Eleder Piñeiro Aguiar - Miembro del Consejo Editorial
Número 12 / DICIEMBRE, 2020
III
EDITORIAL
El año 2020 será por siempre recordado, como el momento histórico en que toda la
humanidad se vio arrojada, en la más pura conceptualización heideggeriana, a un
mundo común, caracterizado en este caso, por una pandemia mundial publicitada,
compartida, racionalizada y combatida desde diversos lugares, pero bajo un objetivo
muy concreto: la supervivencia y la vuelta a una sociabilidad que parece que ya no
podrá ser la misma. Supervivencia tanto sanitaria como económica, como si esas dos
esferas pudiesen estar separadas. Nunca un hecho social total, como lo expondría
Marcel Mauss, fue tan social y tan total.
Para el campo de la ciencia en general, el camino recorrido y por recorrer, nos muestra
que no hay atajos en la tan demandada cura: en forma de vacuna, pero también en
métodos de diagnóstico, cuidados, detección de síntomas, prevención, etc. Y es así
que se habla de mundos complejos en tensión, en forma de experimentos, laboratorios,
compañías, universidades, farmacéuticas…Todo ello, además, complejizado en una
red global de poder con diferentes intereses, recursos, agentes, estados, empresas y
medios de comunicación, entre otros, que disputan la hegemonía del discurso.
En tal sentido, lo que se habla desde la ciencia, pasa por un proceso riguroso, objetivo,
neutral, que permite observar por una parte campos en tensión al interior de los
diferentes esfuerzos cientícos; pero también un accionar común en forma de métodos
y caminos a seguir. Quizá nunca en la historia de la humanidad se esperó tanto de
la ciencia y nunca se estuvo tan atento al saber experto, relacionado con conceptos
tales como contagio, carga vírica, trazabilidad o tantos otros, quizás nunca antes la
ciencia fue entendida como esperanza y respuesta a los tiempos de emergencias y de
urgencias, que de diferente manera todos los países tratan de combatir con los medios
que disponen a su alcance.
¿Y las Ciencias Sociales y las Humanidades?, ¿qué tienen que aportar en lo que se
habla?, ¿cómo hablan?, ¿quiénes son sus interlocutores?, ¿cuáles sus mensajes?
Comenzando por una óptica nietzscheana es necesario recordar que: no existen hechos,
solo interpretaciones, por tanto, las diversas interpretaciones que se interponen en
cuanto a medidas, controles, vigilancias, regulaciones, leyes, normalizaciones y
disciplinamientos, entre otros factores, son lugares de especial atención por parte de
diversos teóricos sociales, lo que se evidenció desde los primeros días de la pandemia,
donde varios autores se hicieron eco de la novedad, publicando en diversos medios.
Las repercusiones en el capitalismo, los cambios en los valores, las formas de
socialización, las relaciones de la salud con el campo de la economía, el papel
del Estado, lo ecológico como problema, los cuidados ligados al problema del