
ENTRE DESAFÍOS Y LOGROS: MARÍA ELINA ZÚÑIGA VILLACRESES, PRIMERA MÉDICA DE RIOBAMBA
Número 24 / DICIEMBRE, 2024 (150-170)
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Humberto Ordóñez, Miguel A. Arauz, Guillermo Cáceres, Pedro
Gómez Llueca, Leopoldo Moncayo, Cornelio Reyes A., Hugo Ávila
Cedeño, Arezzi Mickeli” (Samaniego, 1957).
EJERCICIO PROFESIONAL
Tras la obtención de sus títulos académicos la pareja tomó una importante
decisión: viajar a Chile para cumplir con el compromiso asumido por
Guillermo Cáceres años atrás cuando recibió del Municipio de Punta
Arenas una beca estudiantil de la que anualmente presentaba evidencias
en cuanto al avance de su formación. Entre octubre y noviembre de
1932 realizaron trámites legales en el Ministerio de Educación Pública
y en el Ministerio de Relaciones Exteriores, así como en el Consulado
de Chile en Ecuador13 (Zúñiga, 1932b). Con su documentación en
regla, junto a su hijo Guillermo Alberto, nacido pocos meses atrás, se
dirigieron al extremo sur del país austral, a la provincia de Magallanes,
donde se ubica la ciudad de Punta Arenas.
Su estancia en Chile duró alrededor de cuatro años, Guillermo Cáceres
ejerció la profesión devengando su beca, mientras que, no se ha
evidenciado si María Elina Zúñiga lo hizo en este período, a pesar de
que en el país la presencia de mujeres médicas no era algo novedoso,
pues en el siglo XIX seis ya se habían titulado en Medicina, encabezadas
por Eloísa Díaz, graduada el 3 enero de 1887 (Sepúlveda, 2019).
A inicios de 1936, cumplida la devengación de la beca y debido a la
difícil situación económica que vivía Punta Arenas decidieron elegir
otra urbe para establecerse. Descartada la posibilidad de regresar a
Ecuador escogieron migrar a Huancayo, ciudad andina capital del
departamento de Junín en el centro de Perú, conocida por sus buenas
condiciones económicas, geográcas y una adecuada comunicación
mediante el ferrocarril central, lo que la convertía en la ciudad más
importante de la región central del país. Huancayo no era una urbe muy
grande, en aquella época su población sumaba 137 932 habitantes y
123 609 habitantes en el resto de la provincia (Nota Editorial, 2017); no
obstante, su ambiente tranquilo y acogedor la convirtió en un destino
atractivo para muchos extranjeros que deseaban instalarse.
Previamente, en Valparaíso, ante el cónsul don Emilio Ortiz de
Cevallos, el 8 de enero de 1936 registraron sus títulos de médicos en
el Consulado General del Perú. De acuerdo con otra inscripción que
consta en el reverso de sus títulos, la Facultad de Ciencias Médicas de
Lima, registró los mismos, a fojas 137 y 136, respectivamente, en su
libro de Secretaría el 13 de julio de 1936 (Zúñiga, 1936), con lo cual
podían ejercer la profesión en el país peruano.