Número 18 / DICIEMBRE, 2022 (174-190)
REPORTES DE TORNADOS EN CUBA DURANTE 1991-
2020. IMPACTO SOCIAL EN CRUCES Y CIUDAD DE LA
HABANA
TORNADOES IN CUBA DURING 1991-2020. SOCIAL
IMPACT IN CRUCES AND HAVANA CITY
DOI:
Artículo de Investigación
Recibido: (05/04/2022)
Aceptado: (21/06/2022)
https://doi.org/10.37135/chk.002.18.12
Universidad de La Habana, Instituto Superior de
Tecnologías y Ciencias Aplicadas (InSTEC), La
Habana, Cuba
alexanderperezgonzalez476@gmail.com
Alexander Jesús Pérez González
Alexander Jesús Pérez González
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 175
REPORTES DE TORNADOS EN CUBA DURANTE 1991-
2020. IMPACTO SOCIAL EN CRUCES Y CIUDAD DE LA
HABANA
TORNADOES IN CUBA DURING 1991-2020. SOCIAL
IMPACT IN CRUCES AND HAVANA CITY
En el trabajo se determina la relación entre el aumento o no de los reportes de tornados en
Cuba y el avance de la tecnología celular en el país, así como el impacto social de estos
fenómenos, mediante dos casos de estudios ocurridos en Cruces y La Habana. Se analizó la
tendencia que han tenido los tornados en Cuba durante el período 1991-2020, desglosado
por años, meses y provincias de ocurrencia, con una estadística descriptiva. La tendencia
de formación de tornados ha ido en descenso, sin embargo, la última década (2010-
2020) mostró un aumento de reportes de este fenómeno. Se evidenció una clara variación
estacional en el período estudiado, el 82 % del total de reportes ocurrió en el trimestre
mayo-julio. Aunque actualmente existe un ligero incremento en el nivel de conciencia
social, el estudio demuestra que debe elevarse el nivel de conocimiento, preparación y
percepción de riesgos en los ciudadanos. Los resultados de este trabajo resultan de gran
utilidad para los meteorólogos sinópticos y climatólogos, pues la tendencia y anomalías
que muestran los tornados en Cuba, tributan al estudio de la variabilidad climática y los
pronósticos a corto plazo, así como a una mayor resiliencia a estos fenómenos.
PALABRAS CLAVE: Tornados, formación, tendencia, impacto social
In the project, the relationship between the increases or not of the reports of tornadoes
in Cuba and the advance of cellular technology in the country is determined, as well as
the impact of these phenomena, through two cases of studies that occurred in Cruces
and Havana. The trend of tornadoes in Cuba during the period 1991-2020 was analyzed,
broken down by years, months and provinces of occurrence, with a descriptive design.
The trend of tornado formation has been declining; however, the last decade (2010-
2020) showed an increase in reports of this phenomenon. A clear seasonal variation was
evidenced in the period studied and 82% of the total reports occurred in the May-July
trimester. Although there is currently a slight increase in the level of social awareness,
the study shows that must be raised the level of knowledge, preparation and perception of
risks in citizens. The results of this project are very useful for synoptic meteorologist and
climatologists, since the trend and anomalies shown by tornadoes in Cuba, contribute to
the study or climate variability and short-term forecasts, as well as a greater resilience to
these phenomena.
KEYWORDS: Tornadoes, formation, trend, social impact
RESUMEN
ABSTRACT
REPORTES DE TORNADOS EN CUBA DURANTE 1991-2020. IMPACTO SOCIAL EN CRUCES Y CIUDAD DE LA HABANA
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INTRODUCCIÓN
Además de los ciclones tropicales en el período
lluvioso y los frentes fríos en el período poco
lluvioso, el archipiélago cubano es afectado
por otros fenómenos hidrometeorológicos que
traen consecuencias extremas por cambios
signicativos en variables como la temperatura,
la presión atmosférica, las precipitaciones y
los vientos, estos últimos con incidencia en el
mar. Debido al incremento actual de la densidad
poblacional y la vulnerabilidad de las estructuras
socioeconómicas, existe gran interés en el estudio
y predicción de los fenómenos meteorológicos
que producen tiempo severo o los conocidos
como Tormentas Locales Severas (TLS). Las
mismas pueden ocurrir en cualquier período
del año y ninguna región del país está exenta.
Actualmente, las investigaciones sobre las TLS
a nivel mundial continúan siendo un interés y
un gran reto para la comunidad cientíca. Los
tornados por sus particularidades son de los
fenómenos meteorológicos de mayor impacto
en la sociedad, su rápida formación, así como
la intensidad de los vientos en un corto tiempo,
los convierten en un fenómeno devastador y de
difícil predicción. Por tal motivo, los estudios
o programas de investigación encaminados
a incrementar los conocimientos sobre ellos
representan una novedad cientíca y revierten
una vital importancia para la seguridad nacional.
En tal sentido, desde 2005 el Instituto de
Meteorología de Cuba (INSMET) comenzó
varios proyectos de investigación, utilizando
modelos numéricos de mesoescala, lo que permite
un análisis más profundo sobre las TLS, las
cuales se maniestan como tormentas eléctricas,
que presentan uno o varios de los siguientes
fenómenos considerados severos: tormenta con
rachas de viento lineales de 25 m/s (90 km/h)
o más, granizo de cualquier tamaño, tromba
marina y tornado, no obstante, los tornados aún
constituyen eventos de alto riesgo, por lo que
son objeto de preocupación entre la comunidad
cientíca en general y los especialistas en
estudios del clima y la Meteorología.
Según el Severe Prediction Center de los Estados
Unidos, los tornados constituyen una tempestad
giratoria muy violenta de pequeño diámetro;
es el más violento de todos los fenómenos
meteorológicos, constituyendo uno de los
más dañinos y de más difícil pronóstico, pues
“su formación es el resultado de una compleja
dinámica en la que intervienen múltiples
procesos y estructuras a microescala que sólo
se activan bajo ciertas condiciones ambientales”
(Ferrer 2013:7).
Se producen a causa de una tormenta de gran
violencia y toman la forma de una columna
nubosa proyectada de la base de una nube
cumulonimbus hacia el suelo, se clasican
según su intensidad y los daños que estos
pueden ocasionar y las escalas más empleadas
para medir un tornado son la Escala de TORRO
(T), la Escala de Fujita (F) y la Escala de Fujita
Realzada (EF), y es esta última la más utilizada
actualmente, la cual cuenta con el mismo
diseño que la escala original de Fujita, con seis
niveles que van del cero al cinco, representando
el incremento de la fuerza destructora de los
vientos de un tornado.
En el caso de Cuba, según Varela y Carnesoltas
(2017a):
(…) hay condiciones un tanto diferentes al
resto del Caribe, debido a que está situada
cerca del límite norte de la zona tropical.
En general, la ocurrencia de tornados
se relaciona con las interacciones entre
la escala sinóptica y la mesoescala; la
primera de estas escalas aporta la energía
necesaria para que se forme la convección
profunda, mientras que las características
físico - geográcas y las interacciones
entre las circulaciones locales y supercies
de discontinuidad, incentivan el potencial
rotatorio de la tormenta y la posible
aparición de tornados, de ahí la necesidad
de no divorciar estas escalas. (2017:314)
Como apuntan Johns & Doswell (1992) y Houze
(1993), los tornados pueden dividirse en dos
grupos básicos: los asociados a superceldas,
en los cuales se incluyen la mayoría de los
eventos de tornados fuertes y violentos (desde
EF3 hasta EF5 según la escala Fujita Pearson),
y los no asociados a superceldas, entre los que
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se encuentran los landspouts y gustnados, por
lo que no requieren que la tormenta sea de tipo
supercelda para que estos se generen.
Aunque la mayoría de los tornados que ocurren
en Cuba, según Alfonso (1994) y corroborado
posteriormente por Aguilar, Naranjo y
Carnesoltas (2005), son clasicados como poco
intensos (EF0, EF1, EF2), en el archipiélago
también se han reportado F3 y F4. La fuerza de los
vientos de un tornado F4 pueden ser comparados
con los de un huracán categoría cuatro o cinco,
aunque su impacto es más focalizado.
Del ambiente local propicio para la formación
de tornados en Cuba se ha podido inferir que
los mecanismos que les dan origen dieren del
origen propuesto por los modelos conceptuales
formulados para latitudes medias y continentales.
Esto se debe a que los tornados que se reportan
en Cuba son muy débiles y de corta duración, sin
encontrarse evidencias sucientes para armar
que estén asociados a tormentas de superceldas.
Por tanto, “su origen está relacionado con las
condiciones por debajo de la base de la tormenta
convectiva o muy próxima a ella, es decir en
la Capa Fronteriza Atmosférica” (Varela y
Carnesoltas 2017b:3), por lo general asociado
a la interacción entre los Rollos Convectivos
Horizontales y las supercies de discontinuidad,
como el Frente de Racha y/o el Frente de la
Brisa de Mar, con una débil cizalladura vertical
del viento en la atmósfera a gran escala (Golden
1971).
Otro aspecto a tener en cuenta en la formación
de los tornados son los valores de humedad en
los niveles bajos, según Davies (2002, 2004)
y Rasmussen (2003), pues la existencia de
sucientemente humedad relativa, tanto en
las capas bajas como medias de la tropósfera,
constituye una de las condiciones imprescindibles
para el desarrollo de la convección; precisamente
estas condiciones favorables son más frecuentes
en el Occidente del país, tal y como puede
apreciarse en la Figura 1.
Todo lo expuesto evidencia algunos elementos
y condiciones dinámicas propicias para la
formación de los tornados en nuestra área
geográca. Estas condiciones también ocurren en
un momento donde están observándose cambios
en fenómenos meteorológicos que tienen
relación con la formación de los tornados, como
los estudios desarrollados por Álvarez y García
(2018), quienes encontraron un incremento en
la ocurrencia de tormentas eléctricas en algunas
estaciones meteorológicas de las provincias de
La Habana, Artemisa y Mayabeque.
Varias han sido las investigaciones cientícas
durante las últimas décadas encaminadas
al estudio de los fenómenos naturales y los
elementos negativos que emanan de ellos y
sus consecuencias, incluyendo la muerte de
personas; tal es el caso de Delfín, Gómez y
Barcia-Sardiñas (2020) y Roura et al. (2018)
En el caso de las TLS, esas investigaciones se
han centrado en las condiciones meteorológicas,
Fuente: Bermúdez et al. 2009:61
Figura 1: Distribución espacial de los tornados en Cuba
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acordes a los mecanismos de formación,
desarrollo, estructura física y dinámica, entre
otros elementos propios de esa ciencia, tal es el
caso de Carnesoltas y Varela (2019) y Aguilar,
Naranjo y Carnesoltas (2005). Sin embargo,
cómo impacta en la sociedad, la presencia o
afectación de estas tormentas en cualquiera
de sus manifestaciones continúa siendo una
interrogante para la comunidad cientíca y que,
de una forma u otra, las respuestas contribuyen a
un actuar enfocado y centralizado que garantice
o al menos indique los primeros pasos para el
desarrollo de procedimientos y estrategias en
función de su percepción del riesgo.
Lo planteado con anterioridad motiva a la
realización de este trabajo y también valorando
que en los últimos años se ha notado una
tendencia o apreciación que conlleva a un
posible incremento de estos fenómenos en
Cuba, evidenciándose además en testimonios
fotográcos que circulan fácilmente en redes
sociales, favorecidos por el crecimiento
vertiginoso de la tecnología celular en el país.
Entonces, cabe formular las preguntas: ¿tendrá
relación la tendencia de los reportes de tornados
en Cuba con el desarrollo tecnológico que
se ha mostrado en el país? ¿Ha representado
esto un impacto en la sociedad cubana?, lo
cual constituye el problema a resolver en esta
investigación. Para ello, se trazó como objetivo
general: determinar la relación entre el aumento
o no de los reportes de tornados en Cuba y el
avance de la tecnología celular en el país, así
como el impacto social de estos fenómenos,
mediante dos casos de estudios ocurridos en
Cruces, municipio perteneciente a la provincia
de Cienfuegos y en La Habana.
Los resultados de este trabajo serán de gran
utilidad para los meteorólogos sinópticos,
pronosticadores y climatólogos, pues la
tendencia y anomalías que muestran los tornados
en su comportamiento en el archipiélago cubano,
tributan a los pronósticos a corto y muy corto
plazo, así como a los estudios de variabilidad
climática, aportando las bases para una mayor
resiliencia a estos fenómenos.
METODOLOGÍA
En la investigación efectuada, se estudió el
archipiélago cubano (Figura 2), compuesto por
15 provincias, el municipio especial Isla de la
Juventud y más de un millar de cayos, islotes
e islas adyacentes, destacándose Cayo Coco,
Cayo Guillermo, Cayo Santa María y Cayo
Largo del Sur como algunos de los principales
destinos turísticos del país, entre otros, siguiendo
un enfoque cualitativo y predominantemente
descriptivo, con un diseño descriptivo del tipo
reporte de caso, con dos unidades de análisis, en
referencia a dos de los tornados más devastadores
que han afectado al país en el período de estudio
seleccionado, ocurridos en Cruces (Cienfuegos)
Fuente: Gómez, E. (11 de septiembre de 2017)
Figura 2: Mapa político de Cuba
Alexander Jesús Pérez González
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y en la Ciudad de la Habana.
Como consecuencia el tipo de muestreo es no
probabilístico, intencional, por conveniencia, en
tanto se ha decidido, en primer lugar, estudiar
los tornados como fenómeno meteorológico,
por interés profesional del investigador y su
tendencia en el período 1991-2020, que es una
época reciente y con abundante información.
También es intencional el análisis del impacto
de los dos tornados más dañinos y destructores
registrados en el país, uno en un poblado y el
otro en la capital del país, con características
demográcas, socio económicas y constructivas
diferentes, lo que aporta elementos de interés y
diversidad al estudio.
Con el propósito de obtener una base de datos
inicial para comenzar el estudio, se consultaron
los reportes de los tornados extraídos de la
base de datos del INSMET, con énfasis en el
período referido, años 1991 y 2020, en el cual se
reportaron 199 tornados, obtenidos como parte
del Proyecto de Investigación: Condiciones
favorables para la ocurrencia de Tormentas
Locales Severas en Cuba, “cuyas fuentes
principales provienen de la red de Estaciones
Meteorológicas de supercie del INSMET y de
acionados” (Aguilar, Naranjo y Carnesoltas
2005:201).
Dicha red se ha visto favorecida por el
implemento de tecnologías que cada vez hacen
más efectivo el proceso de detección y permiten
un previo aviso a la población, por cuanto se han
desarrollado numerosos algoritmos de detección
de tornados por radares meteorológicos, basados
fundamentalmente en la identicación de ecos
de reectividad en forma de gancho y en el
análisis de la velocidad radial tomada por radares
Doppler.
Una vez consultada la base de datos de TLS se
realizó la selección de la muestra. La misma
consiste en los reportes de tornados por año, por
meses y en cada provincia del territorio cubano,
para las tres décadas que componen el estudio.
Una vez completada y vericada la muestra se
comenzó su procesamiento estadístico mediante
el uso de la estadística descriptiva, en busca de
elementos que la caracterizaran.
Posteriormente, se determinó el promedio de
tornados ocurridos para obtener un dato que
agrupara de manera resumen este aspecto
durante los últimos 30 años y se determinó la
tendencia en cada una de las regiones de Cuba;
dicho comportamiento también se desglosó por
años y para poder determinar cuál fue la época
del año con mayor reporte se agruparon los
tornados por su mes de ocurrencia.
Para el procesamiento de todos estos datos
se utilizó WPS Oce (Writer, Presentation y
Spreadsheet), anteriormente conocida como
Kingston Oce, es una suite omática Microsoft
Windows, Linux, Android OS e iOS que
incluye los siguientes componentes: Escritura,
Presentación y Hojas de cálculo.
El diseño de la interfaz gráca es similar a la
de los productos de Microsoft Oce, y es
compatible con los archivos generados por los
productos de Microsoft (*.ppt, *.doc, *.xls,
*.txt, etc) (Disponible en http://www.wps.com),
por lo que se empleó para la entrada de datos
y operaciones en sus hojas de cálculo. Este
formato permitió obtener las tablas de cantidad
de tornados por años, por meses y por provincias.
Luego de tener esta información se trazó la línea
de tendencia anual para cada una de las tres
regiones geográcas del país (occidental, central
y oriental), la cual se obtiene de la siguiente
ecuación: 𝑦 = 𝑎𝑥 + 𝑏 dónde: a y b, son constantes
calculadas por el programa.
Resulta un interés profesional de los
investigadores el análisis de los tornados como
fenómeno meteorológico y su tendencia en el
período 1991-2020, una época reciente y con
abundante información, así como el análisis
del impacto de los dos tornados más dañinos
y destructores registrados en Cuba. De esta
manera y en conversaciones con varios de
los damnicados se puede valorar el nivel de
impacto en la sociedad y las principales variables
que inuyen.
Los tornados seleccionados, fueron uno ocurrido
en un municipio de la provincia de Cienfuegos
y el otro en la capital y la ciudad más poblada
del país, con características demográcas, socio
económicas y constructivas diferentes, lo que
aporta elementos de interés y diversidad al
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estudio.
Para el tornado ocurrido en Cruces se tomaron
en consideración los datos suministrados por el
Estado Mayor Municipal de la Defensa Civil
de ese territorio, a partir de la evaluación de
los daños causados por la tormenta y evaluados
por las autoridades locales de ese municipio en
la provincia Cienfuegos. En cuanto al tornado
de Ciudad de la Habana, en la jornada posterior
al suceso, el Consejo de Ministros de Cuba y el
presidente de la nación realizaron la evaluación
de los daños, para ello, cada ministro indicó los
daños de su sector, basándose en las viviendas
destruidas, las vías afectadas, los árboles
derribados y las afectaciones en servicios vitales
como la electricidad, el agua y el gas.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En las últimas décadas se ha avanzado
tecnológicamente en cuanto al estudio de los
tornados y su posible prevención. Dentro de
estos avances se encuentran los simuladores
de tornados, el radar de agrupación de antenas
controladas por fase y el Satélite Geoestacionario
Operacional Ambiental R. Todos ellos, de una
forma u otra, ofrecen una mejor visión que
favorece la comprensión de un tornado, su
formación, los efectos y daños que pueden
producir, lo que a su vez nos ayuda a estar
preparados.
Además, existen detectores basados en
vibraciones terrestres, sensores de infrasonido y
otros algoritmos, los cuales constituyen medios
iniciales de estudio para comenzar un proceso de
investigación que ayude a comprender y explicar
la formación de este fenómeno meteorológico y
de qué manera se puede prevenir a la comunidad,
aunque lamentablemente muchos de estos
equipos, por su alto costo, no están al alcance de
todos los países.
Sin embargo, promover la mejora de las
tecnologías actuales en la detección de
tornados es sin duda un desafío importante para
meteorólogos, físicos e ingenieros, pues una
previsión más rápida puede contribuir a salvar
vidas y disminuir los daños materiales o incluso
resguardar los medios propios del patrimonio
cultural material de una localidad.
A nivel mundial, la detección de tornados
se realiza de manera habitual mediante el
denominado Radar de Impulsos Doppler, que
es capaz de medir el rumbo, distancia, altitud y
velocidad de un objeto, gracias al cual se pueden
tener evidencias de la rotación en tormentas
ubicadas a más de 150 kilómetros de distancia.
DISTRIBUCIÓN Y PROMEDIO
INTERANUAL DE TORNADOS,
PERÍODO 1991-2020
La Figura 3 (superior) muestra la distribución
interanual de los tornados. Dentro del período
analizado se aprecia que en la década de los
noventa del siglo XX hubo un máximo de
reportes, con un total de 76 tornados; se destaca
el año 1992 como el mayor reporte durante el
período de estudio con 15 tornados; mientras que
las dos décadas posteriores presentaron cifras
inferiores, con 69 y 54 casos respectivamente.
Valorando preliminarmente los resultados
anteriores, no puede hacerse una conclusión del
todo armativa sobre un motivo especíco ante
este comportamiento, debido a que, por una parte,
en los últimos años puede alegarse una mejoría
notable del sistema de captación y detección de
los reportes de tornados por provincias y, aun
así, existieron menos reportes que en la referida
década de los noventa.
Por otro lado, en principio, la disminución
pudiera atribuirse a la relación con respecto
a algunos elementos que condicionan la
variabilidad climática, aunque esto realmente
responde a la verdadera interrelación entre la
escala sinóptica y la mesoescala.
La Figura 3 muestra el promedio interanual
de los tornados; dentro del período analizado
se aprecia que en los años noventa se alcanzó
un máximo de reportes, por lo que también
resulta la década con el promedio más elevado,
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destacándose el año 1992 con un promedio de
0,5 tornados.
También poseen cifras elevadas los años 2002,
2004 y 2020 con promedio de 0,4; 0,43 y 0,46
por ese orden. Pese a que en los últimos años hay
mayores variantes para la detección y reporte de
estos fenómenos podemos apreciar que aun así
continúa siendo menor en comparación con las
décadas anteriores.
DISTRIBUCIÓN MENSUAL DE
LOS TORNADOS, PERÍODO 1991-
2020
Cuando se analiza la distribución mensual de los
tornados en el período de estudio para todo el
territorio cubano, puede evidenciarse en la Figura
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos aportados por el INSMET
Figura 3: Total anual (superior) y promedio (inferior) de los tornados en el período de estudio
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos aportados por el INSMET
Figura 4: Distribución por meses de los reportes de tornados durante el período de estudio
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4 la variación estacional de estos fenómenos
meteorológicos. Según la climatología de
los tornados en Cuba, los meses con mayor
actividad se corresponden a los bimestres mayo-
junio y julio-agosto, debido a que los patrones de
circulación de la atmósfera para el archipiélago
cubano en el período lluvioso (mayo-octubre),
dieren sustancialmente de los patrones en el
período poco lluvioso (noviembre-abril), en el
cual están relacionados con Líneas de Tormentas
Prefrontales que anteceden a los frentes fríos.
En los meses de verano hay una mayor
variabilidad de estas condiciones, ya que los
tornados pueden ser generados producto de
la banda espiral de un ciclón, la actividad
convectiva producida por calentamiento o
producto a las Bajas Frías, según Acosta
(2008:63). La mayor presencia de tornados en
el período lluvioso puede estar relacionada con
que en este período es más frecuente la aparición
de nubes Cumulonimbos (Cb) durante las tardes,
que alcanzan un gran desarrollo vertical, y bajo
ciertas condiciones, como por ejemplo suciente
contenido de humedad en la capa 1000 – 700
hPa y el suministro estable y suciente de calor
en la Capa Fronteriza Atmosférica.
En Cuba los tornados más intensos se han
producido en Sistemas Convectivos de
Mesoescala, como lo son las Líneas de Tormentas
Eléctricas Prefrontales (LTEP) que ocurren entre
los meses de diciembre a marzo, o también en
tormentas intensas, las cuales han ocurrido
durante el período lluvioso (principalmente en su
comienzo), asociadas a la interacción del frente
de la brisa marina con las celdas convectivas
que se desarrollan en el interior de la isla (Ferrer
2013).
La condición básica para la formación de
superceldas generadoras de tornados está en
la existencia no solo de considerable energía
convectiva, sino también en la presencia de
una cizalladura vertical profunda. Ambas
condiciones son susceptibles de ser alcanzadas
en mayo, donde el predominio aún del ujo
del Oeste en los niveles medios y altos de la
troposfera, aporta condiciones de cizalladura
favorables.
DISTRIBUCIÓN Y PROMEDIO
POR PROVINCIAS DE LOS
REPORTES DE TORNADOS,
PERÍODO 1991-2020
Debido a que los patrones de circulación
atmosférica para Cuba y en general las
condiciones climatológicas varían en cada
provincia, se decidió analizar en este estudio
los reportes de tornados teniendo en cuenta
la división político-administrativa actual del
país, posteriormente estos resultados fueron
agrupados para así determinar los años con
mayor incidencia de este fenómeno.
En el análisis de la distribución y frecuencia
de los reportes de tornado en cada una de
las provincias cubanas, se concluyó que en
el interior de la región occidental es donde
existe una representatividad mayor de reportes
de tornados, en particular, en el interior de
Matanzas (64 tornados) y en Mayabeque (42
tornados), resultando interesante destacar la
gran diferencia en el número de casos reportados
en cada provincia, desde valores tan altos como
los mencionados anteriormente, hasta la no
ocurrencia de dicho fenómeno en provincias
como Villa Clara, Las Tunas y Granma. (Ver
Figura 5)
La mayor formación de tornados en la zona
occidental responde, en lo fundamental, a que se
combinan condiciones sinópticas y locales, tales
como el sistema de brisas, el cual es un mecanismo
disparador para la convección profunda, lo que
permite el acoplamiento perfecto de la atmósfera
para formar y desarrollar este evento severo,
corroborándose lo planteado por Alfonso en
1994 acerca de que también los tornados son
más frecuentes en zonas alejadas de las costas,
llanas o de poca elevación.
En la Isla de la Juventud, así como en las regiones
central y oriental de Cuba, la ocurrencia de
tornados es escasa, producto a que no es muy
frecuente la existencia de ambientes propicios
para el desarrollo de este fenómeno, ligado a
condiciones orográcas poco favorables, pero
esto no quiere decir que estén exentas del riesgo.
Alexander Jesús Pérez González
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Teniendo en cuenta la cantidad de tornados
ocurridos en cada provincia durante el período
de estudio analizado, se determinó el promedio
de ocurrencia de estos fenómenos (Figura 6),
y es más elevado en las provincias que tienen
un mayor número de reportes (Matanzas,
Mayabeque y Artemisa).
Durante varios años en la provincia de Matanzas
se ha realizado un importante trabajo de monitoreo
de ocurrencia de TLS, lo que llevó a incrementar
los casos reportados; esta experiencia sugiere
que los reportes en otras provincias son una
porción pequeña de los tornados que realmente
ocurren y, por tanto, su impacto potencial sobre
la sociedad es mucho mayor del que se reeja en
las actuales estadísticas, por lo que sería de gran
importancia desarrollar este monitoreo en las
restantes regiones del país para un mejor control
de este fenómeno, que posibilitará una mayor
preparación de la población ante el impacto
inmediato de un tornado.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos aportados por el INSMET
Figura 5: Distribución por provincias de los 199 reportes de tornados entre los años 1991-2020
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos aportados por el INSMET
Figura 6: Promedio de reportes de tornados por provincias 1991-2020.
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LÍNEA DE TENDENCIA DE
TORNADOS EN LAS TRES
REGIONES GEOGRÁFICAS DEL
PAÍS EN EL PERÍODO 1991-2020
La alta variación interanual de los tornados en el
período de estudio para la región occidental del
país, la cual ha sido por amplio margen la más
afectada, ya que es la zona más propensa a que se
presenten condiciones sinópticas favorables de
severidad que conllevan a la génesis tornádica,
puede observarse en la Figura 7.
El análisis permite percatarse que, en los últimos
años, la formación de tornados en esta región ha
ido en decadencia, al ser menos frecuentes que en
los años ochenta, pudiendo ser esta la causa del
descenso observado. No obstante, aún continúan
siendo superiores las cifras anuales de reportes
de tornados en esta región, en correspondencia
con el resto de las regiones de Cuba.
Dentro de los tornados más intensos que han
afectado esta región y que mayor impacto
negativo han tenido en la sociedad debemos
mencionar el ocurrido el 8 de mayo de 1999
en la localidad de Pedroso en la provincia
de Matanzas. El evento dejó cifra nal de 3
muertos, 14 heridos y 242 viviendas afectadas,
de ellas 101 totalmente destruidas. Unido a esto,
se reportaron graves pérdidas en las cosechas,
afectaciones en el tendido eléctrico (más de
cinco kilómetros de líneas eléctricas), las
comunicaciones y el servicio de agua potable.
Debido a las elevadas cifras de reportes de
tornados en el territorio matancero, evidenciadas
en el análisis de esta investigación, y por ende al
impacto social que ha provocado, durante el año
2020 quedó inaugurado el Centro de Gestión
de Riesgo de Desastres en el municipio Colón,
el cual ha sido escenario histórico de tornados,
resaltando el ocurrido el 8 de febrero de 1978
como el más intenso y de mayores estragos en el
territorio, por lo que su población es de las más
vulnerables en este sentido.
Contrario a lo que ocurre en la región occidental,
el centro de Cuba presenta una tendencia
creciente en el reporte de formación de tornados,
tal y como se puede observar en la Figura 8,
producto a que en los últimos 10 años se han
formado 11, de los 12 casos reportados en los
últimos 30 años, con mayor cantidad en los años
2011 y 2020, pese a lo cual aún continúan siendo
cifras inferiores teniendo en cuenta los reportes
anuales del occidente del país.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos aportados por el INSMET
Figura 7: Línea de tendencia en el período 1991-2020 en la región occidental
Alexander Jesús Pérez González
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 185
Dentro de los tornados en la región central
con mayor impacto en la sociedad se deben
destacar los siete ocurridos el 25 de mayo de
2018 en Ciego de Ávila, que afectó más de 40
hectáreas de cultivos de plátano, y un saldo total
de 34 viviendas con derrumbes parciales, dos
derrumbes totales y un ciudadano fallecido.
Otro de estos fenómenos con cifras perjudiciales
fue el ocurrido en la ciudad de Camagüey el
30 de agosto de 2017, el cual dejó a su paso
por el centro histórico de la ciudad unas 10
viviendas con pérdida total de cubierta, 14 con
afectaciones parciales, y daños en los techos de
dos instituciones culturales y una gastronómica.
Por su parte, en la región oriental es donde existe
una representatividad menor de reportes de
tornados. En los primeros 20 años del período de
estudio no se reportaron casos y se evidencia un
incremento en la última década, con un máximo
de seis tornados en el 2020, según se muestra en
la Figura 9.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos aportados por el INSMET
Figura 8: Línea de tendencia en el período 1991-2020 en la región central
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos aportados por el INSMET
Figura 9: Línea de tendencia en el período 1991-2020 en la región oriental
REPORTES DE TORNADOS EN CUBA DURANTE 1991-2020. IMPACTO SOCIAL EN CRUCES Y CIUDAD DE LA HABANA
Número 18 / DICIEMBRE, 2022 (174-190) 186
Dentro de los tornados de mayor afectación en
la región oriental se encuentra el ocurrido en
Campechuela, provincia de Granma, el 13 de
mayo de 2012. Dicho fenómeno destruyó 16
viviendas, de ellas 7 sin techo y otras 32 con
afectación en parte de la cubierta. Alrededor de
70 personas fueron evacuadas, reportándose seis
heridas y una fallecida.
Otro tornado a destacar fue el que afectó al
poblado de Cueto, Holguín, el 5 de mayo de 2018,
el cual se encuentra entre los de mayor impacto
económico y social en esta región. El fenómeno
ocasionó afectaciones en 25 viviendas, tres de
ellas destruidas totalmente. A su paso arrancó
de raíz numerosos árboles de aguacate, mango
y coco; derrumbó completamente el tendido
eléctrico y provocó otras afectaciones menos
signicativas en la carretera de Mayarí y Curva.
ANÁLISIS DEL IMPACTO SOCIAL
POR TORNADOS EN CRUCES,
CIENFUEGOS Y EN LA HABANA
Los problemas del medio ambiente y los
desastres se han convertido en una de las
mayores preocupaciones políticas, económicas,
cientícas y educativas a nivel mundial, cuya
solución en parte depende del trabajo sostenido
de los entes gubernamentales, el estado y la
participación ciudadana, en la adopción de
acciones proactivas y predictivas.
Los riesgos o peligros se generan debido a la
interacción entre las amenazas de ocurrencia
de fenómenos potencialmente destructivos
(capaces de originar desastres) y las condiciones
de vulnerabilidad, o sea, el grado de exposición
en que se encuentran las personas, sus bienes o
el medio ambiente respecto a tales amenazas.
La apreciación de los peligros de desastres en
Cuba constituye el proceso de evaluación de los
riesgos que pueden aquejar al país.
Estudios realizados por Laguna y Sánchez en
2006 demuestran la importancia que revierte en
Cuba la enseñanza en los escolares, desde las
primeras edades sobre los peligros de desastres.
La preparación para la vida profesional les
proporciona a los estudiantes conocimientos y
habilidades necesarias para aprender a evaluar los
riesgos, sustentados en estudios especializados
que realizan las instituciones cuyo objeto social
se corresponde o es acreditado por el Estado
Mayor Nacional de la Defensa Civil.
Los tornados, por su peculiaridad y condiciones
propias, son difícil de predecir y anticipar su
ocurrencia, además las consideraciones sobre
su surgimiento y su curso no suelen tener la
efectividad que hoy se consigue al pronosticarse
un huracán. Al respecto es menester apuntar que
un tornado es un acontecimiento de muy rápida
formación y de muy corto tiempo de duración
(desde segundos hasta alrededor de una hora)
y, por si fuera poco, se trata del fenómeno
atmosférico de mayor densidad energética en
el planeta. Pueden ocurrir con poco o ningún
aviso previo, es por ello que su incidencia
social resulta en ocasiones devastadora. Entre
los tornados más potentes que afectaron a Cuba
en este período, se encuentran los ocurridos
en la localidad de Cruces, Cienfuegos y en La
Habana, capital cubana.
TORNADO DE CRUCES,
CIENFUEGOS, EL 9 DE MAYO
DE 1999
“El Barrio de las Nubes, en la localidad de
Cruces en Cienfuegos fue testigo durante
el 9 de mayo de 1999 de un tornado con
desplazamiento general este-oeste que ocasionó
un rastro de destrucción sin precedentes”
(Fernández y Hurtado 2000:43). La interacción
de varios factores de la circulación atmosférica
en el entorno de Cuba dio origen al tornado
registrado como EF4 en la Escala Fujita, cuya
representación en la escala meso alfa y meso
beta quedó evidenciada en el diagnóstico de la
información disponible.
Entre los efectos más signicativos dejados
por este fenómeno a su paso se encuentran
la destrucción total de viviendas construidas
de ladrillos, bloques y de techos de tejas, el
corrimiento y desplazamiento de una placa
de su cerramiento (incluyendo la caída
del repello) el desplazamiento a más de
Alexander Jesús Pérez González
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 187
200 metros de una carreta con sus bueyes
y la caída estrepitosa de ocho gigantescos
tanques de agua de un peso aproximado
de cinco toneladas. (Fernández y Hurtado
2000:42)
El refugio y evacuación rápida de la población
hacia zonas fuera del alcance de los vientos
devastadores del fenómeno permitió protegerla,
aunque lamentablemente ocurrió el fallecimiento
de una persona y otras 15 resultaron heridas y
lesionadas.
La afectación de viviendas ascendió a un total de
264, con 40 derrumbes totales, 27 parciales, 94
afectaciones al tejado y 103 afectaciones parciales
de techo. La cuanticación de los daños causados
a la economía del país, expresados en moneda
nacional y moneda libremente convertible fue
de 443.600 CUP (denominación empleada para
la moneda nacional utilizada en Cuba) y 19.900
USD respectivamente (Fernández y Hurtado
2000).
TORNADO DE LA HABANA EL 27 DE
ENERO DE 2019
Con la gran inestabilidad generada en una línea
prefrontal, en las primeras horas de la noche del
27 de enero del 2019 tuvo lugar en La Habana
la afectación de un tornado que marcó la vida
de cientos de cubanos. Este se considera el peor
evento meteorológico de su tipo registrado hasta
la fecha en el país, donde en solo 16 minutos, este
potente y devastador tornado recorrió 11,5 km
de cinco municipios de la capital cubana (Diez
de Octubre, Guanabacoa, Regla, San Miguel del
Padrón y Habana del Este).
Este tornado dejó a su paso un saldo de siete
fallecidos, más de 200 heridos y 8 000 viviendas
destruidas total o parcialmente y constituye
un precedente para las investigaciones de los
tornados en Cuba, pues fue la primera vez que
se contó con mayor número de información para
un análisis más profundo de este evento, como
son las observaciones desde satélite y radar.
En cuanto a su intensidad y teniendo en cuenta la
evaluación de los daños observados, se conrmó
que fue un tornado EF4 (vientos entre 267 y 322
kilómetros por hora), según la escala de Fujita
mejorada. Es por ello que se puede raticar que
tuvo vientos del orden de los 300 kilómetros por
hora. (Carnesoltas y Varela 2019:449)
La luz del día descubrió más de lo imaginado:
viviendas reducidas a escombros, otras sin
techo, con paredes desmoronadas y graves
averías en su estructura; árboles, postes del
tendido eléctrico y de telefonía sobre el asfalto,
automóviles arrasados, volteados y aplastados.
También se vieron afectados con diversos
niveles de gravedad 46 centros educativos (lo
que provocó que 17.938 estudiantes fueran
trasladados a otros centros) y siete instalaciones
de los servicios de salud, de ellas un hospital
materno infantil, cuatro policlínicos, un
hospital de ancianos y una farmacia que quedó
Fuente: (González, Pineda y Cancio, 2020)
Figura 10: Afectaciones producidas por el tornado
REPORTES DE TORNADOS EN CUBA DURANTE 1991-2020. IMPACTO SOCIAL EN CRUCES Y CIUDAD DE LA HABANA
Número 18 / DICIEMBRE, 2022 (174-190) 188
parcialmente derrumbada (Carnesoltas y Varela,
2019).
Más de 201.500 consumidores quedaron
sin servicio eléctrico, 12.600 sin servicio
telefónico, la telefonía móvil y 23 zonas wi
fueron afectadas, así como redes hidráulicas y
sanitarias intradomiciliarias; las transmisiones
de la emisora provincial Radio COCO se
interrumpieron tras colapsar la torre del Centro
Transmisor de Radio, ubicado en la localidad
capitalina de Regla.
El tornado también golpeó duramente el
sector productivo, incluidas varias industrias
y almacenes, por lo que la población afectada
se estimó en unas 253 mil personas, las cuales
contaron, según la Organización de Naciones
Unidas (ONU), con un apoyo nanciero de 14
millones, 391.461,00 USD para responder a
las urgentes necesidades (González, Pineda y
Cancio 2020).
Durante el proceso inestable de la línea prefrontal
y el frente frío que dieron lugar al tornado de
La Habana, se contó con un número mayor de
observaciones de satélite y radar, con avances
meteorológicos y una tecnología superior a
los años noventa, que permitieron la emisión y
difusión de Avisos Especiales con la posibilidad
de precipitaciones y tormentas eléctricas
fuertes con tiempo severo en la costa norte
occidental de Cuba, no aparecieron indicios de
la existencia anticipada de las características
de una supercelda clásica, que explicara el
desarrollo del intenso tornado. Aun así, la poca
percepción del riesgo por parte de los cubanos
ante fenómenos como estos provocó un impacto
negativo en la población, principalmente en la
más vulnerable.
Es evidente que el incremento de la telefonía
celular ha permitido el intercambio de
informaciones de todo ámbito entre las
poblaciones. Pero, no siempre se domina el
contenido que se visualiza en las plataformas
digitales. En disímiles ocasiones, por las
diferentes televisoras nacionales y foráneas,
se conoce de la ocurrencia de fenómenos
meteorológicos en diversas partes del mundo.
Los cubanos en el último medio siglo han
adquirido una experiencia abrumadora ante la
presencia de ciclones tropicales (tormentas y
huracanes), elevando su percepción del riesgo,
con una capacidad de adaptación y preparación
increíble durante la temporada ciclónica. Es
importante destacar que estos sistemas tienen un
margen de formación, desarrollo e intensicación
mayor a otros sistemas meteorológicos y por
tanto un pronóstico más acertado. Sin embargo,
ante fenómenos como los tornados, aunque
sean débiles, no solo en los habaneros, sino en
todos los cubanos, esa percepción del riesgo es
muy baja, sobre todo porque en Cuba no son
frecuentes los tornados intensos y también por
su rápida formación e inuencia en un área, sin
tiempo para preparación.
CONCLUSIONES
En el período estudiado, la tendencia de formación
de tornados ha ido en descenso, sin embargo,
cuando se analiza la última década (2010-2020)
se ha visto un aumento en los reportes de este
fenómeno, y es la región occidental de Cuba la
de mayor cantidad de reportes, con un total de
177 tornados, mostrándose en estas provincias
las mayores pérdidas y afectaciones a los
diferentes sectores.
Los tornados presentan una clara variación
estacional en el período comprendido entre
1991 y 2020, debido a que los patrones de
circulación de la atmósfera para Cuba en el
período lluvioso dieren sustancialmente de los
patrones sinópticos en el período poco lluvioso.
De los 199 tornados estudiados, 121 (el 82
%) ocurrieron en el trimestre mayo-julio, con
un máximo absoluto en el mes de mayo (43
tornados), lo cual coincide con lo identicado en
otras investigaciones, como la desarrollada por
Alfonso en 1994 y es reejo de las condiciones
meteorológicas favorables para la formación de
estos fenómenos en dicho mes.
Los años con mayor cantidad de reportes de
tornados fueron 1992, 2002, 2004 y 2020, donde
se registraron 15, 12, 13 y 14 respectivamente,
Alexander Jesús Pérez González
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 189
a su vez estos años poseen los promedios más
elevados de ocurrencia de dicho fenómeno. En la
distribución por provincia se aprecia una marcada
diferencia en cuanto a la cantidad de tornados
en el occidente del país (177), comparado con
el resto de las regiones, la provincia Matanzas
es el epicentro fundamental de la aparición de
este tipo de fenómeno, con un reporte de 64
tornados. Precisamente los territorios de la
región occidental poseen los promedios más
elevados, teniendo en cuenta la cantidad de
tornados ocurridos durante el período analizado.
Aunque actualmente existe un ligero incremento
en el nivel de conciencia social, las entrevistas
realizadas a algunos de los afectados por el
tornado de La Habana, teniendo en cuenta la
repercusión social que tuvo en el territorio
nacional, demuestran que debe elevarse el nivel
de conocimiento y preparación, para aumentar la
percepción de riesgos en los ciudadanos cubanos
ante el impacto de estos fenómenos y elevar la
resiliencia ante estos desastres naturales, porque
además, el número de estos eventos puede
resultar signicativamente mayor que los que se
reportan, lo cual incrementa su peligro potencial.
El uso de las redes sociales favoreció en la
percepción de recuperación ante la afectación
del tornado y la fase recuperativa resultó más
compleja y larga para los damnicados de
mayor edad, coincidiendo con los resultados de
un estudio similar realizado por (Bright et al.,
2018), donde se evaluó el papel de las variables
sociodemográcas y de las redes sociales para
el control, preparación e impacto de un desastre,
utilizando el tornado Tuscaloosa de 2011 como
un caso de estudio en Carolina del Norte.
Sin embargo, en ambos casos de estudio (Cruces
y La Habana), la población a pesar de las
grandes diferencias generacionales se adapta
gradualmente, así como las diferencias en el
desarrollo económico de esos territorios, uno
agrícola y otro industrializado y con elevado
turismo, evidenció un nivel recuperativo
elevado, por la educación y el desarrollo cultural
en la preparación de toda la sociedad ante los
peligros de desastres, elementos de prioridad
para el gobierno cubano que trabaja para la
Seguridad Nacional.
DECLARACIÓN DE CONFLICTOS
DE INTERESES: El autor declara no tener
conictos de intereses.
DECLARACIÓN DE CONTRIBUCIÓN DE
LOS AUTORES: El autor declara que el 100%
del trabajo es de su autoría.
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