Número 18 / DICIEMBRE, 2022 (19-37)
UN ACERCAMIENTO A LA PRODUCCIÓN CERÁMICA
EN YAXCHILÁN DURANTE EL CLÁSICO TARDÍO A
TRAVÉS DE DOS ESTUDIOS DE CASO
AN APPROACH TO CERAMIC PRODUCTION IN
YAXCHILAN DURING THE LATE CLASSIC TROUGH TWO
CASE STUDIES
DOI:
Artículo de Investigación
Recibido: (07/12/2021)
Aceptado: (04/03/2022)
https://doi.org/10.37135/chk.002.18.01
Escuela Nacional de Antropología e Historia /
Instituto Nacional de Antropología e Historia, Ciudad
de México, México
rafael.erro.padilla@gmail.com
Rafael Fierro Padilla
UN ACERCAMIENTO A LA PRODUCCIÓN CERÁMICA EN YAXCHILÁN DURANTE EL CLÁSICO TARDÍO
A TRAVÉS DE DOS ESTUDIOS DE CASO
Número 18 / DICIEMBRE, 2022 (19-37) 20
UN ACERCAMIENTO A LA PRODUCCIÓN CERÁMICA
EN YAXCHILÁN DURANTE EL CLÁSICO TARDÍO A
TRAVÉS DE DOS ESTUDIOS DE CASO
AN APPROACH TO CERAMIC PRODUCTION IN
YAXCHILAN DURING THE LATE CLASSIC TROUGH TWO
CASE STUDIES
En el presente trabajo se aborda el tema de la producción alfarera en las Tierras Bajas
Mayas durante el Clásico Tardío (600-900 d.C.), desde la perspectiva de Yaxchilán. A
partir de una muestra de vasijas completas procedentes de contextos funerarios elitistas
del sitio, se evalúa si las vasijas que abastecían a la élite gobernante se producían en
talleres especializados adscritos al palacio o en los de artesanos independientes que
laboraban a tiempo parcial. Teniendo en consideración estudios previos tanto tipológicos
como de pastas para determinar cuál es el material que acusa una producción local, se
llevaron a cabo análisis modales de formas, medidas y motivos decorativos presentes
en las vasijas con la intención de determinar el nivel de estandarización y así evaluar
el grado de especialización en la producción; aunado a lo anterior el estudio también
atendió a un atributo adicional, el grado de desgaste por uso que muestra cada ejemplar,
pues dicho aspecto permite obtener información sobre su costo de reemplazo. El material
ha permitido obtener datos que sugieren que la cerámica que consumió la élite del sitio
durante dicho periodo fue manufacturada en talleres de artesanos de tiempo parcial.
PALABRAS CLAVE: Yaxchilán, producción cerámica, estandarización, análisis
modales, desgaste por uso
This paper addresses the issue of pottery production in the Maya Lowlands during the Late
Classic (600-900 AD) from the perspective of Yaxchilán. A sample of complete vessels
from the site’s elitist funerary contexts evaluated whether the vessels that supplied the
ruling elite were produced in specialized workshops attached to the palace or in those of
independent artisans who worked part-time. Considering previous typological and paste
studies to determine the material that shows a local production, modal analyses of shapes,
measurements, and decorative motifs present in the vessels were carried out to determine
the level of standardization and thus evaluate the degree of specialization in production.
In addition to the above, the study also addressed an additional attribute, the degree of
use-wear that each specimen shows since this aspect allows obtaining information on its
replacement cost. The material has yielded data suggesting that the pottery consumed by
the site’s elite during that period was manufactured in part-time artisan workshops.
KEYWORDS: Yaxchilan, ceramic production, standardization, modal analysis, use-wear
RESUMEN
ABSTRACT
Rafael Fierro Padilla
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 21
INTRODUCCIÓN
Yaxchilán es una urbe maya prehispánica
ubicada en la ribera del Alto Usumacinta en
Chiapas, México (Figura 1). En los trabajos
de exploración y consolidación, por parte del
Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH), que se llevaron a cabo bajo la dirección
de Roberto García Moll entre 1973 y 1985, se
hallaron diversos testimonios arqueológicos,
entre estos: seis tumbas y 36 entierros humanos.
Se le denominó tumba a “la construcción de una
estructura especíca para recibir tanto el cuerpo
del difunto como los objetos que lo acompañan”
(García 2003:40), en tanto que se designó como
entierro al foso simple que se abre dentro de la
tierra para depositar al cadáver y que puede o no
presentar algún tipo de ofrenda.
Los depósitos mencionados proveyeron de una
muestra de 148 vasijas completas asociadas a
contextos elitistas, de acuerdo a su ubicación y
características, las cuales fueron analizadas por
quien suscribe entre 2010 y 2015, en el marco
del Proyecto Yaxchilán del INAH dirigido por
Roberto García Moll, y entre otras cuestiones,
se buscó contribuir al estudio de la producción
cerámica en dicha urbe.
Diversos trabajos enfocados en la producción
cerámica en la región de las Tierras Bajas
Mayas del Sur, donde se ubica Yaxchilán, han
señalado que las vasijas destinadas al consumo
de la élite se manufacturaban bajo el patrocinio
y la supervisión del estrato dirigente en talleres
especializados (Adams 1971, Ball 1993, Foias
& Bishop 2007, LeCount 1996, Reents-Budet &
Bishop 200, Rice 2009).
No obstante, al tratar el tema de la producción
cerámica en el Área Maya, una de las principales
problemáticas ha sido la escasez de datos
arqueológicos sobre talleres de cerámica, por
lo que ha sido necesario recurrir a indicadores
indirectos de la producción, no solo para
determinar zonas de producción sino para inferir
cómo esta se organizaba, es decir, si se llevó
a cabo en talleres especializados o de tiempo
parcial.
Para estimar el grado de especialización en la
producción cerámica, los estudios suelen evaluar
Fuente: Adaptado de Google Earth y García (2003:351, g. 51).
Figura 1: Ubicación y mapa general de Yaxchilán, en Chiapas, México
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la estandarización de los artefactos partiendo de
la premisa de que, cuando esta es baja acusa
una producción en pequeña escala por parte
de varios artesanos, en tanto que una alta se
correlaciona con una producción a gran escala
de unos cuantos artesanos (cfr. Arnold III 1991,
Chase & Chase 2015, Costin 1991, Foias &
Bishop 2007, Kotsonas 2014, Rice 1991, Roux
2015, Roux & Karasik 2018, Wang & Marwick
2020). Sobre la estandarización, Barbara L.
Stark (1995) ha señalado que las formas de las
vasijas son particularmente útiles debido a que la
especialización está asociada con un incremento
en la diversidad de formas y en la uniformidad
que existe en cada una de ellas.
METODOLOGÍA
ANÁLISIS MODALES EN EL
ESTUDIO DE LA PRODUCCIÓN
DE CERÁMICA EN YAXCHILÁN
El presente artículo de investigación toma
en consideración la importancia de la
estandarización para evaluar el grado de
especialización de la producción cerámica, en
este caso para el consumo de la élite, pues como
ha señalado Cathy L. Costin (1991), un producto
que tiene un alto número de productores en
relación con los consumidores tendrá un
bajo grado de especialización, mientras que
un producto que tiene pocos especialistas en
proporción a los consumidores tendrá un alto
grado de especialización.
La metodología que se desarrolla retoma los
procedimientos de trabajos en las Tierras Bajas
Mayas que han hecho una valoración de la
estandarización de vasijas a través de análisis
modales, como los de Foias & Bishop (2007)
o Chase & Chase (2015), quienes llevaron
a cabo estudios tomando en consideración
no solo formas, sino también medidas en los
contenedores, tales como: diámetro de borde,
espesor de paredes y altura de la vasija. En dichas
investigaciones, los datos obtenidos fueron
revisados en tablas comparativas para estimar si
el grado de estandarización en la producción de
vasijas reere a una alta especialización o todo
lo contrario.
Al respecto, cabe mencionar que diversos
estudiosos del Área Maya han señalado que los
análisis modales, que tienen sus antecedentes
en el trabajo de Irving Rouse (1939, 1960),
son de vital importancia no solo para renar
cronologías sino para atender a aspectos técnicos
de la producción (Borges et al. 2018, Culbert &
Rands 2007, Foias & Bishop 2007, Forné 2006,
2010, Forsyth 1983, Giord 1976, Jiménez
2015, Reents-Budet & Bishop 2003).
La presente investigación ha seguido el modelo
de los trabajos referidos para llevar a cabo
análisis modales métricos en la ya referida
colección de vasijas completas provenientes de
contextos sellados de Yaxchilán, no obstante,
debido a que esta clase de estudio reere a la
producción de un sitio o una zona en especíco,
es necesario contar con una muestra de material
que acuse producción local.
Por lo tanto, la primera tarea fue identicar las
vasijas que reeren una producción local, con
este n se recurrió a los análisis de pasta que
previamente había reportado Patricia Fournier
(1987) en su estudio sobre la cerámica y a los
resultados preliminares de activación neutrónica
en materiales del sitio que realizó Ronald L.
Bishop (comunicación personal, marzo 2015).
Dichos trabajos han puesto de maniesto que por
lo menos dos tipos cerámicos, frecuentes en las
exploraciones y entre las vasijas de los contextos
funerarios, son de producción local, se trata del
Baadz policromo crema y el Zopilote negro
manchado, ambos fechados durante el complejo
Yaxkin (613 a 849 d. C.) del Clásico Tardío en
Yaxchilán (Figura 2), el cual ha sido precisado
no solo con base en tipología comparativa con
otros sitios cercanos y de regiones aledañas, sino
también teniendo en consideración contextos
sellados asociados a edicios fechados con datos
epigrácos, arquitectónicos y arqueológicos de
excavación (véanse Fournier 1987, Fierro 2019,
2021, López 1989).
Rafael Fierro Padilla
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En la colección, el 31 % de los ejemplares
corresponde a los dos tipos cerámicos
mencionados, sumando un total de 40 ejemplares,
los cuales en su gran mayoría proceden de las
tumbas pertenecientes a la élite del sitio y tan
solo tres ejemplares proceden de dos entierros,
siendo en todos los casos su fechamiento dentro
del complejo Yaxkin (613-849 d. C.).
No obstante, se debe precisar que al tener en
consideración el estudio arquitectónico de
los edicios y la epigrafía de los monumentos
asociados a los contextos funerarios en cuestión,
el fechamiento tentativo de estas inhumaciones
sugiere un periodo de tiempo que abarca entre
742 y 790 d. C. (véanse García 2003, 2004;
García & Fierro 2016; Fierro 2019, 2021).
Lo anterior es relevante, pues el periodo que
abarca la muestra es relativamente corto, además
se encuentra el hecho de que varios ejemplares
proceden de un mismo contexto, es el caso de 8 y
10 cuencos del tipo Baadz policromo crema que
proceden de las Tumbas I y V, respectivamente,
o bien, de los nueve platos trípodes del tipo
Zopilote negro manchado que pertenecen a la
Tumba I, estos casos son idóneos para efectuar
una comparación más precisa, al contar con
objetos contemporáneos.
Por otra parte, cabe mencionar que todos los
contenedores presentan huellas de desgaste
en diversos grados, lo que indica una vida útil
previa a su última disposición como parte del
ajuar funerario, por lo que resulta plausible
postular que dichos artefactos fueron utilizados
en vida por los personajes inhumados a los que
se asocian.
El grado de desgaste por uso es una cuestión
importante para estimar la periodicidad de
la producción (véanse Schier 1983, Skibo
2015, Thompson 2017), debido a que existe
una manufactura frecuente, como lo sería si
hubiese ceramistas especializados adscritos al
palacio atendiendo las necesidades de la élite
gobernante, el patrón de desgaste de las vasijas
asociadas a este estrato debería ser mínimo, pues
estos personajes podrían disponer de cerámica
en mejores condiciones en cualquier momento;
pero en caso contrario, si el abastecimiento es
periódico y no tan frecuente, es de esperar que
existan patrones de desgaste de grado medio y/o
alto.
Por lo tanto, para obtener datos que permitieran
evaluar el grado de estandarización, se llevaron
a cabo tres diferentes análisis modales:
a) patrones en las medidas de las formas
cerámicas (alto, diámetro y espesor de las
paredes);
b) patrones en los diseños decorativos; y
c) grado de desgaste por uso en cada contenedor
con la nalidad de establecer su coste de
reemplazo.
Se debe apuntar que entre las vasijas de la
colección de Yaxchilán se distinguió entre las
afectaciones de carácter tafonómico y las huellas
de desgaste por uso. Las primeras reeren a
alteraciones erosivas en determinadas áreas de
las vasijas (aunque estas no se encontraron entre
los contenedores considerados para el presente
estudio); mientras que las segundas se presentan
con un patrón muy especíco de acuerdo a
Fuente: Basado en Fournier 1987, López 1989 y Fierro 2019
Figura 2: Secuencia cerámica de Yaxchilán
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la clase de vasija en cuestión. En la muestra,
el desgaste se focaliza en bordes de bocas y
bases de los cuencos del tipo Baadz policromo
crema, en tanto que en los platos trípodes del
tipo Zopilote negro manchado se encuentra en el
centro de los fondos y en los soportes.
La estimación de desgaste por uso en cada vasija
se hizo macroscópicamente, utilizando para
dicha medición las categorizaciones de: alto,
medio, ligero y sin desgaste. En este orden de
ideas, aquellos ejemplares que se catalogaron
como: sin desgaste, no implica que nunca hayan
sido usados, sino que simplemente este rasgo no
se aprecia desde una perspectiva macroscópica,
lo que bien podría deberse a que tuvo una vida
útil corta.
Con el objetivo de que el lector tenga un marco de
referencia al utilizar estas designaciones sobre el
desgaste, se ofrecen imágenes con vasijas de la
colección analizada que ilustran cada categoría
mencionada (Figura 3).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
PRIMERA MUESTRA
CARACTERÍSTICAS GENERALES
El tipo Baadz policromo crema, variedad
Baadz, corresponde a una cerámica con engobe
crema y decoración polícroma que se presenta
generalmente en forma de cuenco, aunque
también se han identicado dos vasos pequeños.
En todos los casos la decoración se encuentra
al exterior y en general consiste en una banda
roja sobre el borde, enmarcada por líneas negras,
además de un diseño similar a un paréntesis o a
la letra C, que se acompaña de motivos de tres
puntos o círculos, que en conjunto se disponen
de manera secuencial alrededor de la vasija
(Figura 4).
Esta cerámica es de amplia distribución en
Yaxchilán, es frecuente en los rellenos del Clásico
Tardío, y en el caso de los contextos sellados,
Fuente: Fotografías del autor
Figura 3: Grados de desgaste por uso en la colección de Yaxchilán
Rafael Fierro Padilla
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se identicó no solo en todas las tumbas, sino
en dos de cuatro entierros contemporáneos,
además de que fue encontrada en inhumaciones
de algunos sitios cercanos como El Kinel,
Guatemala (Golden, Vásquez y Marzahn-Ramos
2007; Scherer et al. 2014) y Bonampak, Chiapas
(Tovalín y Ortiz 1999).
El tipo cuenta con dos variedades: Baadz y
No especicada (véanse Fournier 1987, Fierro
2019, 2021), y es la última la que hasta el
momento se encuentra poco representada en
la muestra (solo tres vasijas) y se caracteriza
por tener mayor diversidad en los motivos
decorativos. En nuestro estudio se optó por
considerar únicamente a la variedad Baadz
debido a que presenta mayor uniformidad en
su ornamentación y prácticamente se restringe
a la clase formal del cuenco, de la que además
se contó con 27 ejemplares procedentes de seis
contextos distintos: Tumba I (8 vasijas), Tumba
IV (4 vasijas), Tumba V (10 vasijas), Tumba VI
(3 vasijas), además de los Entierros 14 y 18 con
una en cada caso.
ANÁLISIS MODALES
Los atributos tomados en cuenta para los análisis
modales de la muestra comprenden: forma,
medidas, motivos decorativos y desgaste por uso.
En el primero, la clase formal es el cuenco para
todos los casos, sin embargo, hay diferencias
en cuanto a la presencia de base rebajada en
algunos casos (Figura 4), por lo que este rasgo
se ha apuntado dentro de dicho apartado.
Las medidas tomadas en consideración han
sido: alto, diámetro de la boca, diámetro de la
base y espesor de las paredes (en cada vasija se
registró tanto la medida menor como la mayor).
Las mediciones fueron llevadas a cabo con un
vernier eléctrico. Se debe señalar que no fue
posible distinguir el diámetro de la base en todos
los casos debido a que fue imposible precisar de
manera conable el punto exacto donde termina
la pared curvo convergente y comienza la base,
por lo que este rasgo solo se determinó en los
casos en los que la base se encuentra rebajada.
En lo tocante a los motivos decorativos,
se ha indicado que la variedad Baadz tiene
cierta uniformidad en su ornamentación pues
Fuente: Fotografía del autor
Figura 4: Cuencos con la decoración característica del tipo cerámico, y en este caso, sus bases
rebajadas
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generalmente consiste en: una banda roja en el
borde seguida de dos líneas negras que corren
alrededor, y por debajo, secuencias de paréntesis
y puntos dispuestos en forma alternada. Dado
que este patrón tomado en conjunto con la clase
formal del cuenco invita a pensar en cierta
estandarización productiva, se trató de llevar
a cabo un estudio más detallado al respecto
evaluando si en todos los casos aparecen: banda
roja en el borde, dos líneas negras alrededor
del borde, paréntesis y puntos, además de la
disposición de estos diseños y si existen motivos
decorativos adicionales.
Finalmente, el grado de desgaste por uso se
estimó en: alto, medio, ligero y sin desgaste; y
es este último apreciado desde una perspectiva
macroscópica, característica que no implica que
la vasija no haya sido usada, aunque sí tuvo una
vida útil esta debió haber sido corta previo a su
colocación en el contexto funerario.
RESULTADOS DEL ANÁLISIS
Los resultados de los análisis modales de las 27
vasijas pertenecientes al tipo Baadz policromo
crema, variedad Baadz fueron vertidos en tres
tablas: una de medidas (Tabla 1), otra de motivos
decorativos y una más de patrones de desgaste
(Tabla 2). Con respecto a la tabla de medidas, esta
indica que 10 de los 27 ejemplares tienen base
rebajada y que de manera general las medidas
cuentan con los siguientes patrones: una altura
que va de entre 4.6 a 7.6 cm, diámetro de la boca
de entre 11.1 y 17.4 cm, y espesor de las paredes
de entre 0.32 hasta 0.82 cm. Lo apuntado señala
que la variabilidad de altura de las vasijas es de
3 cm, mientras que en el diámetro de la boca de
6 cm y el espesor de las paredes de 0.5 cm.
Tabla 1: Contextos y medidas de los cuencos del tipo Baadz policromo crema, variedad Baadz
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos obtenidos
Rafael Fierro Padilla
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 27
Ahora bien, en el caso de los motivos decorativos,
la respectiva Tabla 2 pone de maniesto que en
las vasijas es usual la banda roja sobre el borde,
dos líneas negras alrededor del borde (salvo en
dos ejemplares), y diseños de paréntesis, que al
parecer no siempre se acompañan por los tres
puntos, como sucede en siete casos. Así también
se identicaron 5 ejemplares con motivos
adicionales, que no son característicos del tipo
cerámico. Si bien se cuenta con 14 cuencos
que comparten el mismo patrón decorativo, la
disposición de los diseños varía, pues en 8 casos
la secuencia de paréntesis y puntos se encuentra
en sentido de derecha a izquierda, mientras que
al contrario en 6 ejemplares.
En lo que concierne a la tabla de estimación de
patrón de desgaste por uso (Tabla 2), los datos
indican que: 2 ejemplares lo tienen en alto grado,
19 en grado medio, 5 en grado ligero y en 1 no se
aprecia macroscópicamente.
Sobre los resultados generales mencionados,
se ha considerado la posibilidad de que las
diferencias registradas entre las vasijas puedan
referir a cambios tecnoestilísticos ocurridos
durante el complejo Yaxkin (613-849 d. C.), lo
que puede ser viable si se tiene en consideración
que se trata de casi doscientos años. Por lo
tanto, se recurrió a los datos arquitectónicos y
epigrácos ya aludidos en este trabajo, con la
intención de reducir el sesgo cronológico que
Tabla 2: Motivos decorativos y patrones de desgaste en los cuencos del tipo Baadz policromo
crema, variedad Baadz
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos obtenidos
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pudiera existir en la muestra al considerarla en
conjunto.
Los datos arquitectónicos, epigrácos y
tipológicos (véanse García 2003, 2004; García
& Fierro 2016; Fierro 2019, 2021), sugieren que
la Tumba V y los entierros 14 y 18 se ubican
dentro de la faceta temprana del complejo
Yaxkin (613-752 d. C.), mientras que las tumbas
I, IV y VI en la faceta tardía (753-849 d. C.),
no obstante, aún es posible hacer otra precisión
cronológica, si se tienen en cuenta solo los
materiales pertenecientes a un mismo contexto
y que indican un consumo presuntamente
contemporáneo.
En este orden de ideas, las vasijas asociadas al
Yaxkin temprano suman un total de 12, y son
la gran mayoría de la Tumba V (10 ejemplares).
El análisis formal y la medición del material
de estos contextos indican que existen tanto
cuencos con base rebajada como sin rebajar y
que en las medidas: la altura se encuentra entre
5.5 y 7.6 cm, es decir, en un rango de 2.1 cm; el
diámetro de la boca entre 13.86 y 16.3 cm, por
lo tanto, en un rango de 2.44 cm; y el espesor de
las paredes entre 0.32 y 0.82 cm, en un rango de
0.5 cm (véase Tabla 1).
Ahora bien, si se tienen en cuenta solo las
vasijas que pertenecen a la Tumba V se puede
notar que no hay más de dos ejemplares que
compartan medidas semejantes, como sucede
entre los objetos 34 y 55, o bien con los 16 y 36,
aunque en ambos casos la diferencia evidente
se encuentra en la presencia o ausencia de base
rebajada.
En el caso de los motivos decorativos, todas
las vasijas de este periodo presentan banda roja
sobre el borde, y salvo en un caso, también
las dos líneas negras alrededor del borde. Las
diferencias comienzan con los paréntesis, pues
en dos casos del mismo contexto (Tumba V)
el diseño presenta una pequeña variación en el
trazo, y a continuación, se encuentra el motivo
de tres puntos que 6 de los 12 ejemplares no lo
presentan, y a su vez, 4 casos presentan motivos
adicionales.
Por otra parte, la disposición consecutiva de
los diseños, aunque normalmente se hace de
derecha a izquierda, hay un caso en el que se
presenta en sentido contrario. Tomando en
conjunto todos estos atributos se tiene que solo 4
de los 12 ejemplares tienen el mismo tratamiento
decorativo, estos son los objetos 35, 36, 54 y 56
de la Tumba V (véase Tabla 2).
Entre los cuatro ejemplares que comparten la
misma decoración, los tres primeros tienen base
rebajada y el último no, el rango de medidas
entre estos es de: altura entre 5.8 y 6.9 cm,
diámetro de la boca 14.09 y 16.3 cm, y espesor
de las paredes entre 0.32 y 0.6 cm. La relativa
similitud entre estas vasijas permitiría pensar en
cierto grado de estandarización, lo que además
encontraría sustento en el hecho de que se trata de
objetos procedentes del mismo contexto, aunque
desafortunadamente no son ni la mitad de los 10
ejemplares de este tipo cerámico recuperados en
la Tumba V.
En cuanto al desgaste, tenemos que del total de
las 12 vasijas de este periodo: 1 lo presenta en
alto grado, 7 en grado medio (2 son ejemplares
de entierros), 3 en grado ligero y en 1 no se
aprecia. Más de la mitad de los objetos muestra
una importante vida útil previo a su colocación
en los contextos funerarios (véase Tabla 2).
En otro orden de ideas, las vasijas asociadas al
Yaxkin tardío contabilizan un total de 15, en
su gran mayoría de la Tumba I (8 ejemplares).
El análisis formal y la medición del material
indica la presencia de solo 2 cuencos con base
rebajada, ambos identicados en la Tumba IV,
el resto la tienen sin rebajar. Las medidas de las
vasijas son: altura entre 4.6 y 7.4 cm, es decir, en
un rango de 2.8 cm; el diámetro de la boca entre
11.1 y 17.4 cm, por lo tanto, en un rango de 6.3
cm; y el espesor de las paredes entre 0.34 y 0.79
cm, en un rango de 0.45 cm. Estos patrones de
medida señalan incluso mayor variabilidad que
en la muestra del periodo anterior.
En el caso de los motivos decorativos para las
vasijas de este periodo, en todos los casos existe
la banda roja sobre el borde y los paréntesis, y
salvo en un par de casos, también es práctica
general las dos líneas negras alrededor del
borde, los puntos y la no inclusión de diseños
adicionales. En general las diferencias son
mínimas, halladas tan solo en el sentido en el
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que se disponen las secuencias de paréntesis y
puntos, pues en siete casos son de izquierda a
derecha mientras que en los ocho restantes de
derecha a izquierda.
Restringiéndonos solo a la Tumba I, que es el
contexto con mayor cantidad de ejemplares,
se tiene que las medidas son semejantes entre
sí, aunque se encuentran algunas diferencias a
nivel decorativo, y son solo similares, también
a este nivel, los objetos 2, 10, 15 y 18. Por lo
tanto, existe una aparente estandarización en la
decoración, aunque esto no resulta tan notorio
en las dimensiones de las vasijas mencionadas
(véanse Tablas 1 y 2).
En cuanto al desgaste, tenemos que del total
de las 15 vasijas de este periodo: 1 lo presenta
en alto grado, 12 en grado medio y 2 en grado
ligero. Esto patrones denotan que casi todos los
objetos tuvieron una importante vida útil previo
a su colocación en los contextos funerarios
(véase Tabla 2).
SEGUNDA MUESTRA
CARACTERÍSTICAS GENERALES
El tipo Zopilote negro manchado se encuentra
representado por platos trípodes con engobe
café oscuro o negro, los cuales pueden presentar
decoración (variedad Inciso) (Figura 5a) o
carecer de ella (variedad Zopilote) (Figura 5b).
Este tipo cerámico es de amplia distribución
en Yaxchilán, pues ha aparecido en diversos
rellenos, y en contextos sellados, se identicó en
tres tumbas y un entierro, además también hay
datos de que fue localizado en las inhumaciones
de algunos sitios cercanos como El Kinel
(Golden, Vásquez y Marzahn-Ramos 2007;
Scherer et al. 2014) y Tecolote (Scherer 2008).
El tipo cuenta con tres variedades: Reborde
basal con muescas, Inciso y Zopilote; todas
presentan como clase forma al plato trípode, el
cual presenta variaciones subformales mínimas
Fuente: Fotografías del autor
Figura 5: Platos del tipo Zopilote negro manchado: variedad Inciso (5a); variedad Zopilote (5b);
variedad Inciso, con diseño esgraado en la base (5c)
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en borde (evertido horizontal o evertido oblicuo)
y en la presencia de reborde basal para el caso
de la primera variedad mencionada. Teniendo en
consideración que las formas son muy similares
entre las variedades, se decidió tomar en cuenta
todo el conjunto para comparar medidas entre
contenedores y determinar si existen algunas
otras características compartidas.
ANÁLISIS MODALES
La muestra de este tipo cerámico comprende
un total de 13 vasijas procedentes de cuatro
contextos distintos: Tumba I (9 vasijas), Tumba
III (1 vasija), Tumba V (2 vasijas), y Entierro
14 con un ejemplar. En este caso, como en el
tipo anterior, los atributos considerados para
los análisis modales fueron: forma, medidas,
motivos decorativos y desgaste por uso. La
forma característica es el plato trípode para
todos los casos, aunque pueden hallarse rasgos
que pueden diferenciar a las vasijas como el
borde o la presencia de reborde basal.
Las medidas tomadas en consideración han sido:
alto, diámetro de la boca, diámetro de la base
y espesor de las paredes. Todas las mediciones
fueron hechas con un vernier eléctrico y en las
paredes de cada vasija se tomaron las medidas
mayor y menor.
Con respecto a los motivos decorativos se debe
tener en cuenta que en general el grupo Zopilote
carece de decoración, aunque puede presentar
diseños esgraados (variedad Inciso), o bien,
rayas impresas en el reborde (variedad Reborde
basal con muescas). Cabe mencionar que para
el estudio de la estandarización de vasijas
ha sido primordial la muestra referente a la
variedad Inciso, pues en todos los casos existe
un pseudoglifo esgraado que se repite hasta
en tres ocasiones alrededor de la pared interior,
que incluye además diseños esgraados de
burdo trazo en la base, de los cuales no se tiene
certeza si hayan sido parte del diseño decorativo
original o si por el contrario fueron hechos en
algún momento de la vida útil de la vasija en
cuestión (Figura 5c).
Finalmente, el grado de desgaste por uso,
de la misma manera que se hizo para el tipo
Baadz policromo crema, se ha medido en: alto,
medio, ligero y sin desgaste; y es este último
apreciado desde una perspectiva macroscópica,
características que no implican que la vasija
no haya sido usada, aunque sí contó con una
vida útil esta debió haber sido corta previo a su
colocación en el contexto funerario.
RESULTADOS DEL ANÁLISIS
Los datos obtenidos del análisis de forma,
medidas, motivos decorativos y patrones de
desgaste por uso indican que entre la muestra de
platos trípodes solo el que presenta el reborde
basal tiene una variación notable con respecto
a los demás, que se diferencian básicamente en
la forma del borde pues siete lo tienen evertido
oblicuo mientras que los otros cinco lo tienen
evertido horizontal.
Por su parte, las medidas de las vasijas, como se
aprecia en la Tabla 3, cuentan con los siguientes
patrones: una altura que va de 5.6 a 9 cm,
diámetro de la boca entre 24.9 y 39 cm, diámetro
de la base entre 16 y 30 cm, y espesor de las
paredes entre 0.43 hasta 1.3 cm. Lo que señala
que la variabilidad de altura de las vasijas es de
3.4 cm, mientras que en el diámetro de la boca
de 14.1 cm y el diámetro de la base de 14 cm,
en tanto que en el espesor de las paredes de 0.87
cm.
En cuanto a la ornamentación, la información
de la Tabla 4 indica que 9 de los 10 platos
trípodes de la variedad Inciso tienen el mismo
patrón decorativo, aunque cada uno cuenta con
su particularidad si se toma en consideración la
clase de pseudoglifos y diseños esgraados en
la base. Por otro lado, los datos de dicha tabla
también indican que todas las vasijas tuvieron
vida útil ya que: 1 ejemplar tiene desgaste por
uso en alto grado, 9 en grado medio y 3 en grado
ligero.
Rafael Fierro Padilla
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 31
Tabla 3: Contextos y medidas de los platos trípodes del tipo Zopilote negro manchado
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos obtenidos
Tabla 4: Motivos decorativos y patrones de desgaste de los platos trípodes del tipo
Zopilote negro manchado
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos obtenidos
UN ACERCAMIENTO A LA PRODUCCIÓN CERÁMICA EN YAXCHILÁN DURANTE EL CLÁSICO TARDÍO
A TRAVÉS DE DOS ESTUDIOS DE CASO
Número 18 / DICIEMBRE, 2022 (19-37) 32
Ahora bien, para el caso de este tipo se llevó
a cabo el mismo ejercicio que con el Baadz
policromo crema, con la nalidad de reducir el
sesgo cronológico y poder estudiar con mayor
detenimiento aquellos ejemplares que pudieran
sugerir un consumo contemporáneo, y en este
orden de ideas se tomó en consideración la
procedencia de las muestras junto con los datos
arquitectónicos, epigrácos y tipológicos para
hacer una separación cronológica y agrupar
las vasijas en los periodos Yaxkin temprano y
Yaxkin tardío, de tal manera que para el primero
la cantidad se redujo a solo 4 ejemplares
procedentes de cuatro contextos diferentes:
Tumba III, Tumba V y Entierro 14, mientras que
para el segundo, suma un total de 9 vasijas, todas
provenientes de un solo contexto, la Tumba I.
Lo anterior hace evidente que para el periodo
Yaxkin temprano la muestra no es en absoluto
representativa al ser reducida y procedente de
diversos contextos; sin embargo, la que se ubica
en el periodo subsecuente, el Yaxkin tardío, es
relevante no solo porque procede de un mismo
contexto, la Tumba I, sino también porque dicho
depósito funerario ha sido postulado como la
inhumación de un gobernante del sitio (Roberto
García Moll comunicación personal, diciembre
2014), y el hecho de que todos los ejemplares,
que se encontraron formando parte del ajuar
funerario del personaje, presenten desgaste
por uso en diversos grados sugiere que fueron
artículos utilizados previo a su colocación en
la tumba, presuntamente al servicio de este
mandatario.
Los datos recabados del material de la Tumba
I indican que entre esta muestra existen dos
variedades: Inciso y Zopilote, donde 8 son
de la primera y 1 de la segunda. Desde una
perspectiva formal, cuatro platos trípodes tienen
borde evertido oblicuo, mientras que el resto lo
tienen evertido horizontal.
Entre los platos de borde evertido oblicuo (sin
tener en consideración la vasija que pertenece
a la variedad Zopilote dado que el resto son de
la variedad Inciso), los rangos de medida son:
altura entre 6 y 8.5 cm, diámetro de la boca entre
25.7 y 38.2 cm, diámetro de la base entre 17.5 y
30 cm, y espesor de las paredes entre 0.56 y 1.3
cm.
Desde un punto de vista decorativo, aunque los
tres ejemplares comparten el patrón decorativo
de tres pseudoglifos dispuestos alrededor de
la pared interior, en ningún caso son parecidos
(véase Figura 6), además que dos de los platos
cuentan con rayas verticales esgraadas en la
pared exterior, mientras que uno carece de este
rasgo. Aunado a lo anterior, se pueden señalar
los diversos diseños esgraados en la base de
cada plato trípode (véase Figura 5c).
Fuente: Fotografías del autor
Figura 6: Pseudoglifos esgraados en el
interior de los platos trípodes del tipo Zopilote
negro manchado, variedad Inciso
Los platos de borde evertido horizontal suman
un total de cinco y todos pertenecen a la variedad
Inciso; en este tenor, con base en la información
de las Tablas 3 y 4, los objetos 4, 13 y 21
comparten medidas y patrones decorativos muy
similares, aunque en este último aspecto hay
diferencias en torno a la clase de pseudoglifo,
Rafael Fierro Padilla
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 33
situación similar es la de los objetos 1, 3 y 9,
aunando además que todas tienen diversos
diseños esgraados en la base.
La evaluación general de la muestra de vasijas
del grupo Zopilote de la Tumba I permite señalar
que:
a) los platos trípodes encuentran diferencias
subformales principalmente en el borde (para el
caso de las variedades Inciso y Zopilote) y en la
presencia de reborde para la variedad Reborde
basal con muescas.
b) no hay un patrón especíco de medidas al
considerar todo el conjunto, donde máximo
existen tres ejemplares con dimensiones
similares.
c) los patrones decorativos en el caso de los
platos trípodes de la variedad Inciso son muy
similares (un mismo pseudoglifo esgraado en
tres ocasiones alrededor de la base y diseños
esgraados en la base).
d) aunque hay pseudoglifos que son parecidos
estos no se repiten en vasijas con dimensiones
semejantes.
CONCLUSIONES
El análisis de dos tipos cerámicos locales de
Yaxchilán, adscritos a contextos sellados, indica
que la estandarización de las vasijas es relativa,
pues aunque las clases formales de ambos tipos,
el cuenco por un lado y el plato trípode por el
otro, son parecidas en todos los ejemplares, la
comparación de medidas entre objetos muestra
algunas diferencias, más notorias en el grupo
Zopilote.
En el Baadz policromo crema se apreció que los
motivos decorativos se hallan más estandarizados
para el periodo Yaxkin Tardío que en el Yaxkin
Temprano (véase Figura 2), y que durante
ambos periodos la clase formal no presenta
grandes variantes, salvo que en el primero son
más abundantes los cuencos con base rebajada.
Y considerando solo estos atributos, se puede
señalar que existió cierta estandarización en este
tipo cerámico, aunque con ligeras variaciones.
Por su parte, el grupo Zopilote está poco
representado para el periodo Yaxkin Temprano,
pues la muestra solo comprende cuatro vasijas,
por lo que es difícil aventurarse a decir algo al
respecto, caso contrario el de Yaxkin Tardío, que
se representa por nueve ejemplares procedentes
de una tumba (presuntamente de un gobernante).
Los platos trípodes de dicho contexto presentan
similitudes en la forma genérica y el patrón
decorativo, no obstante, hay diferencias en
las subformas de las vasijas (principalmente
bordes), además de los motivos ornamentales
(diferentes pseudoglifos), y en algunos casos,
incluso en la disposición de los diseños (solo dos
pseudoglifos en lugar de tres y/o rayas verticales
en la pared exterior).
Dicho lo anterior, si se opta considerar que las
diferencias identicadas entre las vasijas de
ambos tipos cerámicos no son signicativas y que
por lo tanto, estos datos no inciden ni contradicen
la tesis de la producción especializada adscrita a
palacio, que además explica la distribución entre
los diversos estratos a partir de regalos entre la
élite y demás segmentos de la población, uno
de los primeros argumentos que hallaremos
en contra para el caso de Yaxchilán, es que
los motivos decorativos no acusan una gran
especialización.
En concordancia, en casi todas las vasijas
decoradas de la muestra analizada, incluso las
asociadas a las tumbas de la élite gobernante,
abundan los diseños geométricos, y son raros
los que tienen representaciones antropomorfas
o zoomorfas como el caso de dos ejemplares
encontrados en la Tumba III, además de que
las inscripciones glícas prácticamente están
ausentes (salvo por dos vasijas recuperadas en la
Tumba IV), son más comunes los pseudoglifos,
como en el caso del Zopilote negro manchado,
variedad Inciso.
Aun obviando estos señalamientos en torno a la
decoración de las vasijas de Yaxchilán, el patrón
de desgaste por uso es un atributo en contra de
la tesis de artesanos especializados adscritos a
palacio, dado que esta característica se encuentra
presente prácticamente en casi todas las vasijas
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A TRAVÉS DE DOS ESTUDIOS DE CASO
Número 18 / DICIEMBRE, 2022 (19-37) 34
analizadas de los tipos cerámicos que son de
manufactura local (Baadz policromo crema
y Zopilote negro manchado), generalmente
en grado medio, indicando una vida útil de
cierta duración, y sugiriendo un alto coste de
reemplazo.
La cuestión del desgaste en las vasijas, en su
gran mayoría de grado medio, indica que la
periodicidad con la cual se podía consumir esta
clase de bienes no era tan frecuente, sino que
probablemente por temporadas, lo que originaba
que dichos objetos fueran utilizados hasta
alcanzar dichos grados de desgaste en supercie.
Teniendo en consideración que entre los
contextos analizados se encuentran tumbas de
importantes personajes de la élite gobernante de
Yaxchilán, es difícil creer que, si estos personajes
tenían alfareros a su disposición, tardaran tanto
tiempo en desechar la mayor parte de sus vasijas,
algunas de las cuales, con todo y su desgaste,
incluso los acompañaron como parte de su ajuar
funerario.
El patrón de desgaste observado en las vasijas,
aunado a las ligeras variaciones modales que se
han señalado (clases formales, medidas y motivos
decorativos), desde la perspectiva de este trabajo,
se considera que se ajusta más a un modelo de
producción de artesanos independientes que
manufacturaban cerámica de manera doméstica
para el consumo de la localidad, como han
concebido diversos autores en los últimos años
(Brumel & Nichols 2009; Feinman & Nicholas
2007; Hirth 2008; Hirth & Pillsbury 2013; Mills
2008; Pool 2009; Shimada 2007; West 2002).
Estos productores distribuirían sus productos
directamente o a través de intermediarios hasta
que, por algún medio, aparentemente mercantil
(dada la amplia distribución de los tipos Baadz
policromo crema y Zopilote negro manchado
en los alrededores de Yaxchilán), estos bienes
fueran adquiridos por los diversos segmentos
sociales, entre ellos el estrato gobernante.
DECLARACIÓN DE CONFLICTOS
DE INTERESES: El autor declara no tener
conictos de interés.
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