Número 20 / AGOSTO, 2023 (112-124)
RELACIÓN ENTRE FUNCIONALIDAD FAMILIAR Y
ANSIEDAD ESTADO-RASGO EN ADOLESCENTES
LINK BETWEEN FAMILY FUNCTIONALITY AND STATE-
TRAIT ANXIETY IN ADOLESCENTS
DOI:
Artículo de Investigación
Recibido: (08/11/2022)
Aceptado: (06/04/2023)
https://doi.org/10.37135/chk.002.20.06
Psicóloga maestrante en Psicología Clínica con
Mención en Psicoterapia Infantil y del Adolescente,
Ponticia Universidad Católica del Ecuador Sede
Ambato, Facultad de Psicología, Guayaquil,
Ecuador.
pahinostroza1996@gmail.com
Pamela Alejandra Hinostroza Azúa
Psicóloga, docente, Ponticia Universidad Católica
del Ecuador Sede Ambato, Facultad de Psicología,
Ambato, Ecuador.
dlima@pucesa.edu.ec
Dayamy Lima Rojas
Pamela Alejandra Hinostroza Azúa - Dayamy Lima Rojas
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 113
RELACIÓN ENTRE FUNCIONALIDAD FAMILIAR Y
ANSIEDAD ESTADO-RASGO EN ADOLESCENTES
LINK BETWEEN FAMILY FUNCTIONALITY AND STATE-
TRAIT ANXIETY IN ADOLESCENTS
La presente investigación tiene como objetivo analizar la relación entre funcionalidad
familiar y ansiedad estado-rasgo en adolescentes de una unidad educativa de Guayaquil,
Ecuador. La investigación se realizó bajo un paradigma post-positivista utilizando un
enfoque cuantitativo, diseño no experimental de corte transversal, con alcances descriptivo
y correlacional. La muestra estuvo conformada por 218 adolescentes con edades entre 12
y 17 años seleccionados por un muestreo no probabilístico por conveniencia con criterios
de inclusión. Los instrumentos analizados fueron el Cuestionario de Funcionamiento
Familiar (FF-SIL) y el Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo, teniendo como resultado
un predominio del funcionamiento familiar moderado en el 48,6 % de la población y
niveles medios tanto en ansiedad-estado (45,9 %) como en ansiedad-rasgo (48,6 %).
Además, se encontró una correlación negativa y signicativa entre funcionalidad familiar
y ambos tipos de ansiedad, es decir, la ansiedad-estado (rs = -0,476) y ansiedad-rasgo (rs
= -0,567).
PALABRAS CLAVE: Familia, adolescencia, afectividad, medio familiar
The objective of this research is to analyze the relationship between family functionality
and state-trait anxiety in adolescents from an educational unit in Guayaquil, Ecuador. The
research was carried out under a post-positivist paradigm using a quantitative approach,
non-experimental cross-sectional design, with descriptive and correlational scope. The
sample consisted of 218 adolescents between the ages of 12 and 17 selected by a non-
probabilistic convenience sampling with inclusion criteria. The instruments analyzed were
the Family Functioning Questionnaire (FF-SIL) and the State-Trait Anxiety Questionnaire,
resulting in a predominance of moderate family functioning in 48.6% of the population
and medium levels of both state-anxiety ( 45.9%) as in anxiety-trait (48.6%). In addition, a
negative and signicant correlation was found between family functionality and both types
of anxiety, that is, anxiety-state (rs = -0.476) and anxiety-trait (rs = -0.567).
KEY WORDS: Family, adolescence, aectivity, family environment
RESUMEN
ABSTRACT
RELACIÓN ENTRE FUNCIONALIDAD FAMILIAR Y ANSIEDAD ESTADO-RASGO EN ADOLESCENTES
Número 20 / AGOSTO, 2023 (112-124) 114
INTRODUCCIÓN
El funcionamiento familiar participa
notablemente en el desarrollo del individuo,
pues se conforma como “el primer vínculo
socializador del ser humano, mediante el
cual se da la transmisión de afectos y valores
culturales a lo largo de su desarrollo” (Pinos
et al., 2020, p. 115). Minuchin (2004) denen
al funcionamiento familiar como el conjunto
de demandas producidas por la interacción
transaccional de los miembros de un mismo
sistema y que establecen las pautas relacionales
a través de los comportamientos entre sus
miembros. Los autores indican, además, que
cuando existen situaciones de desequilibrio
dentro de este sistema es habitual que se formen
inconformidades entre sus miembros.
Por su parte, Bronfenbrenner (1986) argumenta
que el entorno de mayor inuencia resulta aquel
que se encuentra más cercano al individuo y este
círculo corresponde a la familia en la que crece,
por lo que esta tiene un papel fundamental en el
desarrollo de los adolescentes, sobre todo en su
vertiente emocional, pues todos los miembros del
sistema familiar aportan de forma bidireccional.
El ser humano es biopsicosocial y, en gran parte,
la familia aporta, directa o indirectamente estos
elementos biopsicosociales, pues el primer
entorno de desenvolvimiento del individuo es
la familia y su cultura, lo que proporciona las
raíces para el desarrollo de su personalidad
(Garibay, 2013).
Para el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF 2021) en la etapa adolescente
la personalidad es moldeada por, entre otros
factores, el autodescubrimiento, por lo que resulta
indispensable generar ambientes donde puedan
convertirse en adultos saludables. Garibay
(2013) menciona que la familia determina el
desarrollo de individuos sanos o enfermos, pues
realiza la función de contención del sujeto, y
entre sus asignaciones se encuentran el cuidado
y apoyo de sus miembros y la satisfacción de sus
necesidades.
Sin embargo, en el contexto ecuatoriano
determinadas condiciones favorecen
desequilibrios en los sistemas familiares,
situación evidenciada en el boletín técnico del
Instituto Nacional de Estadística y Censos (2022),
donde se informa que desde 2010 los registros
de matrimonios han disminuido, mientras que
la tasa de divorcios se ha incrementado. En
2021 se evidencia un aumento porcentual de 4
puntos, lo que representa un 12,7 % por cada 10
000 habitantes; el mismo informe indica que las
causales más frecuentes para la disolución del
núcleo familiar son el mutuo consentimiento
vía judicial, notarial, abandono injusticado de
alguno de los cónyuges y la falta de armonía en
la vida marital.
En tanto, el Servicio Integrado de Seguridad
del Ecuador ECU 911 (2020) indica que entre
el 12 de marzo y el 31 de mayo de 2020 se
atendieron 28,367 casos reportados como
violencia intrafamiliar, es decir, alrededor de
268 asistencias diarias. Este tipo de situaciones
evidencian desequilibrios dentro del sistema
familiar que afectan el estado de salud emocional
de los adolescentes que pertenecen a estos
núcleos.
Herazo et al. (2018) catalogan este tipo de
eventos como estresores vitales, al estar
relacionados con diferentes formas de maltrato
resultado de la interacción de los miembros de
la familia. Dichos estresores vitales afectan de
forma directa e indirecta la expresión emocional,
lo que posibilita una posible predisposición
a presentar un trastorno mental. Choia et al.
(como se citó en García-Rodríguez & García-
Rodríguez, 2021) plantean que los problemas
evidenciados dentro de los sistemas familiares
derivados de sus desequilibrios pueden provocar
ansiedad, angustia y síntomas depresivos en al
menos uno de sus miembros.
Ahora bien, la ansiedad “es considerada una
emoción normal que todas las personas hemos
experimentado, forma parte de mecanismos
básicos de supervivencia y es una respuesta
a situaciones del medio que nos resultan
sorpresivas, nuevas o amenazantes” (Cárdenas
et al., 2010, p. 11).
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Sin embargo, “cuando un individuo mantiene
altos niveles de ansiedad, durante tiempos
prolongados, su bienestar psicológico se
ve seriamente perturbado” (Cano-Vindel
& Miguel-Tobal, 2001, p. 113). Spielberg,
Gorsuch & Lushene (como se citó en Buela-
Casal et al., 2011) denen a la ansiedad-estado
como una condición transitoria representada
por sentimientos individuales y subjetivos que
generan una hiperactividad del sistema nervioso
autónomo producto del estado tensional;
mientras que se cataloga como ansiedad-rasgo a
la predisposición de la persona a sentirse ansiosa
frente a situaciones estresantes o amenazadoras,
teniendo como consecuencia la elevación de los
índices de la ansiedad como estado.
UNICEF (2019) indica que más del 20 % de los
adolescentes a escala mundial sufre trastornos
mentales, por lo que se establece un incremento
alarmante en padecimientos relacionados con
la salud mental, datos que coinciden con los
expuestos por la Organización Panamericana
de la Salud (2017), la que estima que a nivel
mundial 264 millones de personas padecen de
ansiedad, de las cuales 57 millones corresponden
a la región de las Américas.
El mismo informe indica que padece ansiedad
un 5,5 % de mujeres y un 3,4 % de hombres en
edades comprendidas entre los 15 y 19 años. Así
también, en Ecuador hasta 2017 existían más de
879 mil casos de ansiedad, cifra que representaba
al 5,6 % de su población total.
La presente investigación tiene como objetivo
analizar la relación entre funcionalidad familiar
y la ansiedad estado-rasgo en adolescentes de
una unidad educativa de la ciudad de Guayaquil.
METODOLOGÍA
Esta investigación se sustenta en un paradigma
post-positivista, que, a diferencia del positivismo,
menciona que “la realidad existe, pero no
puede ser completamente aprehendida. (…)
ésta únicamente puede ser entendida de forma
incompleta” (Ramos, 2015, p. 11). A su vez, se
utilizó un enfoque cuantitativo con diseño no
experimental de corte transversal, con el objetivo
de favorecer alcances de tipo descriptivo y
correlacional, permitiendo este último alcance
“conocer la relación o grado de asociación que
existen entre dos o más conceptos, variables o
fenómenos” (Hernández-Sampieri & Mendoza,
2018, p. 105), en este caso, permitir el análisis
de la relación entre la funcionalidad familiar y la
ansiedad estado-rasgo en adolescentes.
La población total de la institución educativa
correspondiente a las edades de 12 a 17 años
estuvo conformada por 260 estudiantes desde el
séptimo año de Educación General Básica hasta
el tercer año de Bachillerato General Unicado
de una unidad educativa de Guayaquil, a los
cuales se les aplicó un muestreo no probabilístico
por conveniencia con los criterios de inclusión
siguientes:
Tener entre 12 y 17 años.
Contar con el consentimiento informado del
representante legal y con el asentimiento del
participante.
En la Tabla 1 puede visualizarse la distribución
sociodemográca de la población muestral.
Tabla 1: Distribución sociodemográca de
la población muestral
RELACIÓN ENTRE FUNCIONALIDAD FAMILIAR Y ANSIEDAD ESTADO-RASGO EN ADOLESCENTES
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Finalmente, con base en los criterios de inclusión
para la participación en la investigación, se
trabajó con una muestra de 218 participantes con
una edad promedio de 14 años. UNICEF (2021)
divide a la adolescencia en tres momentos: la
adolescencia temprana que consta entre los 10
y 13 años, la adolescencia media que consta
entre los 14 y 16 años y la adolescencia tardía
que consta desde los 17 años y puede extenderse
hasta los 21. De acuerdo con esta clasicación
la mayor frecuencia encontrada estuvo ubicada
en la adolescencia media con un 54 % de la
población total, seguida por la adolescencia
temprana con un 38 % y la frecuencia más baja
se ubicó en la adolescencia tardía con el 8 %.
De igual forma, se realizó un análisis de
distribución de la población según los subniveles
de educación del Ecuador descritos por el
Ministerio de Educación (2012); se encontró
que la mayor frecuencia estuvo ubicada en el
subnivel correspondiente a la Básica Superior
(47 %) y la frecuencia más baja en el subnivel
correspondiente a la Básica Media (14 %).
Para la recolección de datos se utilizaron dos
instrumentos de medición: el Cuestionario
de Funcionamiento Familiar (FF-SIL) y el
Cuestionario de Ansiedad: Estado-Rasgo
(STAI). El primero, elaborado por Ortega et
al. (1999) con el objetivo de brindar pistas de
posibles situaciones problémicas dentro del
sistema familiar, considera la dinámica entre
los miembros de un mismo círculo familiar, y
evalúa siete dimensiones con dos preguntas
cada una: cohesión (1 y 8), armonía (2 y 13),
comunicación (5 y 11), permeabilidad (7 y 12),
afectividad (4 y 14), roles (3 y 9) y adaptabilidad
(6 y 10).
Para cada pregunta se debe responder a través
de una escala de Likert divida en Casi nunca
(1 punto), Pocas veces (2 puntos), A veces (3
puntos), Muchas veces (4 puntos) y Casi siempre
(5 puntos). Se realiza una sumatoria total de los
puntajes y el nivel de funcionamiento familiar
se cataloga a través de la siguiente escala:
de 14 a 27 puntos como familia severamente
disfuncional; de 28 a 42 puntos como familia
disfuncional; de 43 a 56 puntos como familia
moderadamente funcional y de 57 a 70 puntos
como familia funcional.
En cuanto a sus propiedades psicométricas,
Cassinda et al. (2016) indican que el alfa
de Cronbach del instrumento es de 0,89, lo
que concuerda con los datos de la presente
investigación en donde se obtuvo un Alfa de
Cronbach de 0,86 y la validez de la herramienta
fue deducida a partir de estudios realizados en
contextos donde “se reveló el ajuste a un solo
factor de la prueba que explicó el 36,52% de
la varianza acumulada, además de excelentes
comunalidades y una elevada consistencia
interna” (p. 1).
Por otro lado, la aplicación del STAI,
confeccionado por Spielberg, Gorsuch &
Lushene (como se citó en Buela-Casal et al.,
2011) puede ser tanto individual como colectiva,
ya que está dirigido a la población adolescente
y adulta con un nivel educacional mínimo para
la comprensión de los ítems. El tiempo de
aplicación es de 15 minutos aproximadamente
y tiene como nalidad evaluar la ansiedad como
estado y como rasgo.
Esta herramienta está conformada por dos
subpruebas: la primera para el análisis de
Ansiedad-Estado (An-E) y la segunda para
Ansiedad-Rasgo (An-R); cada subprueba está
conformada por 20 preguntas que se deben
responder a través de una escala de Likert
distribuida de la siguiente forma: para An-E, las
alternativas son Nada (0), Algo (1), Bastante (2)
y Mucho (3); y para An-R, Casi Nunca (0), A
veces (1), A menudo (2) y Casi siempre (3).
En la subprueba An-E existen 10 elementos
de escala directa y 10 ítems de escala inversa,
correspondientes a los ítems 1, 2, 5, 8, 10, 11,
15, 16, 19 y 20. En la escala de An-R existen
por su parte 13 ítems de escala directa y 7 ítems
de escala inversa, a los cuales corresponden
los ítems 21, 26, 27, 30, 33, 36 y 39. Para su
interpretación se realiza la sumatoria de acuerdo
con la distribución lógica correspondiente y
tanto para An-E como en An-R indicando un
nivel alto de ansiedad a los puntajes de 40 a 60,
un nivel medio a los puntajes de 20 a 39 y un
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nivel bajo a los puntajes de 0 a 19.
En cuanto a las propiedades psicométricas del
instrumento, Buela-Casal et al. (2011) señalan
los valores de Alfa de Cronbach encontrados en
la adaptación española, los cuales fueron 0,83
y 0,92. En el presente estudio la abilidad se
analizó por cada una de las dos subpruebas, la
primera midió An–E (ítems=20; α=0,936) y la
segunda midió An–R (ítems=20; α=0,912).
La primera subprueba tuvo una distribución de
los ítems en dos dimensiones: An–E Armativa
(ítems=10; α=0,919) y An–E Negativa
(ítems=10; α=0,902) y de igual forma se obtuvo
en la segunda subprueba una distribución en
dos dimensiones, An–R Armativa (ítems=7;
α=0,809) y An–R Negativa (ítems=13;
α=0,896), lo anteriormente mencionado indica
una buena consistencia interna; asimismo, el
STAI demostró otras evidencias de validez
en investigaciones realizadas con población
adolescente (Buela-Casal et al., 2011).
El presente estudio estuvo constituido por las
etapas descritas a continuación:
Etapa 1: Contacto con la institución.
Reunión con las autoridades de la institución
educativa para comunicar objetivo y proceso
de recolección de datos; se presentó el plan
de trabajo y se solicitó la colaboración de los
miembros del Departamento de Consejería
Estudiantil (DECE).
Dentro de la misma reunión se estableció a
través de un acuerdo verbal que los datos de
la investigación podían ser publicados siempre
y cuando el nombre de la institución y sus
estudiantes permanecieran en el anonimato,
de igual forma se coordinó una fecha para
establecer una reunión con los padres de familia
en modalidad Zoom.
Etapa 2: Consentimiento y asentimiento
informado.
Se estableció una reunión a través de la
plataforma virtual Zoom con los estudiantes
y padres de familia desde el séptimo año de
Educación General Básica al tercer año de
Bachillerato General Unicado, donde se
comunicó el procedimiento a llevar a cabo. Se
socializó el consentimiento informado a través
de un formulario donde los representantes
accedieron a que sus representados formaran
parte del estudio, y a su vez a la divulgación de
los resultados de la investigación a realizarse,
respetando el interés superior de los participantes
y los principios de condencialidad y anonimato.
Dicha reunión estuvo a cargo del DECE,
ente reconocido por los padres de familia.
Adicionalmente se solicitó el consentimiento
informado por parte de los adolescentes cuyos
resultados formarían parte de esta investigación.
Etapa 3: Selección de participantes y
procesamiento de datos.
Los expedientes con las chas sociodemográcas
pertenecientes a los participantes que cumplieron
los criterios de inclusión fueron analizados por
las investigadoras bajo la supervisión del DECE.
La información fue procesada a través de una
base de datos y analizada en software estadístico.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Mediante el programa estadístico SPSS versión
25 se examinaron las frecuencias obtenidas
en cada variable y sus diferentes niveles de
análisis. Adicionalmente se realizó la prueba
de normalidad de Kolmogórov-Smirnov, cuyo
resultado demostró una distribución asimétrica,
por lo que se decidió utilizar Rho de Spearman
para el análisis correlacional.
ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN
DE LA FRECUENCIA DE LA
FUNCIONALIDAD FAMILIAR
Se ejecutó un análisis de distribución de los
niveles de Funcionalidad Familiar basado en
RELACIÓN ENTRE FUNCIONALIDAD FAMILIAR Y ANSIEDAD ESTADO-RASGO EN ADOLESCENTES
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la frecuencia de la población total (N=218), y
se determinó que la mayoría se clasica en la
categoría de moderadamente funcional con 106
adolescentes, representando al 48,6 % de la
población estudiada; de igual forma, se encontró
que únicamente el 0,9 % se encuentró dentro
de la categoría severamente disfuncional. Un
dato interesante por destacarse dentro de este
análisis de distribución de frecuencias es que la
población que percibe provenir de una familia
funcional (25,2 %) es similar a la que percibe
provenir de una familia disfuncional (25,25),
como se aprecia en la Tabla 2.
Tabla 2: Distribución de la Funcionalidad
Familiar según su frecuencia
Estos resultados concuerdan con los encontrados
en un estudio realizado en Medellín, Colombia,
en el cual 2 405 adolescentes (el 69,4 % de la
población estudiada) percibió formar parte
de hogares funcionales, mientras que 1 055
adolescentes (el 30,6 %) percibieron que
pertenecen a familias disfuncionales (Higuita-
Gutiérrez & Cardona-Arias, 2016).
De igual forma, otro estudio realizado en Bogotá
a 1 025 adolescentes pertenecientes a tres
unidades educativas calculó que el 68,1 % de esta
población mantenía una buena funcionalidad
familiar, el 27,2 % se mantenía en un nivel de
disfunción familiar moderada y tan solo el 4,7
% en una disfunción familiar severa (Acevedo
et al., 2018).
A su vez, otro estudio conformado por 212
jóvenes provenientes de Santiago de Chuco,
Perú, reportó que el 45,28 % mantiene un nivel
medio de funcionalidad familiar, el 28,77 % un
nivel bajo y el 25,94 % un nivel alto (García-
Rodríguez & García-Rodríguez, 2021). Lo
mismo ocurre en una investigación llevada a cabo
en la Provincia de San Román, Perú, conformada
por 251 adolescentes, donde se destacó que el
9,2 % indicó tener una disfuncionalidad familiar
severa, el 25,9 % una disfuncionalidad moderada,
el 29,9 % una disfuncionalidad familiar leve
y el 35,1 % una funcionalidad familiar normal
(Esteves et al., 2020).
En Lima Norte se realizó otra investigación donde
participaron 190 adolescentes seleccionados bajo
un muestreo no probabilístico, los resultados
evidenciaron una frecuencia mayor en la
disfuncionalidad familiar leve representada por
el 35,79 %, en segundo lugar, la disfuncionalidad
familiar moderada con el 31,58 %, en tercero, la
disfuncionalidad familiar severa con el 18,95 %
y nalmente la buena funcionalidad familiar con
el 13,68 % (Tafur-Orahulio, 2020).
Algo similar ocurre en una investigación realizada
en la ciudad de Ambato, Ecuador, en la cual
participaron 130 niños en edades de entre 7 y 12
años, donde el 47,7 % de la población estudiada
percibió provenir de familias funcionales, el
49,2 % de familias moderadamente funcionales
y el 3,1 % de familias disfuncionales (Padilla-
Meléndez & Shuguli-Zambrano, 2022). Estos
estudios destacan la frecuencia en la percepción
que tienen los adolescentes al indicar que
provienen de familias con funcionalidad de
moderada a buena.
Todo lo contrario ocurre en un estudio realizado
en la localidad de Usaquén de la ciudad de
Bogotá, Colombia, en el cual participaron
63 adolescentes, donde el 39,7 % indica que
pertenece a una familia funcional, el 44 % a una
familia con disfuncionalidad moderada y el 15,9
% se percibía en una disfuncionalidad severa
(Moreno & Chauta, 2012).
Este último estudio, a diferencia de las
investigaciones mencionadas, recalca
una frecuencia mayor en el porcentaje de
disfuncionalidad familiar moderada, seguido por
los que perciben venir de familias funcionales
y en última instancia por los que se ubican en
una disfuncionalidad severa; este último dato
coincide con los aportados por Higuita-Gutiérrez
& Cardona-Arias (2016) y García-Rodríguez &
García Rodríguez (2021).
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ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN
DE LA FRECUENCIA DE
ANSIEDAD-ESTADO-RASGO
Al analizar la distribución de frecuencias de los
niveles de Ansiedad-Estado (An-E) y Ansiedad-
Rasgo (An-R) se pudo evidenciar que la mayor
frecuencia se encontraba en el nivel medio en
ambos casos. La An-E tuvo una frecuencia del
45,9 % en el nivel medio, mientras que la An-E
mantuvo una frecuencia del 48,6 %; por otra
parte, se evidenció que existe menor prevalencia
en los niveles altos, donde la An-E muestra una
frecuencia del 14,2 % en el nivel alto y la An-R
del 12,8 %, como se ilustra en la Tabla 3.
Tabla 3: Distribución de la An-E y An-R según
su frecuencia
Nota: An-E: Ansiedad-Estado; An-R: Ansiedad-
rasgo
En el estudio realizado en Santiago de Chuco,
Perú, se observó que el 44,81 % de los
adolescentes mantuvieron un nivel medio dentro
de la dimensión de An-E, el 29,25 % reejó
tener un nivel bajo y el 25,94 % mantuvo un
nivel alto. Por otra parte, en lo que a An-R se
reere, el 42,92 % mantuvo un nivel medio, el
29,72 % un nivel bajo y el 27,36 % un nivel alto
(García-Rodríguez & García-Rodríguez, 2021).
Otro estudio realizado en adolescentes de un
instituto de educación superior del municipio de
Totana, Murcia, España, evidenció que en lo que
respecta a la An-E el 37,1 % de los adolescentes
mantuvo un nivel bajo, el 55,7 % un nivel medio
y el 7,2 % un nivel alto; mientras que en lo
referente a la An-R el 16,49 % indicó un nivel
bajo, el 60,82 % un nivel medio y el 22,88 % un
nivel alto (Hernández et al., 2018).
Estos estudios, al igual que la presente
investigación, patentizaron que, en cuanto a la
población adolescente, la frecuencia más alta
se encuentra en los niveles medios de ansiedad-
estado y ansiedad-rasgo, en contraste con el nivel
alto de estos mismos ítems, donde se distribuyó
el menor porcentaje de frecuencias.
Por otra parte, una investigación efectuada en
La Habana, Cuba, con una población de 30
adolescentes de entre 15 a 17 años se evidenció
que la mayor frecuencia se encontraba ubicada
en el nivel medio de An-E con el 50 % de la
muestra, seguido por el nivel alto con el 37
% y en última instancia se encontraba el nivel
bajo con el 13 %; en An-R los resultados fueron
muy similares, arrojando que en el nivel medio
se encontraba el 54 % del total de adolescentes
participantes en este estudio, seguido por el
nivel alto con el 33 % y en nivel bajo con el
13 % (Castillo et al., 2019). A diferencia de las
investigaciones antes mencionadas, este último
estudio presenta una diferencia signicativa
en la que coloca en segundo lugar al nivel alto
de ansiedad, tanto en estado como rasgo, sin
embargo, sigue colocando la mayor prevalencia
en el nivel medio de ansiedad.
ANÁLISIS DE CONTINGENCIAS
ENTRE FUNCIONALIDAD
FAMILIAR Y ANSIEDAD ESTADO-
RASGO
Al realizar un análisis de tablas cruzadas, se
evidenció una mayor prevalencia entre la An-E
en nivel medio y el nivel moderadamente
funcional, colocando al 25,68 % de adolescentes
en este apartado, de igual forma se puede observar
un 15,13 % de adolescentes en rango medio de
An-E con una categoría de disfuncionalidad
familiar.
Se observa también en este mismo análisis que
la mayor prevalencia de An-R se encuentra
RELACIÓN ENTRE FUNCIONALIDAD FAMILIAR Y ANSIEDAD ESTADO-RASGO EN ADOLESCENTES
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ubicada en el nivel medio y el nivel moderado
de funcionalidad familiar, colocando al 21,10
% de adolescentes. También se evidencia que
existe un 16,97 % de adolescentes con categoría
de disfuncionalidad familiar con An-R medio
(Tabla 4).
Tabla 4: Contingencias entre Funcionalidad
Familiar, An-E y An-R
Nota: An-E: Ansiedad-Estado; An-R: Ansiedad-
rasgo
Resulta interesante cómo la percepción que
los adolescentes mantienen de la funcionalidad
familiar del hogar del cual provienen se relaciona
con la distribución de frecuencias en lo referente
a ansiedad. Sin embargo, no se han encontrado
análisis de contingencias entre estas variables en
investigaciones previas realizadas en este tipo de
población. Llama la atención la exploración de la
frecuencia existente en el desglose de los niveles
de funcionalidad familiar al realizar un cruce
de tablas con los niveles de ansiedad estado-
rasgo, pues es posible observar una presunta
relación negativa entre ambas variables: a mayor
funcionalidad familiar, menor es la frecuencia
de ansiedad estado-rasgo. Esto último se ve
reejado en el análisis de correlaciones de ambas
variables, datos que se detallan en el siguiente
punto.
ANÁLISIS DE CORRELACIONES
ENTRE VARIABLES
Las correlaciones entre los resultados del
Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo y
el Cuestionario de Funcionamiento Familiar
se realizaron a través del programa SPSS
con base estadística de Spearman al 95 % de
conabilidad, encontrándose una correlación
estadísticamente signicativa de tipo negativa
entre An-E y Funcionalidad Familiar (rs=
-0,476, p= 0,000) con un grado de relación de 47
%, evidenciando una afectación mutua, y entre
An-R y Funcionalidad Familiar (rs= -0,567, p=
0,000) con un grado de relación de 56 % (Tabla
5).
Tabla 5: Correlaciones entre Funcionalidad
Familiar, An-E y An-R
Nota: ** La correlación es signicativa en el
nivel 0,01 (bilateral)
Los hallazgos de la presente investigación
coinciden con los del estudio realizado en la
población adolescente de Santiago de Chuco,
Perú, donde se evidenció una relación negativa
estadísticamente signicativa entre las variables
de funcionalidad familiar y ansiedad estado-
rasgo en la población de adolescentes partícipes
de la investigación (rho= -0,163, p < 0,05),
mostrando un aumento en la ansiedad estado-
rasgo frente a una baja funcionalidad familiar
(García-Rodríguez & García-Rodríguez, 2021).
Esto indica que los adolescentes que provienen
de familias con algún grado signicativo de
disfuncionalidad familiar son más propensos a
padecer ansiedad, en comparación con aquellos
que provienen de familias percibidas como
funcionales.
Lo mismo se pudo evidenciar en el estudio
realizado en una población migrante dentro de
la zona de Tegucigalpa-México, el cual indicó
“que existe una prevalencia de ansiedad del
85% en adultos de familias fragmentadas y en
adolescentes este porcentaje se incremental al
91%” (Sierra et al., 2020, p. 25). Se destaca en
este trabajo la importancia del núcleo familiar en
Pamela Alejandra Hinostroza Azúa - Dayamy Lima Rojas
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 121
temas relacionados con la salud mental.
En el estudio realizado en 190 adolescentes de
Lima-Norte, Perú, el 67 % padecía sintomatología
ansiosa y de estos, el 36 % indicó que percibía
su funcionamiento familiar como levemente
disfuncional (p= 0,006), demostrando una
relación signicativa entre el funcionamiento
familiar y la sintomatología de ansiedad (Tafur-
Orahulio, 2020). Resultados similares pueden
verse en otra investigación realizada con 679
adolescente de la ciudad de Santiago de los
Caballeros, República Dominicana, donde
se encontró que el 68,4 % de adolescentes
que indicaron formar parte de una familia
severamente disfuncional padecen síntomas
relacionados con el trastorno de ansiedad (p=
0,023) (Rosario et al., 2021).
Otra investigación efectuada en Lima Norte,
Perú, con una población de 324 adolescentes,
indicó que el 51,5 % presentó un nivel alto de
ansiedad, seguido por un 45,4 % en nivel medio.
Se reveló la alta probabilidad de la relación entre
funcionamiento familiar y este padecimiento en
los adolescentes, destacando su inuencia sobre
todo en la ansiedad como rasgo, lo que repercute
de una u otra forma en la ansiedad como estado
(Valdez et al., 2019).
Por otra parte, no solo los adolescentes se ven
afectados por la disfuncionalidad presentada
en el núcleo familiar: un estudio realizado en
Guayaquil, Ecuador, encontró que un 70 % de
los niños que participaron de esta investigación
manifestaron no sentir que sus padres/cuidadores
les daban la atención necesaria, en este grupo
de niños se pudo a su vez identicar rasgos de
ansiedad, producto de señalamientos por parte
de sus cuidadores, discusiones familiares y
rupturas del matrimonio (Checa et al., 2019).
Todo lo anteriormente evidencia la relación
entre las variables investigadas, pues a menor
funcionalidad familiar dentro del núcleo donde
se desarrolla el individuo, mayor probabilidad de
que dicho sujeto padezca de ansiedad, pues “se
conoce que la familia es el principal ambiente
de aprendizaje durante la infancia, con lo cual
resulta importante que desde ella se favorezca
al desarrollo de los niños a través de relaciones
armónicas y saludables” (Checa et al., 2019, p.
157). La familia es fundamental no solo para
los niños, sino para los adolescentes, quienes se
encuentran, igualmente, dentro de su proceso de
desarrollo.
CONCLUSIONES
En la población adolescente partícipe de esta
investigación predominó el nivel de familia
moderadamente funcional (48,6 %) y con
menor frecuencia la categoría de severamente
disfuncional (0,9 %). En lo referente a la
ansiedad estado-rasgo, el mismo grupo presentó
una prevalencia en el nivel medio tanto en An-E
(45,9 %) como en An-R (48,6 %).
En el análisis de contingencias entre
funcionalidad familiar y ansiedad-estado-rasgo
se pudo observar que a medida que la percepción
de la funcionalidad familiar va mejorando, la
frecuencia establecida dentro del nivel bajo de
An-E y An-R aumenta, lo que signica un menor
nivel de ansiedad, es decir, los adolescentes
con una funcionalidad familiar moderada
presentaron un nivel medio de ansiedad, tanto
en estado como en rasgo.
De igual forma, se encontró una correlación
estadísticamente signicativa de tipo negativa,
es decir, existe una relación inversamente
proporcional que indica que a mayor
funcionalidad familiar menor nivel de ansiedad
y viceversa, datos que coinciden con los de otros
autores. Estos resultados señalan la relación que
puede existir entre el funcionamiento del núcleo
familiar y las afectaciones entre los miembros de
dicho sistema, pues es aquí donde se desarrolla
el individuo.
Este estudio signicó un aporte teórico para
futuras investigaciones en población adolescente
que trabajen las mismas variables; de igual
forma, los resultados permitieron actualizar el
estado del arte actual y la discusión cientíca
RELACIÓN ENTRE FUNCIONALIDAD FAMILIAR Y ANSIEDAD ESTADO-RASGO EN ADOLESCENTES
Número 20 / AGOSTO, 2023 (112-124) 122
sobre estas líneas de investigación. A partir
de los resultados es posible la elaboración de
programas de intervención para fomentar la
salud mental y mejorar las situaciones que
desestabilizan el sistema familiar y generan
problemas emocionales en sus miembros.
Se considera una limitación de la investigación
no haber contado con adolescentes cuya
funcionalidad familiar fuera severamente
disfuncional, pues hubiese sido interesante
analizar la correlación entre una disfuncionalidad
severa y la ansiedad-estado-rasgo.
DECLARACIÓN DE CONFLICTOS DE
INTERESES: Las autoras declaran no tener
conictos de interés.
DECLARACIÓN DE CONTRIBUCIÓN DE
LAS AUTORAS Y AGRADECIMIENTOS:
A continuación, se menciona la contribución
de cada autora, en correspondencia con su
participación, utilizando la Taxonomía Crédit:
Pamela Hinostroza Azúa: Autora principal,
Conceptualización, Análisis formal,
Investigación, Metodología, Administración
del proyecto, Recursos, Validación,
Visualización, Redacción-borrador original,
Redacción-revisión y edición.
Dayamy Lima Rojas: Conceptualización,
Análisis formal, Metodología, Redacción-
revisión y edición.
DECLARACIÓN DE APROBACIÓN DEL
COMITÉ DE ÉTICA: La máxima autoridad
de la institución educativa en la cual se realizó
este estudio emitió la respectiva autorización
para su realización junto con los representantes
legales, quienes emitieron los consentimientos
informados para la participación de la
información de sus representados en el proceso
investigativo.
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