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REVISTA CHAKIÑAN, 2019, Nº.7, ABRIL, (94-103)
ISSN 2550-6722
“LOS DOMINADOS Y EL ARTE DE LA RESISTENCIA”.
UNA RESEÑA DE JAMES C. SCOTT
“DOMINATION AND THE ARTS OF RESISTANCE”. A REVIEW OF JAMES C. SCOTT
ABSTRACT
RESUMEN
Collective action in pure domination episodes is a natural activity of the dominated subjects in
a public scenery. This review raises a theoretical discussion about the James Scott’s work: “Do-
mination and the Art of Resistance”. The objective is to review the analytical categories and
methodological tools used by the author in the comprehension of subaltern societies and their
relationship with dominant groups.
Findings were based on ve categories developed through
the documentary and informative analysis. The role of the state, discourses, ideology,infrapo-
litics and culture are the main references in Scott’s work. The rst result is an innovative lite-
rature to study domination as a political process through events from dominant´s perspective.
Finally, it concludes with a brief review of the strengths and weaknesses of this theoretical and
methodological approach.
Keywords: Collective action, discourse, domination, infrapolitics, resistance.
La acción colectiva en episodios de dominación pura es una actividad natural de los sujetos
dominados en el escenario público. Este trabajo es una discusión teórica a la obra “Los domina-
dos y el arte de la resistencia” de James Scott. El objetivo es examinar las categorías analíticas
y herramientas metodológicas utilizadas por el autor en la lectura de las sociedades subalternas
y su relación con los grupos dominantes. Los hallazgos se fundamentaron en cinco categorías
desarrolladas a través del análisis documental e informativo. El papel del Estado, los discursos,
la ideología, infrapolítica y cultura se rescataron en la obra de Scott. El principal resultado es
una innovadora literatura para el estudio de la dominación como proceso político a través de
micro eventos, desde la mirada de los dominados. Finalmente se concluye con sugerencias para
nuevas agendas de investigación que apliquen este enfoque teórico.
Palabras clave: Acción colectiva, discurso, dominación, infrapolítica, resistencia.
Geovanna Lucia Valle Oñate
glvalle@acso.edu.ec
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales sede
Ecuador
Fecha recepción:25/04/2018
Fecha aceptación: 08/08/2018
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4404-2654
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INTRODUCCIÓN
Las conguraciones desiguales de la socie-
dad han contribuido a la presencia de opre-
sores y oprimidos a lo largo de la historia del
ser humano. Este comportamiento desarrolló
una trayectoria naturalizada de las asimetrías
en el mundo inclusive con la presencia del
Estado. El auge de los estudios de domina-
ción evidenció las relaciones de poder entre
dominantes y dominados. Desde Gramsci
hasta Bourdieu han discutido sobre el tema
contraponiendo conceptos y deniendo el
papel que cada sujeto desarrolla en momen-
tos de beligerancia y de paz (Gramsci 1981;
Bourdieu 1997).
La primera preocupación de los estudios de
la dominación fue detectar la conguración
de las relaciones de dominación (Gramsci
1981). Luego, los teóricos usaron los es-
cenarios de conictos como una forma de
romper con la dominación (Tilly 1998) o
como un proceso de pactos sucesivos que en
momentos de conicto permiten solucionar
demandas manteniendo estables las congu-
raciones socio estatales (Brachet 2001). De
esta forma nace la concepción de la domina-
ción como proceso político de largo alcance.
Sin embargo, los estudios de las relaciones
socio estatales dominantes descuidaron el
papel que el sujeto ha desarrollado en esce-
narios de resistencia.
En este gran marco, surge una corriente in-
novadora que entiende la dialéctica de la do-
minación en una alternancia constante de su-
misión y consentimiento. James Scott es uno
de los referentes más importantes en este
abordaje teórico y metodológico. Su estudio
sobre el arte de la resistencia sostiene que la
sumisión es una estrategia en contra de los
órganos hegemónicos, mientras se produce
la efervescencia de la revolución.
Esta entrada teórica profundiza la lectura so-
bre la capacidad de los dominados para ge-
nerar discursos privados que contrapongan
al público en momentos de sumisión. Esta
innovación rompe con la visión tradicional
gramsciana, cuyo estudio descuida esta eta-
pa de la acción colectiva, preocupándose
principalmente en los dominantes.
El trabajo cuestiona cuáles son los princi-
pales aportes del texto Los dominados y el
arte de la resistencia para el estudio sobre la
dominación. Para el efecto, examina cinco
categorías analíticas y las herramientas me-
todológicas planteadas por el autor para el
análisis de la resistencia a través de micro
eventos.
METODOLOGÍA
El artículo de discusión teórica es el resulta-
do de un estudio cualitativo que permite el
acceso y sistematización de las principales
observaciones teóricas con que contribuye
James Scott, en la obra “Los dominados y el
arte de la resistencia”. Una de las principales
bondades de este tipo de análisis es la e-
xibilidad en el desarrollo de categorías. Las
técnicas usadas son el análisis documental e
informativo.
El análisis documental se efectuó a partir
de un examen cientíco de la información
contenida en el texto, accediendo de forma
analítica a la contribución de nuevos aportes
teóricos o metodológicos surgidos del origi-
nal (Dulzaides & Molina 2004). El análisis
de la información desarrollado a través de
la denición de cinco categorías que sirvie-
ron para la revisión del texto: el Estado, los
discursos, la infrapolítica, la ideología y la
cultura.
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RESULTADOS Y DISCUSIÓN
James Scott discute la visión gramsciana del
consentimiento y la sumisión de los subor-
dinados, así como la conguración de las
relaciones de poder. Al autor le preocupa el
dilema de la acción colectiva en escenarios
de dominación total o poder puro, que segui-
dores de la hegemonía gramsciana obviaron
en su análisis. La pregunta central de su tra-
bajo es cómo entender las relaciones de po-
der entre los dominantes y los subordinados,
cuando los últimos carecen de él. En de-
nitiva, su interés se localiza en comprender
cómo los dominados ofrecen resistencia sin
desaar revolucionariamente al poder.
El texto “Los dominados y el arte de la re-
sistencia”, es una lectura antropológica de
grupos campesinos en Malasia, los que, sin
lograr una verdadera revolución, mantienen
una constante correlación de fuerzas políti-
cas con grupos dominantes. En este escena-
rio el autor, observa como los campesinos
se encuentran dominados sin necesidad de
aceptarlo por completo. Scott expone que las
sociedades aparentaban entregar su consen-
timiento mientras desarrollaban escenarios
de boicot contra los dominantes.
El “atascamiento de máquinas e incendios de
campos de cultivo” (Rajchenberg 2015:50)
eran estrategias usadas por los dominados
para mostrar su inconformidad sin ser des-
cubiertos. En denitiva, la interpretación de
Scott explora los procesos históricos para
identicar los actores y las relaciones que se
conguran en los que se supondría el discur-
so hegemónico dominaría la escena.
El autor reconoce la existencia de una so-
ciedad dominada que se conforma con el
mensaje dominante y asume esta identidad
sin estar de acuerdo con ella. Los dominados
mantienen relaciones de subordinación con
grupos dominantes; estos últimos no ejercen
una coerción directa porque consideran tener
el consentimiento de los dominados (Scott
1990:97-98).
Las relaciones de poder no se forjan (como
el marxismo lo ha estudiado) en virtud de
las relaciones de producción del proletario
y el dueño del capital sino en función de
una constante repetición de “explotación y
degradación, que no solo surgen de la apro-
piación material, sino (…) de la sistemática
humillación personal que caracteriza la ex-
plotación” (Silva 2007:151).
Las relaciones de poder no sólo se desarro-
llan en el mundo de lo público, el campo po-
lítico traspasa toda dimensión de la vida de
dominados y dominantes. Las hazañas, los
cánticos, los chistes entre otras tradiciones
posicionan un discurso oculto, creado por
los dominados como sublevación tácita a los
órdenes hegemónicos conocidos, en deniti-
va, a la forma como perciben la realidad so-
cial. Los dominados usan el lenguaje propio
de la vida cotidiana para permear al discurso
público, cuando no es posible responder me-
diante episodios de protesta o rebelión.
Scott discute con Gramsci su lectura de las
relaciones de poder a partir de dos aproxi-
maciones de la falsa conciencia. La primera
postula que los dominantes convencen a los
dominados a través de la desesperanza, la
resignación y la incertidumbre, por lo tan-
to el dominado cree que el orden social es
inevitable y lo naturaliza. La segunda apro-
ximación plantea que el dominado rutiniza
su actitud ante el dominante en escenarios
de poder puro. Los dominados entregan su
consentimiento en la esfera pública congu-
rando escenarios de hegemonía pura.
James Scott critica la primera aproximación
pues “los dominados son capaces de ejecutar
actos revolucionarios” (Scott 1990:103-104)
que generen conictos sociales y protestas.
El grupo dominado genera discursos ocultos
colectivos con dos objetivos. El primer n
consiste en crear “bases ideológicas” (Scott
1990:107) para futuras movilizaciones que
reviertan la idea dominante del orden social
(Scott 1990:108). El segundo objetivo im-
pulsar procesos constantes de generación de
nuevos discursos.
La posibilidad de la “hegemonía completa o
una falsa conciencia entre los subordinados”,
no existe en James Scott (Tarrés 2001:858).
Los dominados crean escenarios donde ima-
ginan jerarquías invertidas, esto es resistir.
Los recursos políticos no son el objetivo -
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tantes desafíos con prácticas propias como el
uso de expresiones culturales y el lenguaje.
El poder del Estado de inuir en la cultura se
ve opacada por la capacidad de los domina-
dos de generar modos de ver la realidad.
Los dominantes también generan su propio
discurso que se moldea constantemente para
abarcar toda la sociedad. Los dos discursos
mantienen un vínculo diferenciado en la es-
fera de lo público. El discurso dominante
engloba todo el espacio, mientras que el dis-
curso de los grupos dominados interpela in-
termitentemente los espacios que no cubren
los dominantes. Esta intermitencia está de-
terminada por la capacidad estratégica de los
individuos dominados y por su capacidad de
adecuar constantemente su lenguaje al dis-
curso oculto al escenario político vigente. El
Estado es el espacio en el que se desarrolla el
discurso público de las relaciones de poder,
lo que interesa no es su presencia sino la for-
ma de conguración de las relaciones.
2. Los discursos de Scott
En “Los dominados y el arte de la resisten-
cia” existen dos discursos uno público y el
del otro. El discurso del otro, se trata del
oculto generado por dominantes y domi-
nados. “Uno y otro discurso transcurren en
espacios distintos, pero no herméticos” (Ra-
jchenberg 2015:51). La porosidad de los dis-
cursos en el escenario público depende del
régimen político instaurado. Es el régimen
el que determina la estrategia y la frontera de
los lenguajes usados.
La importancia del discurso para Scott se re-
sume: “…comparando el discurso oculto de
los débiles con el de los poderosos, y ambos
con el discurso público de las relaciones de
poder, accedemos a una manera fundamen-
talmente distinta de entender el poder y la
política” (Scott 1990:21).
El discurso público es “especíco de un es-
pacio social determinado y de un conjunto
dado de actores, contiene actos del lengua-
je y una vasta gama de prácticas sociales”
(Lutz 2002:337). La comparación entre los
discursos ocultos de débiles/dominadores y
su confrontación con el discurso público es
nal de la resistencia, es una lucha por los sig-
nicados. “La resistencia no consiste en la
obtención de recursos políticos; es una lucha
en la que se disputan los signicados en el
campo de la cultura” (Tarrés 2001:859). El
valor que un dominado conere a sus tradi-
ciones no es el mismo que los dominantes.
La crítica al segundo postulado que recaba
Scott está en la concepción que los domina-
dos no tienen espacio para la acción colecti-
va en espacios de dominación pura. El estu-
dio de la hegemonía clásica se conformaría
con esta categoría; sin embargo, para James
Scott no es suciente. El autor mantiene la
división de dominantes-dominados como
vínculo relacional de dominación-sumisión
que esconde un telón que impide ver la rea-
lidad.
Los dominados siempre generan espacios de
reclamo y oposición al discurso dominante;
adquieren un carácter estratégico cuando no
pueden rebelarse. El grupo dominado cons-
truye espacios privados en los que generan
un discurso oculto que se maniesta como
subcultura de la públicamente conocida.
Esto caracteriza el trabajo de Scott como la
política del disfraz, para él la falsa concien-
cia marxista y gramsciana no existe.
1. El papel del Estado en Scott
En su libro “The Art of not Being Governed”
(Scott 2009:29) expresa su postura anarquis-
ta diciendo que las “sociedades no tienen
Estado”. Esta producción cientíca de Scott
plantea un escenario desde la visión de los
dominados. El autor reconoce en los gru-
pos subalternos la capacidad de interpretar
la realidad y calcular por una parte el mo-
mento adecuado para la acción; y por otro,
la estrategia a usar en la búsqueda del resul-
tado planteado. El régimen político dene y
delimita el campo en el que se desarrolla la
lucha.
Desde la perspectiva de James Scott, el papel
del Estado es menor, en este estudio de las
sociedades del Sudeste de Asia. En su mira-
da antropológica política está el análisis de
las comunidades que han logrado sobrevivir
a la presencia del Estado manteniendo cons-
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útil para entender las relaciones de domina-
ción-frustración. El discurso oculto de los
subalternos alimenta e informa la práctica de
la resistencia. Los dominados denen la rea-
lidad social y las formas que adoptarán las
sociedades dominadas para mantener la rela-
ción de dominación y plantear la resistencia.
El discurso de los dominantes rutiniza la re-
lación desigual entre unos y otros, alimen-
tando constantemente el discurso público,
legitiman su posición en el orden social. La
rutinización consiste “a veces en la cons-
trucción y siempre en la aplicación de reglas
de etiqueta, que imponen dominantes y do-
minados” (Lutz 2002:340). Así también los
dominantes otorgan trato diferenciado a los
subordinados buscando fraccionar su pro-
pia conguración. Los grupos dominantes
encuentran personajes claves “ubicados en
las fronteras de los universos sociales” (Lutz
2002:340).
Para Scott los dominados y dominantes no
se denen en función de las relaciones de
producción-explotación (lectura marxista
de las relaciones de poder) solamente. El
desarrollo de un discurso propio congura
y produce constantemente las relaciones de
poder. La lectura de Scott de los discursos
ocultos plantea la discusión con las tenden-
cias hegemónicas que procuraron el análisis
de los grupos dominados, olvidándose del
papel que los dominados fungen en estas
relaciones de poder. Scott usa criterios fou-
caultianos sobre el discurso y su capacidad
de reversibilidad como táctica de los domi-
nados. El discurso dominante no llena por si
solo el espacio de lo público aún en escena-
rio de dominación pura. Los dominados, con
su peculiar característica de sujetos estraté-
gicos, pueden -sin hacerse visibles- ofrecer
resistencia al discurso de lo público usando
el dominante como su arma.
Para gracar la lectura de Scott entenderé el
espacio de lo público como el planeta Tierra
y sus diferentes movimientos. En el núcleo
se encuentran las relaciones de poder deter-
minadas por el discurso de lo público que
determina la ubicación y la forma en la que
se congura las órbitas en las que se mue-
ven los discursos ocultos de los dominados
y los dominantes. El discurso de lo público
asemeja al movimiento de traslación de la
Tierra, se mantiene perenne y cambia poco
aunque no es inmóvil tiende a naturalizar las
relaciones de dominación.
El discurso oculto de los dominados genera
pequeños movimientos oscilatorios, seme-
jantes al bamboleo de Chandler en los que
se interpela el discurso de los dominantes
y transgrede con sus reclamos en instantes
de dominación puro. Este movimiento ana
el camino para las revoluciones cuando el
escenario se lo permita. Los espacios de re-
volución asemejarían a los movimientos de
precesión que se producen luego de movi-
mientos telúricos. En este sentido se podría
entender la efervescencia del discurso ocul-
to.
3. La ideología y las funciones del discurso
En James Scott, los cambios en los regíme-
nes políticos se entienden a través de los
discursos ocultos de los desposeídos cuando
estos se contraponen a los sistemas naturali-
zados de dominación. La ideología produce
estabilidad social. Esta estabilidad es enco-
miable y permite la perpetuación de la ex-
plotación fundada en la división de clases.
En denitiva, el discurso oculto eleva una
corriente ideología resultado de la acumula-
ción de actores y cuyo n es luchar por el
espacio simbólico en disputa. El discurso
juega un papel trascendental porque dene,
construye y reconstruye identidades tanto de
dominados como de dominantes.
Scott comprende que la elaboración del
discurso público es una forma especial de
dominación. “Los dominantes imponen las
fórmulas de apelación, los modales, los ni-
veles de lenguaje, los códigos de la comida,
vestuario y baño, los gustos culturales, quién
habla primero y quién da paso a quién” (Sco-
tt 1990:133). Los dominados contraponen un
orden hegemónico a través de su propio len-
guaje, interpelan el orden social establecido
en la búsqueda por la ruptura del status quo.
En determinados escenarios las interaccio-
nes entre dominantes y dominados se deter-
minan entre la coerción y el poder; las re-
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voluciones o la intimidación, y la aplicación
de mecanismos que conguran la voluntad y
el conformismo de los subordinados. En este
marco los dominados adquieren estrategias
para crear un discurso oculto que interpela
al que crea el grupo dominante. El dilema
de la acción colectiva, enunciado al inicio de
este ensayo, entiende que en escenarios en
los que no hay espacio para la revolución, la
resistencia del grupo marginado es natural e
inmediata pero no como un proyecto común
sino como una actitud estratégica.
Cuando los dominantes amenazan a la auto-
nomía de los espacios de los dominados se
encuentra un elemento congurativo de la
acción colectiva. Las revoluciones se produ-
cen por las suma de “quiebres políticos” (Ta-
rrés 2001:859) que se conguran cuando los
grupos dominantes pretenden clausurar el
discurso oculto de los subalternos. La “osa-
día de aquellos que triunfan en sus primeros
actos públicos de rebeldía frente al poder, se-
rán vistas (…) como una señal de debilidad
del poder” (Silva 2007:156). La resistencia
genera siempre una contra ideología cuyo n
es generar un sistema de defensa de identi-
dad de los dominados.
Scott en su trabajo “Los dominados y el arte
de la resistencia” usa las categorías de Bour-
dieu (1997); cuando establece que el campo
en el que juegan dominados y dominadores
está determinado por las reglas que se han de
seguir, por las estrategias que han de tomar
cada uno. La conguración de todos los ele-
mentos diseña el tipo de lucha que se llevará
a cabo.
En este marco, se entiende las estrategias de
cada actor en el juego por acaparar el capital
simbólico, que en efecto es el que prevale-
ce ante otros capitales. Los dominados en su
discurso oculto compiten por la apropiación
de los símbolos que congura su identidad
de autonomía y dignidad. En sus palabras:
“Yo postulo que a los grupos que carecen
de poder les interesa, mientras no recurren
a una verdadera rebelión, conspirar para re-
forzar las apariencias hegemónicas” (Scott
1990:21).
La resistencia es la materialización de la
naturaleza estratégica de los dominados
cuando no hay espacio para la revolución.
Los boicots y los actos lingüísticos son las
formas cotidianas de resistencia. La coti-
dianidad implica que los hombres resisten
siempre a la dominación o poder duro, sin
embargo esta resistencia puede ser notoria u
oculta. La estrategia de lo oculto les permite
disminuir los costos de sus actos y calcular
el momento exacto para increpar pública-
mente el orden social establecido por los
grupos dominantes.
James Scott entiende que los sujetos libres
maniestan pública o sigilosamente su des-
contento hacia el discurso público que con-
gura las relaciones de dominación. En este
sentido, Scott es postmodernista ya que reco-
noce el valor de la libertad individual (Hen-
ríquez & España 2004:15). La característica
calculadora del dominado es posible ya que
no posee “proyectos políticos en común”.
No se trata de un conglomerado social unido
por la defensa de sus derechos. El dominado
hace una lectura inteligente de las oportuni-
dades y detecta los quiebres políticos para
formar parte o no de actos colectivos. Esta
lectura de Scott se asemeja la de E.P Thomp-
son cuando analiza los contextos históricos
procesuales presentes en la acción colectiva.
La naturaleza estratégica de los dominados
es útil para entender el “continuum de la
resistencia” (Henríquez 2004: 8). Para Sco-
tt los actos revolucionarios responden a un
proceso que no es espontáneo, a un conti-
nuo ejercicio de resistencia. Los dominados
despliegan todos sus repertorios de protesta
cuando interponen su discurso oculto a la es-
fera pública. Los dominantes, por su parte,
“nunca controlan toda la escena pero logran
imponer sus deseos” (Henríquez 2004:9).
Los dominados actúan conforme el guion -
jado por el dominante cuando no le queda
más remedio respeta las reglas jadas, mien-
tras crea discursos ocultos que son capaces
de mostrar su indignación. Cuando distin-
guen opciones de irrumpir en el espacio
público optimizan sus recursos e interpelan
mediante actos revolucionarios.
El papel del discurso es fundamental para
optimizar los recursos a utilizar en escena-
rios de resistencia o de revolución. El paso
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entre un escenario y el otro es la confronta-
ción abierta entre el discurso oculto con el
público, allí se desafía directamente el po-
der. En tanto no hay espacio para la acción,
existe “una disidencia ideológica que se
expresa en prácticas dirigidas a renegociar
discretamente las relaciones de poder” (Lutz
2002:338).
4. La infrapolítica
En una lectura foucaultiana de Scott, las
relaciones de dominación no están dadas
naturalmente. Los acontecimientos no tie-
nen una conexión lineal con las relaciones
sociales (Foucault 1991); siempre hay entre
ellos una relación causal que adopta distintas
formas. La morfología de esta relación de-
pende del esquema de lectura de la realidad
social. Scott reajusta la visión hegemónica
de la realidad otorgándole mayor valor a los
dominados. La infrapolítica es un espacio de
creatividad y cultura de los sectores popula-
res (Tarrés 2001).
La infrapolítica es la “vida política de los
subordinados”, es encubierta y está condi-
cionada por el desarrollo de la habilidad de
los dominados de crear a partir de su propia
voz una lectura de la realidad social. Se de-
ne “a partir de los estrechos límites de la
carencia o de la marginación, sin referirse a
su posición en las relaciones de dominación”
(Tarrés 2001:859).
Esta concepción agrupa a varios actores so-
ciales sin que la relación se determine por
factores de producción, genera otros tipos de
vínculos que no necesariamente se denen
por la clase social a la que pertenecen. Fou-
cault (1979) diría que no existen relaciones
de poder sin resistencia. El arte de la resis-
tencia no se planica ni premedita, es una
manifestación natural de los sujetos domina-
dos en busca de su autonomía y dignidad.
James Scott “recupera el concepto de in-
frapolítica de Maurice Agulhon” (Rajchen-
berg 2015:53). Su denición se divide en
dos secciones. La primera aproximación es
económica se reere al carácter discreto del
conicto político, por ello su prejo infra.
La segunda “concierne a los cimientos cul-
turales y estructurales de la acción política”
(Scott 1990:217). Por lo tanto, para Scott “no
existe resistencia vociferante sin resistencia
disfrazada” (Rajchenberg 2015:53) bajo las
prácticas discursivas ocultas se germina la
acción colectiva.
5. La dualidad de la cultura
La cultura congura el espacio de la domi-
nación y la resistencia donde sus actores
buscan en el lenguaje, herramientas para
mantener sus identidades. El mundo de lo
político no engloba el concepto de la polí-
tica. Scott esboza otros espacios de la vida
privada de los dominados en donde se pro-
ducen la infrapolítica. Conere a los domi-
nados una identidad estratégica que calcula
y decide cuando actuar irrumpiendo en el
poder o permear desde su vida privada hacia
lo público con un mensaje oculto en sus tra-
diciones. Los dominados pueden consentir
públicamente la dominación, pero irrumpen
desde sus relaciones entre similares.
La dualidad de la cultura reere al proceso
de construcción de cultura popular que efec-
túa los dominados en contraste con la que
efectúan los grupos elitistas. La primera con-
gura una visión de resistencia al margen del
poder, y la segunda un espejismo de domina-
ción consensual. La cultura es el campo de
lucha por acaparar los signicados.
Ante la ausencia de posibilidades para la ac-
ción colectiva la lucha es discursiva. El dis-
curso de los dominados congura su identi-
dad y la forma especíca de resistencia que
ofrecen al discurso de los grupos dominan-
tes. La identidad toma los rasgos positivos
de los subordinados para convertirlos en sig-
nicados de autonomía y dignidad. El len-
guaje es fundamental para la conguración
del discurso y por tanto la cultura.
La realidad social, en James Scott, es un
producto de la cultura, que se dene por el
proceso de captación y creación del campo
simbólico por lo tanto no es una entidad pre-
existente y determinada. Scott identica que
en el mundo social hay subculturas que están
en constante construcción, reconstrucción y
singularización. Su objetivo es permear al
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espacio de lo público a través del discurso.
Estas dos subculturas están compuestas por
las de las clases subalternas y dominantes.
El papel de cada una de ellas es acaparar la
mayor cantidad de espacio y de sujetos que
se reconozcan en sus discursos. En este sen-
tido, Scott aporta a la literatura entendiendo
la capacidad de los dominados de generar su
propia identidad no en función de la clase
a la que pertenece el sujeto, sino en virtud
del vínculo afectivo que genera la suma a lo
colectivo.
6. Observaciones metodológicas
James Scott rompe las interpretaciones tra-
dicionales de los movimientos campesinos
que observaban solo los momentos de agi-
tación y crisis sociales. El autor investiga lo
que sucede en escenarios de calma donde la
revolución se encuentra en efervescencia.
La preocupación de Scott por los micros
eventos congura el tipo de análisis de los
fenómenos en un ejercicio constante de re-
troducción.
Los pequeños escenarios en los que, aunque
el dominante tenga el guion los dominados
son capaces de alterar las escenas sin el uso
exclusivo de la violencia. Este tipo de estu-
dio lo distingue de la corriente gramsciana
de la hegemonía, donde los macro eventos
conguran la realidad social. Por ello discu-
te Scott la idea del consentimiento como eje
fundamental de la hegemonía.
En la recolección de datos, Scott hace un des-
pliegue de herramientas de la antropología.
Hay en su trabajo técnicas como la obser-
vación, la revisión de literatura, narraciones
y análisis de archivos. Retoma narraciones
orales que son inteligentemente escogidas a
partir de su objeto de estudio.
El uso de estas herramientas le permite re-
futar trabajos previos sobre la dominación
desde su formación en Ciencia Política. Él
establece una discusión sobre la verdad des-
de los enfoques de la percepción de la reali-
dad. La lectura de los dominados desde la in-
fracultura y el discurso oculto ubica al autor
desde otro ángulo de la historia.
Una limitación de su trabajo es el análisis
es el estudio de sociedades en momentos de
revolución, en su defensa Scott plantea que
los estudios de ideología son históricos, es
decir de largo plazo. James Scott, sin ser his-
toriador, congura un análisis en el que el
contexto tiene un peso fundamental.
No se puede entender la acción colectiva
como un proceso que uye naturalmente,
existen pequeños eventos que la componen.
Para el autor los procesos revolucionarios
se conguran a partir de largos períodos de
resistencia. Su sugerencia para el estudio de
procesos de dominación precisa buscar en
las micro-relaciones, procesos de quiebres
políticos que generan a largo proceso, actos
revolucionarios.
El análisis de la infrapolítica resulta una he-
rramienta teórica y metodológica útil para
entender procesos de “deslegitimación de los
sistemas de dominación” (Tarrés 2001:859).
En escenarios hegemónicos se ha dejado por
fuera el papel que juegan los dominados. La
labor de todo investigador es mirar desde to-
dos los espacios sociales como se conguran
las relaciones de poder.
Su lectura de lo individual a lo colectivo
puede confundirse con aproximaciones indi-
vidualistas, pero desde su punto de vista no
existe resistencia sin la agregación del sujeto
en lo colectivo. Este error puede ser común
si no se entiende la intencionalidad de Scott
de dar voz a los que no pueden hablar.
El autor entiende que la acción colectiva no
es un escenario dado y tampoco se consti-
tuye en una suma de voluntades. Para él,
la acción colectiva germina en escenarios
de desigualdad que conguran procesos de
construcción de identidad que pueden docu-
mentarse y observarse hasta en momentos de
dominación pura.
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minantes desarrollan en la construcción del
discurso público. La lectura de largo alcance
en el continuum de la resistencia y la acción
colectiva efectuada por Scott contribuye al
desarrollo de una nueva literatura preocupa-
da por el uso del lenguaje y su signicado.
El análisis de los procesos de generación de
identidad podría ser un ítem por reforzar en
el trabajo de Scott. El papel del Estado tam-
bién se ve reducido, ello plantea una nueva
agenda de investigación en sociedades don-
de el Estado es protagonista de discursos
hegemónicos y totalizantes. Una vez sol-
ventados estos problemas la utilidad de esta
investigación se centra en las convulsiones
violentas en momentos de agitación de las
sociedades dominadas.
Nuevos trabajos sobre sociedades campe-
sinas y grupos originarios, como el caso de
los indígenas de los Andes, colaborarían en
el fortalecimiento de la corriente teórica y
metodológica propuesta por Scott. El estu-
dio de casos que contribuyan a la revisión
de procesos de acción colectiva ampliando
el corte temporal debería plantearse como
un objetivo central en la agenda de nuevos
investigadores.
CONCLUSIONES
El desarrollo teórico analítico de James Sco-
tt, combina elementos de la Antropología, la
Historia y la Ciencia Política, en el estudio
de la dominación como un proceso sociopo-
lítico compuesto de micro eventos. Uno de
los principales aportes de Scott es su lectura
de la dominación pacíca o violenta a partir
de micro escenarios de resistencia.
La efervescencia de la acción social surge
de pequeños símbolos de los dominados que
interpelan a los dominantes. Estas acciones
pasivas o activas alimentan la acción colec-
tiva desde la escena privada permeando a
lo público, frases como: “Cuando el señor
pasa, el campesino sabio hace una gran re-
verencia y silenciosamente se echa un pedo”
(Scott 1990:9), abundan en el estudio de
Scott. El análisis de leyendas, hazañas, cán-
ticos y otras manifestaciones culturales es
usado como evidencia de procesos políticos
partiendo de la relación entre lo micro a lo
macro.
Las relaciones de poder se leen bajo el cri-
terio de explotación y degradación. Este
hallazgo contribuye en el estudio de la do-
minación que corrientes cercanas a Gramsci
y Marx olvidaron. Los grupos campesinos
no se incluyeron antes en el estudio, como
en el texto de Scott; en el que se reconoce
su capacidad estratégica de resistir mientras
usan un disfraz de sumisión. Sociedades la-
tinoamericanas brindarían condiciones para
futuros estudios de casos, principalmente en
pueblos originarios, donde el Estado no lo-
gra permear y mantienen su administración
propia.
Scott clarica que cada historia y teoría po-
see dos caras. La resistencia de los domi-
nados frente a las posturas hegemónicas se
ha estudiado desde macro o micro eventos,
generando resultados diferentes. El análisis
de los discursos como herramienta antropo-
lógica de investigación en procesos políticos
es un hallazgo de Scott en los estudios de
dominación en escenarios de sumisión.
La presencia de más de un discurso obliga a
razonar sobre el papel que dominados y do-
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