Aldo Ocampo González
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 169
los problemas de contractualismo social, las
reglas de funcionamiento de la sociedad, la
desestabilización de logos y la irrupción en
las lógicas de producción del conocimiento
legitimadas, los problemas de subalternidad, la
democracia, las luchas y resistencias de las mujeres
y de las identidades sexuales no-normativas, los
desdenes ontológicos producidos por la matriz
esencialista-individualista de constitución del
sistema-mundo, las redeniciones políticas del
mundo actual, etc. No obstante, todas estas cosas
le interesan.
La educación inclusiva sitúa su punto de
emergencia, en muchas de las luchas y
perspectivas de análisis proporcionadas por
el movimiento post-crítico, sin embargo, sus
condiciones heurísticas emergen, se visualizan y
escuchan más allá de estos aportes, inaugurando
un meta-campo de receptividad y un nuevo
paradigma en la comprensión de los fenómenos
educativos que, hasta ahora, no he sabido
cómo nombrar producto de la complejidad
que lo atraviesa. Lo político es la base de sus
condiciones de producción.
Teniendo en consideración estas premisas,
(re)articula de un modo particular cuerpos de
conocimientos legados por diversos campos y
sub-campos procedentes de las ciencias sociales,
la losofía, la pedagogía crítica, el feminismo,
la interseccionalidad, la losofía analítica, de la
diferencia y política, el análisis visual y cultural,
la de- y post-colonialidad, el anti-colonialismo,
el anti-racismo, los estudios culturales, los
estudios críticos de la discapacidad anglosajona,
asiáticos y latinoamericanos, los estudios críticos
de la raza, la deconstrucción de la psicología
evolutiva, los estudios de la mujer, los estudios
queer, entre otros muchos espacios que conuyen
produciendo un efecto de alteratividad sobre su
rostricidad.
La producción de su conocimiento se funda en
una profunda reexión acerca de su quehacer
epistemológico, buscando la transformación
práctica de lo que Ocampo (2018), denomina
Estudios sobre Educación Inclusiva, espacio
que aglutina una constelación de redeniciones
ontológicas y metodológicas desconocidas.
Su saber se convierte en una forma de interpelación
a las bases de la teoría educativa contemporánea,
descentrando la noción normativa de inclusión
entendida como extensión regenerativa del
régimen especial-céntrico y superando la
relativización de su objeto a la dictadura del
signicante soberano y edípico de lo especial.
En esta conuencia de aportes analíticos,
políticos, éticos, categoriales y metodológicos
nada alcanza un estatus de armonía, sino
de complejas movilizaciones entrópicas
que desestabilizan permanentemente sus
herencias y sistemas de estabilización de
aquello que puede vincularse con tal región
de trabajo, incluso, cada uno de ellos se irrita
y enemista, sistemáticamente. Nada de esto
es fácilmente identicable ni cartograable,
exige de continuas prácticas de rearticulación
y traducción de sus unidades de construcción,
dando paso a una versión legítima de sí misma,
una singular modalidad de criollización que
emerge del contacto, inter-penetración, giros,
discontinuidades y transformaciones heurístico-
topológicas de elementos absolutamente
heterogéneos entre sí.
Disfruto signicando a esta práctica como un
progreso en la consciencia epistemológica
del campo, o la creación de algo diferente a lo
heredado. Sin duda, este es uno de los puntos más
álgidos en su comprensión teórica: la creación
de un objeto que no le pertenezca a nadie. La
educación inclusiva es un campo de múltiples
agenciamientos heurísticos, “una constelación
de ideas, preocupaciones, posicionamientos,
intervenciones y teorías que conforman un
pensamiento” (Hernández 2018:7).
La educación inclusiva es una forma de escape
al adiestramiento directo de las disciplinas,
constituye un espacio que se abre a
la existencia de las relaciones externas,
variadas, otantes, hace posible la
relación. En la «forma todo», las partes
están co-implicadas esencialmente y su
continuidad y cohesión están aseguradas
por la totalidad. En la «forma cada» hay
discontinuidades y disyunciones reales y
en consecuencia «siempre hay algo que se
escapa», dice James. Lo que se escapa es lo
que hace el movimiento, lo que crea, lo que
innova. (Lazzarato 2006:23),