 84.
Respondiendo a las características propias
de población con la que se trabajó, y a la
disponibilidad de instrumentos validados en la
región en la que se realizó la investigación, se
debieron utilizar instrumentos de recolección
distintos a los empleados en las investigaciones
tomadas como modelo. Los instrumentos
cuantitativos utilizados fueron los siguientes:
1. Cuestionario sobre variables de base
Se elaboró un cuestionario ad hoc para obtener
datos socio-demográcos y situacionales. Se
indagó por la edad, género, estado de salud,
composición familiar y hábitos cotidianos.
2. WHOQoL-Bref
El cuestionario sobre calidad de vida de la
Organización Mundial de la Salud, versión
corta, es una versión abreviada del WHOQoL
100, desarrollados ambos por el WHOQOL
Group. Esta versión cuenta con 26 preguntas
que evalúan los siguientes dominios: calidad de
vida física, calidad de vida psicológica, calidad
de vida ambiental y calidad de vida social. La
conabilidad del instrumento fue evaluada
mediante el alfa de Cronbach en un estudio
internacional. Se encontró que, para la muestra
argentina, conformada por 155 personas, el
instrumento mostró buena consistencia interna,
al obtener un alfa de Cronbach >,70 en todas las
dimensiones evaluadas (Benitez-Borrego et al.,
2014)1998b.
3. Mapas Cognitivos
Para la exploración de la representación que los
adultos mayores hacen del lugar que habitan,
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la disponibilidad de servicios en esa zona, y su
utilización se aplicó una técnica de exploración
de mapas cognitivos. Para ello se construyó
una lista de servicios divididos en cuatro
categorías: salud, físico-recreativos, seguridad
y comerciales. Si bien los mapas cognitivos
generalmente son evaluados mediante el dibujo
de mapas (Navarro et al., 2017), en este caso se
pidió a las personas mayores que ubicaran en
una serie de círculos concéntricos cada servicio,
diferenciando los servicios que percibía como
cercarnos, medianamente alejados y lejanos, con
respecto a su domicilio. También se solicitó que
indicaran qué servicios utilizaban y cuáles no.
Se obtuvieron de esta manera datos acerca de los
servicios percibidos como cercanos o lejanos y
aquellos que se utilizan.
En cuanto a los instrumentos cualitativos,
se aplicó la entrevista semidirigida, también
conocida como entrevista semiestructurada
o basada en un guion, se elabora una lista
de preguntas, pero durante la entrevista el
investigador tiene la libertad de formular nuevas
preguntas, eliminar preguntas innecesarias o
hacer las preguntas en un orden diferente. La
guía de preguntas utilizada tocó las siguientes
temáticas: salud, calidad de vida, sistema de
servicios.
La entrevista semidirigida presenta la ventaja de
permitir una adecuada exploración de los temas
de interés, a la vez que permite la exibilidad
necesaria, para atender a la información novedosa
que los sujetos pueden aportar. Hernández et al.
(2014), reeren que este tipo de entrevistas se
caracteriza por ajustarse al entrevistador y el
entrevistado, por ello el lenguaje seleccionado,
las preguntas formuladas y el ritmo de la
entrevista se adecuan a cada nueva situación.
Otra característica es que el contexto en el que
se realiza la entrevista es considerado como
importante y es tenido en cuenta a la hora de
interpretar los resultados.
Como otro elemento importante, se determinó
el Índice de calidad de Vida, construido con
base en información censal, otras fuentes
estadísticas (éditas e inéditas), relevamientos
en el terreno e imágenes satelitales. Para la
construcción del índice se tuvieron en cuenta
datos referidos a educación, salud, vivienda y
ambiente, que permitieron la construcción de un
sistema de Información Geográca que designa
una puntuación de calidad de vida a cada radio
censal del país (Velázquez et al., 2014).
Una vez recolectados los datos, se procedió a
su análisis. Los cuantitativos fueron cargados
en una matriz de datos en el programa SPSS-
21. Para realizar la descripción de las variables
estudiadas se usó el análisis de frecuencia para
las variables nominales y ordinales. Para las
variables escalares se emplearon medidas de
tendencia central y de variabilidad. En la instancia
de prueba de hipótesis se utilizó el coeciente de
correlación de Spearman para la correlación de
variables. Para corroborar el tamaño del efecto de
los resultados que demostraron signicatividad
estadística, se aplicó el análisis de regresión
lineal múltiple.
Con respecto al análisis cualitativo, los datos de
las entrevistas semidirigidas fueron cargados en
el programa Atlas Ti. Con base en los resultados
cuantitativos y luego de una lectura exploratoria
de 10 entrevistas seleccionadas al azar, se crearon
cuatro códigos: servicios de salud, servicios
recreativos, servicios comerciales y barreras. Se
codicaron todas las entrevistas y luego se hizo
un análisis narrativo de cada código.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
ANÁLISIS CUANTITATIVO DE
DATOS
La edad de las 106 personas adultas mayores
miembros de la muestra estuvo comprendida
entre los 60 y 88 años, con una media de 69,58
años (DT= 7,40). Del total de la muestra, el 66
% (70 personas) fue de género femenino y el 34
% (36 personas) del masculino.
Al preguntarles por los servicios que tenían en la
zona, las personas mayores pudieron identicar
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un mínimo de 2 servicios y un máximo de 28
de una lista de 29 servicios de referencia. Con
un promedio de 15,4 servicios cercanos y una
desviación estándar de 6,06, por lo que se puede
apreciar que las respuestas en este apartado
presentaron gran variabilidad. Al preguntar por
la cantidad de servicios utilizados y no utilizados,
se encontró que las medias de ambas variables
son similares. Para los servicios utilizados la
media fue de 14,72 (DT= 4,80) y para los no
utilizados fue de 14,28 (DT= 4,80).
En la variable calidad de vida percibida, medida a
través del cuestionario Whoqol-Bref, los sujetos
de la muestra presentaron una puntuación media
de 59,35 puntos (DT= 9,04). En la primera
pregunta, que evalúa la percepción general sobre
la calidad de vida, solo el 3,9 % informó estar
nada o poco satisfecho con su calidad de vida.
Por otro lado, en la pregunta número dos, que
evalúa la percepción sobre la salud, el 7,8 % de
los sujetos dijeron estar nada o poco satisfechos
con la misma.
En la dimensión física de la calidad de vida se
encontró una media de 15,18 puntos (DT= 2,63),
en la dimensión psicológica 14,94 puntos (DT=
2,48), en la dimensión social 14,26 puntos (DT=
3,66) y en la dimensión ambiental 14,96 puntos
(DT= 2,52).
Tomando en cuenta los baremos ofrecidos por la
validación realizada de la técnica en Chile, con
población adulta mayor (Espinoza et al., 2011),
se puede clasicar la puntuación de cada dominio
en puntuación baja (cuando se encuentra por
debajo del percentil 25), media (entre el percentil
25 y 75) y alta (para puntuaciones que se ubican
por encima del percentil 75).
De esta manera se encontró que, en la dimensión
física, el 17,2 % obtuvo una puntuación baja, el
48,5 % una puntuación media y el 34,3 % una
puntuación alta. En la dimensión psicológica
el 19,4 % obtuvo una puntuación baja, el 52,4
% una puntuación media, y el 28,2 % una
puntuación alta. En la dimensión social el 20,6
% obtuvo una puntuación baja, 52,9 % una
puntuación media y el 26,5 % una puntuación
alta. Finalmente, en la dimensión ambiental,
el 9,7 % obtuvo puntuación baja, el 35,9 %
puntuación media y el 54,4 % puntuación alta
(Ver gura 1).
Figura 1: Distribución de las puntuaciones en
las dimensiones de la calidad de vida
El índice de calidad de vida de las zonas donde
residían las personas entrevistadas, mostró una
puntuación mínima de 5,96 y una puntuación
máxima de 7,91. La media se ubicó en los 7,14
puntos (DT= 0,51). Al agrupar las puntuaciones
obtenidas por los participantes en las categorías
propuestas por los autores: Índice muy bajo –
bajo – medio – alto, se encontró que la mayor
parte de las personas mayores de la muestra
(el 87,7 % de la muestra, 93 sujetos) residen
en zonas con un índice de calidad de vida alto,
mientras que un 10,4 % (11 sujetos), residen en
zonas con índices de calidad de vida medios. No
se reportaron personas que vivieran en zonas
con un índice bajo o muy bajo.
Para constatar la relación entre la disponibilidad
y la utilización de servicios y la calidad de vida
percibida se realizaron cálculos de correlación
entre las puntuaciones arrojadas por el
instrumento WHOQOL-BREF y las variables
cantidad de servicios percibidos como cercanos,
índice de calidad de vida de la zona de residencia
y cantidad de servicios utilizados.
En primer lugar, la variable “cantidad de
servicios percibidos como cercanos” no mostró
correlaciones signicativas con ninguna de las
variables relacionadas con la calidad de vida
percibida.
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En segundo lugar, la variable “Cantidad de
servicios utilizados” mostró una correlación
positiva y débil con la puntuación total del
instrumento WHOQOL-BREF (,294*), así como
con la dimensión psicológica (,243*). También
mostró una correlación positiva y fuerte con la
dimensión física (,302**) y la dimensión social
(,342**) de este mismo constructo (Ver tabla 1).
Tabla 1: Correlación entre calidad de vida
percibida y cantidad de servicios utilizados
El índice de calidad de vida de la zona de
residencia correlaciona de manera positiva y
débil con la puntuación total del cuestionario
WHOQOL-Bref (,248*), con la dimensión física
(,231*) y con la dimensión psicológica (,206*).
También correlaciona de manera directa y fuerte
con la dimensión ambiental de la calidad de vida
autopercibida (,265**) (Ver tabla 2).
Tabla 2: Correlación entre calidad de vida
percibida e índice de calidad de vida
Finalmente, se ejecutó un análisis de las
correlaciones entre la cantidad de servicios
utilizados en las categorías: Salud, Culturales,
De seguridad y Comerciales, y la calidad de
vida percibida. Este análisis arrojó que existe
una relación positiva y débil entre la cantidad
de servicios culturales y recreativos utilizados y
la puntuación total del instrumento WHOQOL-
Bref (,290*) y una correlación positiva y fuerte
con la dimensión física (,421**). La cantidad
de servicios comerciales utilizados también
correlacionó de manera directa y fuerte con la
puntuación total del cuestionario (,321**), así
como la dimensión física (,337**), psicológica
(,325**) y social (,362**) (Ver tabla 3).
Tabla 3: Correlación entre calidad de vida
percibida y tipos de servicios utilizados
Para comprender el papel que la utilización de
servicios juega en la calidad de vida percibida,
se efectuó un análisis de regresión múltiple con
el método de pasos sucesivos. Se ingresó como
variable dependiente la puntuación total del
cuestionario WHOQoL-Bref y como variables
independientes la cantidad de servicios utilizados,
junto con un conjunto de variables que han
demostrado estar relacionadas con la calidad de
vida percibida. Estas fueron: edad, escolaridad,
género, cantidad de enfermedades, estado civil,
zona de residencia, índice de calidad de vida de
la zona de residencia, situación laboral, cantidad
de actividades recreativas realizadas.
Como resultado el programa arrojó tres modelos,
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identicando a la variable utilización de servicios
como aquella que presentaba una relación más
fuerte con la calidad de vida percibida. Esta
variable presentó por sí sola un valor R de ,309.
En segundo lugar, se encontraba la escolaridad,
seguida por la edad, en tercer lugar. El modelo
nal, que incluía las tres variables, presentaba un
valor R de ,523, y un valor R2 corregida de ,236.
Este modelo resulta ajustado y signicativo, con
una puntuación p de <0,01.
ANÁLISIS CUALITATIVO DE
DATOS
En la entrevista semidirigida se obtuvo
información acerca de los servicios utilizados
por el adulto mayor, así como los servicios que
consideraban necesarios, pero a los que no podía
acceder. Se elaboraron cuatro códigos de análisis:
servicios físico-recreativos, servicios de salud,
servicios comerciales y barreras. Sin embargo, el
código servicios de salud no se desarrollará por
no haberse encontrado relaciones signicativas
entre esta categoría y la calidad de vida. Por otro
lado, en el código servicios comerciales no se
registró una cantidad signicativa de citas, por
lo que tampoco es analizado.
Servicios físico-recreativos: los adultos mayores
acceden a una gran variedad de servicios
recreativos ofrecidos por el Estado, como los
talleres artísticos y deportivos dictados desde
los municipios y hospitales. También el sector
privado ofrece una oferta variada, destacando
los espectáculos de cine, teatro, los locales
gastronómicos, y actividades físicas como
yoga, pilates o natación. Finalmente, en las
organizaciones del tercer sector se encuentran los
centros de jubilados y sindicatos, que organizan
actividades artísticas y deportivas, como talleres
de baile folclórico o de Newcom.
En la mayoría de casos las actividades no están
destinadas de manera exclusiva a personas
mayores. Esto fomenta la integración social,
pero como se verá también puede signicar una
barrera. Los centros de jubilados son las únicas
organizaciones en las cuales las propuestas son
destinadas especícamente a esta franja etaria.
Las personas que protagonizan este tipo de
actividades reportan múltiples benecios.
Entre ellos la elaboración de productos, que les
permiten tener una entrada extra o regalarlos a
sus familiares y reforzar el vínculo. También
perciben benecios a nivel físico, ya que reportan
que se mantienen en actividad y fortalecen su
cuerpo. En el plano psicológico perciben una
doble mejora: las actividades los hacen más
activos a nivel cognitivo y mejoran su estado
emocional. Finalmente, uno de los benecios
más destacados ocurre en el plano social, ya que
el compartir actividades con otras personas de su
edad refuerza los lazos sociales.
Obstáculos para acceder a los servicios: los
obstáculos y barreras pueden ser divididos en
contextuales, por un lado, y personales por el
otro.
En primer lugar, a nivel contextual se ubica la
lejanía. Las personas reportan que las distancias
conforman un factor que inuye en la decisión
de abandonar una actividad o no comenzarla.
Esta limitación es más grave para quienes no
poseen vehículo y dependen de su familia o del
transporte público, pero incluso para quienes
cuentan con medio de transporte, los gastos de
combustible representan una barrera. Se suma
a esto la inseguridad, el tráco y los animales
sueltos, que representan un peligro para algunos
de los entrevistados, que aseguran haber reducido
su movilidad por temor a sufrir un accidente. Los
baches en las calles y las veredas rotas también
colaboran en este sentido.
La situación económica también es una
limitación. Las personas reportaban que su
situación económica no les permitía acceder a
servicios de salud especícos o a actividades
recreativas. Generalmente quienes reportaron
esta situación cobraban la jubilación mínima.
Otras personas rerieron que las pensiones por
viudez, las ayudas de sus hijos y los créditos
del gobierno para jubilados les han permitido
acceder a mayor cantidad de bienes y servicios.
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A nivel social, la falta de interés de otras
personas mayores en las actividades es un
obstáculo, ya que, por falta de asistentes, los
servicios terminan cerrando. Esto impacta de
manera negativa en quienes sí se interesaban.
Algunos también perciben como un obstáculo el
hecho de que las actividades o los servicios sean
utilizados por otras personas que no cuidan, o
no respetan a las personas de edad. Esto las hace
sentir incómodos e inseguros, y terminan por no
asistir.
Finalmente, a nivel contextual, una gran
limitación fueron las medidas de aislamiento
social, preventivo y obligatorio impuestas
debido a la pandemia por COVID-19. Estas
medidas impidieron el acceso a servicios de
salud, dado que las personas pusieron en pausa
sus controles periódicos. También se vieron
afectados los servicios físico-recreativos, debido
a que permanecieron cerrados, y una vez abiertos
muchos decidieron no volver por precaución. El
acceso a los servicios comerciales también se
vio restringido para las personas mayores que,
por iniciativa propia o de sus familias, dejaron
de asistir a los comercios.
A nivel personal, las dicultades físicas han
sido mencionadas como un obstáculo. Las
enfermedades, limitaciones o dolores corporales
impiden que puedan movilizarse hasta los lugares
donde se prestan los servicios, permanecer en
ellos por mucho tiempo, o realizar determinadas
actividades.
Las limitaciones personales también suelen
ser de índole psicológica. Algunas personas
rerieron no hacer actividades o acudir a ciertos
servicios por falta de interés o ganas. Otras
sostuvieron creencias irracionales que no le
permitían realizar actividades de su interés;
algunas relacionadas con la idea de perfección,
como que para realizar una actividad se debe
hacer bien; o prejuicios edadistas, como que si
uno sale a bailar cuando es grande, se expone a
hacer el ridículo.
Otra limitación es la organización del tiempo.
Algunos reportaron que debían realizar diferentes
tareas para sus familiares o en su trabajo, lo que
limitaba su tiempo para otras actividades de su
interés, o para acudir a servicios que necesitaran
como, por ejemplo, los sanitarios. Las familias
también en algunas ocasiones representan un
obstáculo, en la medida en que recomiendan a
las personas mayores no salir de sus casas para
cuidar su salud.
TRIANGULACIÓN DE DATOS
En primer lugar, se encontraron relaciones entre
la calidad de vida y el índice de calidad de vida.
También la calidad de vida correlacionó con la
cantidad de servicios utilizados. Al realizar un
análisis de regresión múltiple, se encontró que
las variables que mayor contribución tienen
a la puntuación obtenida en el cuestionario
WHOQoL son la utilización de servicios en
primer lugar, el nivel educativo en segundo y la
edad en tercero.
Con respecto a la relación entre el índice de
calidad de vida y la calidad de vida percibida es
interesante señalar que son variables que, si bien
están correlacionadas, la primera no determina
a la segunda, como se pudo ver en el cálculo
de regresión. El índice de calidad de vida es un
indicador objetivo, construido a partir de datos
cuantitativos. Además, es un indicador colectivo.
La calidad de vida colectiva da información
acerca del contexto cultural en el que la persona
se desenvuelve y el capital humano con el que
cuenta (Cardona & Agudelo, 2007). Esto es
importante para la calidad de vida percibida,
pero no determinante.
En esta investigación se constató que las
condiciones medioambientales no muestran una
relación lineal con la calidad de vida percibida de
manera subjetiva. Esto refuerza la importancia
de efectuar estudios que no solo contemplen
las variables macrosociales, sino las inherentes
al individuo como la calidad de vida subjetiva
(Beltrán et al., 2020).
Por otro lado, la importancia de la utilización
EL ACCESO AL SISTEMA DE SERVICIOS Y LA CALIDAD DE VIDA EN PERSONAS MAYORES
Número 22 / ABRIL, 2024 (170-185) 180
de servicios en la calidad de vida subjetiva,
resulta un dato novedoso para esta población.
Investigaciones reportan la relevancia de diversas
variables para la calidad de vida de las personas
mayores, entre ellas la edad (Parsuraman et al.,
2021)there is growing need to address the health
concerns of this population.\nAIMS: The study
was undertaken to nd out the Quality of Life
among the elderly and the associated factors.\
nMETHODOLOGY: This is a descriptive cross
sectional study done in urban area of Thiruvallur
district Tamil Nadu. To arrive at the required
sample of 199, elderly people above 60 years
were selected by probability proportionate
to size sampling. Semi-structured pre-tested
questionnaire was used for data collection
regarding sociodemographic details and related
factors. Katz scale was used to assess activities
of daily living and Quality of life (QOL, las
condiciones de vivienda (Sáenz, 2020; Soria-
Romero & Montoya-Arce, 2017), el apoyo
social (Alfonso et al., 2016; Şahin et al., 2019),
el estado de salud (Arévalo-Avecillas et al.,
2019) y el ejercicio físico (Marquez et al., 2020).
Sin embargo, en la presente investigación, al
analizar la regresión lineal múltiple por entrada
forzada, la utilización de servicios demostró
mayor capacidad de determinación de la
calidad de vida percibida, donde se estableció
la correlación más alta con la utilización de
servicios culturales-recreativos y comerciales.
En la entrevista semidirigida, las personas
reportaron que la asistencia a actividades
recreativas (ya sea de índole física, artística o
cognitiva), reportaba benecios para diferentes
áreas de su calidad de vida. Los adultos mayores
comentaban que estas actividades mejoraban su
estado de ánimo, los distraía de pensamientos
negativos (dimensión psicológica), los conectaba
con gente nueva o robustecía amistades
(dimensión social), podían elaborar productos
para vender, mejorando su situación económica
(dimensión ambiental) y fortalecía su cuerpo
(dimensión física).
Con respecto a los servicios comerciales los
sujetos no brindaron mucha información. Se
sabe que realizar compras es una actividad
que disfrutan, no por el hecho de adquirir los
productos, sino por el proceso de escoger el lugar
donde se va a comprar o elegir los productos.
Se ha constatado que las personas de más de
45 años, en comparación con los jóvenes, a la
hora de realizar compras ponen en juego valores
como la independencia, la autodeterminación y
el éxito personal (Sarabia & de Juan, 2009). Se
podría proponer la hipótesis de que el acto de
comprar, en una sociedad orientada al consumo,
no se restringe a obtener un bien determinado,
sino que colabora con la calidad de vida en
múltiples dimensiones, al igual que una actividad
recreativa.
Los obstáculos que reportan las personas en
países en vías de desarrollo a la hora de acceder
a los servicios -principalmente los de salud y/o
recreativos- son variados, entre ellos la lejanía y
el factor económico (Organización Mundial de
la Salud, 2015; Palermo et al., 2020).
Sin embargo, no todas las investigaciones
han encontrado que el aspecto económico
sea una barrera en las personas mayores para
la realización de actividades (Andrade et al.,
2013). En esta muestra hubo personas que
reconocieron facilitadores económicos, como las
pensiones por viudez, las ayudas de las familias
o los créditos otorgados por la Administración
Nacional de Seguridad Social.
La falta de interés por parte de otras personas
mayores también se reportó como un obstáculo.
Las personas relataban que los servicios dirigidos
a esta franja etaria terminaban cerrando por falta
de participantes, sobre todo en zonas rurales.
Esto provocaba la falta absoluta de ofertas
destinadas a esta población, problema frecuente
reportado en los trabajos de Guerrero-Castañeda
et al. (2020) y Andrade et al. (2013).
A esta situación se le suma que las personas
mayores no siempre se sienten cómodas
compartiendo espacios con personas de otras
edades. En algunos casos porque se sienten en
peligro, en otros porque sienten que son dejados
de lado. Se ha encontrado que la indisciplina
social es percibida por las personas mayores
como una barrera que les impide acceder a
Ana Victoria Marquez Terraza
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 181
servicios de salud (Rodríguez et al., 2017).
La pandemia por COVID-19 fue una de las
barreras más mencionadas. Los servicios de
salud debieron disminuir sus prestaciones, esto
repercutió sobre todo en las personas que suelen
hacerse controles de manera periódica, ya que
debieron suspenderlos. Solo algunos tuvieron que
interrumpir tratamientos y la mayoría prosiguió,
accediendo a las recetas, por ejemplo, de manera
virtual. Esto coincide con la situación descripta
en la provincia de Buenos Aires, donde si bien
se afectaron los controles por la interrupción de
la atención presencial, se garantizó la atención
mediante teleconsultas (Loza et al., 2021).
Las actividades físicas y recreativas también
fueron afectadas. Muchos de los lugares a los
que solían asistir las personas mayores cerraron
debido a las medidas de aislamiento social y no
habían vuelto a abrir. Sin embargo, se encontró
que uno de los factores que colaboró para que
las personas mayores pudieran incorporarse a
la nueva normalidad fueron los servicios físico-
recreativos.
A nivel personal el factor físico fue el obstáculo
más frecuente, sobre todo para actividades
recreativas. Esto coincide con los resultados
encontrados por Porras-Juárez et al. (2010),
quienes señalan que las enfermedades padecidas
por las personas mayores son una limitación
frecuente a la hora de comenzar una actividad.
Finalmente, las personas entrevistadas
manifestaron una última barrera personal
que no es frecuentemente reportada en otras
investigaciones: la falta de interés.
CONCLUSIONES
Como principal resultado, se encontró una
relación entre la utilización de servicios y
la calidad de vida subjetiva de las personas
mayores. Esto respalda una de las propuestas
más frecuentes en relación con la población
adulta mayor: ofrecer los servicios necesarios
que fomenten su independencia, actividad y
potencien su calidad de vida (Organización
de las Naciones Unidas, 2002; Organización
Mundial de la Salud, 2020).
Los servicios de tipo comerciales y físico-
recreativos en este caso presentan mayor
relación. Gracias a los datos de las entrevistas,
se vericó que los servicios de tipo físico-
recreativos aportan grandes benecios en todas
las dimensiones de la calidad de vida de las
personas mayores. Además, los servicios a los
que concurrían las personas eran administrados
tanto por el Estado, como por el mercado y el
tercer sector, lo que enfatiza la importancia de la
articulación de estos tres actores en la mejora de
la calidad de vida de esta población.
En el cálculo de regresión lineal múltiple, se
encontró que es el uso de servicios y no su
disponibilidad, la variable que incide con mayor
fuerza en la calidad de vida subjetiva. Vivir en
ambientes con mayor cantidad de servicios no
es suciente, la persona debe hacer uso de estos
servicios para que haya una mejora en su calidad
de vida. Esto puede ser analizado teniendo en
cuenta las barreras señaladas por las personas
mayores, tanto a nivel contextual como personal.
El diseño y provisión de servicios pensados
para personas mayores resulta relativamente
reciente. Con esta investigación se ofrece
evidencia empírica que sustente la importancia
de los mismos para la calidad de vida de esta
franja etaria. Además, se resalta la importancia
de involucrar a los adultos mayores en el diseño
y gestión de los servicios. Los servicios por
sí solos no bastan, deben ser funcionales a las
necesidades e intereses de las personas mayores.
Por ello es importante que se dé lugar a las voces
de este grupo, con la nalidad de crear servicios
con la menor cantidad de barreras posibles, y
que garanticen su acceso a una mejor calidad de
vida.
DECLARACIÓN DE CONFLICTOS DE
INTERESES: La autora declara no tener
conictos de interés.
EL ACCESO AL SISTEMA DE SERVICIOS Y LA CALIDAD DE VIDA EN PERSONAS MAYORES
Número 22 / ABRIL, 2024 (170-185) 182
DECLARACIÓN DE APROBACIÓN DEL
COMITÉ DE ÉTICA: La autora declara que
la investigación fue aprobada por el Comité de
Ética de la institución responsable, en tanto la
misma implicó a seres humanos.
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