José Rafael Salguero-Rosero - Osmany Pérez Barral
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 229
basado en problemas. Espinoza (2020:49)
detalla que este método “parte de una situación
problémica para promover la investigación
formativa (…) y es dúctil para vincular la
educación superior a las necesidades de la
comunidad”. En dicho sentido, Velandia,
Serrano & Martínez (2017 en Espinoza 2020:48),
consideran que: “la investigación formativa debe
partir de situaciones problemáticas cercanas
al entorno curricular y profesional futuro del
discente”. Este método permite llevar a la
práctica la docencia inductiva, que se enriquece
cuando el docente relaciona los contenidos
curriculares con el entorno profesional y los
problemas prácticos detectados en el contexto
inmediato de los educandos.
Complementa este primer grupo de métodos el
aprendizaje colaborativo citado por Jimoyiannis
(2010 en Guzmán y Martínez 2021), el cual
desarrolla competencias para trabajar en equipo,
donde a futuro ha de desempeñarse en equipos
multidisciplinarios. El aprendizaje orientado
a proyectos, cuya secuencia didáctica permite
evaluar los procesos que cumplen los educandos,
así como el producto nal aplicativo donde
evidencian los aprendizajes.
El aprendizaje práctico ostenta, según Parra
(2004) los siguientes benecios: “la investigación
aplicada, contribuye ecazmente al avance
del conocimiento práctico y técnico” (66). En
tanto, el aprendizaje basado en competencias es
justicado por Villa y Poblete (2007 en Rubio et
al. 2015).
El segundo grupo de modalidades que pueden
utilizarse en procesos de gestión pedagógica
de la investigación formativa se asocia con
estrategias didácticas para su aplicación dentro
del aula, orientadas por el desarrollo del método
cientíco. El problema pedagógico es el de
mayor enraizamiento con 8 menciones, seguido
del seminario investigativo con 3, los talleres
con 2 y, con una mención, la mesa redonda
investigativa, el panel investigativo y los trabajos
colaborativos.
El autor más citado en el tema de investigación
formativa (415 veces) -Restrepo-, arma que
esta corresponde a un “un tema-problema
pedagógico, ya que aborda el problema de la
relación docencia-investigación o el papel que
puede cumplir la investigación en el aprendizaje
de la misma investigación y del conocimiento”
(2003:197). De esta manera, el problema
pedagógico debe considerarse más que una
modalidad un sinónimo de la investigación
formativa.
Si bien la investigación formativa en todas
sus modalidades coloca al educando como
protagonista, el tercer grupo de modalidades
se asocian a un trabajo con mayor autonomía,
aunque sigue siendo necesaria la supervisión,
guía o tutoría de un investigador con experiencia.
En primer lugar, se citan los anteproyectos
de investigación y las tesis de grado con dos
menciones; en el contexto ecuatoriano son
ampliamente difundidas, sobre todo, como
modalidad de graduación de tercer nivel.
Mientras, la monografía investigativa,
mencionada una vez por Parra (2004) fue
adoptada en los contextos de bachillerato
como trabajo nal, lo que evidencia que la
investigación formativa, si bien está más
difundida en el contexto de la educación
superior, no es exclusiva de este nivel. Con una
mención aparecen estrategias como: método de
proyectos, rúbricas de evaluación y análisis de
situación.
Del grupo descrito, despunta el ensayo teórico
citado por Restrepo (2003 y 2017), Espinoza
(2020), Figueroa et al. (2016), Peláez y Montoya
(2013) y Parra (2004). Se advierte que esta
modalidad de ensayo teórico debe guardar un
“esquema investigativo, es decir, con tesis de
partida, con dialéctica metódica, con datos de
prueba y argumentación, con conclusión; un
ensayo bien planteado, bien entretejido, no un
resumen o una consulta lineal sin hilo conductor
ni argumentación” (Restrepo 2003:198).
Se cierra este acápite citando las últimas
modalidades que, para los autores mencionados,
corresponden a estrategias innovadoras. Con
dos menciones: Restrepo (2017) y Figueroa et
al. (2016), está el trabajo de los estudiantes con