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REVISTA CHAKIÑAN, 2018, Nº.6, DICIEMBRE, (67-84)
ISSN 2550-6722
La evolución del diseño ha dado paso a
nuevas variables estéticas y funcionales en-
focadas a la experiencia del usuario; a su
vez, el diseño se empodera de temáticas so-
ciales y medioambientales como enfoques
losócos de compromiso desde la acade-
mia y la profesión. El Diseño desde su ini-
cio se movió en un entorno rígido, donde el
mercado se mantenía con relativa calma y
dinámicas predecibles.
1.2. El presente milenio.
En el presente milenio se está viviendo la
era digital en donde lo rápido, lo efímero
e incluso la copia se presenta cada vez con
mayor frecuencia, dejando de lado esa mo-
tivación de la creatividad, innovación e in-
cluso la libertad de imaginación; así como
otras buenas prácticas como la investiga-
ción, el análisis, la observación y la crítica
constructiva.
Con la ruptura del modelo de la era de la
industrialización se observa cambios radi-
cales en la sociedad en donde el compromi-
so e interés común se ha ido desvaneciendo
por los golpes que sufren los trabajadores a
raíz de los nuevos modelos de empleo, en
este sentido Bauman argumenta: “El espa-
cio de empleo se parece más a un predio
para acampar, que uno visita apenas unos
días y del que puede irse en cualquier mo-
mento si las comodidades que prometían no
eran tales” (Bauman 2004:158).
El individualismo, libertad objetiva y sub-
jetiva, la falta de tolerancia, la poca pacien-
cia, el todo para ayer, el facilismo, el miedo
del compromiso y el terror de la incerti-
dumbre, resulta en una sociedad poco com-
prometida en el respeto a normas, leyes y
procesos, que en el caso de los profesiona-
les verdaderamente interesados en aportar
a la sociedad explotando sus habilidades y
destrezas, resulta en la frustración de estar
en medio de dos mundos donde la decep-
ción de uno y falta de compromiso del otro
(estancamiento vs. volatilidad) genera esta
problemática haciendo que muchos de los
profesionales que han cultivado su conoci-
miento, su cultura y gusto por el trabajo que
realizan den lugar a la frustración.
La explosión de este milenio en donde la
tecnología, los cambios radicales en el pen-
samiento social, los múltiples y novedosos
dispositivos que se proliferan a mayor ve-
locidad, los nuevos entornos de interacción
virtual generan que la información llegue
de manera acelerada y en muchos casos con
distorsión; así también un mal uso del tér-
mino diseño vinculando a actividades, que
si bien son anes, no tienen necesariamen-
te una implicación directa con el proceso
o método proyectual del diseño ya que son
meros procesos productivos.
El término diseño se encuentra diversica-
do de una manera indiscriminada por todos
los medios de comunicación que existen,
dejando en claro la duda sobre realmente
cual es el signicado o las acciones que de-
rivan o denen la palabra diseño, generan-
do confusión, disminuyendo el potencial y
desperdiciando el verdadero valor de dise-
ño por desconocimiento.
Esta realidad genera que un diseñador para
lograr realizar su trabajo debe competir con
los segundos limitados en un mundo lleno
de información, volátil y efímera, guiado
por lo visual que permite la diversicación
del diseño en varias áreas: construcción
de marca, competitividad, globalización,
ventajas comparativas, diseño de estilo de
vida, diferenciación, diseño estratégico, di-
seño emocional, diseño para diversión (fun
design), diseño de experiencias (experience
design), diseño inteligente (smart design),
diseño de autor (Bonsiepe 2012).
El contexto actual del diseño se amplía
constantemente, y la uidez de la sociedad