EN DEFENSA DEL PLURALISMO LATINOAMERICANO: LAS ESFERAS DE LA JUSTICIA Y LA IGUALDAD COMPLEJA EN MICHAEL
WALZER. UN DILEMA PENDIENTE POR ATENDER
entropía al interior de los pueblos colonizados,
generada por la colonialidad del saber y del poder
que, entre otras formas, se manifiesta en principio,
con el mero desconocimiento de los “saberes
ancestrales históricamente generados por los
pueblos originarios en su milenaria convivencia
con sus espacios territoriales” (Quintero
2019:285).
Consecuentemente, en aras de fulminar las esferas
de colonización impuestas al pluralismo, es que
entra a tallar los conceptos de igualdad compleja y
PL, a medida que se va desarrollando la tiranía en
los europeos y norteamericanos.
Para la configuración del primer tópico conocido
como igualdad simple, se comprende la narrativa
desde el dar y recibir de manera recíproca e
igualitaria. Configuración que resulta utópica en
AL desde la visión walzeriana, porque a larga data
puede llevar a la tiranía. Entonces, para el mejor
entendimiento de los casos:
Imaginemos una sociedad en donde todo esté
a la venta y todos los ciudadanos posean la
misma cantidad de dinero. He de llamar a
esto el «régimen de la igualdad simple (…)
Si se quisiera mantener la igualdad simple
por algún tiempo, será necesaria una ley
monetaria» semejante a las leyes agrarias
de la Antigüedad o al Sabat hebreo, a fin de
asegurar el regreso periódico a la condición
original. Sólo un Estado centralizado y
activista podría ser lo suficientemente fuerte
como para forzar un regreso así… (Walzer
2004a:27)
Por ende, no se puede encontrar sociedades
absolutamente simétricas ni personas con la
misma ideología; en lo descrito más bien se
presenta la diversidad de la especie humana en
todas las dimensiones, por ello, en este apartado
respetaremos la postura de Walzer. Además, para
la concreción de esa forma de igualdad, se requiere
de Estados fuertes con capacidad de coacción, con
el fin de garantizar el funcionamiento del aparato
estamental, supuesto que al parecer han estado
aprovechando los colonizadores del norte durante
más de cinco siglos.
Ahora bien, a la igualdad simple se inserta
el problema del monopolio generador de la
desigualdad que merece un tratamiento especial
en la contienda de los que habitan el Abya Yala.
Entonces, desde la lógica de Rawls, analizado por
Walzer, se comprende el término de la diferencia
que trae consigo el monopolio asociado a la
desigualdad, pobreza y exclusión.
Pero aquella diferencia en el supuesto del
monopolio puede ser justificada si está orientada
a generar un mayor beneficio para las clases
expoliadas. Sin embargo, el mismo Estado
circunscrito (garante de la distribución plural) cae
en la monopolización imperfecta. De este modo la
teoría walzeriana explica que:
La igualdad simple requerirá de una continua
intervención estatal para destruir o restringir
todo incipiente monopolio o reprimir nuevas
formas de predominio. Pero entonces el poder
mismo del Estado se convertirá en el objeto
central de la pugna competitiva. Grupos de
hombres y mujeres buscarán monopolizar y
luego usar al Estado a fin de consolidar su
propio control de otros bienes sociales; o
bien, el Estado será monopolizado por sus
propios agentes en arreglo a la férrea ley de
oligarquía. (Walzer 2004a:28)
Desde el momento contractual, los colonizadores
del nuevo mundo, para justificar tales actos viles
utilizaron la teoría de la guerra justa, que, además,
serviría para la supuesta expulsión del maligno
propio de América en versiones de Galeano.
Esta teoría tenía seis principios: el primero que
considera la guerra como justa; el segundo que
la asume como un mal menor; el tercero que la
toma como un mal necesario; el cuarto que la ve
como un bien; el quinto que la postula como un
acto divino y, finalmente, el que la considera como
un hecho propio de la evolución (Walzer 2001;
Jaramillo & Echeverry 2005). Se justificó de esa
manera una serie de atrocidades y violaciones en
toda América.
Tales tesis provocan la imperiosa necesidad
de entablar la hermenéutica en función del
“poder político que se vuelve dominante en una
democracia, y es convertible de manera que los
ciudadanos elijan. Pero en la práctica, otra vez,
destruir el monopolio del poder neutraliza su
predominio” (Walzer 2004a:29). En esa medida,
el Estado, monopolizado por algunos hombres