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REVISTA CHAKIÑAN, 2018, Nº.6, DICIEMBRE, (136-148)
ISSN 2550-6722
Fecha recepción: 09/04/2018
Fecha aceptación: 20/07/2018
FACTORES CULTURALES DE LOGRO DEL SISTEMA DE PRODUC-
CIÓN COMUNITARIA DE LA PARROQUIA SALINAS EN LA PRO-
VINCIA DE BOLÍVAR, ECUADOR.
CULTURAL FACTORS OF ACHIEVEMENT OF THE COMMUNITY PRODUCTION
SYSTEM OF THE SALINAS PARISH IN THE PROVINCE OF BOLIVAR, ECUADOR.
ABSTRACT
RESUMEN
This research is part of a community development case study whose objective is to understand
some aspects of social management from the perspective in the culture community production
system of the Salinas Parish, in the Province of Bolívar. The study considered social and histo-
rical elements and the geographical location of the Andean cultural environment to understand
the characteristics of the productive system developed by the community, its relationships, dis-
tribution system, the generation of its brand and the leadership aspects related to this form of
community production. Which have improved the living conditions of the community and have
become a national reference. The research methodology includes documentary analysis, con-
tent analysis, and focused ethnography. The research analyzes the historical-cultural evolution
of forms of community organization based on participatory management, which is understood
as a substantial component of social management, which could have application and impact on
the generation of similar initiatives in the country.
Keywords: Community development, community production, social management, culture, Sa-
linas parish.
Esta investigación se enmarca en un estudio de caso de desarrollo comunitario cuyo objetivo es
comprender algunos aspectos de la gestión social desde una perspectiva de la cultura en el sis-
tema de producción comunitario de la parroquia Salinas, en la Provincia de Bolívar. El estudio
considera elementos sociales e históricos y el entorno geográco del espacio cultural andino,
para comprender las características propias del sistema productivo desarrollado por la comu-
nidad, sus relaciones, su sistema de distribución, la generación de su marca y los aspectos de
liderazgo relacionados con esta particular forma de producción comunitaria, que ha mejorado
las condiciones de vida de la comunidad y se ha constituido en un referente nacional. La meto-
dología de investigación incluye análisis documental, de contenido, y etnografía enfocada. La
investigación analiza la evolución histórico-cultural de las formas de organización comunitaria
fundamentadas en una dirección participativa, que se entiende como un componente sustancial
de la gestión social, que podría tener aplicación e impacto en la generación de iniciativas simi-
lares en el país.
Palabras clave: Desarrollo comunitario, producción comunitaria, gestión social, cultura, pa-
rroquia Salinas.
Efraín Naranjo Borja
Andrés Abad Merchán
Valentina Ramos
efrain.naranjo@epn.edu.ec
andres.abad@epn.edu.ec
valentina.ramos@epn.edu.ec
Escuela Politécnica Nacional, Ecuador
Escuela Politécnica Nacional, Ecuador
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INTRODUCCIÓN
Actualmente uno de los casos de desarrollo
local más difundidos en los medios de co-
municación social es el proceso productivo
comunitario de la Parroquia Salinas en la
Provincia de Bolívar y sus alternativas de
mejoramiento socioeconómico. Pero los es-
tudios académicos son relativamente insig-
nicantes frente a la importancia y aporte
que ha generado este proceso comunitario
orientado al mejoramiento de las condicio-
nes de vida de sus habitantes.
Salinas es una Parroquia que pertenece al
Cantón Guaranda en la Provincia de Bolívar,
la cabecera parroquial se encuentra localiza-
da a 3.600 msnm, con una temperatura pro-
medio de 12º C; actualmente, la componen
30 comunidades localizadas en una super-
cie de aproximadamente 440 km2 su la alti-
tud varía desde los 800 msnm (subtrópico)
hasta los 4.200 msnm (páramo). Según el
Gobierno Autónomo Descentralizado de la
Parroquia Rural Salinas, la población de este
lugar, en el año 2014, fue de 7.262 habitan-
tes, de los cuales 1.489 habitan en la cabe-
cera parroquial y 5.773 en las comunidades
circundantes.
Esta investigación determinó los factores
culturales de logro, entendidos como resul-
tados que benecian a la comunidad desde
las creencias y los valores de sus miembros.
Estos factores dentro del sistema de produc-
ción comunitario en la parroquia Salinas
comenzaron a estructurarse en 1970, con la
llegada del Padre Antonio Polo como parte
de la Misión Salesiana.
El estudio identicó prácticas comunitarias
existentes en los pueblos precolombinos, los
cuales se resistieron al proceso de coloniza-
ción española y a los sistemas de dominación
de los dueños de las haciendas durante la
época republicana. Entre estos factores cul-
turales de logro se encuentra la minga que es
una forma de trabajo comunitario de origen
ancestral, y se constituyó en uno de los pila-
res fundamentales dentro del proceso comu-
nitario salinero, es una práctica comunitaria
que convoca la participación de los miem-
bros de la comunidad, para la realización de
obras y trabajos de interés común. Esta prác-
tica en Salinas permitió la construcción de
una red de caminos vecinales, casa comunal,
sistema de agua para la cabecera parroquia,
escuela, colegio, entre otras.
La solidaridad es otro factor fundamental de
la cultura de la parroquia Salinas, que junto
con la autoridad del sacerdote Antonio Polo,
permitió la realización de diferentes inicia-
tivas productivas sustentadas en la idea de
prueba y error, para la erradicación de la po-
breza de esta zona andina.
El proceso comunitario salinero pasó por
tres etapas:
a. Desarrollo de la infraestructura (1970-
1978);
b. Desarrollo del sistema de producción y
comercialización (1978-1990) y
c. Descentralización del sistema productivo
(1990-actualidad). Cada etapa aportó lo suyo
en la consolidación de este proceso comuni-
tario de mejoramiento de las condiciones de
vida de sus habitantes.
Esta investigación enfatiza que la ciencia de
la gestión corresponde a un campo de cono-
cimiento de las ciencias sociales y, como tal,
es una ciencia interpretativa a través de la
cual se busca comprender los objetos de es-
tudio dentro de la sociedad. Con esta visión
se abordó el objetivo general para compren-
der cómo se conguran los aspectos cultu-
rales de logro que han determinado el éxito
del sistema de producción comunitaria en la
Parroquia Salinas de la provincia de Bolívar.
1. La cultura en el contexto social
A partir del siglo XVIII inició una nueva
losofía, una losofía que contemplaba al
mundo como una creación esencialmente
humana (Bauman 2002), lo que produjo una
ruptura con la supuesta visión divina y mí-
tica del mundo; es decir, un mundo eterno,
impermeable e intratable para asumir una
nueva imagen, más humana, que concomi-
tantemente produjo el tránsito de la concep-
ción de un mundo natural a un mundo arti-
cial.
Los pensadores de la Ilustración asumieron
la tarea de sustituir la interpretación del uni-
verso divino o natural -en ruinas- por otro
articial construido por el ser humano, sobre
una base legislativa y sostenida por la preo-
cupación de los lósofos sobre la idea de re-
emplazar la revelación divina por la verdad
racional (Bauman 2002). La idea de cultura
resulta de la mezcla de estos tres aspectos:
sustituir el orden divino o natural por otro
articial o humano; reemplazar la revelación
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celestial por la verdad racional; y la pragmá-
tica de la construcción del orden que, junto
con la ideología y la estética, se constituye-
ron en el sustento de la cultura. Así se orien-
tó, además, la idea de la autodeterminación
del hombre.
A nales del siglo XVIII la idea de cultura
pasó a ser de uso corriente y evidenciaba una
ambivalencia en su signicado; el discurso
acerca de la cultura se ha caracterizado por
mezclar temas y perspectivas que apenas
pueden encajar en una narrativa coherente y
sin contradicciones (Bauman 2002), en cam-
bio Echeverría señala que: “La idea de cul-
tura en el discurso moderno se construye en
torno a la convicción inamovible pero con-
tradictoria de que hay una substancia “es-
piritual” vacía de contenidos o cualidades”
(Echeverría 2010:26).
Esto evidencia la ambigüedad del concepto
de cultura que implica una polisemia que
presenta un abanico de enunciados que van
desde lo holístico, en el que todo puede ser
considerado como cultura, hasta lo restringi-
do que involucra un solo componente de la
cultura, lo que implica una promesa de todo
o nada. Al interior de la teoría organizacio-
nal, la cultura es “una categoría ‘residual’ o
‘cubo de basura’ en la que se incluían aque-
llos aspectos que quedaban ‘por fuera’ de las
clásicas dimensiones del análisis organiza-
cional” (Frassa 2011:77). De acuerdo con
las escuelas antropológicas, la cultura pue-
de ser estudiada desde el funcionalismo, el
estructuralismo, el materialismo cultural, la
ecología cultural, el simbolismo, etc.
Desde la perspectiva de los estudios cultura-
les, la cultura debe ser considerada:
“sin las ataduras disciplinarias y no desde
una mirada objetivante de la misma, sino
desde la necesidad de entenderla desde
dimensiones políticas, zonas fronteri-
zas, como un campo de posibilidades, de
transformaciones epistemológicas, pen-
sando desde las propias realidades con-
cretas, incorporando para ello aportes in-
ter, trans, y anti-disciplinarios” (Guerrero
Arias 2010:111).
De este modo, la cultura es parte de la vida
práctica diaria, incluso en los lugares donde
su exclusión parecería ser requerida por la
higiene funcional de los procesos modernos
relacionados con la producción y el consu-
mo (Echeverría 2010). Hegel respondió a la
pregunta qué es la cultura, con la siguiente
armación: “cultura es la capacidad de pen-
sar […] realmente los pensamientos del
otro, es decir, la cultura es una ciencia inter-
pretativa” (Gadamer 2009:22).
Desde la perspectiva de Marx toda cultura es
un modo o un sistema de tipos de trabajo. No
en vano la agricultura era estrictamente una
labor de la tierra (Dussel 2006). El proceso
evolutivo que ha tenido el ser humano es-
tuvo determinado por la transformación del
mundo natural hacia uno articial, para sa-
tisfacer sus necesidades mediante la técnica.
2. El concepto de desarrollo comunitario
Desde los años cincuenta del siglo anterior,
el llamado desarrollo se constituyó en una
panacea para intentar resolver los proble-
mas de las sociedades; se instauró como el
recetario para enfrentar los problemas de la
pobreza, la desigualdad, la injusticia, de los
niveles de producción, y de la calidad de la
educación. En suma, el desarrollo se plan-
teaba como la única alternativa para lograr
niveles de vida de los países centrales y he-
gemónicos.
A pesar de la amplia utilización del término
desarrollo, en diferentes campos de conoci-
miento (social, económico, político, tecno-
lógico, etc.), como en la utilización de nom-
bres de diferentes organizaciones (Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo,
PNUD; la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico, OCDE; Banco
Interamericano de Desarrollo, BID; Banco
de Desarrollo del Ecuador, BEDE; etc.), el
concepto se ha utilizado de forma general y
en algunos casos irreexiva; más bien como
un eslogan o un lema para apoyar alguna
causa, que se considera un bien común.
Hasta nales de los años noventa del siglo
veinte, los estudios sobre el desarrollo fue-
ron muy amplios y estuvieron relacionados
con la buena sociedad, el camino a la utopía
de todos los hombres; sin embargo, los estu-
dios sobre el desarrollo en estas dos últimas
décadas se han convertido como parte de
una disciplina incierta e insegura (Payne y
Phillips 2012), esto no implica en todo caso
que haya nalizado la etapa de generación
de conocimiento.
Desde esta perspectiva, se vuelve prioritario
hacer una lectura de nuestras experiencias
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sociales para lograr impulsar procesos de
transformación con base en nuestra propia
historia y cultura, con el n de incorporar
los avances de las nuevas tecnologías, cons-
truir organizaciones libres, justas y demo-
cráticas. El nuevo marco conceptual según
Escobar constituye el llamado postdesarro-
llo para “darse cuenta de que el desarrollo
está en crisis, y que la violencia, pobreza y
deterioro social y ambiental crecientes son
el resultado de cincuenta años de recetas de
crecimiento económico” (Escobar 1998:13).
El postdesarrollo plantea al menos tres ob-
jetivos: primero, la necesidad de descentrar
la hegemonía del desarrollo, es decir, la rea-
lidad social no está descrita a partir de las
premisas básicas de este desarrollo; segun-
do, sostiene que el impulso al postdesarrollo
debe ser visto como una alternativa al dis-
curso del desarrollo, y no como una alterna-
tiva de desarrollo; tercero, se sustenta en la
reivindicación de los movimientos sociales
como fuente de conocimientos y prácticas,
en contraposición a los expertos formados en
grandes universidades (Escobar 2016). Todo
esto, parte del hecho de que la experiencia
social del mundo es mucho más amplia y va-
riada que lo que la tradición cientíca y lo-
sóca occidental considera como importante
(Santos 2005).
Uno de los espacios de mayor aporte en la
sustentación del postdesarrollo viene desde
los estudios críticos del desarrollo, que plan-
tea algunas áreas emergentes como la des-
colonización epistémica, las alternativas al
desarrollo y el Buen Vivir, las transiciones
al denominado postextractivismo, la llegada
de la crisis civilizatoria y las alternativas a la
modernidad.
Así se abordan aspectos con una lógica de
lo comunal, de relacionalidad, y en el marco
de un pluriverso. Cada una de estas áreas re-
presentan amplios campos que están trazan-
do sus singulares trayectorias intelectuales y
políticas (Escobar 2016); esto, en realidad,
impulsaría un proceso de transformación so-
cial. Este trabajo, por tanto, se postula desde
una lógica de lo comunal, como soporte para
el caso de estudio del sistema productivo co-
munitario de la Parroquia Salinas.
En el Ecuador, el desarrollo comunitario se
ha vinculado con la realización de activida-
des para benecio común, y sus orígenes se
pueden evidenciar desde la época de la colo-
nia como una forma de tributo. Ayala anota
que, al inicio de la época colonial, las auto-
ridades reales se valieron de los señores ét-
nicos, quienes eran los que dirigían la llajta
(aldea o pueblo), con el n de imponer un
sistema de control por intermedio de las en-
comiendas Salomon 2011), que se utilizaron
como una forma de pago de un tributo de los
indígenas. Este sistema operó entre 1520 a
1590 (Ayala Mora 2008).
Posteriormente, la corona española impu-
so la mita, primero para la utilización en la
producción de metales preciosos y luego se
institucionalizó los obrajes para actividades
de producción de textiles, que podían ser de
comunidades o de particulares:
“los primeros creados por la Corona, fun-
dados para conveniencia y utilidad de los
mismos indios para que, con la produc-
ción obtenida en el obraje, paguen todo o
buena parte de los tributos […] y los par-
ticulares obtenían licencia para su funcio-
namiento” (Jácome 1983:161).
A inicios del siglo XVIII, en la Real Audien-
cia de Quito se produjo una recesión del sec-
tor textil, lo que impulsó el desarrollo de las
haciendas que operaban mediante el concer-
taje; esta práctica, a pesar de ser voluntaria,
obligaba a los indígenas a vincularse a los
latifundios por la necesidad de contar con re-
cursos para pagar los impuestos a la corona.
Esto les conducía a obtener dinero, en forma
de préstamos realizados a los propios dueños
de las haciendas, y luego por la dicultad de
poder pagar estos créditos terminaban obli-
gados a trabajar de por vida en las haciendas
(Ayala Mora 2008). El concertaje se elimi-
nó en 1918 mediante una ley que descartó la
prisión por deudas.
Las diferentes formas de organización de
nuestros pueblos ancestrales, que han lo-
grado mejorar las condiciones de vida en
las comunidades, se han fundamentado en
diversas prácticas comunitarias que se apo-
yan en la reciprocidad, tales como: minga
(trabajo mancomunado); ranti-ranti (forma
de intercambio); uniguilla (intercambio en-
tre zonas); maquipurarina (trabajo que be-
necia a todos); y maquimañachina o presta
manos (Torre 2004). En todas estas prácticas
comunitarias se impone el interés colectivo
por sobre el individual
Tönnies señala que la comunidad surge de
la voluntad humana por intermedio de un
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acto de interacción recíproca, para la con-
servación de la otra voluntad; se fundamen-
ta en el entendimiento mutuo de todos sus
miembros, el mismo que diere del consen-
so (Tönnies 2009); así, la incorporación de
las personas se produce de forma natural, es
decir la “noción de comunidad abarca todas
las formas de relación que se caracterizan
por un elevado grado de intimidad personal”
(Monereo Pérez 2009).
3. La gestión social, como teoría organi-
zacional
La construcción epistemológica del desarro-
llo comunitario debe responder a una con-
dición histórica y cultural generada desde
nuestros pueblos, que reeje nuestra reali-
dad. Desde este punto de vista, Tenorio plan-
tea la gestión social, como una propuesta
teórica fundamentada epistemológicamente
en la Escuela de Frankfurt, a partir de la con-
frontación entre la llamada teoría crítica y la
teoría tradicional (Tenório 2016).
La teoría tradicional, según los frankfurtia-
nos, se la entiende como conocimiento po-
sitivista, omnisciente, que busca establecer
principios generales, fundamentada en el
conocimiento empírico y en la vericación
e identicación de principios generales para
someterlos a prueba, busca el conocimiento
puro antes que la transformación social (Te-
nório 2016).
La ciencia positivista, desde el siglo XVIII,
se convirtió en fuerza productiva del desa-
rrollo social, “la teoría socialmente ecaz ya
no se dirige a la conciencia de hombres que
conviven y hablan entre sí, sino a la conduc-
ta de hombres volcados hacia la manipula-
ción” (Habermas, H. 1987:289).
En contraste, la teoría crítica constituye una
guía para la acción humana, puesto que es
una teoría emancipadora, que tiene conteni-
do cognitivo, por tanto, es reexiva. Es una
teoría en la que prima el interés colectivo so-
bre el benecio individual.
La gestión social parte de la premisa de una
relación entre Sociedad-Estado y entre Tra-
bajo-Capital; en el primer caso, implica que
el Estado responde a las demandas de la so-
ciedad y, en el segundo, el capital se somete
a los intereses del trabajo. En este enfoque
se vuelve protagonista la ciudadanía, vis-
ta como la base de la soberanía de un Es-
tado-nación, y como la expresión del pleno
ejercicio de derechos exigibles en benecio
de la persona y de la colectividad.
Habermas fundamenta su concepto de racio-
nalidad comunicativa en la acción comuni-
cativa como una interacción entre individuos
capaces de expresar lenguaje y acción que
“ya sea con medios verbales o con medios
extraverbales” en la cual “los actores bus-
can entenderse sobre una situación de acción
para poder así coordinar de común acuerdo
sus planes de acción y con ello sus acciones”
(Habermas, J. 2003:124).
La gestión social se fundamenta en la racio-
nalidad comunicativa, es decir, como una
teoría dialógica en la que la verdad existe
solamente si es que los participantes de una
acción social consienten su validez. En la
gestión social es fundamental lograr acuer-
dos con base en la discusión crítica.
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METODOLOGÍA
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Esta investigación de carácter cientíco so-
cial establece lo que Aktouf señala como
“una relación, interdependencia y condicio-
namiento necesario entre el problema, la for-
ma de plantearlo, el método adoptado y las
técnicas seleccionadas” (Aktouf 2001:34).
Se estableció un orden de reexión teórica
del objeto de investigación, estudio de cam-
po en la localidad estudiada conforme la
metodología escogida, basada en tres estra-
tegias:
1. Estudio de caso (tipo de investigación).
2. Análisis documental y de contenido.
3. Etnografía enfocada
El estudio de caso analiza un sujeto o una
realidad de carácter especíco. Permite
comprender a profundidad lo estudiado y
se utiliza muchas veces como investigación
descriptiva que permite luego investigacio-
nes de mayor profundidad o sobre situacio-
nes más especícas; por otra parte, el estudio
de caso no sirve para hacer generalizaciones.
Yin señala que el estudio de caso es una es-
trategia investigativa en las ciencias sociales,
en el sentido de una investigación empírica
para el estudio de fenómenos contemporá-
neos que están en un contexto real, de ma-
nera particular cuando no hay una línea na
que divide el fenómeno y el contexto (Yin
1994).
El análisis bibliográco y de contenido,
complemento de la metodología precedente,
se ocupa de temas que están presentes en la
literatura escogida y “la importancia que se
debe conceder a estos temas, palabras o con-
ceptos no se mide por su número o por su
frecuencia, sino por el interés particular, la
novedad o el peso semántico en relación con
el contexto” (Aktouf 2001).
De otro lado, la llamada etnografía enfoca-
da (Knoblauch 2005), es un método-técnica
adicional a la etnografía convencional, en la
medida que su estrategia diverge de la an-
terior, porque analiza sociedades contem-
poráneas o la propia del investigador en las
cuales hay una gran segmentación cultural
y social. Su característica radica en que se
efectúan visitas de campo de corto tiempo en
lugar de extensas, con un uso sistemático de
artefactos de naturaleza audiovisual que sir-
ven para la recopilación de datos; además, se
concentra en actividades comunicacionales,
focalizando con mayor claridad los objetos
de la indagación.
La etnografía convencional es más abierta
puesto que denen sus límites en el curso de
los trabajos de campo, mientras que la etno-
grafía enfocada es cerrada, y se limita sola-
mente a ciertos aspectos que han sido deni-
dos previamente en la fase preparatoria. La
etnografía, como método cualitativo se sus-
tenta en dos técnicas de trabajo de campo: la
observación participante y la entrevista.
Al ser las ciencias de la gestión parte del
campo de conocimiento de las ciencias so-
ciales, es importante que la comprensión de
los espacios organizacionales, cuyo princi-
pal actor son las personas –como actores so-
ciales-, y la metodología deben ser diseñada
de forma que se tenga acceso a los signi-
cados que guían el comportamiento de las
personas.
La Parroquia de Salinas pertenece al can-
tón Guaranda en la Provincia de Bolívar y
está conformada por 30 comunidades loca-
lizadas en una supercie de 440 km2, y su
altitud varía desde los 800 msnm (subtrópi-
co) hasta los 4.200 msnm (páramo); la ca-
becera parroquial se encuentra localizada a
3.600 msnm, con una temperatura que varía
entre 8 a 15 °C. Este poblado fue fundado
como parroquia civil en 1884. Según datos
proporcionados por el Gobierno Autónomo
Descentralizado de la Parroquia Rural Sali-
nas, la población al año 2014 fue de 7.262
habitantes, de los cuales 1.489 habitan en la
cabecera parroquial y 5.773 en las comuni-
dades.
El nombre de la parroquia está relacionado
con la producción de la sal (Pomeroy 1986),
no se encuentran evidencias sobre la existen-
cia permanente de un particular grupo étnico
en lo que hoy se ubica la cabecera parroquial.
Según Moreno era un lugar que acogía a una
colonia multiétnica de explotadores (cama-
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yocs) de la sal de la localidad de Tomabela
(Moreno Yánez 2009).
Posteriormente, los Incas ubicaron diferen-
tes grupos de mitimaes para la producción de
sal. La importancia de la sal para los pueblos
ancestrales, tanto como unidad de intercam-
bio y como elemento simbólico, hizo de este
lugar un espacio de encuentro de personas
de diferentes comunidades que se asentaron
en su zona de inuencia.
Según Peñaherrera y Costales en el siglo
XVI uno de los cacicatos de los Chimbos fue
Los Tomavela de Salinas, quienes comercia-
lizaban la sal en los centros que hoy corres-
ponden a las ciudades de Quito, Ambato, Pe-
lileo y los Chillos (Peñaherrera de Costales
y Costales Samaniego 1958); es decir, tenía
una cobertura por el norte de hasta 140 km,
al este de 60 km, y probablemente de 80 a
100 km por el oeste (Pomeroy 1986). Los
pueblos ancestrales mantuvieron este siste-
ma de producción y comercialización hasta
el inicio de la República, luego de lo cual
esta actividad pasó al control de los dueños
de las haciendas y se mantuvo hasta inicios
de la década de 1970.
1. El proceso comunitario y productivo de
Salinas
En 1970 se inició en Salinas un proceso co-
munitario de singular característica, cuyo
actor central es el Padre Antonio Polo, quien
llegó como parte de un grupo de volunta-
rios italianos de la Operación Mato Groso
(OMG). Según datos del tercer censo de po-
blación y segundo de vivienda de 1974 la ca-
becera parroquial de Salinas tenía 315 habi-
tantes, su mayoría eran mestizos que fueron
traídos para trabajar en las haciendas de la
familia Cordovez y, en otros casos, se tras-
ladaron comerciantes oriundos de Ambato,
que establecieron matrimonios con algunas
mujeres de Salinas.
La principal actividad económica hasta la
década de 1970 fue la sal; sin embargo, por
la producción se debía pagar un tributo, que
variaba desde 1/3, hasta 2/3, de la produc-
ción total de sal, a la familia Cordovez, ya
que las minas se ubicaban en sus haciendas;
otros pobladores trabajaban en las hacien-
das, y recibían salarios muy bajos o lograban
recompensas, mediante el aprovechamiento
de los pastos para el ganado vacuno y ovino.
Del mismo modo, mantenían pequeños cul-
tivos en las tierras de las haciendas. En ge-
neral, el medio de subsistencia provenía del
trabajo realizado en las haciendas, de los cul-
tivos en tierras de la comuna y del trueque de
la sal; todo esto, les permitía completar los
productos necesarios para su alimentación,
tales como la panela, el maíz y el trigo.
En 1970 la Misión Salesiana encontró a los
pobladores de Salinas en un nivel de pobreza
extrema, con carencia de servicios básicos;
solo había una escuela unidocente, y la mor-
talidad infantil ascendía al 45%; se señalaba
que
“a pesar de ser parroquia civil desde 1984,
no tenía párroco; no era un centro cere-
monial, que organice la vida de las comu-
nidades indígenas aledañas, para poderlas
explotar con los clásicos mecanismos de
la feria, el compadrazgo, el priostazgo y el
trabajo precario” (Polo 2007:25).
Todo este sombrío escenario constituyó un
impulso, para dar inicio al proceso de trans-
formación social y comunitaria, que durante
casi cincuenta años han dejado una huella
evidente en la transformación de este pobla-
do.
Considerando que la cultura está relacionada
con las costumbres, conocimientos, creen-
cias, valores, entre otros, que determinan las
formas de vida de los pueblos, a inicios de
1970 fue muy evidente que todo el quehacer
de la población de Salinas estaba sometida a
altos niveles de pobreza. Gladys Salazar in-
dica que antes de la llegada del Padre Polo:
“Salinas era un pueblo muy necesitado
de trabajo, muy pobre, en ese entonces
me acuerdo de que teníamos solamente el
trabajo de las minas de sal, pero de la pro-
ducción de sal se entregaba la mitad a los
dueños de las haciendas” (Polo 2007:25).
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El proceso comunitario en todas sus etapas
contó con la participación directa del Padre
Antonio Polo, Sacerdote salesiano, nacido
en Venecia, Italia, en 1939; esta investiga-
ción identicó que este proceso comunitario
se desarrolló en tres etapas:
Construcción de infraestructura básica
(1970-1978);
Desarrollo de sistemas de producción y co-
mercialización (1978-1990); y
Descentralización del sistema productivo
(1990-hasta la actualidad). Se describen es-
tos procesos a continuación.
2. Construcción de infraestructura básica
(1970-1978)
La construcción de infraestructura básica
se debe al arribo de la Misión Salesiana en
1970, con el apoyo del Fondo Ecuatoriano
Populorum Progressio (FEPP) que es una
organización sin nes de lucro creada ese
mismo año por monseñor Cándido Rada,
primer obispo de la diócesis de Guaranda.
Este conjunto de esfuerzos permitió la cons-
trucción de la casa comunal, el mejoramien-
to de los caminos vecinales y la dotación de
servicios básicos como la electricidad y el
agua. Igualmente, se apoyó al sistema de
educación, mediante el mejoramiento de la
infraestructura de la escuela y la creación del
actual colegio
Con el objeto de mejorar las condiciones de
vida de los pobladores se inició el desarrollo
de procesos productivos con la sal y la crea-
ción de la primera quesera que, pese a sus di-
cultades de producción, se logró institucio-
nalizar (Jepperson 2001); luego se apoyó en
la elaboración de artesanías fabricadas con
lana de borrego; sin embargo, no todas estas
iniciativas lograron sus objetivos iniciales,
principalmente debido a la dicultad en el
sistema de comercialización.
Para superar dicho escollo, fue fundamental
la participación de los pobladores de Salinas,
mediante el establecimiento de prácticas co-
munitarias, principalmente de la minga que,
aparte de obtener mano de obra se funda-
mentaba en la solidaridad para construir
obras de benecio común, el mayor aporte
constituyó el espíritu de pertenencia de las
personas, que permitió el desarrollo de pro-
ductos cuya producción estaba sustentada en
esta práctica comunitaria.
Uno de los pilares fundamentales del proceso
comunitario de Salinas fue la organización,
entendida como una estructura que agrupa a
diversas personas para poder impulsar acti-
vidades de interés común; en este orden de
cosas, la primera organización que se fun-
dó fue la Cooperativa de Ahorro y Crédito
Salinas (COACSAL), que inicialmente fue
creada para producir y comercializar la sal.
Paralelamente, el mejoramiento de los cami-
nos entre la sierra y la costa permitió que se
incrementará la presencia de la sal marina en
la sierra ecuatoriana, lo que ocasionó la pér-
dida de prácticamente todo el mercado de sal
proveniente de Salinas.
Formalmente la COACSAL se creó el 16 de
noviembre de 1972 y constituyó la colum-
na vertebral del proceso comunitario para el
futuro, porque impulsó el ahorro y el crédi-
to a sus socios, y se logró involucrarlos en
proyectos productivos de quesos y lana de
ovejas. Su desarrollo hizo que surjan desde
el interior de la comunidad organizaciones
como la FUNORSAL, PRODUCOOP, Gru-
po Juvenil, entre otras, que jugarían un rol
fundamental en el proceso productivo del
sector.
Antonio Polo siempre impulsó la descentra-
lización de las actividades productivas hacia
las comunidades de la zona y para esto, fue
apoyado por la COACSAL; posteriormente,
se formó la Unión de Organizaciones Cam-
pesinas de Salinas (UNORSAL) que, en
1987, se legalizó como la denominación de
Fundación de Organizaciones Campesinas
de Salinas (FUNORSAL).
Esta organización, llamada de segundo piso,
apoyó la construcción de 250 km de caminos
vecinales, muchos de los cuales fueron reali-
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zados con mingas, se coordinó el desarrollo
y producción de quesos y se dio origen a la
Fundación Consorcio de Queseras Rurales
Comunitarias (FUNCONQUERUCOM).
Actualmente, esta organización tiene 30
plantas queseras instaladas en cuatro provin-
cias del Ecuador, se procesan 30.000 litros
de leche diarios y participan 1.200 personas
en su proceso productivo.
En 1974 se formó la Asociación de Desarro-
llo Social de Artesanas de Salinas (TEXAL)
creada por quince mujeres de Salinas, bajo la
dirección de la señora Gladys Salazar. Esta
asociación se formó para hacer tejidos en
lana de oveja y de llama. La TEXAL, a pe-
sar de ser una asociación que durante estos
cincuenta años no ha logrado un desarrollo
nanciero signicativo, constituye la colum-
na vertebral para incorporar la participación
de la mujer en las actividades productivas
del lugar y es una forma de ingreso a otras
organizaciones del proceso comunitario.
3. Desarrollo de sistemas de producción y
comercialización (1978-1990)
El 16 de julio de 1978 se inició la actividad
más importante en el proceso comunitario
de Salinas con la producción de quesos. Esta
actividad fue el resultado de un convenio de
cooperación entre los gobiernos de Ecuador
y Suiza, donde el Sr. José Dubach, quesero
suizo, realizó un proceso de transferencia de
tecnología a las personas de la comunidad
salinera, para la fabricación de diferentes ti-
pos de quesos: frescos, semimaduros y ma-
duros.
Este proceso de transferencia tecnológica
permitió la construcción de la planta produc-
tora de quesos, utilizando tecnología muy
básica pero suciente para garantizar la ca-
lidad del producto. El proceso inició con 53
litros de leche por día, que fueron entregados
por 5 productores; otro aspecto importante
de este proyecto fue la creación de la mar-
ca El Salinerito, y la apertura de la primera
tienda comunitaria localizada en el sector de
Santa Clara en la ciudad de Quito; todo esto
permitió un sistema de comercialización di-
recto.
El fortalecimiento de la producción de que-
sos, impulsó la diversicación de productos
a través del desarrollo de otras iniciativas
productivas comunitarias, tales como: la
embutidora, la hilandería, los chocolates, los
aceites esenciales, la secadora de hongos, las
artesanías en lana de oveja y alpaca, el hotel.
En esta etapa se deben resaltar dos aspectos
relevantes impulsados por Antonio Polo; el
primero, corresponde a la institucionaliza-
ción de la no repartición de utilidades de las
empresas; y, el segundo, la descentralización
de la producción hacia las comunidades, lo
que implico que el proceso comunitario so-
cializaba sus ganancias (North, 2008), con el
objeto de mejorar las condiciones de vida de
la población.
En estas dos etapas, la autoridad carismática
de Antonio Polo sustentada, además, en la
religión católica y de su convicción de invo-
lucrarse en los problemas de la gente, permi-
tió el respeto y comprensión de la cultura lo-
cal y el rescate de las prácticas comunitarias,
tales como la minga.
Este rescate, sustentado en procesos parti-
cipativos, logró acuerdos en benecio de la
comunidad, como práctica que armoniza los
fundamentos conceptuales de la racionalidad
comunicativa (Habermas J. 2003); es decir,
las actividades del proceso comunitario prio-
rizaron el interés colectivo sobre el interés
individual, dando libertad de expresión en la
gestión (Tenório 2016).
4. Descentralización del sistema producti-
vo (1990-hasta la actualidad)
Entre 1970 y 1990, tanto el desarrollo de la
infraestructura como la formación de orga-
nizaciones de base junto con el impulso de
los sistemas diversicados de producción,
permitieron que los habitantes de Salinas se
involucren en diversas actividades produc-
tivas a través de las organizaciones ya for-
madas. El éxito en este periodo se cimentó
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en la participación de sus habitantes, con el
principal objetivo de salir de la pobreza. Un
aspecto relevante que impulsó la diversi-
cación de los productos fue el impulso in-
novador pensado por Antonio Polo, bajo un
concepto de prueba y error en el desarrollo
de nuevos productos.
Es posible que alguien mencione que fueron
muchos fracasos en la implementación de
las iniciativas productivas, pero los pocos
éxitos han sido sucientes para impulsar
el proceso socioeconómico, y en todas las
iniciativas productivas comunitarias par-
ticipan las personas de las organizaciones
comunitarias, y en muchos casos se cuenta
con el apoyo de voluntarios nacionales y
extranjeros.
Luego del avance logrado, entre 1970 a
1990, en la cabecera parroquial de Salinas,
Polo impulsó la descentralización de la pro-
ducción hacia las comunidades; a pesar de
que “los evaluadores externos que anali-
zaron las queserías, desde una perspectiva
estrecha de eciencia económica, recomen-
daron la centralización de la producción en
la cabecera parroquial” (North 2008:239),
para lograr este objetivo, la FUNORSAL
acompañó en la capacitación y en la presta-
ción de asistencia técnica en las diferentes
etapas del proceso comunitario, con el n
de institucionalizarlo (Polo 2007).
Por otra parte, es innegable el liderazgo de
Antonio Polo que, de acuerdo con las cate-
gorías sociológicas de Weber, es una forma
de autoridad carismática. Polo se involu-
cró en la vida cotidiana de la gente de las
comunidades, lo que le permitió conocer,
desde el interior, las necesidades de ellas.
Mediante procesos participativos, Polo lo-
gró plantear diferentes alternativas para sa-
lir de la pobreza; además, en el año 1978,
logró institucionalizar la no repartición de
utilidades, a través de un mecanismo nan-
ciero de reinversión de dichas utilidades, en
las mismas unidades productivas o en obras
básicas en benecio de las comunidades.
A pesar de que cada comunidad tiene sus
particularidades, en la incorporación al pro-
ceso comunitario se cumplieron las siguien-
tes etapas:
Primera: Desarrollo de la organización; que
de acuerdo con el Artículo 8 de la Ley Orgá-
nica de Economía Popular y Solidaria pue-
den ser organizaciones conformadas en los
Sectores Comunitarios, Asociativos y Coo-
perativistas, así como también las Unidades
Económicas Populares (Asamblea Nacional
2011) y que usualmente, inician como una
organización de base orientada al ahorro y
crédito entre los propios miembros de la co-
munidad, y luego se formalizan como orga-
nización.
Segunda: Capacitación para la actividad a
realizar y garantizar la infraestructura nece-
saria; como por ejemplo, la capacviotación
recibida para la producción de quesos, y la
construcción de la quesera.
Tercera: Capacitación y asistencia técnica
para la administración de los sistemas de
producción; que incluyó en este caso, la ad-
ministración nanciera de la organización,
con la asistencia permanente de la FUNOR-
SAL.
El número de comunidades de Salinas, en la
década de 1970, fue de diez y, actualmente,
se cuentan 30, la mayoría de éstas se confor-
maron en los últimos treinta años, y todas se
consolidaron a partir de una pre cooperativa
y luego cooperativa lechera; esto incrementó
la creación de infraestructura para la escue-
la, la guardería y la capilla (Gruppo Salinas
2013).
De las 30 comunidades, 25 tienen queseras
organizadas. Cuentan con 22 asociaciones,
dos cooperativas de producción y una orga-
nización de hecho. En las comunidades exis-
ten: ocho centros femeninos de artesanías,
diez casas turísticas, ocho cajas de ahorro,
una embutidora, dos productoras de turro-
nes, una productora de mermelada, una tien-
da comunitaria y trece ncas.
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El estudio determinó algunos factores de
éxito de la Parroquia de Salinas en la Provin-
cia de Bolívar y los aspectos culturales que
fueron determinantes, para que la iniciativa
productiva comunitaria de Salinas, se haya
desarrollado.
En tal sentido se destaca el liderazgo del
Padre Antonio Polo, al frente de la Misión
Salesiana, quien concibió una forma alterna-
tiva de gestión comunitaria, a veces sobre la
metodología de prueba-error, estableciendo
un estilo de convivencia que logró articular
un proceso participativo con los pobladores,
lo que permitió perfeccionar la infraestruc-
tura básica en materia de caminos vecinales,
casa comunal, escuela, agua potable, energía
eléctrica y centro de salud y además denir
la diversidad de actividades productivas a
impulsar, que por ejemplo, durante la década
de 1970, se concentraron en la producción
de sal, elaboración de quesos y confección
de artesanías en lana de oveja.
La Parroquia Salinas durante los últimos 50
años estableció una diversidad de iniciati-
vas productivas comunitarias, que han per-
mitido que sus pobladores participen en los
procesos productivos, y la tasa de ocupación
global asciende a un 97.71%, lo que signi-
ca que casi toda la población económica-
mente activa realiza algún tipo de actividad
productiva. Este proceso de gestión partici-
pativa alcanzó, a pesar de algunos tropiezos
iniciales, un notable éxito de sus iniciativas
productivas comunitarias.
Además, se identicó en el estudio que la
cultura local, constituye un aspecto funda-
mental para analizar los signicados de las
formas de vida de las personas en este lugar
y su relación con el éxito alcanzado por el
proceso comunitario salinero. Quizá el prin-
cipal factor corresponde al aprovechamien-
to de los aspectos culturales de las prácticas
comunitarias de Salinas, especialmente de la
minga, tanto al inicio del proceso productivo
CONCLUSIONES
La diversidad productiva de la cabecera pa-
rroquial también se evidencia en las comuni-
dades; Yurakuksha tiene siete unidades pro-
ductivas, La Palma tiene seis, Natahua tiene
cinco; y solo cinco comunidades tienen una
unidad productiva. Un parámetro que inu-
ye en la diversicación productiva en las
comunidades se relaciona con el liderazgo
de sus dirigentes. En las comunidades con
mayor número de unidades productivas los
dirigentes son personas menores a 40 años
y participan activamente en las actividades
organizadas por el Gruppo Salinas.
La rentabilidad social por sobre la rentabili-
dad nanciera impulsó el proceso de descen-
tralización de la producción desde y hacia
las comunidades. Además, los comuneros
participan en los procesos de capacitación
y se benecian de la utilización de los ex-
cedentes nancieros por intermedio de la
construcción de obras de mejoramiento al
interior de sus comunidades.
En el año 2009, 21 comunidades tenían
queseras con 553 productores de leche; las
queseras operaban con 24 trabajadores y
procesaban en promedio 5.900 litros por
día; al 2016 existían 25 comunidades con
queseras, con 666 productores de leche que
operan con 38 trabajadores y procesaron un
promedio diario de 8.700 litros; es decir, se
dio un incremento entre el 2009 al 2016 de
cuatro comunidades, y se incrementó el 20%
de productores de leche.
Del mismo modo, se incrementó el 58% de
empleados en las plantas y aumentó el 47%
en la cantidad de litros de leche por día pro-
ducidos. Esto, sin duda, evidencia un mejo-
ramiento en las queseras de las comunida-
des. En este mismo periodo, en la quesera
de la cabecera parroquial se incrementó el
24% en la producción de litros diarios de le-
che; es decir, es evidente el crecimiento de
la producción de leche en las comunidades
(Gruppo Salinas 2010).
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comunitario como en su posterior desarrollo.
Se identicó que fue trascendental la crea-
ción de la Cooperativa de Ahorro y Crédi-
to, organización que apoyó el desarrollo de
los demás proyectos productivos, hasta la
década de 1980. Esta organización apoyó
la creación de organizaciones, como la FU-
NORSAL y la TEXAL, sustanciales para el
impulso en la erradicación de la pobreza en
el lugar.
Otro de los grandes aportes constituye el pro-
ceso de descentralización de la producción
desde y hacia las comunidades. Sin duda,
hay factores culturales que han impulsado
este singular caso de éxito en la creación de
iniciativas productivas comunitarias, con-
virtiéndose en un referente importante para
iniciativas similares tanto nacionales, como
internacionales.
Finalmente, esto demuestra que el quehacer
del proceso comunitario de Salinas se fun-
damenta en la solidaridad, así como en la
participación de la gente en la toma de de-
cisiones, estos dos aspectos son el resultado
de sustentar la producción en factores pro-
pios de su cultura, para alcanzar logros en
el mejoramiento de la calidad de vida de los
habitantes de esta zona andina.
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