DES-AFRICANIZACIÓN EN LAS NEGRERÍAS DEL VALLE DEL MANTARO - PERÚ
Número 14 / AGOSTO, 2021 (112-129)
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La revisión de la presencia española en los Andes
peruanos a raíz de los actos celebratorios de los
500 años, donde la conquista es redenida como
invasión, implica analizar la llegada y presencia
de los esclavos, entendiéndolos como aliados de
los invasores. Bendezú y Carhuapoma arman
que “Los esclavos negros al llegar al Perú,
también participaron en la invasión y ocupación
de los nuevos territorios que posesionaron los
españoles” (2018:69).
Sobre el tráco de esclavos en el valle del
Mantaro, en especial Jauja, Barriga (2009) ha
documentado las rutas, el origen o procedencia,
el volumen de venta, entre otros datos de una
signicativa población afroandina con la que
se tracó entre los pueblos indios de esta parte
del virreinato peruano. Tráco similar a los que
aconteció en Cusco, Cajamarca y Lima.
En el tráco de afroandinos al interior
del virreinato peruano, desempeñaron un
importante rol los corregidores y religiosos
(mayoritariamente franciscanos) ante la alta
demanda de mano de obra esclava, en especial
en el siglo XVII en razón a las minas de plata
situadas en Huancavelica. Un siglo complicado
para la trata negrera debido al “colapso
demográco indígena” (Barriga 2009:10).
El virreinato se abastecía por el norte con
esclavos procedentes de Panamá y por el
sur con el tráco que se iniciaba en Buenos
Aires y llegaba hasta el Cusco. En este punto
considérese el origen de uno de los personajes
de la Tunantada, danza que se realiza paralela
a los Chacranegros, el Argentino o Tucumano.
Así como este personaje, de paso por el valle,
las danzas andinas han incorporado en su
imaginario festivo a muchos otros foráneos.
En el pueblo de Concepción (antes Lurin Huanca/
San Jerónimo de Tunán), los franciscanos
organizaron su principal centro misionero, el
Convento de Ocopa. Es de suponerse que los
poblados situados alrededor del Convento
estuvieron habitados por población venida de
África. En los actuales distritos de Matahuasi,
Ingenio y Nueve de Julio que circundan al
Convento se bailan negrerías. Acompañando a
los religiosos los esclavos afroandinos también
se adentraron a la selva; de ahí que se hable
de población negra integrando el ejército del
rebelde Juan Santos Atahualpa (Barriga 2009).
En las rutas negreras del valle de Jauja, Barriga
mapea un intercambio comercial que de norte
a sur incluye las provincias de Huánuco, Lima,
Chincha, Ica, Huancavelica, Junín, Huamanga,
Andahuaylas, Cusco y Córdova (Argentina). En
cada uno de estos lugares si no se hallan, a la
fecha, un asentamiento de población afro como
en Chincha e Ica sí se escenican negrerías. El
orbe centro andino en las regiones de Áncash,
Huánuco, Huancavelica, Junín, Ayacucho
y Andahuaylas no tiene una signicativa
poblacional afroperuana, pero sí negrerías.
Si bien la mayoría de los esclavos provino de
África, muchos de los que están registrados
en el comercio son criollos; esto es, nacidos
en tierras del imperio; por lo que es factible
hablar de afroandinos nacidos en el valle del
Mantaro. Entre 16 y 25 años tenían los esclavos
al momento de ser vendidos y coincide con la
edad en la que los danzantes, de la mayoría de
las negrerías actuales, se disfrazan, enmascaran
y bailan.
Los danzantes de los Negritos de Huánuco,
Huancavelica, de la Pachahuara y de la
Morenada son adultos o mayores de 25 años. En
razón al costo que demanda solventar la esta y
que se ha incrementado debido a la contratación
de bandas de músicos en vez de las orquestas
típicas.
Según Bowser (citado en Barriga 2009:20) el
contacto sexual entre la población indígena y
la africana fue controlado y penalizado. “(…)
hubo fuertes sanciones como recibir 100 azotes,
mientras que la negra recibía 10 azotes. En caso
de reincidencia se le castraba al varón y se les
cortaba las orejas a las mujeres”.
Siguiendo esta lógica, la tenencia de esclavos
por parte de los indios estaba prohibida, así
como que los negros habitasen los pueblos
indios. Pese la prohibición, la unión entre estos
dos grupos étnicos dio origen a las castas y por
ende a una importante población mestiza afro-