PERCEPCIONES SOBRE EL ROL EDUCATIVO DE LAS FAMILIAS DE ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD
Número 16 / ABRIL, 2022 (68-82) 72
todos los profesionales implicados según cada
caso.
De esta manera se puede hablar de una educación
incluyente que plantea objetivos comunes
de acuerdo con las necesidades de cada niño
(Echeita et al. 2004, citado por Echeita y Simón
2014), (Cabrera, Lizarazo y Medina 2016).
Ahora bien, la familia constituye una parte clave
de la comunidad educativa ya que “la identidad
del individuo es consecuencia de su inserción en
una determinada forma de familia y a una cadena
de hechos impredecibles que se viven dentro de
ellas tal como la discapacidad” (Araque, Beltrán,
y Pedroza 2019:210). De tal forma que según
López (2009), el rol que desempeña la familia
en el proceso educativo ha ido evolucionando,
pasando de ser únicamente aquellos a quienes
se les informaba sobre el tipo de educación que
se les podía ofrecer según el diagnóstico de sus
hijos, a constituirse en colaboradores del proceso
de enseñanza, con derecho a decidir sobre el
modelo de escolarización (Garzón 2020).
“Los padres se convierten en los responsables
directos de la educación y rehabilitación de
su hijo con discapacidad” (Villavicencio et.
al. 2018:90). Es por ello que para que su
participación sea eciente y puedan tomar
decisiones respecto al ámbito social y educativo
de sus hijos, los padres solicitan capacitación y
orientación, para conocer de mejor manera las
implicaciones de sus decisiones y actuaciones, y
en función de mejorar sus habilidades y calidad
de vida familiar (Badia 2005), (García y López
2016). Por lo que “es prioritario que este papel
mediador, educativo de la familia no ocurra
de manera espontánea, sino que también estos
tengan la oportunidad, el deber, y el derecho a
ser informados y formados para su rol” (Ramos
y Gonzáles 2017:109).
Sarto (2001) sostiene que a lo largo del ciclo
vital de un hijo con discapacidad, las familias
pasan por distintas fases de acuerdo con las
nuevas responsabilidades ocasionadas por cada
etapa del desarrollo. Una tarea correspondiente a
las etapas iniciales de los niños es el acceso a un
servicio educativo dentro de los límites etarios
establecidos.
Asimismo, una vez que el niño ha ingresado al
sistema escolar es deber de los padres “dedicarle
tiempo a su tarea, ya sea ayudándole, atender a
su vestimenta, su alimentación, socialización,
sus horarios y su material escolar” (Domínguez
2010:4). “Los estudios sobre los efectos de
cooperación entre las familias y el personal
docente muestran que esta ha favorecido al
estudiante en condición de discapacidad en
aspectos como el apoyo familiar a la realización
de tareas escolares” (Montaño, Cerón, y Martín
2019:146).
La participación de la familia en la comunidad
educativa conlleva la toma de decisiones y el
establecimiento de nuevas propuestas (Sucari et.
al. 2019). De modo que los padres deben tener la
capacidad de afrontar situaciones de interacción
con el resto de la comunidad educativa, transmitir
seguridad, conanza y propiciar el desarrollo de
la autoestima de sus hijos, ya que la seguridad
emocional que los niños desarrollen en cada
etapa dependerá también de los vínculos de
apego y del tipo de relación establecida dentro
de la familia (Garzón, 2020), (Gonzales et al.
2021).
Es decir, además de disponer de conocimientos
acerca del desarrollo infantil, es tarea de los
padres entonces, comprometerse, procurar
un ambiente de calidad educativa, basar sus
relaciones en el diálogo y brindar conanza
(Alfonso 2010). Para ello existen aptitudes
fundamentales como aprender a comunicarse,
hábitos de aseo como vestirse y asearse,
obedecer, proteger y compartir, participar en
juegos colectivos, respetar reglas, reconocer lo
que está bien y lo que está mal y desarrollar un
carácter y personalidad (Garzón 2020).
Estas aptitudes son conocidas como socialización
primaria, de manera que al entrar en la escuela el
niño ya cuente con una inuencia educativa del
entorno familiar y de su medio social (Maestre
2009), (Cala y Tamayo 2013).
La familia con un hijo con necesidades
especiales debe desempeñar las mismas
funciones que las demás. (...) la diferencia
está en que cada una de ellas es más difícil
de cumplir cuando se trata de atender al
hijo con discapacidad, pues los recursos