
Ferran Cabrero
CHAKIÑAN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades / ISSN 2550 - 6722 221
salario), de sus recursos y de sus productos, en
torno al capital y del mercado que se torna por
primera vez en la historia de la humanidad en un
fenómeno socio-económico mundial.
En la tradición antropológica, el término
aculturación (del inglés acculturation, a veces
traducido como transculturación) se puede
rastrear hasta nes del siglo XIX, pero a
principios del siglo XX se utiliza profusamente
en investigaciones sobre cambio acelerado
en las culturas indígenas de Estados Unidos,
connadas en reservas (Herskovits 2011 [1948]:
565-585).
Gracias a las fuentes etnohistóricas, como
método de investigación se puede identicar
un punto cero articial pero útil para entender
cuándo, dónde, cómo y por quién sufrieron
cambios dramáticos los omaguas y su cultura.
En 1541 son descritos por primera vez por
Carvajal, el cronista del descenso de Orellana
por el Amazonas. Luego, en las subsiguientes
expediciones (Ursúa, Acuña, De la Cruz) los
irán encontrando e identicando de forma clara:
modelado craneal, vestimenta de algodón,
canoeros, comerciantes y guerreros que usan
estólica y macana, patrón de asentamiento
ribereño con pueblos extensos a lo largo de
las riberas del Napo y del Amazonas y, como
característica política más sobresaliente, la
existencia de caciques que parecen gobernar
varios pueblos. Se habla de una población de
decenas si no centenares de miles (Cabrero
2020).
A nes del siglo XVII son los indios amigos de
los españoles en las entradas para reducir a los
bárbaros del hinterland, y de los portugueses a
la búsqueda de mano esclava; durante el siglo
XVIII ellos mismos son perseguidos por estos y,
en busca de refugio, hacen aumentar la población
de las reducciones de los españoles, refundadas
por el misionero jesuita Fritz conforme los
portugueses y las misiones carmelitas avanzan
hacia el oeste; como sucede con San Joaquín de
Omaguas, que del curso medio del río Amazonas
en el siglo XVII acaba en el Alto Amazonas,
cerca de la desembocadura del Marañón, en el
siglo XVIII. En el Mapa de las Cortes de 1749
para la preparación del Tratado de Madrid de
1750 entre España y Portugal, aunque con
errores (algunos intencionales), la frontera
del Amazonas brasileño llega hasta donde se
encuentra hoy, en la desembocadura del río Iça
(Putumayo).
Por la misma época es la narración de Uriarte
(1986 [1774]:166) donde se evidencia que las
antiguas tradiciones se van perdiendo: “Los
omaguas viejos son entablillados, mas ya los
niños y mozos con el cuidado del Misionero lo
dejan”. O bien esas mismas tradiciones quedan
como recuerdos exóticos:
En este tiempo, sacando tierra en el
Cabildo viejo para meter el trapiche (había
sido iglesia antigua), sacaron una calavera
de omagua, tableado de casi media vara
de larga, y el huésped me la pidió para
llevarla a la Academia de París. Púsele un
papel bien pegado arriba, con este rótulo:
“Calavera de indio omagua cristiano; un
padrenuestro y avemaría, quien la viera,
por su alma”. (Uriarte, 1986 [1774]: 304)
A principios del siglo XIX son mansos y han
perdido el hábito del modelado craneal como
marcador cultural. Tampoco se reporta su
característica cushma o vestimenta de algodón,
ni sus armas como marcadores culturales. En
1828 apenas quedan 50 parejas en la antigua
misión de San Joaquín de Omaguas, de acuerdo
con el ocial británico Maw. En el mismo pueblo
en 1851, los norteamericanos Herndon y Gibbon
hablan de doscientas treinta y dos personas, entre
omaguas y panos, que viven en la miseria.
El naturalista italiano Osculati ve campivas
(omaguas), junto con otras etnias, en São Paulo
de Olivença. A nes del siglo XIX, Marcoy
apunta que aún mantienen la lengua, pero en la
intimidad, y son el tupinamba y un portugués sui
géneris sus lenguas de comunicación fuera de la
comunidad más reducida o el ámbito familiar.
Nadie habla de caciques en el sentido de control
regional, con lo que, junto con la pérdida de
marcadores culturales bien visibles (modelado
craneal, vestimenta de algodón, lengua) y
número poblacional por los choques armados y
las epidemias, se ha de añadir la eliminación de
su estructura política (Tabla 1).