LA COLONIZACIÓN DEL NIÑO
Número 10 / ABRIL, 2020 (130-143)
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ción colonial de la infancia.
En este marco estos elementos son importantes
para comprender la violencia contra la infancia. A
partir de todas estas nociones, las formas de vio-
lencia que se producen en la infancia se vuelven
cognoscibles, y facilitan la comprensión psicoso-
cial de su colonización.
De hecho, fue necesario ubicarse en diversos cam-
pos sociales. En primera instancia se hizo un acer-
camiento a los trabajos de Fanon (1965), Memmi
(1966) y Mendel (1974), y se situaron elementos
para comprender la estructuración subjetiva del
sujeto colonizado, en su forma yoica.
Este análisis permite colocarse en otros campos y
analizar la manera en que se congura la paterni-
dad y maternidad colonizadas, y cómo ello esta-
blece una condición para colonizar al niño en la
vida cotidiana, con estrategias y discursos diver-
sos.
Esta reexión sobre la madre, el padre, e hijo co-
lonizados, se enlaza con campos intra-subjetivos
asociados a la incorporación de la culpa y el sen-
timiento de abandono en los sujetos, como con-
secuencia de la reproducción del proceso de co-
lonización de la infancia, es decir, reproducción
histórica al interior de las familias.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Fanon sostiene que: “Para inventariar la concep-
ción del mundo de un hombre, conviene proceder
en las investigaciones como si, desde una impre-
sión de la infancia hasta el estado de cosas actual,
se trazara una línea.” (2009:77), reriéndose a la
necesidad de comprender la historia del sujeto en
su singularidad, a partir de rastrear su infancia, in-
cluyendo las formas y contenidos que se produ-
cen en la relación que este establece con su tejido
e instituciones sociales, por lo que se puede dar
cuenta y explicar los comportamientos en la edad
adulta.
Pero si a esta singularidad se la coloca en un con-
texto y la historicidad de prácticas sociales especí-
cas como lo sugiere Gadamer (1993), facilita una
mayor comprensión de dichos comportamientos.
Horkeimer (1994) por su parte, identica la con-
tradicción de que, a pesar de los cambios en la
economía, la política y las formas de Estado en las
sociedades, las familias quedaron ancladas a los
estilos colonial-hacendatario. Y es justamente esta
estructura la que se mantiene en las familias por
hoy ubicadas como urbano-rurales, las familias
campesinas aún reproducen prácticas culturales
de crianza en la lógica colonial.
La apuesta teórica de Fanon (1965) permite com-
prender cómo históricamente el régimen colonial
se incorporó en los sujetos y, a pesar de que se
han transformado las lógicas económicas y las es-
tructuras sociales en las diversas sociedades, estas
mantienen relaciones sociales basadas en la repro-
ducción de innovadoras formas coloniales, que
reproducen la exclusión y la marginación social,
particularmente en los países denominados de la
periferia, donde se instalaron, posterior a la con-
quista, los regímenes coloniales.
De hecho, en América Latina y en Ecuador en
particular, la lógica colonial se extendió en las re-
laciones hacendatarias que se emplazaron incluso
en los espacios urbanos. Por tal razón, una forma
de comprender comportamientos sociales ligados
a formas de violencia en la familia, la escuela y
otros espacios sociales, supondría mirar cómo las
relaciones coloniales se instalaron como prácticas
culturales de crianza y prácticas culturales educa-
tivas.
Se observa justamente, y a través de las siguientes
reexiones en campos sociales distintos, particu-
larizando las maneras de ejercer la paternidad y
maternidad, cómo dichas prácticas son esencial-
mente coloniales. Horkheimer (1994) plantea que
“la civilización moderna emancipó a la familia
burguesa” (p.177). Al ser precisamente esta su
gran contradicción, pues “la familia siguió siendo
esencialmente una institución feudal basada en el
principio de la sangre” (Horkheimer 1994:177).
Para comprender dicha armación en el contex-
to de América Latina, hay que recordar que, en el
siglo anterior, el régimen hacendatario seguía en
vigencia, las formas de trabajo basadas en el con-
certaje solamente posterior al levantamiento indí-