AGRIETAR EL CONSUMISMO DESDE EL ARTE. UNA REFLEXIÓN SOBRE LAS MASAS EN EL CONSUMO
Número 19 / ABRIL, 2023 (19-37) 260
hay todo un recorrido, sobre todo desde artistas
feministas que en los años 60 precisamente
criticaron al sexo patriarcal, siendo la feminidad
un valor a ser protegido. Para ello elaboraron
obras y performances que hablan de la
agorafobia que sufren las mujeres, de la histeria
o de la domesticidad ultraconservadora. “El
vaciamiento de la subjetividad y de la capacidad
actuante de la mujer es una de las consecuencias
de esa exhibición de imágenes nutridas de
violencia simbólica” (Vicente 2010:33).
La obra Mujer-Casa de Bourgeois (1946-47) ya
fue un precedente en este sentido; y el Cine para
palpar y tocar de Valie Export (1968), donde la
artista semidesnuda y envuelta en una caja de
cartón invita a ser tocada a quien se atreviese,
exponiendo que sus pechos no son solo de ella
o de un solo hombre, sino de cualquiera que
estuviese dispuesto a pasar la frontera de esa
caja. “Lo personal es político”, famoso lema del
feminismo de segunda ola de los años sesenta
y setenta, cobra así una relevancia visual y
táctil como crítica a una forma de entender la
sexualidad que cosica a la mujer y la coloca
como mercancía de consumo.
Y llegamos a esa necesidad básica como es el
comer, en donde tenemos a Piero Manzioni y su
Devorar el arte (Figura 2). Este autor coloca al
espectador en la obra, aleja al arte del mercado
y lo inserta en la política. Presenta en una
galería, con carta de invitación incluida, a una
performance en donde el público colabora. Tras
hervir huevos y estampar su huella en ellos, los
entrega al público para que los coma. Es así
como se entra no solo en diálogo con el arte, sino
que también se critica el consumo de arte elitista
por cuanto todos los comensales son igualados
en el acto de ingesta. Con Manzioni tenemos una
de las preguntas referentes del mundo del arte
actual en torno a si todo lo que genera un artista
es arte (el mismo autor enlata sus heces y las
“publica” en otra obra), por cuanto los huevos,
antes de ser dados al público, fueron sellados con
la huella dactilar del artista. En cierto sentido, al
romper la cáscara, el comensal rompe el sello
que lo hace introducirse en un mundo del arte
que a continuación es engullido, produciendo un
acto de codigofagia público-actor a la vez que
iguala al público en la digestión: se nutre del arte
a la vez que se le obliga a rumiar una reexión
acerca de la performance.
No sucede lo mismo con una obra ya analizada
en otro contexto (Piñeiro y Lorenzo 2021), donde
exponíamos lo propuesto por Arantxa Araújo en
una performance donde se pasaba horas pelando
ajos y rábanos con el n de mostrar el consumo
ostentoso de las clases pudientes frente al trabajo
precario en restaurantes de migrantes:
Principios generadores de prácticas
distintas y distintivas, lo que come el
obrero y sobre todo su forma de comerlo,
el deporte que practica y su manera de
expresarlas dieren sistemáticamente
de lo que consume o de las actividades
correspondientes del empresario industrial;
pero también son esquemas clasicatorios,
principios de clasicación, principios de
visión y de división, aciones, diferentes.
Establecen divisiones entre lo que es bueno
y lo que es malo, entre lo que está bien y
lo que está mal, entre lo que es distinguido
y lo que es vulgar, etc., pero no son las
mismas diferencias para unos y otros.
De este modo, por ejemplo, el mismo
comportamiento o el mismo bien puede
parecerle distinguido a uno, pretencioso
u ostentoso a otros, vulgar a un tercero.
(Bourdieu 1997:20)
Como podemos observar, la satisfacción de
necesidades básicas desde el campo del arte
muestra una crítica a lo ostentoso del consumo,
incluso en acciones básicas como comer o
respirar; a la vez que permite al espectador
reexionar acerca de las condiciones de vida (y
de muerte) que la sociedad posfordista arroja.
Y avanzando en la escalera de Maslow tenemos
que la segunda de las necesidades a cubrir será
la de seguridad. Los tiempos en los que Maslow
escribía, previos a la aparición de un Estado de
Bienestar (o estado paternalista o providencia)
quedan ya lejos. Y uno de los elementos que más
ha estado en juego en la aparición de la crisis de
dicho estado y del auge del sistema neoliberal
es precisamente el campo de la securitización.
También en la misma obra antes reseñada
(Piñeiro y Lorenzo 2021) nos hacíamos eco
acerca de las desigualdades Norte-Sur, en el
análisis de una obra de José Palazón en donde el