APUNTES PARA PENSAR EN UN HUMANISMO
REFLEXIVO Y PLANETARIO
NOTES TO THINK ABOUT A REFLECTIVE AND PLANETARY HUMANISM
ABSTRACT
RESUMEN
La historia sustenta la posibilidad de revisar hechos que causaron transformaciones en el desa-
rrollo del ser humano. La humanización, en este sentido, afrontó ciertos aspectos sobresalientes
que a lo largo del tiempo han repercutido en esta fenomenología. La conflictividad del ser
humano es una parte del campo visionario del descubrimiento de la ciencia y la tecnología,
coadyuvantes en los cambios históricos de la especie. A partir de estos criterios y tomando
como base la revisión bibliográfica relacionada con ciertos hechos trascendentales ocurridos en
el mundo, el presente artículo contiene reflexiones del autor sobre la evolución del proceso de
humanización y sus implicaciones en nuestros días. Para ello se utilizó el método inductivo-de-
ductivo que motivó el análisis y reflexión en la conformación de las ideas expresadas.
Palabras clave: conflictividad; conquista; guerra; humanismo.
History supports the possibility of reviewing facts which caused changes in the human being
development. Humanization, in this sense, touches on certain outstanding aspects that a long
time has had impacts on this phenomenology. The human being conflict is part of the visionary
field of the science and technology discovery, supporting in the historical changes of the
species. In this way, this research aims the bibliographic review of certain transcendental
events occurring in the world, to reflect on the humanization process development, looking for
a response to the current state of our times. The inductive-deductive method was used to moti-
vate the analysis and reflection until establish ideas that place the theoretical contents.
Keywords: conflict; conquest; humanism; war.
Paulo Herrera Latorre
Universidad Nacional de Chimborazo
pauloherrera@unach.edu.ecm
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La hominización es considerada como un
proceso a través del cual la especie humana
pasa por distintas etapas como: bipedismo,
liberación de las manos, telencefalización,
nacimiento inmaduro, ecumenismo; las que
han establecido cambios fundamentales en
el humanismo tal como lo conocemos hoy
en día.
La influencia de la psicología evolutiva se
pone de manifiesto en las características que
distinguen el modo de pensar propio del
primitivo como son: concreto, sincrético,
colectivo, antropomorfismo, pre-categorial,
pre-lógico, místico, mismas que de acuerdo
a su función establecen relaciones con el
ambiente a través del tiempo y la historia.
Dentro de las primeras teorías generales de
la evolución Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies mismo que demos-
tró que desde millones de años la vida evolu-
cionaba con arreglo a unas leyes relativa-
mente simples que en definitiva significa
cierta estabilidad del medio con el tiempo y
con los aspectos biológicos en las que con
relación permanente se adaptan a las condi-
ciones ecológicas o ambientales.
Con la llegada de los españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas, a la fuerza se pretendió borrar las prácti-
cas de organización, respeto y desarrollo del
ser humano en los diferentes ámbitos de la
vida: social, económico, político. Estos cam-
bios se redujeron a la explotación en toda la
concepción de la palabra.
En la historia del mundo la Primera Guerra
Mundial define un humanismo diferente,
enmarcados en los intereses monárquicos
por la expansión territorial y la reconquista
de territorios en zona de occidente, generan-
do cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posición de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera, y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra.
A través del tiempo la religión católica ha
servido como un elemento de explotación al
indígena y campesino, de allí la presencia de
Mons. Leonidas Proaño con la teoría de la
liberación.
La hominización es un proceso de transfor-
mación antropológica, no así la humaniza-
ción como el conjunto de relaciones socio
político, económico y cultural del ser
humano a través del tiempo. La humaniza-
ción ha estado normada por intereses econó-
micos de grupos poderosos concentrados en
monopolios y oligopolios. Las guerras son
instrumentos de dominación integral de los
pueblos a través de la utilización de tecnolo-
gía armamentista. La humanización utiliza
la inteligencia que a su vez transforma la
naturaleza y el ambiente. Las diferentes
relaciones del ser humano se han definido en
la consecución del poder absoluto más que
del respeto.
Recibido para revisión: 26-noviembre-2016
Aceptado para publicación: 17-diciembre-2016
REVISTA CHAKIÑAN, 2016, Nº.1, DICIEMBRE, (118-127), ISSN 2550-6722
INTRODUCCIÓN
METODOLOGÍA
DESARROLLO
El humanismo ha estado presente desde el
mismo proceso de evolución de la especie
humana, características que se han distingui-
do en el transcurso del tiempo y han caracte-
rizado a cada época. Sin embargo frente a
este proceso que ha durado miles de años,
surge la pregunta de cómo el hombre ha
procedido durante este tiempo y al hablar de
humanismo cuál es el estado actual, después
de haber atravesado por grandes momentos
que cambiaron el rumbo de cada época
histórica. Por esta razón se presenta un enfo-
que del proceso de humanización.
La hominización considerada como el
proceso antropológico de evolución del ser
humano que atravesó diferentes etapas, esta-
bleció cambios fundamentales en el huma-
nismo tal como lo conocemos hoy en día,
entre los que destacan:
Bipedismo, caracterizado por la sustenta-
ción de los pies de los hominoides con modi-
ficaciones importantes relacionadas al
esqueleto y la formación del cráneo.
Liberación de las manos, significa que al
no tener que utilizar las manos para la
marcha e independizarlas funcionalmente de
los pies, muchas funciones prensiles que
antes estaban vinculadas a las fauces están
en condiciones de precisión y eficacia (Pini-
llos 1970:67).
■ Telencefalización, se refiere al desarrollo
de los niveles superiores de integración de
estimulaciones sensoriales y aferencias
motoras como características de la homini-
zación.
■ Nacimiento inmaduro, el ser humano es el
que viene a la vida más indefenso, mismo
que requiere de cuidados y adiestramiento,
durante mucho más tiempo que otros seres.
Ecumenismo, la familia de los homínidos
ha culminado su evolución en la constitu-
ción de una sola especie y en la ampliación
de un hábitat hasta ocupar toda la tierra.
(Pinillos 1970:68).
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Estas referencias previas ayudan a focalizar
el problema de la humanización a través del
tiempo, en el que está inmerso las transfor-
maciones físico-anatómicas del cuerpo
humano que motivaron el desarrollo de
destrezas y estrategias para su superviven-
cia.
El objetivo de esta investigación es la revi-
sión bibliográfica de ciertos hechos trascen-
dentales ocurridos en el mundo y cierta
época en el Ecuador, reflexionar cómo ha
evolucionado el proceso de humanización,
buscando respuesta al estado actual en nues-
tros días.
El método predominantemente utilizado es
el inductivo-deductivo, con apoyo del análi-
sis histórico-lógico de algunos hechos
impactantes contenido en la obra de diferen-
tes autores y del análisis y síntesis que
acepta la existencia de una realidad externa
que se interpreta por el investigador (Álva-
rez 2003:11).
José Luis Pinillos en su libro La Mente
Humana, manifiesta, “el hombre primitivo
era un ser inculto cuyo pensamiento era
rudimentario por el mero hecho que su
cultura también lo era, o si la mentalidad
primitiva también constituyo una etapa infe-
rior del desarrollo mental humano” (Pinillos
1970:40). El autor señala que el conocimien-
to como tal genera cultura en una civiliza-
ción, la misma que ha evolucionado en el
transcurso de los tiempos constituyendo una
etapa inicial al desarrollo mental.
Este mismo autor, dentro de su revisión
bibliográfica, señala algunas características
que suelen distinguir el modo de pensar
propio del primitivo, del modo en que piensa
el hombre actual, a saber:
Concreto, incapaz de grandes distraccio-
nes, tiene dificultades para expresar concep-
tos como el de “ir”, está ligado a las imáge-
nes.
Sincrético, pensamiento poco diferenciado
constituido por totalidades difusas en que se
mezcla lo imaginativo y lo afectivo.
Colectivo, poco individualizado, poco
crítico, estereotipado, es decir, que se acepta
sin revisión personal las creencias vigentes
en una comunidad.
Antropomorfismo, es humanizador de la
naturaleza, animista, propenso a insertar en
los fenómenos físicos, vegetales y animales
por analogía con el comportamiento
humano, un trasfondo de intenciones y fuer-
zas ocultas.
Pre-Categorial, los primitivos no utilizan
como nosotros las categorías de sustancia y
causalidad ni las nociones de espacio y
tiempo.
Pre-Lógico, no se rigen por los hábitos
lógicos usuales entre los seres humanos,
acaso no tanto porque el primitivo conozca
de lógica, como por que la emplea de unos
supuestos culturales distintos.
Místico, tendiente a la reacción afectiva
estática o angustiosa ante lo inesperado. Los
comportamientos propiciatorios, expiato-
rios, reverenciales, etc, sustituyen a la inda-
gación irracional de las causas del fenóme-
no. Se reacciona emotivamente ante lo que
no se entiende.
Esta sinopsis pone de manifiesto la presen-
cia de la psicología evolutiva porque de
acuerdo a su función se establecerán las
relaciones con el ambiente a través del
tiempo y de la historia, además la distribu-
ción geográfica de las etnias indica la exis-
tencia de un gradiente de oscurecimiento de
la piel que va de norte a sur, debido proba-
blemente a que la melanina o pigmento
oscurecedor de la piel tiene un valor de
supervivencia en las zonas de mayor insola-
ción, situación que en el más amplio desco-
nocimiento se establezcan las etnias y su
respectiva segregación.
En consecuencia, el problema de las
desigualdades racionales o étnicas, en el
orden de los rendimientos, es un problema
de psicología individual, no es una cuestión
de capacidad mental de los individuos; es
más razonable pensar que el asunto debe
plantearse en términos biológicos e históri-
cos en mayor amplitud y menor fatalismo
biológico. Que unos grupos humanos hayan
entrado más tarde que otros en el camino del
progreso material no quiere decir que sean
mentalmente inferiores ni que eventualmen-
te no puedan recuperar el tiempo perdido.
La humanidad se estructura a partir de la
integración del hombre con otros similares,
gracias a la presencia del instinto gregario
que es el impulsor en la formación de las
primeras tribus y hordas. En este sentido en
1850 asoman una de las primeras teorías
generales de la evolución, Spencer (1893)
afirma que “a partir de un oscuro principio
sobre el dinamismo cósmico había estado
regido por una ley de diferenciación y com-
plejidad: diferenciación de la materia,
primero: de la vida después y de la sociedad
por último” (1893:398).
Más tarde Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies demostrando que
desde millones de años la vida evolucionaba
con arreglo a unas leyes relativamente
simples que en definitiva significa cierta
estabilidad del medio con el tiempo y con los
aspectos biológicos en las que con relación
permanente se adapta a las condiciones
ecológicas o ambientales. Cuando este equi-
librio se rompe los individuos tienen que
volver a adaptarse a las nuevas condiciones,
es decir acoplarse a nuevas condiciones de
vida hasta constituir nuevas especies (Char-
les 1859).
Con esta visión la humanidad a través del
tiempo se ha desarrollado bajo determinadas
características y condiciones, gracias al
invento de la escritura se marca lo que es la
prehistoria de la historia y junto a ellas el
humanismo como el punto de equilibrio
entre las concepciones filosóficas del
hombre y las acciones en torno a su transfor-
mación. Los cambios de paradigmas señala-
dos en la historia, los períodos revoluciona-
rios en medio de descubrimientos e inventos
provocan la evolución espiritual y material
de la humanidad. En esta dirección se estruc-
turan reflexiones de los cambios que ha
tenido la humanidad y la práctica de su
humanismo.
En la Filosofía Cristiana como antecedentes
de las relaciones de la humanidad y el huma-
nismo en una parte del Ecuador, José M. de
Torre manifiesta que el hombre busca a Dios
en su corazón pero nada se puede amar si no
se conoce, de modo que el creyente necesita
poner empeño a la revelación divina con
humildad de niño y corazón confiado. Así se
intenta buscar en el ser humano un tipo de
humanismo en base a la religión con la
característica general del amor a Dios.
Cuando en los primeros siglos del cristianis-
mo los Gnósticos ponían el saber humano
(Gnosis) por encima de la fe religiosa (Pis-
tis) y por tanto la filosofía humana por
encima de la revelación divina, algunos
cristianos reaccionaron repudiando a la
filosofía y adhiriéndose a la sola fe con una
actitud anti racional que engendraron no
pocas herejías en el transcurso de los siglos
condenados por la iglesia en el siglo XIX y
que aparecen tanto en la teología islámica
como en el protestantismo luterano, con su
visión negativa de la razón humana y sus
potencialidades (De La Torre 2000:45).
Con estos criterios se inician nuevas formas
de entender la religión no desde el punto de
vista de la filosofía sino de la fe, evento que
caracterizó una actitud dócil e irreflexiva en
relación al cristianismo, sin embargo se
manifiesta que no se puede admitir el miedo
a la ciencia porque cualquier labor si es
verdaderamente científica, tiende a la
verdad. En otros términos se pretende acep-
tar lo científico y dialéctico sobre lo dogmá-
tico, por lo que continua el enfoque “el
cristiano ha de tener hambre de saber”.
Desde el cultivo de los saberes más abstrac-
tos hasta las habilidades artesanas porque
todo puede y debe conducir a Dios.
La aceptación del saber humano en relación
al saber divino provoca un giro en cuanto al
conocimiento e interpretación de la naturale-
za, ya no se habla únicamente de los siete
días de la creación del universo, sino de la
posición de la tierra frente al sol con Galileo
Galilei y Copérnico en cuanto se declaró el
aparecimiento del día y la noche como
consecuencia del movimiento de rotación y
la formación de las estaciones no como
castigo de Dios sino como efecto del movi-
miento de traslación.
El avance de la humanidad con enfoque del
cristianismo alude “León XIII afirma que la
razón es la guía del hombre y por tanto si en
algo falta la inteligencia fácilmente peca
también en lo mismo la voluntad; la inteli-
gencia por tanto influye en las acciones
humanas y las pervierte, si por el contrario la
mente humana está sana producirá benefi-
cios de pública y privada utilidad” (De la
Torre 2000:47). En consecuencia las funcio-
nes intelectuales entran en un proceso de
humanización al reconocer que no obra el
castigo divino en este tipo de bondades o
alteraciones de la inteligencia.
Con la llegada de los Españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas. A la fuerza se pretendió borrar las prác-
ticas de organización, respeto y desarrollo
del ser humano en los diferentes ámbitos de
la vida: social, económico, político. Estos
cambios se redujeron a la explotación en
toda la concepción de la palabra, situación
que dado el sistema de corrupción y abuso
obligo a que el Rey Carlos II de España, en
criterio de Marcelo Lalama, en su obra Los
Nazarenos (2000), relata a un monje que
vino desde Europa a la ciudad de Quito en
1699 delegado por el Rey Carlos II de
España de nombre Bartolomé Matamorros y
Quezada para que en forma inmediata se
hiciera cargo en calidad de visitador e inqui-
sidor general en virtud a las incorrecciones y
comportamientos nada recomendables
ejercido por los frailes de aquel entonces.
Se indica además que entre otras funciones
está la de investigar, descubrir y castigar, si
fuera la circunstancia, toda alteración de la
vida correcta que deben llevar los habitantes
de esa provincia, que debe poner en orden
los asuntos y negocios de la Santa Madre
Iglesia y de todos sus miembros, desde el
obispo hacia abajo. Continua la salud y
supervivencia de la audiencia se encuentran
en franco entre dicho debido al crecimiento
exagerado de los religiosos y sus fundacio-
nes, cuyo enriquecimiento se ha dado a
expensas del tesoro real, aprovechando de su
condición de exentos de pagar impuestos,
tasas o cualquier clases de obligaciones que
les ha valido para ser grandes acaparadores
de las mejores tierras, cultivos y ganado.
Esta realidad, que ilustra el mencionado
autor, nos coloca en una situación real y
lacerante de la Iglesia Católica en la anula-
ción de un humanismo que pretenda el
desenvolvimiento equilibrado de los habi-
tantes de Quito y sus alrededores, además de
que en parte de este documento se trata
también de “naturales”, en sentido peyorati-
vo a los habitantes de esta época. Se indica
también, que el mencionado fraile tendrá
que informar al Consejo de Indias, exclusi-
vamente, sobre la suerte de esta misión y que
cuando crea del caso, si existe gravedad en
algún sentido, se pida consejo a este organis-
mo.
El Real y Supremo Consejo de Indias fue
creado, precisamente, para defender los
abusos de los españoles radicados en Améri-
ca y principalmente en los que fueron Virrei-
natos de México, Granada y Perú, que en
múltiples ocasiones agredieron por el poder
de la espada o de la cruz a una población con
diferente cultura, por esta razón que en el
documento citado se indica que:
El motivo particular de nuestro celo deberán
ser los Padres de la Compañía de Jesús, que
conozco, han creado otra audiencia al
interior del Real. Conocéis bien la astucia,
sabiduría y empeño de éstos, vuestros
hermanos en Dios. Deberéis ser particular-
mente inquisitivo con ellos, cuidando de
evitar su participación en los negocios secu-
lares de esa ciudad. (Lalama 2000:81)
En el mismo documento se añade que exis-
ten acusaciones contra los religiosos de la
Iglesia Quitense: “corrupción, insubordina-
ción, subversión, negociados indignos,
usura, doctrinas horribles, estado dentro del
estado, relajación de los votos, retraso con
respecto a los tiempos, libertinaje, insubor-
dinación” (Lalama 2000:83).
¿Con parte de esta realidad descrita cómo se
pudo haber fomentado el humanismo de los
habitantes?, si además la misma iglesia no
permitía que los monjes sean castigados por
autoridades que no sean únicamente sus
superiores. Con este fondo oscuro en la prác-
tica del cristianismo que llego a dominar las
mentes de los americanos no se puede hablar
de un humanismo destinado al conocimiento
y desarrollo de las capacidades del ser
humano.
Para comprender mejor el significado de
humanismo, los filósofos, califican al tema
en mención con la siguiente pregunta:
¿desde dónde y cómo se determina la esen-
cia del hombre?, Marx exige que se conozca
al ser humano y él lo encuentra en la socie-
dad. Para él, el hombre social es el hombre
natural, considerado como el conjunto de
sus necesidades naturales.
Desde la perspectiva de la historia de la
redención, el hombre es hombre en cuanto
hijo de Dios que oye en Cristo el reclamo del
padre y lo asume. El hombre no es de este
mundo desde el momento en que el mundo,
pensado de modo teórico platónico, es sola-
mente un tránsito pasajero hacia el más allá.
El homo humanus se opone al homo barba-
rus, el primero. El homo humanus es ahora
el Romano que eleva y ennoblece la virtud
romana al incorporar la concepción tomada
en préstamo de los Griegos.
En este sentido, en Roma encontramos al
primer humanismo, actitud que nace del
encuentro de la romanidad con la cultura de
Grecia. El homo romanus del renacimiento
se contrapone al homo barbarus, en atención
a la barbarie de la escolástica gótica del
medievo. Se puntualiza, que al humanismo
históricamente entendido, siempre le corres-
ponde un estudio de la humanidad que
remita de un modo determinado a la antigüe-
dad y a su vez se convierte también en una
reivindicación de los griegos.
Pero si entendemos bajo el término general
del humanismo el esfuerzo porque el
hombre se torne libre para su humanidad y
encuentre en ella su dignidad, en ese caso el
humanismo variará en función del concepto
que se tenga de libertad y naturaleza del
hombre. Variarán los caminos que conducen
a su realización. En tal sentido, el humanis-
mo de Carlos Marx no precisa de ningún
retorno a la antigüedad y lo mismo se puede
decir de ese humanismo que Sartre concibe
como existencialismo.
Martin Heidegger en su obra Carta Sobre el
Humanismo sostiene
“todo humanismo se
basa en la metafísica, excepto cuando se
convierte él mismo en el fundamento de tal
metafísica”. (Heidegger 2000:102). De allí
cuando se determina el modo en que se
produce la esencia del hombre lo particular y
propio de toda metafísica se revela en el
hecho de que es “humanista”, es decir que
todo humanismo sigue siendo metafísico,
por lo tanto su “esencia” del hombre reside
en su existencia, misma que significa reali-
dad efectiva o posibilidad. El enfoque del
materialismo no consiste en la afirmación de
que todo es materia, sino más bien en una
determinación metafísica según la que todo
ente aparece como material de trabajo.
La esencia del hombre consiste en ser más
que el mero hombre entendido como ser
vivo dotado de razón, es algo así como una
mera adicción, como la mera definición del
hombre, debiera seguir siendo la determina-
ción fundamental para que luego fuera
ampliada añadiéndose el sistema existencial.
En otros términos, el humanismo no solo
presupone que usted no trata de conservar la
palabra humanismo, sino que implica el
reconocimiento de que dicha palabra ha
perdido su sentido desde el momento en que
se le considera como metafísico. El huma-
nismo es entendido como la relación inter-
disciplinaria de la cultura, el arte, la ciencia,
la dignidad humana, el mundo, considerados
todos ellos como valores, de allí que el ser en
el mundo es un rasgo fundamental de la
humanitas del homo humanus que no está
pretendiendo que el hombre sea únicamente
un ser mundano sino que dispongan una
trascendencia, es decir ser importante y
notable.
Existen hechos trascendentales en la historia
del mundo como la Primera Guerra Mundial
que define un humanismo diferente, enmar-
cados en los intereses monárquicos por la
expansión territorial y la reconquista de
territorios en zona de Occidente, generando
cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posesión de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
Todo esto condujo a muertes de millones de
personas de manera innecesaria, ya sea por
la práctica de estrategias poco ortodoxas
desempeñadas por generales que no estaban
preparados para lo que acontecía en aquel
entonces, una guerra con avances sumamen-
te amplios y que veía la inminente extermi-
nación de una gran cantidad de personas
pertenecientes a muchos lugares del mundo,
especialmente de los países que se encontra-
ban directamente en conflicto y que como tal
tomó el nombre de guerra mundial.
Hablar de humanismo en este sentido no
tomó realce sino hasta la Revolución Rusa
en 1917, dada por la reflexión de una guerra
sin sentido, obedeciendo a intereses de
pocos, que llevaban a los soldados a una
muerte inminente. Este tipo de actos se
fueron dando poco a poco en cada frente de
batalla de todos los bandos, soldados con
pésimas condiciones de vida, que sin temor
ante las decisiones de sus generales, acudían
en grandes números a perder sus vidas sin
lograr ningún tipo de avance en el frente de
batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra (la Primera Guerra Mun-
dial cumple 100 años).
En este sentido, ¿será posible que se hable
de humanismo mundial si por el capricho de
monarcas se extermino a millones de perso-
nas? La Primera Guerra Mundial identifico
las fortalezas y debilidades de los seres
humanos, se les clasificó en triunfadores y
perdedores. De igual forma sucedió con la
Segunda Guerra Mundial, que marcó defini-
tivamente la influencia tecnológica sobre el
desarrollo humano, llegando a convertir al
ser humano en esclavo de la técnica y la
ciencia.
En la Segunda Guerra Mundial los países del
eje conformados por Alemania, Italia y
Japón forman un frente de dominación mun-
dial a través de Europa Continental, Mar
Mediterráneo y Océano Pacífico; los
aliados, en cambio, unifican sus esfuerzos
para tratar de hacer frente y vencer este
conflicto bélico.
La posguerra (de la Segunda Guerra Mun-
dial) proyectó el desarrollo del conocimiento
a través de la inclusión de científicos alema-
nes que fueron repartidos para URSS, Esta-
dos Unidos y el resto de países europeos; la
ola de expansión cognoscitiva permite
formar los bloques de países a nivel mundial
mismos que insertan nuevas visiones para el
mundo, exclusivamente de producción
tecnológica.
De esta manera el ser humano necesita desa-
rrollarse para enfrentar los efectos de la
naturaleza y desarrollar la tecnología a fin de
aprovecharla y utilizar sus bondades. En sus
primeras instancias así sucede, más en la
actualidad la tecnología domina al hombre y
destruye la naturaleza provocando serios
desfases en el hábitat del ser humano por lo
que crece la necesidad imperiosa de confor-
mar grupos humanos en defensa de la natu-
raleza, por los grandes peligros que esto
conlleva.
Recién en la modernidad se puede hablar de
un humanismo consciente de respeto al ser
humano aunque como se mencionará más
adelante, en el Ecuador, se produjeron
hechos increíbles frente a los postulados del
humanismo.
En la actualidad se tiende a considerar en
todas sus formas y ámbitos la interculturali-
dad como concepto-práctica; son procesos
que a partir de la realidad del mestizo se le
considera a los miembros de otras culturas,
indígena por ejemplo, de que por su nivel
intelectual son personas de menor edad, que
actúan sólo cuando son inducidos, meneste-
rosos en poblaciones desaparecidas despro-
vistas de protagonismo social, subordinadas
como residuos (Guerrero 2000:35), citado
por Luis Alberto Toaza, en etnicidad, políti-
ca y religiosidad. En este enfoque la cultura
de los negros son vistos como ladrones,
busca pleitos, vagos, bulliciosos y escanda-
losos (Hernández 2005:45) citado por Luis
Alberto Tuaza en etnicidad política y religio-
sidad, mientras que los blancos y mestizos
aparecen como seres superiores.
Galo Ramón Valarezo (Regreso de los
Runas 1993), señala que mucho antes del
primer grito de independencia del Ecuador
del 10 de Agosto de 1809, se produjeron
varios hechos de rebeldía que fueron catalo-
gados como reacciones con identificación de
indígenas. Se detalla que los caguaneros
ratificaron su rebeldía en 1707; caguacha y
maguas de Napo en 1737; paguayas y saco-
yas en 1745, Pasto en 1727; Pagcha Zaruma
en 1703, sublevación de la puntilla de Santa
Elena en 1786, levantamiento de Fernando
Daquilema en 1871 y 1872; se produjeron
rebeliones en Gatazo y Naubug.
Los investigadores sociales y de la antropo-
logía cultural plantean las relaciones inter
étnicas basadas en la explotación del trabajo
del hombre por el hombre y la práctica
religiosa como forma de dominación
integral. Con estos criterios se identifica la
aculturación, las políticas gubernamentales
para incorporar al indio en la cultura nacio-
nal, proceso que emprende Federico Páez,
los programas de alfabetización realizados
por la unión nacional de periodistas UNDP,
presencia de la misión andina del Ecuador,
para intervenir en organización, producción
y desarrollo comunitario y local en el apro-
vechamiento del potencial humano; inter-
vención del banco central, CEPID, interven-
ción del banco mundial con créditos,
CARI-CARITAS, asesoramiento de la FAO
(Italia y Japón) además de asesores externos
provenientes de Alemania y América Cen-
tral.
La influencia de Monseñor Leonidas Proaño
inicia una nueva etapa de sensibilidad y
toma de conciencia del indio en la sociedad,
aunque en la actualidad, está politizado su
pensamiento. El programa de Escuelas
Radiofónicas Populares y la conformación
de la CONAI, MICH y otras agrupaciones
políticas que vieron en el indio el mejor
medio para realizar proselitismo político.
El concepto de indio para los intelectuales
cobra notoriedad en la importancia del indio
de este país dominado por el etnicismo y que
pretende condenar a sus campesinos al silen-
cio. La historia no empezaba en la época
aborigen, sino en el momento de subyuga-
ción de los indios para los españoles que los
indios originarios de una etnia vencida no
tenían ningún potencial histórico, más aún
estaban situados fuera de ella, que el funda-
mento de la nacionalidad ecuatoriana por
entero a los mestizos, únicos a los que se
consideraba iniciadores de la historia,
pueblo con futuro con noción y conciencia
de ella.
Nuestro filósofo principal, Gabriel García
Cevallos, 1850-1960 (Visión Teórica del
Ecuador) manifiesta que el hombre pre
hispánico era incompleto cultural e históri-
camente, que nuestro espíritu adquirió con
formación definitiva en la historia, en la
Europa Universal al contacto y mezcla con
la cultura y raza hispánica. Pío Jaramillo
Alvarado
(El Indio Ecuatoriano 1941),
propuso la desindianización como causa de
los conflictos internacionales con el Perú,
así como también la paralelización de los
pueblos Shyris con los Incas. Según este
pensamiento quería homogenizar y moder-
nizar el país.
Los comunistas y socialistas de los años
sesenta, plantearon en el congreso nacional
Ecuatorianizar al Indio; Ricardo Paredes y
Pedro Saad plantearon la necesidad de
convertir al indio en Ecuatoriano, asunto que
estremeció al Ecuador. Estas realidades no
recoge ni cuenta la historia tradicional
porque el punto de vista del historiador mes-
tizo o blanco es el de demostrar la valía y
supremacía del Español en América, ponien-
do de ante mano la deshumanización o
despersonalización. En definitiva, no pode-
mos hablar en el Ecuador en la actualidad la
existencia de humanización sino todo lo
contrario. ¿Cómo entonces entender una
realidad, si la misma se esconde y permane-
ce en el silencio de la historia contemporá-
nea? ¿Quiénes son los responsables de esta
realidad?
La hominización es considerada como un
proceso a través del cual la especie humana
pasa por distintas etapas como: bipedismo,
liberación de las manos, telencefalización,
nacimiento inmaduro, ecumenismo; las que
han establecido cambios fundamentales en
el humanismo tal como lo conocemos hoy
en día.
La influencia de la psicología evolutiva se
pone de manifiesto en las características que
distinguen el modo de pensar propio del
primitivo como son: concreto, sincrético,
colectivo, antropomorfismo, pre-categorial,
pre-lógico, místico, mismas que de acuerdo
a su función establecen relaciones con el
ambiente a través del tiempo y la historia.
Dentro de las primeras teorías generales de
la evolución Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies mismo que demos-
tró que desde millones de años la vida evolu-
cionaba con arreglo a unas leyes relativa-
mente simples que en definitiva significa
cierta estabilidad del medio con el tiempo y
con los aspectos biológicos en las que con
relación permanente se adaptan a las condi-
ciones ecológicas o ambientales.
Con la llegada de los españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas, a la fuerza se pretendió borrar las prácti-
cas de organización, respeto y desarrollo del
ser humano en los diferentes ámbitos de la
vida: social, económico, político. Estos cam-
bios se redujeron a la explotación en toda la
concepción de la palabra.
En la historia del mundo la Primera Guerra
Mundial define un humanismo diferente,
enmarcados en los intereses monárquicos
por la expansión territorial y la reconquista
de territorios en zona de occidente, generan-
do cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posición de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera, y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra.
A través del tiempo la religión católica ha
servido como un elemento de explotación al
indígena y campesino, de allí la presencia de
Mons. Leonidas Proaño con la teoría de la
liberación.
La hominización es un proceso de transfor-
mación antropológica, no así la humaniza-
ción como el conjunto de relaciones socio
político, económico y cultural del ser
humano a través del tiempo. La humaniza-
ción ha estado normada por intereses econó-
micos de grupos poderosos concentrados en
monopolios y oligopolios. Las guerras son
instrumentos de dominación integral de los
pueblos a través de la utilización de tecnolo-
gía armamentista. La humanización utiliza
la inteligencia que a su vez transforma la
naturaleza y el ambiente. Las diferentes
relaciones del ser humano se han definido en
la consecución del poder absoluto más que
del respeto.
REVISTA CHAKIÑAN, 2016, Nº.1, DICIEMBRE, (118-127), ISSN 2550-6722
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José Luis Pinillos en su libro La Mente
Humana, manifiesta, “el hombre primitivo
era un ser inculto cuyo pensamiento era
rudimentario por el mero hecho que su
cultura también lo era, o si la mentalidad
primitiva también constituyo una etapa infe-
rior del desarrollo mental humano” (Pinillos
1970:40). El autor señala que el conocimien-
to como tal genera cultura en una civiliza-
ción, la misma que ha evolucionado en el
transcurso de los tiempos constituyendo una
etapa inicial al desarrollo mental.
Este mismo autor, dentro de su revisión
bibliográfica, señala algunas características
que suelen distinguir el modo de pensar
propio del primitivo, del modo en que piensa
el hombre actual, a saber:
Concreto, incapaz de grandes distraccio-
nes, tiene dificultades para expresar concep-
tos como el de “ir”, está ligado a las imáge-
nes.
Sincrético, pensamiento poco diferenciado
constituido por totalidades difusas en que se
mezcla lo imaginativo y lo afectivo.
Colectivo, poco individualizado, poco
crítico, estereotipado, es decir, que se acepta
sin revisión personal las creencias vigentes
en una comunidad.
Antropomorfismo, es humanizador de la
naturaleza, animista, propenso a insertar en
los fenómenos físicos, vegetales y animales
por analogía con el comportamiento
humano, un trasfondo de intenciones y fuer-
zas ocultas.
Pre-Categorial, los primitivos no utilizan
como nosotros las categorías de sustancia y
causalidad ni las nociones de espacio y
tiempo.
Pre-Lógico, no se rigen por los hábitos
lógicos usuales entre los seres humanos,
acaso no tanto porque el primitivo conozca
de lógica, como por que la emplea de unos
supuestos culturales distintos.
Místico, tendiente a la reacción afectiva
estática o angustiosa ante lo inesperado. Los
comportamientos propiciatorios, expiato-
rios, reverenciales, etc, sustituyen a la inda-
gación irracional de las causas del fenóme-
no. Se reacciona emotivamente ante lo que
no se entiende.
Esta sinopsis pone de manifiesto la presen-
cia de la psicología evolutiva porque de
acuerdo a su función se establecerán las
relaciones con el ambiente a través del
tiempo y de la historia, además la distribu-
ción geográfica de las etnias indica la exis-
tencia de un gradiente de oscurecimiento de
la piel que va de norte a sur, debido proba-
blemente a que la melanina o pigmento
oscurecedor de la piel tiene un valor de
supervivencia en las zonas de mayor insola-
ción, situación que en el más amplio desco-
nocimiento se establezcan las etnias y su
respectiva segregación.
En consecuencia, el problema de las
desigualdades racionales o étnicas, en el
orden de los rendimientos, es un problema
de psicología individual, no es una cuestión
de capacidad mental de los individuos; es
más razonable pensar que el asunto debe
plantearse en términos biológicos e históri-
cos en mayor amplitud y menor fatalismo
biológico. Que unos grupos humanos hayan
entrado más tarde que otros en el camino del
progreso material no quiere decir que sean
mentalmente inferiores ni que eventualmen-
te no puedan recuperar el tiempo perdido.
La humanidad se estructura a partir de la
integración del hombre con otros similares,
gracias a la presencia del instinto gregario
que es el impulsor en la formación de las
primeras tribus y hordas. En este sentido en
1850 asoman una de las primeras teorías
generales de la evolución, Spencer (1893)
afirma que “a partir de un oscuro principio
sobre el dinamismo cósmico había estado
regido por una ley de diferenciación y com-
plejidad: diferenciación de la materia,
primero: de la vida después y de la sociedad
por último” (1893:398).
Más tarde Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies demostrando que
desde millones de años la vida evolucionaba
con arreglo a unas leyes relativamente
simples que en definitiva significa cierta
estabilidad del medio con el tiempo y con los
aspectos biológicos en las que con relación
permanente se adapta a las condiciones
ecológicas o ambientales. Cuando este equi-
librio se rompe los individuos tienen que
volver a adaptarse a las nuevas condiciones,
es decir acoplarse a nuevas condiciones de
vida hasta constituir nuevas especies (Char-
les 1859).
Con esta visión la humanidad a través del
tiempo se ha desarrollado bajo determinadas
características y condiciones, gracias al
invento de la escritura se marca lo que es la
prehistoria de la historia y junto a ellas el
humanismo como el punto de equilibrio
entre las concepciones filosóficas del
hombre y las acciones en torno a su transfor-
mación. Los cambios de paradigmas señala-
dos en la historia, los períodos revoluciona-
rios en medio de descubrimientos e inventos
provocan la evolución espiritual y material
de la humanidad. En esta dirección se estruc-
turan reflexiones de los cambios que ha
tenido la humanidad y la práctica de su
humanismo.
En la Filosofía Cristiana como antecedentes
de las relaciones de la humanidad y el huma-
nismo en una parte del Ecuador, José M. de
Torre manifiesta que el hombre busca a Dios
en su corazón pero nada se puede amar si no
se conoce, de modo que el creyente necesita
poner empeño a la revelación divina con
humildad de niño y corazón confiado. Así se
intenta buscar en el ser humano un tipo de
humanismo en base a la religión con la
característica general del amor a Dios.
Cuando en los primeros siglos del cristianis-
mo los Gnósticos ponían el saber humano
(Gnosis) por encima de la fe religiosa (Pis-
tis) y por tanto la filosofía humana por
encima de la revelación divina, algunos
cristianos reaccionaron repudiando a la
filosofía y adhiriéndose a la sola fe con una
actitud anti racional que engendraron no
pocas herejías en el transcurso de los siglos
condenados por la iglesia en el siglo XIX y
que aparecen tanto en la teología islámica
como en el protestantismo luterano, con su
visión negativa de la razón humana y sus
potencialidades (De La Torre 2000:45).
Con estos criterios se inician nuevas formas
de entender la religión no desde el punto de
vista de la filosofía sino de la fe, evento que
caracterizó una actitud dócil e irreflexiva en
relación al cristianismo, sin embargo se
manifiesta que no se puede admitir el miedo
a la ciencia porque cualquier labor si es
verdaderamente científica, tiende a la
verdad. En otros términos se pretende acep-
tar lo científico y dialéctico sobre lo dogmá-
tico, por lo que continua el enfoque “el
cristiano ha de tener hambre de saber”.
Desde el cultivo de los saberes más abstrac-
tos hasta las habilidades artesanas porque
todo puede y debe conducir a Dios.
La aceptación del saber humano en relación
al saber divino provoca un giro en cuanto al
conocimiento e interpretación de la naturale-
za, ya no se habla únicamente de los siete
días de la creación del universo, sino de la
posición de la tierra frente al sol con Galileo
Galilei y Copérnico en cuanto se declaró el
aparecimiento del día y la noche como
consecuencia del movimiento de rotación y
la formación de las estaciones no como
castigo de Dios sino como efecto del movi-
miento de traslación.
El avance de la humanidad con enfoque del
cristianismo alude “León XIII afirma que la
razón es la guía del hombre y por tanto si en
algo falta la inteligencia fácilmente peca
también en lo mismo la voluntad; la inteli-
gencia por tanto influye en las acciones
humanas y las pervierte, si por el contrario la
mente humana está sana producirá benefi-
cios de pública y privada utilidad” (De la
Torre 2000:47). En consecuencia las funcio-
nes intelectuales entran en un proceso de
humanización al reconocer que no obra el
castigo divino en este tipo de bondades o
alteraciones de la inteligencia.
Con la llegada de los Españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas. A la fuerza se pretendió borrar las prác-
ticas de organización, respeto y desarrollo
del ser humano en los diferentes ámbitos de
la vida: social, económico, político. Estos
cambios se redujeron a la explotación en
toda la concepción de la palabra, situación
que dado el sistema de corrupción y abuso
obligo a que el Rey Carlos II de España, en
criterio de Marcelo Lalama, en su obra Los
Nazarenos (2000), relata a un monje que
vino desde Europa a la ciudad de Quito en
1699 delegado por el Rey Carlos II de
España de nombre Bartolomé Matamorros y
Quezada para que en forma inmediata se
hiciera cargo en calidad de visitador e inqui-
sidor general en virtud a las incorrecciones y
comportamientos nada recomendables
ejercido por los frailes de aquel entonces.
Se indica además que entre otras funciones
está la de investigar, descubrir y castigar, si
fuera la circunstancia, toda alteración de la
vida correcta que deben llevar los habitantes
de esa provincia, que debe poner en orden
los asuntos y negocios de la Santa Madre
Iglesia y de todos sus miembros, desde el
obispo hacia abajo. Continua la salud y
supervivencia de la audiencia se encuentran
en franco entre dicho debido al crecimiento
exagerado de los religiosos y sus fundacio-
nes, cuyo enriquecimiento se ha dado a
expensas del tesoro real, aprovechando de su
condición de exentos de pagar impuestos,
tasas o cualquier clases de obligaciones que
les ha valido para ser grandes acaparadores
de las mejores tierras, cultivos y ganado.
Esta realidad, que ilustra el mencionado
autor, nos coloca en una situación real y
lacerante de la Iglesia Católica en la anula-
ción de un humanismo que pretenda el
desenvolvimiento equilibrado de los habi-
tantes de Quito y sus alrededores, además de
que en parte de este documento se trata
también de “naturales”, en sentido peyorati-
vo a los habitantes de esta época. Se indica
también, que el mencionado fraile tendrá
que informar al Consejo de Indias, exclusi-
vamente, sobre la suerte de esta misión y que
cuando crea del caso, si existe gravedad en
algún sentido, se pida consejo a este organis-
mo.
El Real y Supremo Consejo de Indias fue
creado, precisamente, para defender los
abusos de los españoles radicados en Améri-
ca y principalmente en los que fueron Virrei-
natos de México, Granada y Perú, que en
múltiples ocasiones agredieron por el poder
de la espada o de la cruz a una población con
diferente cultura, por esta razón que en el
documento citado se indica que:
El motivo particular de nuestro celo deberán
ser los Padres de la Compañía de Jesús, que
conozco, han creado otra audiencia al
interior del Real. Conocéis bien la astucia,
sabiduría y empeño de éstos, vuestros
hermanos en Dios. Deberéis ser particular-
mente inquisitivo con ellos, cuidando de
evitar su participación en los negocios secu-
lares de esa ciudad. (Lalama 2000:81)
En el mismo documento se añade que exis-
ten acusaciones contra los religiosos de la
Iglesia Quitense: “corrupción, insubordina-
ción, subversión, negociados indignos,
usura, doctrinas horribles, estado dentro del
estado, relajación de los votos, retraso con
respecto a los tiempos, libertinaje, insubor-
dinación” (Lalama 2000:83).
¿Con parte de esta realidad descrita cómo se
pudo haber fomentado el humanismo de los
habitantes?, si además la misma iglesia no
permitía que los monjes sean castigados por
autoridades que no sean únicamente sus
superiores. Con este fondo oscuro en la prác-
tica del cristianismo que llego a dominar las
mentes de los americanos no se puede hablar
de un humanismo destinado al conocimiento
y desarrollo de las capacidades del ser
humano.
Para comprender mejor el significado de
humanismo, los filósofos, califican al tema
en mención con la siguiente pregunta:
¿desde dónde y cómo se determina la esen-
cia del hombre?, Marx exige que se conozca
al ser humano y él lo encuentra en la socie-
dad. Para él, el hombre social es el hombre
natural, considerado como el conjunto de
sus necesidades naturales.
Desde la perspectiva de la historia de la
redención, el hombre es hombre en cuanto
hijo de Dios que oye en Cristo el reclamo del
padre y lo asume. El hombre no es de este
mundo desde el momento en que el mundo,
pensado de modo teórico platónico, es sola-
mente un tránsito pasajero hacia el más allá.
El homo humanus se opone al homo barba-
rus, el primero. El homo humanus es ahora
el Romano que eleva y ennoblece la virtud
romana al incorporar la concepción tomada
en préstamo de los Griegos.
En este sentido, en Roma encontramos al
primer humanismo, actitud que nace del
encuentro de la romanidad con la cultura de
Grecia. El homo romanus del renacimiento
se contrapone al homo barbarus, en atención
a la barbarie de la escolástica gótica del
medievo. Se puntualiza, que al humanismo
históricamente entendido, siempre le corres-
ponde un estudio de la humanidad que
remita de un modo determinado a la antigüe-
dad y a su vez se convierte también en una
reivindicación de los griegos.
Pero si entendemos bajo el término general
del humanismo el esfuerzo porque el
hombre se torne libre para su humanidad y
encuentre en ella su dignidad, en ese caso el
humanismo variará en función del concepto
que se tenga de libertad y naturaleza del
hombre. Variarán los caminos que conducen
a su realización. En tal sentido, el humanis-
mo de Carlos Marx no precisa de ningún
retorno a la antigüedad y lo mismo se puede
decir de ese humanismo que Sartre concibe
como existencialismo.
Martin Heidegger en su obra Carta Sobre el
Humanismo sostiene
“todo humanismo se
basa en la metafísica, excepto cuando se
convierte él mismo en el fundamento de tal
metafísica”. (Heidegger 2000:102). De allí
cuando se determina el modo en que se
produce la esencia del hombre lo particular y
propio de toda metafísica se revela en el
hecho de que es “humanista”, es decir que
todo humanismo sigue siendo metafísico,
por lo tanto su “esencia” del hombre reside
en su existencia, misma que significa reali-
dad efectiva o posibilidad. El enfoque del
materialismo no consiste en la afirmación de
que todo es materia, sino más bien en una
determinación metafísica según la que todo
ente aparece como material de trabajo.
La esencia del hombre consiste en ser más
que el mero hombre entendido como ser
vivo dotado de razón, es algo así como una
mera adicción, como la mera definición del
hombre, debiera seguir siendo la determina-
ción fundamental para que luego fuera
ampliada añadiéndose el sistema existencial.
En otros términos, el humanismo no solo
presupone que usted no trata de conservar la
palabra humanismo, sino que implica el
reconocimiento de que dicha palabra ha
perdido su sentido desde el momento en que
se le considera como metafísico. El huma-
nismo es entendido como la relación inter-
disciplinaria de la cultura, el arte, la ciencia,
la dignidad humana, el mundo, considerados
todos ellos como valores, de allí que el ser en
el mundo es un rasgo fundamental de la
humanitas del homo humanus que no está
pretendiendo que el hombre sea únicamente
un ser mundano sino que dispongan una
trascendencia, es decir ser importante y
notable.
Existen hechos trascendentales en la historia
del mundo como la Primera Guerra Mundial
que define un humanismo diferente, enmar-
cados en los intereses monárquicos por la
expansión territorial y la reconquista de
territorios en zona de Occidente, generando
cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posesión de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
Todo esto condujo a muertes de millones de
personas de manera innecesaria, ya sea por
la práctica de estrategias poco ortodoxas
desempeñadas por generales que no estaban
preparados para lo que acontecía en aquel
entonces, una guerra con avances sumamen-
te amplios y que veía la inminente extermi-
nación de una gran cantidad de personas
pertenecientes a muchos lugares del mundo,
especialmente de los países que se encontra-
ban directamente en conflicto y que como tal
tomó el nombre de guerra mundial.
Hablar de humanismo en este sentido no
tomó realce sino hasta la Revolución Rusa
en 1917, dada por la reflexión de una guerra
sin sentido, obedeciendo a intereses de
pocos, que llevaban a los soldados a una
muerte inminente. Este tipo de actos se
fueron dando poco a poco en cada frente de
batalla de todos los bandos, soldados con
pésimas condiciones de vida, que sin temor
ante las decisiones de sus generales, acudían
en grandes números a perder sus vidas sin
lograr ningún tipo de avance en el frente de
batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra (la Primera Guerra Mun-
dial cumple 100 años).
En este sentido, ¿será posible que se hable
de humanismo mundial si por el capricho de
monarcas se extermino a millones de perso-
nas? La Primera Guerra Mundial identifico
las fortalezas y debilidades de los seres
humanos, se les clasificó en triunfadores y
perdedores. De igual forma sucedió con la
Segunda Guerra Mundial, que marcó defini-
tivamente la influencia tecnológica sobre el
desarrollo humano, llegando a convertir al
ser humano en esclavo de la técnica y la
ciencia.
En la Segunda Guerra Mundial los países del
eje conformados por Alemania, Italia y
Japón forman un frente de dominación mun-
dial a través de Europa Continental, Mar
Mediterráneo y Océano Pacífico; los
aliados, en cambio, unifican sus esfuerzos
para tratar de hacer frente y vencer este
conflicto bélico.
La posguerra (de la Segunda Guerra Mun-
dial) proyectó el desarrollo del conocimiento
a través de la inclusión de científicos alema-
nes que fueron repartidos para URSS, Esta-
dos Unidos y el resto de países europeos; la
ola de expansión cognoscitiva permite
formar los bloques de países a nivel mundial
mismos que insertan nuevas visiones para el
mundo, exclusivamente de producción
tecnológica.
De esta manera el ser humano necesita desa-
rrollarse para enfrentar los efectos de la
naturaleza y desarrollar la tecnología a fin de
aprovecharla y utilizar sus bondades. En sus
primeras instancias así sucede, más en la
actualidad la tecnología domina al hombre y
destruye la naturaleza provocando serios
desfases en el hábitat del ser humano por lo
que crece la necesidad imperiosa de confor-
mar grupos humanos en defensa de la natu-
raleza, por los grandes peligros que esto
conlleva.
Recién en la modernidad se puede hablar de
un humanismo consciente de respeto al ser
humano aunque como se mencionará más
adelante, en el Ecuador, se produjeron
hechos increíbles frente a los postulados del
humanismo.
En la actualidad se tiende a considerar en
todas sus formas y ámbitos la interculturali-
dad como concepto-práctica; son procesos
que a partir de la realidad del mestizo se le
considera a los miembros de otras culturas,
indígena por ejemplo, de que por su nivel
intelectual son personas de menor edad, que
actúan sólo cuando son inducidos, meneste-
rosos en poblaciones desaparecidas despro-
vistas de protagonismo social, subordinadas
como residuos (Guerrero 2000:35), citado
por Luis Alberto Toaza, en etnicidad, políti-
ca y religiosidad. En este enfoque la cultura
de los negros son vistos como ladrones,
busca pleitos, vagos, bulliciosos y escanda-
losos (Hernández 2005:45) citado por Luis
Alberto Tuaza en etnicidad política y religio-
sidad, mientras que los blancos y mestizos
aparecen como seres superiores.
Galo Ramón Valarezo (Regreso de los
Runas 1993), señala que mucho antes del
primer grito de independencia del Ecuador
del 10 de Agosto de 1809, se produjeron
varios hechos de rebeldía que fueron catalo-
gados como reacciones con identificación de
indígenas. Se detalla que los caguaneros
ratificaron su rebeldía en 1707; caguacha y
maguas de Napo en 1737; paguayas y saco-
yas en 1745, Pasto en 1727; Pagcha Zaruma
en 1703, sublevación de la puntilla de Santa
Elena en 1786, levantamiento de Fernando
Daquilema en 1871 y 1872; se produjeron
rebeliones en Gatazo y Naubug.
Los investigadores sociales y de la antropo-
logía cultural plantean las relaciones inter
étnicas basadas en la explotación del trabajo
del hombre por el hombre y la práctica
religiosa como forma de dominación
integral. Con estos criterios se identifica la
aculturación, las políticas gubernamentales
para incorporar al indio en la cultura nacio-
nal, proceso que emprende Federico Páez,
los programas de alfabetización realizados
por la unión nacional de periodistas UNDP,
presencia de la misión andina del Ecuador,
para intervenir en organización, producción
y desarrollo comunitario y local en el apro-
vechamiento del potencial humano; inter-
vención del banco central, CEPID, interven-
ción del banco mundial con créditos,
CARI-CARITAS, asesoramiento de la FAO
(Italia y Japón) además de asesores externos
provenientes de Alemania y América Cen-
tral.
La influencia de Monseñor Leonidas Proaño
inicia una nueva etapa de sensibilidad y
toma de conciencia del indio en la sociedad,
aunque en la actualidad, está politizado su
pensamiento. El programa de Escuelas
Radiofónicas Populares y la conformación
de la CONAI, MICH y otras agrupaciones
políticas que vieron en el indio el mejor
medio para realizar proselitismo político.
El concepto de indio para los intelectuales
cobra notoriedad en la importancia del indio
de este país dominado por el etnicismo y que
pretende condenar a sus campesinos al silen-
cio. La historia no empezaba en la época
aborigen, sino en el momento de subyuga-
ción de los indios para los españoles que los
indios originarios de una etnia vencida no
tenían ningún potencial histórico, más aún
estaban situados fuera de ella, que el funda-
mento de la nacionalidad ecuatoriana por
entero a los mestizos, únicos a los que se
consideraba iniciadores de la historia,
pueblo con futuro con noción y conciencia
de ella.
Nuestro filósofo principal, Gabriel García
Cevallos, 1850-1960 (Visión Teórica del
Ecuador) manifiesta que el hombre pre
hispánico era incompleto cultural e históri-
camente, que nuestro espíritu adquirió con
formación definitiva en la historia, en la
Europa Universal al contacto y mezcla con
la cultura y raza hispánica. Pío Jaramillo
Alvarado
(El Indio Ecuatoriano 1941),
propuso la desindianización como causa de
los conflictos internacionales con el Perú,
así como también la paralelización de los
pueblos Shyris con los Incas. Según este
pensamiento quería homogenizar y moder-
nizar el país.
Los comunistas y socialistas de los años
sesenta, plantearon en el congreso nacional
Ecuatorianizar al Indio; Ricardo Paredes y
Pedro Saad plantearon la necesidad de
convertir al indio en Ecuatoriano, asunto que
estremeció al Ecuador. Estas realidades no
recoge ni cuenta la historia tradicional
porque el punto de vista del historiador mes-
tizo o blanco es el de demostrar la valía y
supremacía del Español en América, ponien-
do de ante mano la deshumanización o
despersonalización. En definitiva, no pode-
mos hablar en el Ecuador en la actualidad la
existencia de humanización sino todo lo
contrario. ¿Cómo entonces entender una
realidad, si la misma se esconde y permane-
ce en el silencio de la historia contemporá-
nea? ¿Quiénes son los responsables de esta
realidad?
La hominización es considerada como un
proceso a través del cual la especie humana
pasa por distintas etapas como: bipedismo,
liberación de las manos, telencefalización,
nacimiento inmaduro, ecumenismo; las que
han establecido cambios fundamentales en
el humanismo tal como lo conocemos hoy
en día.
La influencia de la psicología evolutiva se
pone de manifiesto en las características que
distinguen el modo de pensar propio del
primitivo como son: concreto, sincrético,
colectivo, antropomorfismo, pre-categorial,
pre-lógico, místico, mismas que de acuerdo
a su función establecen relaciones con el
ambiente a través del tiempo y la historia.
Dentro de las primeras teorías generales de
la evolución Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies mismo que demos-
tró que desde millones de años la vida evolu-
cionaba con arreglo a unas leyes relativa-
mente simples que en definitiva significa
cierta estabilidad del medio con el tiempo y
con los aspectos biológicos en las que con
relación permanente se adaptan a las condi-
ciones ecológicas o ambientales.
Con la llegada de los españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas, a la fuerza se pretendió borrar las prácti-
cas de organización, respeto y desarrollo del
ser humano en los diferentes ámbitos de la
vida: social, económico, político. Estos cam-
bios se redujeron a la explotación en toda la
concepción de la palabra.
En la historia del mundo la Primera Guerra
Mundial define un humanismo diferente,
enmarcados en los intereses monárquicos
por la expansión territorial y la reconquista
de territorios en zona de occidente, generan-
do cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posición de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera, y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra.
A través del tiempo la religión católica ha
servido como un elemento de explotación al
indígena y campesino, de allí la presencia de
Mons. Leonidas Proaño con la teoría de la
liberación.
La hominización es un proceso de transfor-
mación antropológica, no así la humaniza-
ción como el conjunto de relaciones socio
político, económico y cultural del ser
humano a través del tiempo. La humaniza-
ción ha estado normada por intereses econó-
micos de grupos poderosos concentrados en
monopolios y oligopolios. Las guerras son
instrumentos de dominación integral de los
pueblos a través de la utilización de tecnolo-
gía armamentista. La humanización utiliza
la inteligencia que a su vez transforma la
naturaleza y el ambiente. Las diferentes
relaciones del ser humano se han definido en
la consecución del poder absoluto más que
del respeto.
REVISTA CHAKIÑAN, 2016, Nº.1, DICIEMBRE, (118-127), ISSN 2550-6722
121
José Luis Pinillos en su libro La Mente
Humana, manifiesta, “el hombre primitivo
era un ser inculto cuyo pensamiento era
rudimentario por el mero hecho que su
cultura también lo era, o si la mentalidad
primitiva también constituyo una etapa infe-
rior del desarrollo mental humano” (Pinillos
1970:40). El autor señala que el conocimien-
to como tal genera cultura en una civiliza-
ción, la misma que ha evolucionado en el
transcurso de los tiempos constituyendo una
etapa inicial al desarrollo mental.
Este mismo autor, dentro de su revisión
bibliográfica, señala algunas características
que suelen distinguir el modo de pensar
propio del primitivo, del modo en que piensa
el hombre actual, a saber:
Concreto, incapaz de grandes distraccio-
nes, tiene dificultades para expresar concep-
tos como el de “ir”, está ligado a las imáge-
nes.
Sincrético, pensamiento poco diferenciado
constituido por totalidades difusas en que se
mezcla lo imaginativo y lo afectivo.
Colectivo, poco individualizado, poco
crítico, estereotipado, es decir, que se acepta
sin revisión personal las creencias vigentes
en una comunidad.
Antropomorfismo, es humanizador de la
naturaleza, animista, propenso a insertar en
los fenómenos físicos, vegetales y animales
por analogía con el comportamiento
humano, un trasfondo de intenciones y fuer-
zas ocultas.
Pre-Categorial, los primitivos no utilizan
como nosotros las categorías de sustancia y
causalidad ni las nociones de espacio y
tiempo.
Pre-Lógico, no se rigen por los hábitos
lógicos usuales entre los seres humanos,
acaso no tanto porque el primitivo conozca
de lógica, como por que la emplea de unos
supuestos culturales distintos.
Místico, tendiente a la reacción afectiva
estática o angustiosa ante lo inesperado. Los
comportamientos propiciatorios, expiato-
rios, reverenciales, etc, sustituyen a la inda-
gación irracional de las causas del fenóme-
no. Se reacciona emotivamente ante lo que
no se entiende.
Esta sinopsis pone de manifiesto la presen-
cia de la psicología evolutiva porque de
acuerdo a su función se establecerán las
relaciones con el ambiente a través del
tiempo y de la historia, además la distribu-
ción geográfica de las etnias indica la exis-
tencia de un gradiente de oscurecimiento de
la piel que va de norte a sur, debido proba-
blemente a que la melanina o pigmento
oscurecedor de la piel tiene un valor de
supervivencia en las zonas de mayor insola-
ción, situación que en el más amplio desco-
nocimiento se establezcan las etnias y su
respectiva segregación.
En consecuencia, el problema de las
desigualdades racionales o étnicas, en el
orden de los rendimientos, es un problema
de psicología individual, no es una cuestión
de capacidad mental de los individuos; es
más razonable pensar que el asunto debe
plantearse en términos biológicos e históri-
cos en mayor amplitud y menor fatalismo
biológico. Que unos grupos humanos hayan
entrado más tarde que otros en el camino del
progreso material no quiere decir que sean
mentalmente inferiores ni que eventualmen-
te no puedan recuperar el tiempo perdido.
La humanidad se estructura a partir de la
integración del hombre con otros similares,
gracias a la presencia del instinto gregario
que es el impulsor en la formación de las
primeras tribus y hordas. En este sentido en
1850 asoman una de las primeras teorías
generales de la evolución, Spencer (1893)
afirma que “a partir de un oscuro principio
sobre el dinamismo cósmico había estado
regido por una ley de diferenciación y com-
plejidad: diferenciación de la materia,
primero: de la vida después y de la sociedad
por último” (1893:398).
Más tarde Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies demostrando que
desde millones de años la vida evolucionaba
con arreglo a unas leyes relativamente
simples que en definitiva significa cierta
estabilidad del medio con el tiempo y con los
aspectos biológicos en las que con relación
permanente se adapta a las condiciones
ecológicas o ambientales. Cuando este equi-
librio se rompe los individuos tienen que
volver a adaptarse a las nuevas condiciones,
es decir acoplarse a nuevas condiciones de
vida hasta constituir nuevas especies (Char-
les 1859).
Con esta visión la humanidad a través del
tiempo se ha desarrollado bajo determinadas
características y condiciones, gracias al
invento de la escritura se marca lo que es la
prehistoria de la historia y junto a ellas el
humanismo como el punto de equilibrio
entre las concepciones filosóficas del
hombre y las acciones en torno a su transfor-
mación. Los cambios de paradigmas señala-
dos en la historia, los períodos revoluciona-
rios en medio de descubrimientos e inventos
provocan la evolución espiritual y material
de la humanidad. En esta dirección se estruc-
turan reflexiones de los cambios que ha
tenido la humanidad y la práctica de su
humanismo.
En la Filosofía Cristiana como antecedentes
de las relaciones de la humanidad y el huma-
nismo en una parte del Ecuador, José M. de
Torre manifiesta que el hombre busca a Dios
en su corazón pero nada se puede amar si no
se conoce, de modo que el creyente necesita
poner empeño a la revelación divina con
humildad de niño y corazón confiado. Así se
intenta buscar en el ser humano un tipo de
humanismo en base a la religión con la
característica general del amor a Dios.
Cuando en los primeros siglos del cristianis-
mo los Gnósticos ponían el saber humano
(Gnosis) por encima de la fe religiosa (Pis-
tis) y por tanto la filosofía humana por
encima de la revelación divina, algunos
cristianos reaccionaron repudiando a la
filosofía y adhiriéndose a la sola fe con una
actitud anti racional que engendraron no
pocas herejías en el transcurso de los siglos
condenados por la iglesia en el siglo XIX y
que aparecen tanto en la teología islámica
como en el protestantismo luterano, con su
visión negativa de la razón humana y sus
potencialidades (De La Torre 2000:45).
Con estos criterios se inician nuevas formas
de entender la religión no desde el punto de
vista de la filosofía sino de la fe, evento que
caracterizó una actitud dócil e irreflexiva en
relación al cristianismo, sin embargo se
manifiesta que no se puede admitir el miedo
a la ciencia porque cualquier labor si es
verdaderamente científica, tiende a la
verdad. En otros términos se pretende acep-
tar lo científico y dialéctico sobre lo dogmá-
tico, por lo que continua el enfoque “el
cristiano ha de tener hambre de saber”.
Desde el cultivo de los saberes más abstrac-
tos hasta las habilidades artesanas porque
todo puede y debe conducir a Dios.
La aceptación del saber humano en relación
al saber divino provoca un giro en cuanto al
conocimiento e interpretación de la naturale-
za, ya no se habla únicamente de los siete
días de la creación del universo, sino de la
posición de la tierra frente al sol con Galileo
Galilei y Copérnico en cuanto se declaró el
aparecimiento del día y la noche como
consecuencia del movimiento de rotación y
la formación de las estaciones no como
castigo de Dios sino como efecto del movi-
miento de traslación.
El avance de la humanidad con enfoque del
cristianismo alude “León XIII afirma que la
razón es la guía del hombre y por tanto si en
algo falta la inteligencia fácilmente peca
también en lo mismo la voluntad; la inteli-
gencia por tanto influye en las acciones
humanas y las pervierte, si por el contrario la
mente humana está sana producirá benefi-
cios de pública y privada utilidad” (De la
Torre 2000:47). En consecuencia las funcio-
nes intelectuales entran en un proceso de
humanización al reconocer que no obra el
castigo divino en este tipo de bondades o
alteraciones de la inteligencia.
Con la llegada de los Españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas. A la fuerza se pretendió borrar las prác-
ticas de organización, respeto y desarrollo
del ser humano en los diferentes ámbitos de
la vida: social, económico, político. Estos
cambios se redujeron a la explotación en
toda la concepción de la palabra, situación
que dado el sistema de corrupción y abuso
obligo a que el Rey Carlos II de España, en
criterio de Marcelo Lalama, en su obra Los
Nazarenos (2000), relata a un monje que
vino desde Europa a la ciudad de Quito en
1699 delegado por el Rey Carlos II de
España de nombre Bartolomé Matamorros y
Quezada para que en forma inmediata se
hiciera cargo en calidad de visitador e inqui-
sidor general en virtud a las incorrecciones y
comportamientos nada recomendables
ejercido por los frailes de aquel entonces.
Se indica además que entre otras funciones
está la de investigar, descubrir y castigar, si
fuera la circunstancia, toda alteración de la
vida correcta que deben llevar los habitantes
de esa provincia, que debe poner en orden
los asuntos y negocios de la Santa Madre
Iglesia y de todos sus miembros, desde el
obispo hacia abajo. Continua la salud y
supervivencia de la audiencia se encuentran
en franco entre dicho debido al crecimiento
exagerado de los religiosos y sus fundacio-
nes, cuyo enriquecimiento se ha dado a
expensas del tesoro real, aprovechando de su
condición de exentos de pagar impuestos,
tasas o cualquier clases de obligaciones que
les ha valido para ser grandes acaparadores
de las mejores tierras, cultivos y ganado.
Esta realidad, que ilustra el mencionado
autor, nos coloca en una situación real y
lacerante de la Iglesia Católica en la anula-
ción de un humanismo que pretenda el
desenvolvimiento equilibrado de los habi-
tantes de Quito y sus alrededores, además de
que en parte de este documento se trata
también de “naturales”, en sentido peyorati-
vo a los habitantes de esta época. Se indica
también, que el mencionado fraile tendrá
que informar al Consejo de Indias, exclusi-
vamente, sobre la suerte de esta misión y que
cuando crea del caso, si existe gravedad en
algún sentido, se pida consejo a este organis-
mo.
El Real y Supremo Consejo de Indias fue
creado, precisamente, para defender los
abusos de los españoles radicados en Améri-
ca y principalmente en los que fueron Virrei-
natos de México, Granada y Perú, que en
múltiples ocasiones agredieron por el poder
de la espada o de la cruz a una población con
diferente cultura, por esta razón que en el
documento citado se indica que:
El motivo particular de nuestro celo deberán
ser los Padres de la Compañía de Jesús, que
conozco, han creado otra audiencia al
interior del Real. Conocéis bien la astucia,
sabiduría y empeño de éstos, vuestros
hermanos en Dios. Deberéis ser particular-
mente inquisitivo con ellos, cuidando de
evitar su participación en los negocios secu-
lares de esa ciudad. (Lalama 2000:81)
En el mismo documento se añade que exis-
ten acusaciones contra los religiosos de la
Iglesia Quitense: “corrupción, insubordina-
ción, subversión, negociados indignos,
usura, doctrinas horribles, estado dentro del
estado, relajación de los votos, retraso con
respecto a los tiempos, libertinaje, insubor-
dinación” (Lalama 2000:83).
¿Con parte de esta realidad descrita cómo se
pudo haber fomentado el humanismo de los
habitantes?, si además la misma iglesia no
permitía que los monjes sean castigados por
autoridades que no sean únicamente sus
superiores. Con este fondo oscuro en la prác-
tica del cristianismo que llego a dominar las
mentes de los americanos no se puede hablar
de un humanismo destinado al conocimiento
y desarrollo de las capacidades del ser
humano.
Para comprender mejor el significado de
humanismo, los filósofos, califican al tema
en mención con la siguiente pregunta:
¿desde dónde y cómo se determina la esen-
cia del hombre?, Marx exige que se conozca
al ser humano y él lo encuentra en la socie-
dad. Para él, el hombre social es el hombre
natural, considerado como el conjunto de
sus necesidades naturales.
Desde la perspectiva de la historia de la
redención, el hombre es hombre en cuanto
hijo de Dios que oye en Cristo el reclamo del
padre y lo asume. El hombre no es de este
mundo desde el momento en que el mundo,
pensado de modo teórico platónico, es sola-
mente un tránsito pasajero hacia el más allá.
El homo humanus se opone al homo barba-
rus, el primero. El homo humanus es ahora
el Romano que eleva y ennoblece la virtud
romana al incorporar la concepción tomada
en préstamo de los Griegos.
En este sentido, en Roma encontramos al
primer humanismo, actitud que nace del
encuentro de la romanidad con la cultura de
Grecia. El homo romanus del renacimiento
se contrapone al homo barbarus, en atención
a la barbarie de la escolástica gótica del
medievo. Se puntualiza, que al humanismo
históricamente entendido, siempre le corres-
ponde un estudio de la humanidad que
remita de un modo determinado a la antigüe-
dad y a su vez se convierte también en una
reivindicación de los griegos.
Pero si entendemos bajo el término general
del humanismo el esfuerzo porque el
hombre se torne libre para su humanidad y
encuentre en ella su dignidad, en ese caso el
humanismo variará en función del concepto
que se tenga de libertad y naturaleza del
hombre. Variarán los caminos que conducen
a su realización. En tal sentido, el humanis-
mo de Carlos Marx no precisa de ningún
retorno a la antigüedad y lo mismo se puede
decir de ese humanismo que Sartre concibe
como existencialismo.
Martin Heidegger en su obra Carta Sobre el
Humanismo sostiene
“todo humanismo se
basa en la metafísica, excepto cuando se
convierte él mismo en el fundamento de tal
metafísica”. (Heidegger 2000:102). De allí
cuando se determina el modo en que se
produce la esencia del hombre lo particular y
propio de toda metafísica se revela en el
hecho de que es “humanista”, es decir que
todo humanismo sigue siendo metafísico,
por lo tanto su “esencia” del hombre reside
en su existencia, misma que significa reali-
dad efectiva o posibilidad. El enfoque del
materialismo no consiste en la afirmación de
que todo es materia, sino más bien en una
determinación metafísica según la que todo
ente aparece como material de trabajo.
La esencia del hombre consiste en ser más
que el mero hombre entendido como ser
vivo dotado de razón, es algo así como una
mera adicción, como la mera definición del
hombre, debiera seguir siendo la determina-
ción fundamental para que luego fuera
ampliada añadiéndose el sistema existencial.
En otros términos, el humanismo no solo
presupone que usted no trata de conservar la
palabra humanismo, sino que implica el
reconocimiento de que dicha palabra ha
perdido su sentido desde el momento en que
se le considera como metafísico. El huma-
nismo es entendido como la relación inter-
disciplinaria de la cultura, el arte, la ciencia,
la dignidad humana, el mundo, considerados
todos ellos como valores, de allí que el ser en
el mundo es un rasgo fundamental de la
humanitas del homo humanus que no está
pretendiendo que el hombre sea únicamente
un ser mundano sino que dispongan una
trascendencia, es decir ser importante y
notable.
Existen hechos trascendentales en la historia
del mundo como la Primera Guerra Mundial
que define un humanismo diferente, enmar-
cados en los intereses monárquicos por la
expansión territorial y la reconquista de
territorios en zona de Occidente, generando
cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posesión de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
Todo esto condujo a muertes de millones de
personas de manera innecesaria, ya sea por
la práctica de estrategias poco ortodoxas
desempeñadas por generales que no estaban
preparados para lo que acontecía en aquel
entonces, una guerra con avances sumamen-
te amplios y que veía la inminente extermi-
nación de una gran cantidad de personas
pertenecientes a muchos lugares del mundo,
especialmente de los países que se encontra-
ban directamente en conflicto y que como tal
tomó el nombre de guerra mundial.
Hablar de humanismo en este sentido no
tomó realce sino hasta la Revolución Rusa
en 1917, dada por la reflexión de una guerra
sin sentido, obedeciendo a intereses de
pocos, que llevaban a los soldados a una
muerte inminente. Este tipo de actos se
fueron dando poco a poco en cada frente de
batalla de todos los bandos, soldados con
pésimas condiciones de vida, que sin temor
ante las decisiones de sus generales, acudían
en grandes números a perder sus vidas sin
lograr ningún tipo de avance en el frente de
batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra (la Primera Guerra Mun-
dial cumple 100 años).
En este sentido, ¿será posible que se hable
de humanismo mundial si por el capricho de
monarcas se extermino a millones de perso-
nas? La Primera Guerra Mundial identifico
las fortalezas y debilidades de los seres
humanos, se les clasificó en triunfadores y
perdedores. De igual forma sucedió con la
Segunda Guerra Mundial, que marcó defini-
tivamente la influencia tecnológica sobre el
desarrollo humano, llegando a convertir al
ser humano en esclavo de la técnica y la
ciencia.
En la Segunda Guerra Mundial los países del
eje conformados por Alemania, Italia y
Japón forman un frente de dominación mun-
dial a través de Europa Continental, Mar
Mediterráneo y Océano Pacífico; los
aliados, en cambio, unifican sus esfuerzos
para tratar de hacer frente y vencer este
conflicto bélico.
La posguerra (de la Segunda Guerra Mun-
dial) proyectó el desarrollo del conocimiento
a través de la inclusión de científicos alema-
nes que fueron repartidos para URSS, Esta-
dos Unidos y el resto de países europeos; la
ola de expansión cognoscitiva permite
formar los bloques de países a nivel mundial
mismos que insertan nuevas visiones para el
mundo, exclusivamente de producción
tecnológica.
De esta manera el ser humano necesita desa-
rrollarse para enfrentar los efectos de la
naturaleza y desarrollar la tecnología a fin de
aprovecharla y utilizar sus bondades. En sus
primeras instancias así sucede, más en la
actualidad la tecnología domina al hombre y
destruye la naturaleza provocando serios
desfases en el hábitat del ser humano por lo
que crece la necesidad imperiosa de confor-
mar grupos humanos en defensa de la natu-
raleza, por los grandes peligros que esto
conlleva.
Recién en la modernidad se puede hablar de
un humanismo consciente de respeto al ser
humano aunque como se mencionará más
adelante, en el Ecuador, se produjeron
hechos increíbles frente a los postulados del
humanismo.
En la actualidad se tiende a considerar en
todas sus formas y ámbitos la interculturali-
dad como concepto-práctica; son procesos
que a partir de la realidad del mestizo se le
considera a los miembros de otras culturas,
indígena por ejemplo, de que por su nivel
intelectual son personas de menor edad, que
actúan sólo cuando son inducidos, meneste-
rosos en poblaciones desaparecidas despro-
vistas de protagonismo social, subordinadas
como residuos (Guerrero 2000:35), citado
por Luis Alberto Toaza, en etnicidad, políti-
ca y religiosidad. En este enfoque la cultura
de los negros son vistos como ladrones,
busca pleitos, vagos, bulliciosos y escanda-
losos (Hernández 2005:45) citado por Luis
Alberto Tuaza en etnicidad política y religio-
sidad, mientras que los blancos y mestizos
aparecen como seres superiores.
Galo Ramón Valarezo (Regreso de los
Runas 1993), señala que mucho antes del
primer grito de independencia del Ecuador
del 10 de Agosto de 1809, se produjeron
varios hechos de rebeldía que fueron catalo-
gados como reacciones con identificación de
indígenas. Se detalla que los caguaneros
ratificaron su rebeldía en 1707; caguacha y
maguas de Napo en 1737; paguayas y saco-
yas en 1745, Pasto en 1727; Pagcha Zaruma
en 1703, sublevación de la puntilla de Santa
Elena en 1786, levantamiento de Fernando
Daquilema en 1871 y 1872; se produjeron
rebeliones en Gatazo y Naubug.
Los investigadores sociales y de la antropo-
logía cultural plantean las relaciones inter
étnicas basadas en la explotación del trabajo
del hombre por el hombre y la práctica
religiosa como forma de dominación
integral. Con estos criterios se identifica la
aculturación, las políticas gubernamentales
para incorporar al indio en la cultura nacio-
nal, proceso que emprende Federico Páez,
los programas de alfabetización realizados
por la unión nacional de periodistas UNDP,
presencia de la misión andina del Ecuador,
para intervenir en organización, producción
y desarrollo comunitario y local en el apro-
vechamiento del potencial humano; inter-
vención del banco central, CEPID, interven-
ción del banco mundial con créditos,
CARI-CARITAS, asesoramiento de la FAO
(Italia y Japón) además de asesores externos
provenientes de Alemania y América Cen-
tral.
La influencia de Monseñor Leonidas Proaño
inicia una nueva etapa de sensibilidad y
toma de conciencia del indio en la sociedad,
aunque en la actualidad, está politizado su
pensamiento. El programa de Escuelas
Radiofónicas Populares y la conformación
de la CONAI, MICH y otras agrupaciones
políticas que vieron en el indio el mejor
medio para realizar proselitismo político.
El concepto de indio para los intelectuales
cobra notoriedad en la importancia del indio
de este país dominado por el etnicismo y que
pretende condenar a sus campesinos al silen-
cio. La historia no empezaba en la época
aborigen, sino en el momento de subyuga-
ción de los indios para los españoles que los
indios originarios de una etnia vencida no
tenían ningún potencial histórico, más aún
estaban situados fuera de ella, que el funda-
mento de la nacionalidad ecuatoriana por
entero a los mestizos, únicos a los que se
consideraba iniciadores de la historia,
pueblo con futuro con noción y conciencia
de ella.
Nuestro filósofo principal, Gabriel García
Cevallos, 1850-1960 (Visión Teórica del
Ecuador) manifiesta que el hombre pre
hispánico era incompleto cultural e históri-
camente, que nuestro espíritu adquirió con
formación definitiva en la historia, en la
Europa Universal al contacto y mezcla con
la cultura y raza hispánica. Pío Jaramillo
Alvarado (El Indio Ecuatoriano 1941),
propuso la desindianización como causa de
los conflictos internacionales con el Perú,
así como también la paralelización de los
pueblos Shyris con los Incas. Según este
pensamiento quería homogenizar y moder-
nizar el país.
Los comunistas y socialistas de los años
sesenta, plantearon en el congreso nacional
Ecuatorianizar al Indio; Ricardo Paredes y
Pedro Saad plantearon la necesidad de
convertir al indio en Ecuatoriano, asunto que
estremeció al Ecuador. Estas realidades no
recoge ni cuenta la historia tradicional
porque el punto de vista del historiador mes-
tizo o blanco es el de demostrar la valía y
supremacía del Español en América, ponien-
do de ante mano la deshumanización o
despersonalización. En definitiva, no pode-
mos hablar en el Ecuador en la actualidad la
existencia de humanización sino todo lo
contrario. ¿Cómo entonces entender una
realidad, si la misma se esconde y permane-
ce en el silencio de la historia contemporá-
nea? ¿Quiénes son los responsables de esta
realidad?
La hominización es considerada como un
proceso a través del cual la especie humana
pasa por distintas etapas como: bipedismo,
liberación de las manos, telencefalización,
nacimiento inmaduro, ecumenismo; las que
han establecido cambios fundamentales en
el humanismo tal como lo conocemos hoy
en día.
La influencia de la psicología evolutiva se
pone de manifiesto en las características que
distinguen el modo de pensar propio del
primitivo como son: concreto, sincrético,
colectivo, antropomorfismo, pre-categorial,
pre-lógico, místico, mismas que de acuerdo
a su función establecen relaciones con el
ambiente a través del tiempo y la historia.
Dentro de las primeras teorías generales de
la evolución Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies mismo que demos-
tró que desde millones de años la vida evolu-
cionaba con arreglo a unas leyes relativa-
mente simples que en definitiva significa
cierta estabilidad del medio con el tiempo y
con los aspectos biológicos en las que con
relación permanente se adaptan a las condi-
ciones ecológicas o ambientales.
Con la llegada de los españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas, a la fuerza se pretendió borrar las prácti-
cas de organización, respeto y desarrollo del
ser humano en los diferentes ámbitos de la
vida: social, económico, político. Estos cam-
bios se redujeron a la explotación en toda la
concepción de la palabra.
En la historia del mundo la Primera Guerra
Mundial define un humanismo diferente,
enmarcados en los intereses monárquicos
por la expansión territorial y la reconquista
de territorios en zona de occidente, generan-
do cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posición de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera, y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra.
A través del tiempo la religión católica ha
servido como un elemento de explotación al
indígena y campesino, de allí la presencia de
Mons. Leonidas Proaño con la teoría de la
liberación.
La hominización es un proceso de transfor-
mación antropológica, no así la humaniza-
ción como el conjunto de relaciones socio
político, económico y cultural del ser
humano a través del tiempo. La humaniza-
ción ha estado normada por intereses econó-
micos de grupos poderosos concentrados en
monopolios y oligopolios. Las guerras son
instrumentos de dominación integral de los
pueblos a través de la utilización de tecnolo-
gía armamentista. La humanización utiliza
la inteligencia que a su vez transforma la
naturaleza y el ambiente. Las diferentes
relaciones del ser humano se han definido en
la consecución del poder absoluto más que
del respeto.
REVISTA CHAKIÑAN, 2016, Nº.1, DICIEMBRE, (118-127), ISSN 2550-6722
122
José Luis Pinillos en su libro La Mente
Humana, manifiesta, “el hombre primitivo
era un ser inculto cuyo pensamiento era
rudimentario por el mero hecho que su
cultura también lo era, o si la mentalidad
primitiva también constituyo una etapa infe-
rior del desarrollo mental humano” (Pinillos
1970:40). El autor señala que el conocimien-
to como tal genera cultura en una civiliza-
ción, la misma que ha evolucionado en el
transcurso de los tiempos constituyendo una
etapa inicial al desarrollo mental.
Este mismo autor, dentro de su revisión
bibliográfica, señala algunas características
que suelen distinguir el modo de pensar
propio del primitivo, del modo en que piensa
el hombre actual, a saber:
Concreto, incapaz de grandes distraccio-
nes, tiene dificultades para expresar concep-
tos como el de “ir”, está ligado a las imáge-
nes.
Sincrético, pensamiento poco diferenciado
constituido por totalidades difusas en que se
mezcla lo imaginativo y lo afectivo.
Colectivo, poco individualizado, poco
crítico, estereotipado, es decir, que se acepta
sin revisión personal las creencias vigentes
en una comunidad.
Antropomorfismo, es humanizador de la
naturaleza, animista, propenso a insertar en
los fenómenos físicos, vegetales y animales
por analogía con el comportamiento
humano, un trasfondo de intenciones y fuer-
zas ocultas.
Pre-Categorial, los primitivos no utilizan
como nosotros las categorías de sustancia y
causalidad ni las nociones de espacio y
tiempo.
Pre-Lógico, no se rigen por los hábitos
lógicos usuales entre los seres humanos,
acaso no tanto porque el primitivo conozca
de lógica, como por que la emplea de unos
supuestos culturales distintos.
Místico, tendiente a la reacción afectiva
estática o angustiosa ante lo inesperado. Los
comportamientos propiciatorios, expiato-
rios, reverenciales, etc, sustituyen a la inda-
gación irracional de las causas del fenóme-
no. Se reacciona emotivamente ante lo que
no se entiende.
Esta sinopsis pone de manifiesto la presen-
cia de la psicología evolutiva porque de
acuerdo a su función se establecerán las
relaciones con el ambiente a través del
tiempo y de la historia, además la distribu-
ción geográfica de las etnias indica la exis-
tencia de un gradiente de oscurecimiento de
la piel que va de norte a sur, debido proba-
blemente a que la melanina o pigmento
oscurecedor de la piel tiene un valor de
supervivencia en las zonas de mayor insola-
ción, situación que en el más amplio desco-
nocimiento se establezcan las etnias y su
respectiva segregación.
En consecuencia, el problema de las
desigualdades racionales o étnicas, en el
orden de los rendimientos, es un problema
de psicología individual, no es una cuestión
de capacidad mental de los individuos; es
más razonable pensar que el asunto debe
plantearse en términos biológicos e históri-
cos en mayor amplitud y menor fatalismo
biológico. Que unos grupos humanos hayan
entrado más tarde que otros en el camino del
progreso material no quiere decir que sean
mentalmente inferiores ni que eventualmen-
te no puedan recuperar el tiempo perdido.
La humanidad se estructura a partir de la
integración del hombre con otros similares,
gracias a la presencia del instinto gregario
que es el impulsor en la formación de las
primeras tribus y hordas. En este sentido en
1850 asoman una de las primeras teorías
generales de la evolución, Spencer (1893)
afirma que “a partir de un oscuro principio
sobre el dinamismo cósmico había estado
regido por una ley de diferenciación y com-
plejidad: diferenciación de la materia,
primero: de la vida después y de la sociedad
por último” (1893:398).
Más tarde Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies demostrando que
desde millones de años la vida evolucionaba
con arreglo a unas leyes relativamente
simples que en definitiva significa cierta
estabilidad del medio con el tiempo y con los
aspectos biológicos en las que con relación
permanente se adapta a las condiciones
ecológicas o ambientales. Cuando este equi-
librio se rompe los individuos tienen que
volver a adaptarse a las nuevas condiciones,
es decir acoplarse a nuevas condiciones de
vida hasta constituir nuevas especies (Char-
les 1859).
Con esta visión la humanidad a través del
tiempo se ha desarrollado bajo determinadas
características y condiciones, gracias al
invento de la escritura se marca lo que es la
prehistoria de la historia y junto a ellas el
humanismo como el punto de equilibrio
entre las concepciones filosóficas del
hombre y las acciones en torno a su transfor-
mación. Los cambios de paradigmas señala-
dos en la historia, los períodos revoluciona-
rios en medio de descubrimientos e inventos
provocan la evolución espiritual y material
de la humanidad. En esta dirección se estruc-
turan reflexiones de los cambios que ha
tenido la humanidad y la práctica de su
humanismo.
En la Filosofía Cristiana como antecedentes
de las relaciones de la humanidad y el huma-
nismo en una parte del Ecuador, José M. de
Torre manifiesta que el hombre busca a Dios
en su corazón pero nada se puede amar si no
se conoce, de modo que el creyente necesita
poner empeño a la revelación divina con
humildad de niño y corazón confiado. Así se
intenta buscar en el ser humano un tipo de
humanismo en base a la religión con la
característica general del amor a Dios.
Cuando en los primeros siglos del cristianis-
mo los Gnósticos ponían el saber humano
(Gnosis) por encima de la fe religiosa (Pis-
tis) y por tanto la filosofía humana por
encima de la revelación divina, algunos
cristianos reaccionaron repudiando a la
filosofía y adhiriéndose a la sola fe con una
actitud anti racional que engendraron no
pocas herejías en el transcurso de los siglos
condenados por la iglesia en el siglo XIX y
que aparecen tanto en la teología islámica
como en el protestantismo luterano, con su
visión negativa de la razón humana y sus
potencialidades (De La Torre 2000:45).
Con estos criterios se inician nuevas formas
de entender la religión no desde el punto de
vista de la filosofía sino de la fe, evento que
caracterizó una actitud dócil e irreflexiva en
relación al cristianismo, sin embargo se
manifiesta que no se puede admitir el miedo
a la ciencia porque cualquier labor si es
verdaderamente científica, tiende a la
verdad. En otros términos se pretende acep-
tar lo científico y dialéctico sobre lo dogmá-
tico, por lo que continua el enfoque “el
cristiano ha de tener hambre de saber”.
Desde el cultivo de los saberes más abstrac-
tos hasta las habilidades artesanas porque
todo puede y debe conducir a Dios.
La aceptación del saber humano en relación
al saber divino provoca un giro en cuanto al
conocimiento e interpretación de la naturale-
za, ya no se habla únicamente de los siete
días de la creación del universo, sino de la
posición de la tierra frente al sol con Galileo
Galilei y Copérnico en cuanto se declaró el
aparecimiento del día y la noche como
consecuencia del movimiento de rotación y
la formación de las estaciones no como
castigo de Dios sino como efecto del movi-
miento de traslación.
El avance de la humanidad con enfoque del
cristianismo alude “León XIII afirma que la
razón es la guía del hombre y por tanto si en
algo falta la inteligencia fácilmente peca
también en lo mismo la voluntad; la inteli-
gencia por tanto influye en las acciones
humanas y las pervierte, si por el contrario la
mente humana está sana producirá benefi-
cios de pública y privada utilidad” (De la
Torre 2000:47). En consecuencia las funcio-
nes intelectuales entran en un proceso de
humanización al reconocer que no obra el
castigo divino en este tipo de bondades o
alteraciones de la inteligencia.
Con la llegada de los Españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas. A la fuerza se pretendió borrar las prác-
ticas de organización, respeto y desarrollo
del ser humano en los diferentes ámbitos de
la vida: social, económico, político. Estos
cambios se redujeron a la explotación en
toda la concepción de la palabra, situación
que dado el sistema de corrupción y abuso
obligo a que el Rey Carlos II de España, en
criterio de Marcelo Lalama, en su obra Los
Nazarenos (2000), relata a un monje que
vino desde Europa a la ciudad de Quito en
1699 delegado por el Rey Carlos II de
España de nombre Bartolomé Matamorros y
Quezada para que en forma inmediata se
hiciera cargo en calidad de visitador e inqui-
sidor general en virtud a las incorrecciones y
comportamientos nada recomendables
ejercido por los frailes de aquel entonces.
Se indica además que entre otras funciones
está la de investigar, descubrir y castigar, si
fuera la circunstancia, toda alteración de la
vida correcta que deben llevar los habitantes
de esa provincia, que debe poner en orden
los asuntos y negocios de la Santa Madre
Iglesia y de todos sus miembros, desde el
obispo hacia abajo. Continua la salud y
supervivencia de la audiencia se encuentran
en franco entre dicho debido al crecimiento
exagerado de los religiosos y sus fundacio-
nes, cuyo enriquecimiento se ha dado a
expensas del tesoro real, aprovechando de su
condición de exentos de pagar impuestos,
tasas o cualquier clases de obligaciones que
les ha valido para ser grandes acaparadores
de las mejores tierras, cultivos y ganado.
Esta realidad, que ilustra el mencionado
autor, nos coloca en una situación real y
lacerante de la Iglesia Católica en la anula-
ción de un humanismo que pretenda el
desenvolvimiento equilibrado de los habi-
tantes de Quito y sus alrededores, además de
que en parte de este documento se trata
también de “naturales”, en sentido peyorati-
vo a los habitantes de esta época. Se indica
también, que el mencionado fraile tendrá
que informar al Consejo de Indias, exclusi-
vamente, sobre la suerte de esta misión y que
cuando crea del caso, si existe gravedad en
algún sentido, se pida consejo a este organis-
mo.
El Real y Supremo Consejo de Indias fue
creado, precisamente, para defender los
abusos de los españoles radicados en Améri-
ca y principalmente en los que fueron Virrei-
natos de México, Granada y Perú, que en
múltiples ocasiones agredieron por el poder
de la espada o de la cruz a una población con
diferente cultura, por esta razón que en el
documento citado se indica que:
El motivo particular de nuestro celo deberán
ser los Padres de la Compañía de Jesús, que
conozco, han creado otra audiencia al
interior del Real. Conocéis bien la astucia,
sabiduría y empeño de éstos, vuestros
hermanos en Dios. Deberéis ser particular-
mente inquisitivo con ellos, cuidando de
evitar su participación en los negocios secu-
lares de esa ciudad. (Lalama 2000:81)
En el mismo documento se añade que exis-
ten acusaciones contra los religiosos de la
Iglesia Quitense: “corrupción, insubordina-
ción, subversión, negociados indignos,
usura, doctrinas horribles, estado dentro del
estado, relajación de los votos, retraso con
respecto a los tiempos, libertinaje, insubor-
dinación” (Lalama 2000:83).
¿Con parte de esta realidad descrita cómo se
pudo haber fomentado el humanismo de los
habitantes?, si además la misma iglesia no
permitía que los monjes sean castigados por
autoridades que no sean únicamente sus
superiores. Con este fondo oscuro en la prác-
tica del cristianismo que llego a dominar las
mentes de los americanos no se puede hablar
de un humanismo destinado al conocimiento
y desarrollo de las capacidades del ser
humano.
Para comprender mejor el significado de
humanismo, los filósofos, califican al tema
en mención con la siguiente pregunta:
¿desde dónde y cómo se determina la esen-
cia del hombre?, Marx exige que se conozca
al ser humano y él lo encuentra en la socie-
dad. Para él, el hombre social es el hombre
natural, considerado como el conjunto de
sus necesidades naturales.
Desde la perspectiva de la historia de la
redención, el hombre es hombre en cuanto
hijo de Dios que oye en Cristo el reclamo del
padre y lo asume. El hombre no es de este
mundo desde el momento en que el mundo,
pensado de modo teórico platónico, es sola-
mente un tránsito pasajero hacia el más allá.
El homo humanus se opone al homo barba-
rus, el primero. El homo humanus es ahora
el Romano que eleva y ennoblece la virtud
romana al incorporar la concepción tomada
en préstamo de los Griegos.
En este sentido, en Roma encontramos al
primer humanismo, actitud que nace del
encuentro de la romanidad con la cultura de
Grecia. El homo romanus del renacimiento
se contrapone al homo barbarus, en atención
a la barbarie de la escolástica gótica del
medievo. Se puntualiza, que al humanismo
históricamente entendido, siempre le corres-
ponde un estudio de la humanidad que
remita de un modo determinado a la antigüe-
dad y a su vez se convierte también en una
reivindicación de los griegos.
Pero si entendemos bajo el término general
del humanismo el esfuerzo porque el
hombre se torne libre para su humanidad y
encuentre en ella su dignidad, en ese caso el
humanismo variará en función del concepto
que se tenga de libertad y naturaleza del
hombre. Variarán los caminos que conducen
a su realización. En tal sentido, el humanis-
mo de Carlos Marx no precisa de ningún
retorno a la antigüedad y lo mismo se puede
decir de ese humanismo que Sartre concibe
como existencialismo.
Martin Heidegger en su obra Carta Sobre el
Humanismo sostiene
“todo humanismo se
basa en la metafísica, excepto cuando se
convierte él mismo en el fundamento de tal
metafísica”. (Heidegger 2000:102). De allí
cuando se determina el modo en que se
produce la esencia del hombre lo particular y
propio de toda metafísica se revela en el
hecho de que es “humanista”, es decir que
todo humanismo sigue siendo metafísico,
por lo tanto su “esencia” del hombre reside
en su existencia, misma que significa reali-
dad efectiva o posibilidad. El enfoque del
materialismo no consiste en la afirmación de
que todo es materia, sino más bien en una
determinación metafísica según la que todo
ente aparece como material de trabajo.
La esencia del hombre consiste en ser más
que el mero hombre entendido como ser
vivo dotado de razón, es algo así como una
mera adicción, como la mera definición del
hombre, debiera seguir siendo la determina-
ción fundamental para que luego fuera
ampliada añadiéndose el sistema existencial.
En otros términos, el humanismo no solo
presupone que usted no trata de conservar la
palabra humanismo, sino que implica el
reconocimiento de que dicha palabra ha
perdido su sentido desde el momento en que
se le considera como metafísico. El huma-
nismo es entendido como la relación inter-
disciplinaria de la cultura, el arte, la ciencia,
la dignidad humana, el mundo, considerados
todos ellos como valores, de allí que el ser en
el mundo es un rasgo fundamental de la
humanitas del homo humanus que no está
pretendiendo que el hombre sea únicamente
un ser mundano sino que dispongan una
trascendencia, es decir ser importante y
notable.
Existen hechos trascendentales en la historia
del mundo como la Primera Guerra Mundial
que define un humanismo diferente, enmar-
cados en los intereses monárquicos por la
expansión territorial y la reconquista de
territorios en zona de Occidente, generando
cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posesión de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
Todo esto condujo a muertes de millones de
personas de manera innecesaria, ya sea por
la práctica de estrategias poco ortodoxas
desempeñadas por generales que no estaban
preparados para lo que acontecía en aquel
entonces, una guerra con avances sumamen-
te amplios y que veía la inminente extermi-
nación de una gran cantidad de personas
pertenecientes a muchos lugares del mundo,
especialmente de los países que se encontra-
ban directamente en conflicto y que como tal
tomó el nombre de guerra mundial.
Hablar de humanismo en este sentido no
tomó realce sino hasta la Revolución Rusa
en 1917, dada por la reflexión de una guerra
sin sentido, obedeciendo a intereses de
pocos, que llevaban a los soldados a una
muerte inminente. Este tipo de actos se
fueron dando poco a poco en cada frente de
batalla de todos los bandos, soldados con
pésimas condiciones de vida, que sin temor
ante las decisiones de sus generales, acudían
en grandes números a perder sus vidas sin
lograr ningún tipo de avance en el frente de
batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra (la Primera Guerra Mun-
dial cumple 100 años).
En este sentido, ¿será posible que se hable
de humanismo mundial si por el capricho de
monarcas se extermino a millones de perso-
nas? La Primera Guerra Mundial identifico
las fortalezas y debilidades de los seres
humanos, se les clasificó en triunfadores y
perdedores. De igual forma sucedió con la
Segunda Guerra Mundial, que marcó defini-
tivamente la influencia tecnológica sobre el
desarrollo humano, llegando a convertir al
ser humano en esclavo de la técnica y la
ciencia.
En la Segunda Guerra Mundial los países del
eje conformados por Alemania, Italia y
Japón forman un frente de dominación mun-
dial a través de Europa Continental, Mar
Mediterráneo y Océano Pacífico; los
aliados, en cambio, unifican sus esfuerzos
para tratar de hacer frente y vencer este
conflicto bélico.
La posguerra (de la Segunda Guerra Mun-
dial) proyectó el desarrollo del conocimiento
a través de la inclusión de científicos alema-
nes que fueron repartidos para URSS, Esta-
dos Unidos y el resto de países europeos; la
ola de expansión cognoscitiva permite
formar los bloques de países a nivel mundial
mismos que insertan nuevas visiones para el
mundo, exclusivamente de producción
tecnológica.
De esta manera el ser humano necesita desa-
rrollarse para enfrentar los efectos de la
naturaleza y desarrollar la tecnología a fin de
aprovecharla y utilizar sus bondades. En sus
primeras instancias así sucede, más en la
actualidad la tecnología domina al hombre y
destruye la naturaleza provocando serios
desfases en el hábitat del ser humano por lo
que crece la necesidad imperiosa de confor-
mar grupos humanos en defensa de la natu-
raleza, por los grandes peligros que esto
conlleva.
Recién en la modernidad se puede hablar de
un humanismo consciente de respeto al ser
humano aunque como se mencionará más
adelante, en el Ecuador, se produjeron
hechos increíbles frente a los postulados del
humanismo.
En la actualidad se tiende a considerar en
todas sus formas y ámbitos la interculturali-
dad como concepto-práctica; son procesos
que a partir de la realidad del mestizo se le
considera a los miembros de otras culturas,
indígena por ejemplo, de que por su nivel
intelectual son personas de menor edad, que
actúan sólo cuando son inducidos, meneste-
rosos en poblaciones desaparecidas despro-
vistas de protagonismo social, subordinadas
como residuos (Guerrero 2000:35), citado
por Luis Alberto Toaza, en etnicidad, políti-
ca y religiosidad. En este enfoque la cultura
de los negros son vistos como ladrones,
busca pleitos, vagos, bulliciosos y escanda-
losos (Hernández 2005:45) citado por Luis
Alberto Tuaza en etnicidad política y religio-
sidad, mientras que los blancos y mestizos
aparecen como seres superiores.
Galo Ramón Valarezo (Regreso de los
Runas 1993), señala que mucho antes del
primer grito de independencia del Ecuador
del 10 de Agosto de 1809, se produjeron
varios hechos de rebeldía que fueron catalo-
gados como reacciones con identificación de
indígenas. Se detalla que los caguaneros
ratificaron su rebeldía en 1707; caguacha y
maguas de Napo en 1737; paguayas y saco-
yas en 1745, Pasto en 1727; Pagcha Zaruma
en 1703, sublevación de la puntilla de Santa
Elena en 1786, levantamiento de Fernando
Daquilema en 1871 y 1872; se produjeron
rebeliones en Gatazo y Naubug.
Los investigadores sociales y de la antropo-
logía cultural plantean las relaciones inter
étnicas basadas en la explotación del trabajo
del hombre por el hombre y la práctica
religiosa como forma de dominación
integral. Con estos criterios se identifica la
aculturación, las políticas gubernamentales
para incorporar al indio en la cultura nacio-
nal, proceso que emprende Federico Páez,
los programas de alfabetización realizados
por la unión nacional de periodistas UNDP,
presencia de la misión andina del Ecuador,
para intervenir en organización, producción
y desarrollo comunitario y local en el apro-
vechamiento del potencial humano; inter-
vención del banco central, CEPID, interven-
ción del banco mundial con créditos,
CARI-CARITAS, asesoramiento de la FAO
(Italia y Japón) además de asesores externos
provenientes de Alemania y América Cen-
tral.
La influencia de Monseñor Leonidas Proaño
inicia una nueva etapa de sensibilidad y
toma de conciencia del indio en la sociedad,
aunque en la actualidad, está politizado su
pensamiento. El programa de Escuelas
Radiofónicas Populares y la conformación
de la CONAI, MICH y otras agrupaciones
políticas que vieron en el indio el mejor
medio para realizar proselitismo político.
El concepto de indio para los intelectuales
cobra notoriedad en la importancia del indio
de este país dominado por el etnicismo y que
pretende condenar a sus campesinos al silen-
cio. La historia no empezaba en la época
aborigen, sino en el momento de subyuga-
ción de los indios para los españoles que los
indios originarios de una etnia vencida no
tenían ningún potencial histórico, más aún
estaban situados fuera de ella, que el funda-
mento de la nacionalidad ecuatoriana por
entero a los mestizos, únicos a los que se
consideraba iniciadores de la historia,
pueblo con futuro con noción y conciencia
de ella.
Nuestro filósofo principal, Gabriel García
Cevallos, 1850-1960 (Visión Teórica del
Ecuador) manifiesta que el hombre pre
hispánico era incompleto cultural e históri-
camente, que nuestro espíritu adquirió con
formación definitiva en la historia, en la
Europa Universal al contacto y mezcla con
la cultura y raza hispánica. Pío Jaramillo
Alvarado
(El Indio Ecuatoriano 1941),
propuso la desindianización como causa de
los conflictos internacionales con el Perú,
así como también la paralelización de los
pueblos Shyris con los Incas. Según este
pensamiento quería homogenizar y moder-
nizar el país.
Los comunistas y socialistas de los años
sesenta, plantearon en el congreso nacional
Ecuatorianizar al Indio; Ricardo Paredes y
Pedro Saad plantearon la necesidad de
convertir al indio en Ecuatoriano, asunto que
estremeció al Ecuador. Estas realidades no
recoge ni cuenta la historia tradicional
porque el punto de vista del historiador mes-
tizo o blanco es el de demostrar la valía y
supremacía del Español en América, ponien-
do de ante mano la deshumanización o
despersonalización. En definitiva, no pode-
mos hablar en el Ecuador en la actualidad la
existencia de humanización sino todo lo
contrario. ¿Cómo entonces entender una
realidad, si la misma se esconde y permane-
ce en el silencio de la historia contemporá-
nea? ¿Quiénes son los responsables de esta
realidad?
La hominización es considerada como un
proceso a través del cual la especie humana
pasa por distintas etapas como: bipedismo,
liberación de las manos, telencefalización,
nacimiento inmaduro, ecumenismo; las que
han establecido cambios fundamentales en
el humanismo tal como lo conocemos hoy
en día.
La influencia de la psicología evolutiva se
pone de manifiesto en las características que
distinguen el modo de pensar propio del
primitivo como son: concreto, sincrético,
colectivo, antropomorfismo, pre-categorial,
pre-lógico, místico, mismas que de acuerdo
a su función establecen relaciones con el
ambiente a través del tiempo y la historia.
Dentro de las primeras teorías generales de
la evolución Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies mismo que demos-
tró que desde millones de años la vida evolu-
cionaba con arreglo a unas leyes relativa-
mente simples que en definitiva significa
cierta estabilidad del medio con el tiempo y
con los aspectos biológicos en las que con
relación permanente se adaptan a las condi-
ciones ecológicas o ambientales.
Con la llegada de los españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas, a la fuerza se pretendió borrar las prácti-
cas de organización, respeto y desarrollo del
ser humano en los diferentes ámbitos de la
vida: social, económico, político. Estos cam-
bios se redujeron a la explotación en toda la
concepción de la palabra.
En la historia del mundo la Primera Guerra
Mundial define un humanismo diferente,
enmarcados en los intereses monárquicos
por la expansión territorial y la reconquista
de territorios en zona de occidente, generan-
do cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posición de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera, y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra.
A través del tiempo la religión católica ha
servido como un elemento de explotación al
indígena y campesino, de allí la presencia de
Mons. Leonidas Proaño con la teoría de la
liberación.
La hominización es un proceso de transfor-
mación antropológica, no así la humaniza-
ción como el conjunto de relaciones socio
político, económico y cultural del ser
humano a través del tiempo. La humaniza-
ción ha estado normada por intereses econó-
micos de grupos poderosos concentrados en
monopolios y oligopolios. Las guerras son
instrumentos de dominación integral de los
pueblos a través de la utilización de tecnolo-
gía armamentista. La humanización utiliza
la inteligencia que a su vez transforma la
naturaleza y el ambiente. Las diferentes
relaciones del ser humano se han definido en
la consecución del poder absoluto más que
del respeto.
REVISTA CHAKIÑAN, 2016, Nº.1, DICIEMBRE, (118-127), ISSN 2550-6722
123
José Luis Pinillos en su libro La Mente
Humana, manifiesta, “el hombre primitivo
era un ser inculto cuyo pensamiento era
rudimentario por el mero hecho que su
cultura también lo era, o si la mentalidad
primitiva también constituyo una etapa infe-
rior del desarrollo mental humano” (Pinillos
1970:40). El autor señala que el conocimien-
to como tal genera cultura en una civiliza-
ción, la misma que ha evolucionado en el
transcurso de los tiempos constituyendo una
etapa inicial al desarrollo mental.
Este mismo autor, dentro de su revisión
bibliográfica, señala algunas características
que suelen distinguir el modo de pensar
propio del primitivo, del modo en que piensa
el hombre actual, a saber:
Concreto, incapaz de grandes distraccio-
nes, tiene dificultades para expresar concep-
tos como el de “ir”, está ligado a las imáge-
nes.
Sincrético, pensamiento poco diferenciado
constituido por totalidades difusas en que se
mezcla lo imaginativo y lo afectivo.
Colectivo, poco individualizado, poco
crítico, estereotipado, es decir, que se acepta
sin revisión personal las creencias vigentes
en una comunidad.
Antropomorfismo, es humanizador de la
naturaleza, animista, propenso a insertar en
los fenómenos físicos, vegetales y animales
por analogía con el comportamiento
humano, un trasfondo de intenciones y fuer-
zas ocultas.
Pre-Categorial, los primitivos no utilizan
como nosotros las categorías de sustancia y
causalidad ni las nociones de espacio y
tiempo.
Pre-Lógico, no se rigen por los hábitos
lógicos usuales entre los seres humanos,
acaso no tanto porque el primitivo conozca
de lógica, como por que la emplea de unos
supuestos culturales distintos.
Místico, tendiente a la reacción afectiva
estática o angustiosa ante lo inesperado. Los
comportamientos propiciatorios, expiato-
rios, reverenciales, etc, sustituyen a la inda-
gación irracional de las causas del fenóme-
no. Se reacciona emotivamente ante lo que
no se entiende.
Esta sinopsis pone de manifiesto la presen-
cia de la psicología evolutiva porque de
acuerdo a su función se establecerán las
relaciones con el ambiente a través del
tiempo y de la historia, además la distribu-
ción geográfica de las etnias indica la exis-
tencia de un gradiente de oscurecimiento de
la piel que va de norte a sur, debido proba-
blemente a que la melanina o pigmento
oscurecedor de la piel tiene un valor de
supervivencia en las zonas de mayor insola-
ción, situación que en el más amplio desco-
nocimiento se establezcan las etnias y su
respectiva segregación.
En consecuencia, el problema de las
desigualdades racionales o étnicas, en el
orden de los rendimientos, es un problema
de psicología individual, no es una cuestión
de capacidad mental de los individuos; es
más razonable pensar que el asunto debe
plantearse en términos biológicos e históri-
cos en mayor amplitud y menor fatalismo
biológico. Que unos grupos humanos hayan
entrado más tarde que otros en el camino del
progreso material no quiere decir que sean
mentalmente inferiores ni que eventualmen-
te no puedan recuperar el tiempo perdido.
La humanidad se estructura a partir de la
integración del hombre con otros similares,
gracias a la presencia del instinto gregario
que es el impulsor en la formación de las
primeras tribus y hordas. En este sentido en
1850 asoman una de las primeras teorías
generales de la evolución, Spencer (1893)
afirma que “a partir de un oscuro principio
sobre el dinamismo cósmico había estado
regido por una ley de diferenciación y com-
plejidad: diferenciación de la materia,
primero: de la vida después y de la sociedad
por último” (1893:398).
Más tarde Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies demostrando que
desde millones de años la vida evolucionaba
con arreglo a unas leyes relativamente
simples que en definitiva significa cierta
estabilidad del medio con el tiempo y con los
aspectos biológicos en las que con relación
permanente se adapta a las condiciones
ecológicas o ambientales. Cuando este equi-
librio se rompe los individuos tienen que
volver a adaptarse a las nuevas condiciones,
es decir acoplarse a nuevas condiciones de
vida hasta constituir nuevas especies (Char-
les 1859).
Con esta visión la humanidad a través del
tiempo se ha desarrollado bajo determinadas
características y condiciones, gracias al
invento de la escritura se marca lo que es la
prehistoria de la historia y junto a ellas el
humanismo como el punto de equilibrio
entre las concepciones filosóficas del
hombre y las acciones en torno a su transfor-
mación. Los cambios de paradigmas señala-
dos en la historia, los períodos revoluciona-
rios en medio de descubrimientos e inventos
provocan la evolución espiritual y material
de la humanidad. En esta dirección se estruc-
turan reflexiones de los cambios que ha
tenido la humanidad y la práctica de su
humanismo.
En la Filosofía Cristiana como antecedentes
de las relaciones de la humanidad y el huma-
nismo en una parte del Ecuador, José M. de
Torre manifiesta que el hombre busca a Dios
en su corazón pero nada se puede amar si no
se conoce, de modo que el creyente necesita
poner empeño a la revelación divina con
humildad de niño y corazón confiado. Así se
intenta buscar en el ser humano un tipo de
humanismo en base a la religión con la
característica general del amor a Dios.
Cuando en los primeros siglos del cristianis-
mo los Gnósticos ponían el saber humano
(Gnosis) por encima de la fe religiosa (Pis-
tis) y por tanto la filosofía humana por
encima de la revelación divina, algunos
cristianos reaccionaron repudiando a la
filosofía y adhiriéndose a la sola fe con una
actitud anti racional que engendraron no
pocas herejías en el transcurso de los siglos
condenados por la iglesia en el siglo XIX y
que aparecen tanto en la teología islámica
como en el protestantismo luterano, con su
visión negativa de la razón humana y sus
potencialidades (De La Torre 2000:45).
Con estos criterios se inician nuevas formas
de entender la religión no desde el punto de
vista de la filosofía sino de la fe, evento que
caracterizó una actitud dócil e irreflexiva en
relación al cristianismo, sin embargo se
manifiesta que no se puede admitir el miedo
a la ciencia porque cualquier labor si es
verdaderamente científica, tiende a la
verdad. En otros términos se pretende acep-
tar lo científico y dialéctico sobre lo dogmá-
tico, por lo que continua el enfoque “el
cristiano ha de tener hambre de saber”.
Desde el cultivo de los saberes más abstrac-
tos hasta las habilidades artesanas porque
todo puede y debe conducir a Dios.
La aceptación del saber humano en relación
al saber divino provoca un giro en cuanto al
conocimiento e interpretación de la naturale-
za, ya no se habla únicamente de los siete
días de la creación del universo, sino de la
posición de la tierra frente al sol con Galileo
Galilei y Copérnico en cuanto se declaró el
aparecimiento del día y la noche como
consecuencia del movimiento de rotación y
la formación de las estaciones no como
castigo de Dios sino como efecto del movi-
miento de traslación.
El avance de la humanidad con enfoque del
cristianismo alude “León XIII afirma que la
razón es la guía del hombre y por tanto si en
algo falta la inteligencia fácilmente peca
también en lo mismo la voluntad; la inteli-
gencia por tanto influye en las acciones
humanas y las pervierte, si por el contrario la
mente humana está sana producirá benefi-
cios de pública y privada utilidad” (De la
Torre 2000:47). En consecuencia las funcio-
nes intelectuales entran en un proceso de
humanización al reconocer que no obra el
castigo divino en este tipo de bondades o
alteraciones de la inteligencia.
Con la llegada de los Españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas. A la fuerza se pretendió borrar las prác-
ticas de organización, respeto y desarrollo
del ser humano en los diferentes ámbitos de
la vida: social, económico, político. Estos
cambios se redujeron a la explotación en
toda la concepción de la palabra, situación
que dado el sistema de corrupción y abuso
obligo a que el Rey Carlos II de España, en
criterio de Marcelo Lalama, en su obra Los
Nazarenos (2000), relata a un monje que
vino desde Europa a la ciudad de Quito en
1699 delegado por el Rey Carlos II de
España de nombre Bartolomé Matamorros y
Quezada para que en forma inmediata se
hiciera cargo en calidad de visitador e inqui-
sidor general en virtud a las incorrecciones y
comportamientos nada recomendables
ejercido por los frailes de aquel entonces.
Se indica además que entre otras funciones
está la de investigar, descubrir y castigar, si
fuera la circunstancia, toda alteración de la
vida correcta que deben llevar los habitantes
de esa provincia, que debe poner en orden
los asuntos y negocios de la Santa Madre
Iglesia y de todos sus miembros, desde el
obispo hacia abajo. Continua la salud y
supervivencia de la audiencia se encuentran
en franco entre dicho debido al crecimiento
exagerado de los religiosos y sus fundacio-
nes, cuyo enriquecimiento se ha dado a
expensas del tesoro real, aprovechando de su
condición de exentos de pagar impuestos,
tasas o cualquier clases de obligaciones que
les ha valido para ser grandes acaparadores
de las mejores tierras, cultivos y ganado.
Esta realidad, que ilustra el mencionado
autor, nos coloca en una situación real y
lacerante de la Iglesia Católica en la anula-
ción de un humanismo que pretenda el
desenvolvimiento equilibrado de los habi-
tantes de Quito y sus alrededores, además de
que en parte de este documento se trata
también de “naturales”, en sentido peyorati-
vo a los habitantes de esta época. Se indica
también, que el mencionado fraile tendrá
que informar al Consejo de Indias, exclusi-
vamente, sobre la suerte de esta misión y que
cuando crea del caso, si existe gravedad en
algún sentido, se pida consejo a este organis-
mo.
El Real y Supremo Consejo de Indias fue
creado, precisamente, para defender los
abusos de los españoles radicados en Améri-
ca y principalmente en los que fueron Virrei-
natos de México, Granada y Perú, que en
múltiples ocasiones agredieron por el poder
de la espada o de la cruz a una población con
diferente cultura, por esta razón que en el
documento citado se indica que:
El motivo particular de nuestro celo deberán
ser los Padres de la Compañía de Jesús, que
conozco, han creado otra audiencia al
interior del Real. Conocéis bien la astucia,
sabiduría y empeño de éstos, vuestros
hermanos en Dios. Deberéis ser particular-
mente inquisitivo con ellos, cuidando de
evitar su participación en los negocios secu-
lares de esa ciudad. (Lalama 2000:81)
En el mismo documento se añade que exis-
ten acusaciones contra los religiosos de la
Iglesia Quitense: “corrupción, insubordina-
ción, subversión, negociados indignos,
usura, doctrinas horribles, estado dentro del
estado, relajación de los votos, retraso con
respecto a los tiempos, libertinaje, insubor-
dinación” (Lalama 2000:83).
¿Con parte de esta realidad descrita cómo se
pudo haber fomentado el humanismo de los
habitantes?, si además la misma iglesia no
permitía que los monjes sean castigados por
autoridades que no sean únicamente sus
superiores. Con este fondo oscuro en la prác-
tica del cristianismo que llego a dominar las
mentes de los americanos no se puede hablar
de un humanismo destinado al conocimiento
y desarrollo de las capacidades del ser
humano.
Para comprender mejor el significado de
humanismo, los filósofos, califican al tema
en mención con la siguiente pregunta:
¿desde dónde y cómo se determina la esen-
cia del hombre?, Marx exige que se conozca
al ser humano y él lo encuentra en la socie-
dad. Para él, el hombre social es el hombre
natural, considerado como el conjunto de
sus necesidades naturales.
Desde la perspectiva de la historia de la
redención, el hombre es hombre en cuanto
hijo de Dios que oye en Cristo el reclamo del
padre y lo asume. El hombre no es de este
mundo desde el momento en que el mundo,
pensado de modo teórico platónico, es sola-
mente un tránsito pasajero hacia el más allá.
El homo humanus se opone al homo barba-
rus, el primero. El homo humanus es ahora
el Romano que eleva y ennoblece la virtud
romana al incorporar la concepción tomada
en préstamo de los Griegos.
En este sentido, en Roma encontramos al
primer humanismo, actitud que nace del
encuentro de la romanidad con la cultura de
Grecia. El homo romanus del renacimiento
se contrapone al homo barbarus, en atención
a la barbarie de la escolástica gótica del
medievo. Se puntualiza, que al humanismo
históricamente entendido, siempre le corres-
ponde un estudio de la humanidad que
remita de un modo determinado a la antigüe-
dad y a su vez se convierte también en una
reivindicación de los griegos.
Pero si entendemos bajo el término general
del humanismo el esfuerzo porque el
hombre se torne libre para su humanidad y
encuentre en ella su dignidad, en ese caso el
humanismo variará en función del concepto
que se tenga de libertad y naturaleza del
hombre. Variarán los caminos que conducen
a su realización. En tal sentido, el humanis-
mo de Carlos Marx no precisa de ningún
retorno a la antigüedad y lo mismo se puede
decir de ese humanismo que Sartre concibe
como existencialismo.
Martin Heidegger en su obra Carta Sobre el
Humanismo sostiene
“todo humanismo se
basa en la metafísica, excepto cuando se
convierte él mismo en el fundamento de tal
metafísica”. (Heidegger 2000:102). De allí
cuando se determina el modo en que se
produce la esencia del hombre lo particular y
propio de toda metafísica se revela en el
hecho de que es “humanista”, es decir que
todo humanismo sigue siendo metafísico,
por lo tanto su “esencia” del hombre reside
en su existencia, misma que significa reali-
dad efectiva o posibilidad. El enfoque del
materialismo no consiste en la afirmación de
que todo es materia, sino más bien en una
determinación metafísica según la que todo
ente aparece como material de trabajo.
La esencia del hombre consiste en ser más
que el mero hombre entendido como ser
vivo dotado de razón, es algo así como una
mera adicción, como la mera definición del
hombre, debiera seguir siendo la determina-
ción fundamental para que luego fuera
ampliada añadiéndose el sistema existencial.
En otros términos, el humanismo no solo
presupone que usted no trata de conservar la
palabra humanismo, sino que implica el
reconocimiento de que dicha palabra ha
perdido su sentido desde el momento en que
se le considera como metafísico. El huma-
nismo es entendido como la relación inter-
disciplinaria de la cultura, el arte, la ciencia,
la dignidad humana, el mundo, considerados
todos ellos como valores, de allí que el ser en
el mundo es un rasgo fundamental de la
humanitas del homo humanus que no está
pretendiendo que el hombre sea únicamente
un ser mundano sino que dispongan una
trascendencia, es decir ser importante y
notable.
Existen hechos trascendentales en la historia
del mundo como la Primera Guerra Mundial
que define un humanismo diferente, enmar-
cados en los intereses monárquicos por la
expansión territorial y la reconquista de
territorios en zona de Occidente, generando
cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posesión de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
Todo esto condujo a muertes de millones de
personas de manera innecesaria, ya sea por
la práctica de estrategias poco ortodoxas
desempeñadas por generales que no estaban
preparados para lo que acontecía en aquel
entonces, una guerra con avances sumamen-
te amplios y que veía la inminente extermi-
nación de una gran cantidad de personas
pertenecientes a muchos lugares del mundo,
especialmente de los países que se encontra-
ban directamente en conflicto y que como tal
tomó el nombre de guerra mundial.
Hablar de humanismo en este sentido no
tomó realce sino hasta la Revolución Rusa
en 1917, dada por la reflexión de una guerra
sin sentido, obedeciendo a intereses de
pocos, que llevaban a los soldados a una
muerte inminente. Este tipo de actos se
fueron dando poco a poco en cada frente de
batalla de todos los bandos, soldados con
pésimas condiciones de vida, que sin temor
ante las decisiones de sus generales, acudían
en grandes números a perder sus vidas sin
lograr ningún tipo de avance en el frente de
batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra (la Primera Guerra Mun-
dial cumple 100 años).
En este sentido, ¿será posible que se hable
de humanismo mundial si por el capricho de
monarcas se extermino a millones de perso-
nas? La Primera Guerra Mundial identifico
las fortalezas y debilidades de los seres
humanos, se les clasificó en triunfadores y
perdedores. De igual forma sucedió con la
Segunda Guerra Mundial, que marcó defini-
tivamente la influencia tecnológica sobre el
desarrollo humano, llegando a convertir al
ser humano en esclavo de la técnica y la
ciencia.
En la Segunda Guerra Mundial los países del
eje conformados por Alemania, Italia y
Japón forman un frente de dominación mun-
dial a través de Europa Continental, Mar
Mediterráneo y Océano Pacífico; los
aliados, en cambio, unifican sus esfuerzos
para tratar de hacer frente y vencer este
conflicto bélico.
La posguerra (de la Segunda Guerra Mun-
dial) proyectó el desarrollo del conocimiento
a través de la inclusión de científicos alema-
nes que fueron repartidos para URSS, Esta-
dos Unidos y el resto de países europeos; la
ola de expansión cognoscitiva permite
formar los bloques de países a nivel mundial
mismos que insertan nuevas visiones para el
mundo, exclusivamente de producción
tecnológica.
De esta manera el ser humano necesita desa-
rrollarse para enfrentar los efectos de la
naturaleza y desarrollar la tecnología a fin de
aprovecharla y utilizar sus bondades. En sus
primeras instancias así sucede, más en la
actualidad la tecnología domina al hombre y
destruye la naturaleza provocando serios
desfases en el hábitat del ser humano por lo
que crece la necesidad imperiosa de confor-
mar grupos humanos en defensa de la natu-
raleza, por los grandes peligros que esto
conlleva.
Recién en la modernidad se puede hablar de
un humanismo consciente de respeto al ser
humano aunque como se mencionará más
adelante, en el Ecuador, se produjeron
hechos increíbles frente a los postulados del
humanismo.
En la actualidad se tiende a considerar en
todas sus formas y ámbitos la interculturali-
dad como concepto-práctica; son procesos
que a partir de la realidad del mestizo se le
considera a los miembros de otras culturas,
indígena por ejemplo, de que por su nivel
intelectual son personas de menor edad, que
actúan sólo cuando son inducidos, meneste-
rosos en poblaciones desaparecidas despro-
vistas de protagonismo social, subordinadas
como residuos (Guerrero 2000:35), citado
por Luis Alberto Toaza, en etnicidad, políti-
ca y religiosidad. En este enfoque la cultura
de los negros son vistos como ladrones,
busca pleitos, vagos, bulliciosos y escanda-
losos (Hernández 2005:45) citado por Luis
Alberto Tuaza en etnicidad política y religio-
sidad, mientras que los blancos y mestizos
aparecen como seres superiores.
Galo Ramón Valarezo (Regreso de los
Runas 1993), señala que mucho antes del
primer grito de independencia del Ecuador
del 10 de Agosto de 1809, se produjeron
varios hechos de rebeldía que fueron catalo-
gados como reacciones con identificación de
indígenas. Se detalla que los caguaneros
ratificaron su rebeldía en 1707; caguacha y
maguas de Napo en 1737; paguayas y saco-
yas en 1745, Pasto en 1727; Pagcha Zaruma
en 1703, sublevación de la puntilla de Santa
Elena en 1786, levantamiento de Fernando
Daquilema en 1871 y 1872; se produjeron
rebeliones en Gatazo y Naubug.
Los investigadores sociales y de la antropo-
logía cultural plantean las relaciones inter
étnicas basadas en la explotación del trabajo
del hombre por el hombre y la práctica
religiosa como forma de dominación
integral. Con estos criterios se identifica la
aculturación, las políticas gubernamentales
para incorporar al indio en la cultura nacio-
nal, proceso que emprende Federico Páez,
los programas de alfabetización realizados
por la unión nacional de periodistas UNDP,
presencia de la misión andina del Ecuador,
para intervenir en organización, producción
y desarrollo comunitario y local en el apro-
vechamiento del potencial humano; inter-
vención del banco central, CEPID, interven-
ción del banco mundial con créditos,
CARI-CARITAS, asesoramiento de la FAO
(Italia y Japón) además de asesores externos
provenientes de Alemania y América Cen-
tral.
La influencia de Monseñor Leonidas Proaño
inicia una nueva etapa de sensibilidad y
toma de conciencia del indio en la sociedad,
aunque en la actualidad, está politizado su
pensamiento. El programa de Escuelas
Radiofónicas Populares y la conformación
de la CONAI, MICH y otras agrupaciones
políticas que vieron en el indio el mejor
medio para realizar proselitismo político.
El concepto de indio para los intelectuales
cobra notoriedad en la importancia del indio
de este país dominado por el etnicismo y que
pretende condenar a sus campesinos al silen-
cio. La historia no empezaba en la época
aborigen, sino en el momento de subyuga-
ción de los indios para los españoles que los
indios originarios de una etnia vencida no
tenían ningún potencial histórico, más aún
estaban situados fuera de ella, que el funda-
mento de la nacionalidad ecuatoriana por
entero a los mestizos, únicos a los que se
consideraba iniciadores de la historia,
pueblo con futuro con noción y conciencia
de ella.
Nuestro filósofo principal, Gabriel García
Cevallos, 1850-1960 (Visión Teórica del
Ecuador) manifiesta que el hombre pre
hispánico era incompleto cultural e históri-
camente, que nuestro espíritu adquirió con
formación definitiva en la historia, en la
Europa Universal al contacto y mezcla con
la cultura y raza hispánica. Pío Jaramillo
Alvarado
(El Indio Ecuatoriano 1941),
propuso la desindianización como causa de
los conflictos internacionales con el Perú,
así como también la paralelización de los
pueblos Shyris con los Incas. Según este
pensamiento quería homogenizar y moder-
nizar el país.
Los comunistas y socialistas de los años
sesenta, plantearon en el congreso nacional
Ecuatorianizar al Indio; Ricardo Paredes y
Pedro Saad plantearon la necesidad de
convertir al indio en Ecuatoriano, asunto que
estremeció al Ecuador. Estas realidades no
recoge ni cuenta la historia tradicional
porque el punto de vista del historiador mes-
tizo o blanco es el de demostrar la valía y
supremacía del Español en América, ponien-
do de ante mano la deshumanización o
despersonalización. En definitiva, no pode-
mos hablar en el Ecuador en la actualidad la
existencia de humanización sino todo lo
contrario. ¿Cómo entonces entender una
realidad, si la misma se esconde y permane-
ce en el silencio de la historia contemporá-
nea? ¿Quiénes son los responsables de esta
realidad?
La hominización es considerada como un
proceso a través del cual la especie humana
pasa por distintas etapas como: bipedismo,
liberación de las manos, telencefalización,
nacimiento inmaduro, ecumenismo; las que
han establecido cambios fundamentales en
el humanismo tal como lo conocemos hoy
en día.
La influencia de la psicología evolutiva se
pone de manifiesto en las características que
distinguen el modo de pensar propio del
primitivo como son: concreto, sincrético,
colectivo, antropomorfismo, pre-categorial,
pre-lógico, místico, mismas que de acuerdo
a su función establecen relaciones con el
ambiente a través del tiempo y la historia.
Dentro de las primeras teorías generales de
la evolución Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies mismo que demos-
tró que desde millones de años la vida evolu-
cionaba con arreglo a unas leyes relativa-
mente simples que en definitiva significa
cierta estabilidad del medio con el tiempo y
con los aspectos biológicos en las que con
relación permanente se adaptan a las condi-
ciones ecológicas o ambientales.
Con la llegada de los españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas, a la fuerza se pretendió borrar las prácti-
cas de organización, respeto y desarrollo del
ser humano en los diferentes ámbitos de la
vida: social, económico, político. Estos cam-
bios se redujeron a la explotación en toda la
concepción de la palabra.
En la historia del mundo la Primera Guerra
Mundial define un humanismo diferente,
enmarcados en los intereses monárquicos
por la expansión territorial y la reconquista
de territorios en zona de occidente, generan-
do cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posición de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera, y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra.
A través del tiempo la religión católica ha
servido como un elemento de explotación al
indígena y campesino, de allí la presencia de
Mons. Leonidas Proaño con la teoría de la
liberación.
La hominización es un proceso de transfor-
mación antropológica, no así la humaniza-
ción como el conjunto de relaciones socio
político, económico y cultural del ser
humano a través del tiempo. La humaniza-
ción ha estado normada por intereses econó-
micos de grupos poderosos concentrados en
monopolios y oligopolios. Las guerras son
instrumentos de dominación integral de los
pueblos a través de la utilización de tecnolo-
gía armamentista. La humanización utiliza
la inteligencia que a su vez transforma la
naturaleza y el ambiente. Las diferentes
relaciones del ser humano se han definido en
la consecución del poder absoluto más que
del respeto.
REVISTA CHAKIÑAN, 2016, Nº.1, DICIEMBRE, (118-127), ISSN 2550-6722
124
José Luis Pinillos en su libro La Mente
Humana, manifiesta, “el hombre primitivo
era un ser inculto cuyo pensamiento era
rudimentario por el mero hecho que su
cultura también lo era, o si la mentalidad
primitiva también constituyo una etapa infe-
rior del desarrollo mental humano” (Pinillos
1970:40). El autor señala que el conocimien-
to como tal genera cultura en una civiliza-
ción, la misma que ha evolucionado en el
transcurso de los tiempos constituyendo una
etapa inicial al desarrollo mental.
Este mismo autor, dentro de su revisión
bibliográfica, señala algunas características
que suelen distinguir el modo de pensar
propio del primitivo, del modo en que piensa
el hombre actual, a saber:
Concreto, incapaz de grandes distraccio-
nes, tiene dificultades para expresar concep-
tos como el de “ir”, está ligado a las imáge-
nes.
Sincrético, pensamiento poco diferenciado
constituido por totalidades difusas en que se
mezcla lo imaginativo y lo afectivo.
Colectivo, poco individualizado, poco
crítico, estereotipado, es decir, que se acepta
sin revisión personal las creencias vigentes
en una comunidad.
Antropomorfismo, es humanizador de la
naturaleza, animista, propenso a insertar en
los fenómenos físicos, vegetales y animales
por analogía con el comportamiento
humano, un trasfondo de intenciones y fuer-
zas ocultas.
Pre-Categorial, los primitivos no utilizan
como nosotros las categorías de sustancia y
causalidad ni las nociones de espacio y
tiempo.
Pre-Lógico, no se rigen por los hábitos
lógicos usuales entre los seres humanos,
acaso no tanto porque el primitivo conozca
de lógica, como por que la emplea de unos
supuestos culturales distintos.
Místico, tendiente a la reacción afectiva
estática o angustiosa ante lo inesperado. Los
comportamientos propiciatorios, expiato-
rios, reverenciales, etc, sustituyen a la inda-
gación irracional de las causas del fenóme-
no. Se reacciona emotivamente ante lo que
no se entiende.
Esta sinopsis pone de manifiesto la presen-
cia de la psicología evolutiva porque de
acuerdo a su función se establecerán las
relaciones con el ambiente a través del
tiempo y de la historia, además la distribu-
ción geográfica de las etnias indica la exis-
tencia de un gradiente de oscurecimiento de
la piel que va de norte a sur, debido proba-
blemente a que la melanina o pigmento
oscurecedor de la piel tiene un valor de
supervivencia en las zonas de mayor insola-
ción, situación que en el más amplio desco-
nocimiento se establezcan las etnias y su
respectiva segregación.
En consecuencia, el problema de las
desigualdades racionales o étnicas, en el
orden de los rendimientos, es un problema
de psicología individual, no es una cuestión
de capacidad mental de los individuos; es
más razonable pensar que el asunto debe
plantearse en términos biológicos e históri-
cos en mayor amplitud y menor fatalismo
biológico. Que unos grupos humanos hayan
entrado más tarde que otros en el camino del
progreso material no quiere decir que sean
mentalmente inferiores ni que eventualmen-
te no puedan recuperar el tiempo perdido.
La humanidad se estructura a partir de la
integración del hombre con otros similares,
gracias a la presencia del instinto gregario
que es el impulsor en la formación de las
primeras tribus y hordas. En este sentido en
1850 asoman una de las primeras teorías
generales de la evolución, Spencer (1893)
afirma que “a partir de un oscuro principio
sobre el dinamismo cósmico había estado
regido por una ley de diferenciación y com-
plejidad: diferenciación de la materia,
primero: de la vida después y de la sociedad
por último” (1893:398).
Más tarde Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies demostrando que
desde millones de años la vida evolucionaba
con arreglo a unas leyes relativamente
simples que en definitiva significa cierta
estabilidad del medio con el tiempo y con los
aspectos biológicos en las que con relación
permanente se adapta a las condiciones
ecológicas o ambientales. Cuando este equi-
librio se rompe los individuos tienen que
volver a adaptarse a las nuevas condiciones,
es decir acoplarse a nuevas condiciones de
vida hasta constituir nuevas especies (Char-
les 1859).
Con esta visión la humanidad a través del
tiempo se ha desarrollado bajo determinadas
características y condiciones, gracias al
invento de la escritura se marca lo que es la
prehistoria de la historia y junto a ellas el
humanismo como el punto de equilibrio
entre las concepciones filosóficas del
hombre y las acciones en torno a su transfor-
mación. Los cambios de paradigmas señala-
dos en la historia, los períodos revoluciona-
rios en medio de descubrimientos e inventos
provocan la evolución espiritual y material
de la humanidad. En esta dirección se estruc-
turan reflexiones de los cambios que ha
tenido la humanidad y la práctica de su
humanismo.
En la Filosofía Cristiana como antecedentes
de las relaciones de la humanidad y el huma-
nismo en una parte del Ecuador, José M. de
Torre manifiesta que el hombre busca a Dios
en su corazón pero nada se puede amar si no
se conoce, de modo que el creyente necesita
poner empeño a la revelación divina con
humildad de niño y corazón confiado. Así se
intenta buscar en el ser humano un tipo de
humanismo en base a la religión con la
característica general del amor a Dios.
Cuando en los primeros siglos del cristianis-
mo los Gnósticos ponían el saber humano
(Gnosis) por encima de la fe religiosa (Pis-
tis) y por tanto la filosofía humana por
encima de la revelación divina, algunos
cristianos reaccionaron repudiando a la
filosofía y adhiriéndose a la sola fe con una
actitud anti racional que engendraron no
pocas herejías en el transcurso de los siglos
condenados por la iglesia en el siglo XIX y
que aparecen tanto en la teología islámica
como en el protestantismo luterano, con su
visión negativa de la razón humana y sus
potencialidades (De La Torre 2000:45).
Con estos criterios se inician nuevas formas
de entender la religión no desde el punto de
vista de la filosofía sino de la fe, evento que
caracterizó una actitud dócil e irreflexiva en
relación al cristianismo, sin embargo se
manifiesta que no se puede admitir el miedo
a la ciencia porque cualquier labor si es
verdaderamente científica, tiende a la
verdad. En otros términos se pretende acep-
tar lo científico y dialéctico sobre lo dogmá-
tico, por lo que continua el enfoque “el
cristiano ha de tener hambre de saber”.
Desde el cultivo de los saberes más abstrac-
tos hasta las habilidades artesanas porque
todo puede y debe conducir a Dios.
La aceptación del saber humano en relación
al saber divino provoca un giro en cuanto al
conocimiento e interpretación de la naturale-
za, ya no se habla únicamente de los siete
días de la creación del universo, sino de la
posición de la tierra frente al sol con Galileo
Galilei y Copérnico en cuanto se declaró el
aparecimiento del día y la noche como
consecuencia del movimiento de rotación y
la formación de las estaciones no como
castigo de Dios sino como efecto del movi-
miento de traslación.
El avance de la humanidad con enfoque del
cristianismo alude “León XIII afirma que la
razón es la guía del hombre y por tanto si en
algo falta la inteligencia fácilmente peca
también en lo mismo la voluntad; la inteli-
gencia por tanto influye en las acciones
humanas y las pervierte, si por el contrario la
mente humana está sana producirá benefi-
cios de pública y privada utilidad” (De la
Torre 2000:47). En consecuencia las funcio-
nes intelectuales entran en un proceso de
humanización al reconocer que no obra el
castigo divino en este tipo de bondades o
alteraciones de la inteligencia.
Con la llegada de los Españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas. A la fuerza se pretendió borrar las prác-
ticas de organización, respeto y desarrollo
del ser humano en los diferentes ámbitos de
la vida: social, económico, político. Estos
cambios se redujeron a la explotación en
toda la concepción de la palabra, situación
que dado el sistema de corrupción y abuso
obligo a que el Rey Carlos II de España, en
criterio de Marcelo Lalama, en su obra Los
Nazarenos (2000), relata a un monje que
vino desde Europa a la ciudad de Quito en
1699 delegado por el Rey Carlos II de
España de nombre Bartolomé Matamorros y
Quezada para que en forma inmediata se
hiciera cargo en calidad de visitador e inqui-
sidor general en virtud a las incorrecciones y
comportamientos nada recomendables
ejercido por los frailes de aquel entonces.
Se indica además que entre otras funciones
está la de investigar, descubrir y castigar, si
fuera la circunstancia, toda alteración de la
vida correcta que deben llevar los habitantes
de esa provincia, que debe poner en orden
los asuntos y negocios de la Santa Madre
Iglesia y de todos sus miembros, desde el
obispo hacia abajo. Continua la salud y
supervivencia de la audiencia se encuentran
en franco entre dicho debido al crecimiento
exagerado de los religiosos y sus fundacio-
nes, cuyo enriquecimiento se ha dado a
expensas del tesoro real, aprovechando de su
condición de exentos de pagar impuestos,
tasas o cualquier clases de obligaciones que
les ha valido para ser grandes acaparadores
de las mejores tierras, cultivos y ganado.
Esta realidad, que ilustra el mencionado
autor, nos coloca en una situación real y
lacerante de la Iglesia Católica en la anula-
ción de un humanismo que pretenda el
desenvolvimiento equilibrado de los habi-
tantes de Quito y sus alrededores, además de
que en parte de este documento se trata
también de “naturales”, en sentido peyorati-
vo a los habitantes de esta época. Se indica
también, que el mencionado fraile tendrá
que informar al Consejo de Indias, exclusi-
vamente, sobre la suerte de esta misión y que
cuando crea del caso, si existe gravedad en
algún sentido, se pida consejo a este organis-
mo.
El Real y Supremo Consejo de Indias fue
creado, precisamente, para defender los
abusos de los españoles radicados en Améri-
ca y principalmente en los que fueron Virrei-
natos de México, Granada y Perú, que en
múltiples ocasiones agredieron por el poder
de la espada o de la cruz a una población con
diferente cultura, por esta razón que en el
documento citado se indica que:
El motivo particular de nuestro celo deberán
ser los Padres de la Compañía de Jesús, que
conozco, han creado otra audiencia al
interior del Real. Conocéis bien la astucia,
sabiduría y empeño de éstos, vuestros
hermanos en Dios. Deberéis ser particular-
mente inquisitivo con ellos, cuidando de
evitar su participación en los negocios secu-
lares de esa ciudad. (Lalama 2000:81)
En el mismo documento se añade que exis-
ten acusaciones contra los religiosos de la
Iglesia Quitense: “corrupción, insubordina-
ción, subversión, negociados indignos,
usura, doctrinas horribles, estado dentro del
estado, relajación de los votos, retraso con
respecto a los tiempos, libertinaje, insubor-
dinación” (Lalama 2000:83).
¿Con parte de esta realidad descrita cómo se
pudo haber fomentado el humanismo de los
habitantes?, si además la misma iglesia no
permitía que los monjes sean castigados por
autoridades que no sean únicamente sus
superiores. Con este fondo oscuro en la prác-
tica del cristianismo que llego a dominar las
mentes de los americanos no se puede hablar
de un humanismo destinado al conocimiento
y desarrollo de las capacidades del ser
humano.
Para comprender mejor el significado de
humanismo, los filósofos, califican al tema
en mención con la siguiente pregunta:
¿desde dónde y cómo se determina la esen-
cia del hombre?, Marx exige que se conozca
al ser humano y él lo encuentra en la socie-
dad. Para él, el hombre social es el hombre
natural, considerado como el conjunto de
sus necesidades naturales.
Desde la perspectiva de la historia de la
redención, el hombre es hombre en cuanto
hijo de Dios que oye en Cristo el reclamo del
padre y lo asume. El hombre no es de este
mundo desde el momento en que el mundo,
pensado de modo teórico platónico, es sola-
mente un tránsito pasajero hacia el más allá.
El homo humanus se opone al homo barba-
rus, el primero. El homo humanus es ahora
el Romano que eleva y ennoblece la virtud
romana al incorporar la concepción tomada
en préstamo de los Griegos.
En este sentido, en Roma encontramos al
primer humanismo, actitud que nace del
encuentro de la romanidad con la cultura de
Grecia. El homo romanus del renacimiento
se contrapone al homo barbarus, en atención
a la barbarie de la escolástica gótica del
medievo. Se puntualiza, que al humanismo
históricamente entendido, siempre le corres-
ponde un estudio de la humanidad que
remita de un modo determinado a la antigüe-
dad y a su vez se convierte también en una
reivindicación de los griegos.
Pero si entendemos bajo el término general
del humanismo el esfuerzo porque el
hombre se torne libre para su humanidad y
encuentre en ella su dignidad, en ese caso el
humanismo variará en función del concepto
que se tenga de libertad y naturaleza del
hombre. Variarán los caminos que conducen
a su realización. En tal sentido, el humanis-
mo de Carlos Marx no precisa de ningún
retorno a la antigüedad y lo mismo se puede
decir de ese humanismo que Sartre concibe
como existencialismo.
Martin Heidegger en su obra Carta Sobre el
Humanismo sostiene
“todo humanismo se
basa en la metafísica, excepto cuando se
convierte él mismo en el fundamento de tal
metafísica”. (Heidegger 2000:102). De allí
cuando se determina el modo en que se
produce la esencia del hombre lo particular y
propio de toda metafísica se revela en el
hecho de que es “humanista”, es decir que
todo humanismo sigue siendo metafísico,
por lo tanto su “esencia” del hombre reside
en su existencia, misma que significa reali-
dad efectiva o posibilidad. El enfoque del
materialismo no consiste en la afirmación de
que todo es materia, sino más bien en una
determinación metafísica según la que todo
ente aparece como material de trabajo.
La esencia del hombre consiste en ser más
que el mero hombre entendido como ser
vivo dotado de razón, es algo así como una
mera adicción, como la mera definición del
hombre, debiera seguir siendo la determina-
ción fundamental para que luego fuera
ampliada añadiéndose el sistema existencial.
En otros términos, el humanismo no solo
presupone que usted no trata de conservar la
palabra humanismo, sino que implica el
reconocimiento de que dicha palabra ha
perdido su sentido desde el momento en que
se le considera como metafísico. El huma-
nismo es entendido como la relación inter-
disciplinaria de la cultura, el arte, la ciencia,
la dignidad humana, el mundo, considerados
todos ellos como valores, de allí que el ser en
el mundo es un rasgo fundamental de la
humanitas del homo humanus que no está
pretendiendo que el hombre sea únicamente
un ser mundano sino que dispongan una
trascendencia, es decir ser importante y
notable.
Existen hechos trascendentales en la historia
del mundo como la Primera Guerra Mundial
que define un humanismo diferente, enmar-
cados en los intereses monárquicos por la
expansión territorial y la reconquista de
territorios en zona de Occidente, generando
cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posesión de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
Todo esto condujo a muertes de millones de
personas de manera innecesaria, ya sea por
la práctica de estrategias poco ortodoxas
desempeñadas por generales que no estaban
preparados para lo que acontecía en aquel
entonces, una guerra con avances sumamen-
te amplios y que veía la inminente extermi-
nación de una gran cantidad de personas
pertenecientes a muchos lugares del mundo,
especialmente de los países que se encontra-
ban directamente en conflicto y que como tal
tomó el nombre de guerra mundial.
Hablar de humanismo en este sentido no
tomó realce sino hasta la Revolución Rusa
en 1917, dada por la reflexión de una guerra
sin sentido, obedeciendo a intereses de
pocos, que llevaban a los soldados a una
muerte inminente. Este tipo de actos se
fueron dando poco a poco en cada frente de
batalla de todos los bandos, soldados con
pésimas condiciones de vida, que sin temor
ante las decisiones de sus generales, acudían
en grandes números a perder sus vidas sin
lograr ningún tipo de avance en el frente de
batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra (la Primera Guerra Mun-
dial cumple 100 años).
En este sentido, ¿será posible que se hable
de humanismo mundial si por el capricho de
monarcas se extermino a millones de perso-
nas? La Primera Guerra Mundial identifico
las fortalezas y debilidades de los seres
humanos, se les clasificó en triunfadores y
perdedores. De igual forma sucedió con la
Segunda Guerra Mundial, que marcó defini-
tivamente la influencia tecnológica sobre el
desarrollo humano, llegando a convertir al
ser humano en esclavo de la técnica y la
ciencia.
En la Segunda Guerra Mundial los países del
eje conformados por Alemania, Italia y
Japón forman un frente de dominación mun-
dial a través de Europa Continental, Mar
Mediterráneo y Océano Pacífico; los
aliados, en cambio, unifican sus esfuerzos
para tratar de hacer frente y vencer este
conflicto bélico.
La posguerra (de la Segunda Guerra Mun-
dial) proyectó el desarrollo del conocimiento
a través de la inclusión de científicos alema-
nes que fueron repartidos para URSS, Esta-
dos Unidos y el resto de países europeos; la
ola de expansión cognoscitiva permite
formar los bloques de países a nivel mundial
mismos que insertan nuevas visiones para el
mundo, exclusivamente de producción
tecnológica.
De esta manera el ser humano necesita desa-
rrollarse para enfrentar los efectos de la
naturaleza y desarrollar la tecnología a fin de
aprovecharla y utilizar sus bondades. En sus
primeras instancias así sucede, más en la
actualidad la tecnología domina al hombre y
destruye la naturaleza provocando serios
desfases en el hábitat del ser humano por lo
que crece la necesidad imperiosa de confor-
mar grupos humanos en defensa de la natu-
raleza, por los grandes peligros que esto
conlleva.
Recién en la modernidad se puede hablar de
un humanismo consciente de respeto al ser
humano aunque como se mencionará más
adelante, en el Ecuador, se produjeron
hechos increíbles frente a los postulados del
humanismo.
En la actualidad se tiende a considerar en
todas sus formas y ámbitos la interculturali-
dad como concepto-práctica; son procesos
que a partir de la realidad del mestizo se le
considera a los miembros de otras culturas,
indígena por ejemplo, de que por su nivel
intelectual son personas de menor edad, que
actúan sólo cuando son inducidos, meneste-
rosos en poblaciones desaparecidas despro-
vistas de protagonismo social, subordinadas
como residuos (Guerrero 2000:35), citado
por Luis Alberto Toaza, en etnicidad, políti-
ca y religiosidad. En este enfoque la cultura
de los negros son vistos como ladrones,
busca pleitos, vagos, bulliciosos y escanda-
losos (Hernández 2005:45) citado por Luis
Alberto Tuaza en etnicidad política y religio-
sidad, mientras que los blancos y mestizos
aparecen como seres superiores.
Galo Ramón Valarezo (Regreso de los
Runas 1993), señala que mucho antes del
primer grito de independencia del Ecuador
del 10 de Agosto de 1809, se produjeron
varios hechos de rebeldía que fueron catalo-
gados como reacciones con identificación de
indígenas. Se detalla que los caguaneros
ratificaron su rebeldía en 1707; caguacha y
maguas de Napo en 1737; paguayas y saco-
yas en 1745, Pasto en 1727; Pagcha Zaruma
en 1703, sublevación de la puntilla de Santa
Elena en 1786, levantamiento de Fernando
Daquilema en 1871 y 1872; se produjeron
rebeliones en Gatazo y Naubug.
Los investigadores sociales y de la antropo-
logía cultural plantean las relaciones inter
étnicas basadas en la explotación del trabajo
del hombre por el hombre y la práctica
religiosa como forma de dominación
integral. Con estos criterios se identifica la
aculturación, las políticas gubernamentales
para incorporar al indio en la cultura nacio-
nal, proceso que emprende Federico Páez,
los programas de alfabetización realizados
por la unión nacional de periodistas UNDP,
presencia de la misión andina del Ecuador,
para intervenir en organización, producción
y desarrollo comunitario y local en el apro-
vechamiento del potencial humano; inter-
vención del banco central, CEPID, interven-
ción del banco mundial con créditos,
CARI-CARITAS, asesoramiento de la FAO
(Italia y Japón) además de asesores externos
provenientes de Alemania y América Cen-
tral.
La influencia de Monseñor Leonidas Proaño
inicia una nueva etapa de sensibilidad y
toma de conciencia del indio en la sociedad,
aunque en la actualidad, está politizado su
pensamiento. El programa de Escuelas
Radiofónicas Populares y la conformación
de la CONAI, MICH y otras agrupaciones
políticas que vieron en el indio el mejor
medio para realizar proselitismo político.
El concepto de indio para los intelectuales
cobra notoriedad en la importancia del indio
de este país dominado por el etnicismo y que
pretende condenar a sus campesinos al silen-
cio. La historia no empezaba en la época
aborigen, sino en el momento de subyuga-
ción de los indios para los españoles que los
indios originarios de una etnia vencida no
tenían ningún potencial histórico, más aún
estaban situados fuera de ella, que el funda-
mento de la nacionalidad ecuatoriana por
entero a los mestizos, únicos a los que se
consideraba iniciadores de la historia,
pueblo con futuro con noción y conciencia
de ella.
Nuestro filósofo principal, Gabriel García
Cevallos, 1850-1960 (Visión Teórica del
Ecuador) manifiesta que el hombre pre
hispánico era incompleto cultural e históri-
camente, que nuestro espíritu adquirió con
formación definitiva en la historia, en la
Europa Universal al contacto y mezcla con
la cultura y raza hispánica. Pío Jaramillo
Alvarado (El Indio Ecuatoriano 1941),
propuso la desindianización como causa de
los conflictos internacionales con el Perú,
así como también la paralelización de los
pueblos Shyris con los Incas. Según este
pensamiento quería homogenizar y moder-
nizar el país.
Los comunistas y socialistas de los años
sesenta, plantearon en el congreso nacional
Ecuatorianizar al Indio; Ricardo Paredes y
Pedro Saad plantearon la necesidad de
convertir al indio en Ecuatoriano, asunto que
estremeció al Ecuador. Estas realidades no
recoge ni cuenta la historia tradicional
porque el punto de vista del historiador mes-
tizo o blanco es el de demostrar la valía y
supremacía del Español en América, ponien-
do de ante mano la deshumanización o
despersonalización. En definitiva, no pode-
mos hablar en el Ecuador en la actualidad la
existencia de humanización sino todo lo
contrario. ¿Cómo entonces entender una
realidad, si la misma se esconde y permane-
ce en el silencio de la historia contemporá-
nea? ¿Quiénes son los responsables de esta
realidad?
La hominización es considerada como un
proceso a través del cual la especie humana
pasa por distintas etapas como: bipedismo,
liberación de las manos, telencefalización,
nacimiento inmaduro, ecumenismo; las que
han establecido cambios fundamentales en
el humanismo tal como lo conocemos hoy
en día.
La influencia de la psicología evolutiva se
pone de manifiesto en las características que
distinguen el modo de pensar propio del
primitivo como son: concreto, sincrético,
colectivo, antropomorfismo, pre-categorial,
pre-lógico, místico, mismas que de acuerdo
a su función establecen relaciones con el
ambiente a través del tiempo y la historia.
Dentro de las primeras teorías generales de
la evolución Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies mismo que demos-
tró que desde millones de años la vida evolu-
cionaba con arreglo a unas leyes relativa-
mente simples que en definitiva significa
cierta estabilidad del medio con el tiempo y
con los aspectos biológicos en las que con
relación permanente se adaptan a las condi-
ciones ecológicas o ambientales.
Con la llegada de los españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas, a la fuerza se pretendió borrar las prácti-
cas de organización, respeto y desarrollo del
ser humano en los diferentes ámbitos de la
vida: social, económico, político. Estos cam-
bios se redujeron a la explotación en toda la
concepción de la palabra.
En la historia del mundo la Primera Guerra
Mundial define un humanismo diferente,
enmarcados en los intereses monárquicos
por la expansión territorial y la reconquista
de territorios en zona de occidente, generan-
do cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posición de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera, y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra.
A través del tiempo la religión católica ha
servido como un elemento de explotación al
indígena y campesino, de allí la presencia de
Mons. Leonidas Proaño con la teoría de la
liberación.
La hominización es un proceso de transfor-
mación antropológica, no así la humaniza-
ción como el conjunto de relaciones socio
político, económico y cultural del ser
humano a través del tiempo. La humaniza-
ción ha estado normada por intereses econó-
micos de grupos poderosos concentrados en
monopolios y oligopolios. Las guerras son
instrumentos de dominación integral de los
pueblos a través de la utilización de tecnolo-
gía armamentista. La humanización utiliza
la inteligencia que a su vez transforma la
naturaleza y el ambiente. Las diferentes
relaciones del ser humano se han definido en
la consecución del poder absoluto más que
del respeto.
REVISTA CHAKIÑAN, 2016, Nº.1, DICIEMBRE, (118-127), ISSN 2550-6722
125
José Luis Pinillos en su libro La Mente
Humana, manifiesta, “el hombre primitivo
era un ser inculto cuyo pensamiento era
rudimentario por el mero hecho que su
cultura también lo era, o si la mentalidad
primitiva también constituyo una etapa infe-
rior del desarrollo mental humano” (Pinillos
1970:40). El autor señala que el conocimien-
to como tal genera cultura en una civiliza-
ción, la misma que ha evolucionado en el
transcurso de los tiempos constituyendo una
etapa inicial al desarrollo mental.
Este mismo autor, dentro de su revisión
bibliográfica, señala algunas características
que suelen distinguir el modo de pensar
propio del primitivo, del modo en que piensa
el hombre actual, a saber:
Concreto, incapaz de grandes distraccio-
nes, tiene dificultades para expresar concep-
tos como el de “ir”, está ligado a las imáge-
nes.
Sincrético, pensamiento poco diferenciado
constituido por totalidades difusas en que se
mezcla lo imaginativo y lo afectivo.
Colectivo, poco individualizado, poco
crítico, estereotipado, es decir, que se acepta
sin revisión personal las creencias vigentes
en una comunidad.
Antropomorfismo, es humanizador de la
naturaleza, animista, propenso a insertar en
los fenómenos físicos, vegetales y animales
por analogía con el comportamiento
humano, un trasfondo de intenciones y fuer-
zas ocultas.
Pre-Categorial, los primitivos no utilizan
como nosotros las categorías de sustancia y
causalidad ni las nociones de espacio y
tiempo.
Pre-Lógico, no se rigen por los hábitos
lógicos usuales entre los seres humanos,
acaso no tanto porque el primitivo conozca
de lógica, como por que la emplea de unos
supuestos culturales distintos.
Místico, tendiente a la reacción afectiva
estática o angustiosa ante lo inesperado. Los
comportamientos propiciatorios, expiato-
rios, reverenciales, etc, sustituyen a la inda-
gación irracional de las causas del fenóme-
no. Se reacciona emotivamente ante lo que
no se entiende.
Esta sinopsis pone de manifiesto la presen-
cia de la psicología evolutiva porque de
acuerdo a su función se establecerán las
relaciones con el ambiente a través del
tiempo y de la historia, además la distribu-
ción geográfica de las etnias indica la exis-
tencia de un gradiente de oscurecimiento de
la piel que va de norte a sur, debido proba-
blemente a que la melanina o pigmento
oscurecedor de la piel tiene un valor de
supervivencia en las zonas de mayor insola-
ción, situación que en el más amplio desco-
nocimiento se establezcan las etnias y su
respectiva segregación.
En consecuencia, el problema de las
desigualdades racionales o étnicas, en el
orden de los rendimientos, es un problema
de psicología individual, no es una cuestión
de capacidad mental de los individuos; es
más razonable pensar que el asunto debe
plantearse en términos biológicos e históri-
cos en mayor amplitud y menor fatalismo
biológico. Que unos grupos humanos hayan
entrado más tarde que otros en el camino del
progreso material no quiere decir que sean
mentalmente inferiores ni que eventualmen-
te no puedan recuperar el tiempo perdido.
La humanidad se estructura a partir de la
integración del hombre con otros similares,
gracias a la presencia del instinto gregario
que es el impulsor en la formación de las
primeras tribus y hordas. En este sentido en
1850 asoman una de las primeras teorías
generales de la evolución, Spencer (1893)
afirma que “a partir de un oscuro principio
sobre el dinamismo cósmico había estado
regido por una ley de diferenciación y com-
plejidad: diferenciación de la materia,
primero: de la vida después y de la sociedad
por último” (1893:398).
Más tarde Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies demostrando que
desde millones de años la vida evolucionaba
con arreglo a unas leyes relativamente
simples que en definitiva significa cierta
estabilidad del medio con el tiempo y con los
aspectos biológicos en las que con relación
permanente se adapta a las condiciones
ecológicas o ambientales. Cuando este equi-
librio se rompe los individuos tienen que
volver a adaptarse a las nuevas condiciones,
es decir acoplarse a nuevas condiciones de
vida hasta constituir nuevas especies (Char-
les 1859).
Con esta visión la humanidad a través del
tiempo se ha desarrollado bajo determinadas
características y condiciones, gracias al
invento de la escritura se marca lo que es la
prehistoria de la historia y junto a ellas el
humanismo como el punto de equilibrio
entre las concepciones filosóficas del
hombre y las acciones en torno a su transfor-
mación. Los cambios de paradigmas señala-
dos en la historia, los períodos revoluciona-
rios en medio de descubrimientos e inventos
provocan la evolución espiritual y material
de la humanidad. En esta dirección se estruc-
turan reflexiones de los cambios que ha
tenido la humanidad y la práctica de su
humanismo.
En la Filosofía Cristiana como antecedentes
de las relaciones de la humanidad y el huma-
nismo en una parte del Ecuador, José M. de
Torre manifiesta que el hombre busca a Dios
en su corazón pero nada se puede amar si no
se conoce, de modo que el creyente necesita
poner empeño a la revelación divina con
humildad de niño y corazón confiado. Así se
intenta buscar en el ser humano un tipo de
humanismo en base a la religión con la
característica general del amor a Dios.
Cuando en los primeros siglos del cristianis-
mo los Gnósticos ponían el saber humano
(Gnosis) por encima de la fe religiosa (Pis-
tis) y por tanto la filosofía humana por
encima de la revelación divina, algunos
cristianos reaccionaron repudiando a la
filosofía y adhiriéndose a la sola fe con una
actitud anti racional que engendraron no
pocas herejías en el transcurso de los siglos
condenados por la iglesia en el siglo XIX y
que aparecen tanto en la teología islámica
como en el protestantismo luterano, con su
visión negativa de la razón humana y sus
potencialidades (De La Torre 2000:45).
Con estos criterios se inician nuevas formas
de entender la religión no desde el punto de
vista de la filosofía sino de la fe, evento que
caracterizó una actitud dócil e irreflexiva en
relación al cristianismo, sin embargo se
manifiesta que no se puede admitir el miedo
a la ciencia porque cualquier labor si es
verdaderamente científica, tiende a la
verdad. En otros términos se pretende acep-
tar lo científico y dialéctico sobre lo dogmá-
tico, por lo que continua el enfoque “el
cristiano ha de tener hambre de saber”.
Desde el cultivo de los saberes más abstrac-
tos hasta las habilidades artesanas porque
todo puede y debe conducir a Dios.
La aceptación del saber humano en relación
al saber divino provoca un giro en cuanto al
conocimiento e interpretación de la naturale-
za, ya no se habla únicamente de los siete
días de la creación del universo, sino de la
posición de la tierra frente al sol con Galileo
Galilei y Copérnico en cuanto se declaró el
aparecimiento del día y la noche como
consecuencia del movimiento de rotación y
la formación de las estaciones no como
castigo de Dios sino como efecto del movi-
miento de traslación.
El avance de la humanidad con enfoque del
cristianismo alude “León XIII afirma que la
razón es la guía del hombre y por tanto si en
algo falta la inteligencia fácilmente peca
también en lo mismo la voluntad; la inteli-
gencia por tanto influye en las acciones
humanas y las pervierte, si por el contrario la
mente humana está sana producirá benefi-
cios de pública y privada utilidad” (De la
Torre 2000:47). En consecuencia las funcio-
nes intelectuales entran en un proceso de
humanización al reconocer que no obra el
castigo divino en este tipo de bondades o
alteraciones de la inteligencia.
Con la llegada de los Españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas. A la fuerza se pretendió borrar las prác-
ticas de organización, respeto y desarrollo
del ser humano en los diferentes ámbitos de
la vida: social, económico, político. Estos
cambios se redujeron a la explotación en
toda la concepción de la palabra, situación
que dado el sistema de corrupción y abuso
obligo a que el Rey Carlos II de España, en
criterio de Marcelo Lalama, en su obra Los
Nazarenos (2000), relata a un monje que
vino desde Europa a la ciudad de Quito en
1699 delegado por el Rey Carlos II de
España de nombre Bartolomé Matamorros y
Quezada para que en forma inmediata se
hiciera cargo en calidad de visitador e inqui-
sidor general en virtud a las incorrecciones y
comportamientos nada recomendables
ejercido por los frailes de aquel entonces.
Se indica además que entre otras funciones
está la de investigar, descubrir y castigar, si
fuera la circunstancia, toda alteración de la
vida correcta que deben llevar los habitantes
de esa provincia, que debe poner en orden
los asuntos y negocios de la Santa Madre
Iglesia y de todos sus miembros, desde el
obispo hacia abajo. Continua la salud y
supervivencia de la audiencia se encuentran
en franco entre dicho debido al crecimiento
exagerado de los religiosos y sus fundacio-
nes, cuyo enriquecimiento se ha dado a
expensas del tesoro real, aprovechando de su
condición de exentos de pagar impuestos,
tasas o cualquier clases de obligaciones que
les ha valido para ser grandes acaparadores
de las mejores tierras, cultivos y ganado.
Esta realidad, que ilustra el mencionado
autor, nos coloca en una situación real y
lacerante de la Iglesia Católica en la anula-
ción de un humanismo que pretenda el
desenvolvimiento equilibrado de los habi-
tantes de Quito y sus alrededores, además de
que en parte de este documento se trata
también de “naturales”, en sentido peyorati-
vo a los habitantes de esta época. Se indica
también, que el mencionado fraile tendrá
que informar al Consejo de Indias, exclusi-
vamente, sobre la suerte de esta misión y que
cuando crea del caso, si existe gravedad en
algún sentido, se pida consejo a este organis-
mo.
El Real y Supremo Consejo de Indias fue
creado, precisamente, para defender los
abusos de los españoles radicados en Améri-
ca y principalmente en los que fueron Virrei-
natos de México, Granada y Perú, que en
múltiples ocasiones agredieron por el poder
de la espada o de la cruz a una población con
diferente cultura, por esta razón que en el
documento citado se indica que:
El motivo particular de nuestro celo deberán
ser los Padres de la Compañía de Jesús, que
conozco, han creado otra audiencia al
interior del Real. Conocéis bien la astucia,
sabiduría y empeño de éstos, vuestros
hermanos en Dios. Deberéis ser particular-
mente inquisitivo con ellos, cuidando de
evitar su participación en los negocios secu-
lares de esa ciudad. (Lalama 2000:81)
En el mismo documento se añade que exis-
ten acusaciones contra los religiosos de la
Iglesia Quitense: “corrupción, insubordina-
ción, subversión, negociados indignos,
usura, doctrinas horribles, estado dentro del
estado, relajación de los votos, retraso con
respecto a los tiempos, libertinaje, insubor-
dinación” (Lalama 2000:83).
¿Con parte de esta realidad descrita cómo se
pudo haber fomentado el humanismo de los
habitantes?, si además la misma iglesia no
permitía que los monjes sean castigados por
autoridades que no sean únicamente sus
superiores. Con este fondo oscuro en la prác-
tica del cristianismo que llego a dominar las
mentes de los americanos no se puede hablar
de un humanismo destinado al conocimiento
y desarrollo de las capacidades del ser
humano.
Para comprender mejor el significado de
humanismo, los filósofos, califican al tema
en mención con la siguiente pregunta:
¿desde dónde y cómo se determina la esen-
cia del hombre?, Marx exige que se conozca
al ser humano y él lo encuentra en la socie-
dad. Para él, el hombre social es el hombre
natural, considerado como el conjunto de
sus necesidades naturales.
Desde la perspectiva de la historia de la
redención, el hombre es hombre en cuanto
hijo de Dios que oye en Cristo el reclamo del
padre y lo asume. El hombre no es de este
mundo desde el momento en que el mundo,
pensado de modo teórico platónico, es sola-
mente un tránsito pasajero hacia el más allá.
El homo humanus se opone al homo barba-
rus, el primero. El homo humanus es ahora
el Romano que eleva y ennoblece la virtud
romana al incorporar la concepción tomada
en préstamo de los Griegos.
En este sentido, en Roma encontramos al
primer humanismo, actitud que nace del
encuentro de la romanidad con la cultura de
Grecia. El homo romanus del renacimiento
se contrapone al homo barbarus, en atención
a la barbarie de la escolástica gótica del
medievo. Se puntualiza, que al humanismo
históricamente entendido, siempre le corres-
ponde un estudio de la humanidad que
remita de un modo determinado a la antigüe-
dad y a su vez se convierte también en una
reivindicación de los griegos.
Pero si entendemos bajo el término general
del humanismo el esfuerzo porque el
hombre se torne libre para su humanidad y
encuentre en ella su dignidad, en ese caso el
humanismo variará en función del concepto
que se tenga de libertad y naturaleza del
hombre. Variarán los caminos que conducen
a su realización. En tal sentido, el humanis-
mo de Carlos Marx no precisa de ningún
retorno a la antigüedad y lo mismo se puede
decir de ese humanismo que Sartre concibe
como existencialismo.
Martin Heidegger en su obra Carta Sobre el
Humanismo sostiene
“todo humanismo se
basa en la metafísica, excepto cuando se
convierte él mismo en el fundamento de tal
metafísica”. (Heidegger 2000:102). De allí
cuando se determina el modo en que se
produce la esencia del hombre lo particular y
propio de toda metafísica se revela en el
hecho de que es “humanista”, es decir que
todo humanismo sigue siendo metafísico,
por lo tanto su “esencia” del hombre reside
en su existencia, misma que significa reali-
dad efectiva o posibilidad. El enfoque del
materialismo no consiste en la afirmación de
que todo es materia, sino más bien en una
determinación metafísica según la que todo
ente aparece como material de trabajo.
La esencia del hombre consiste en ser más
que el mero hombre entendido como ser
vivo dotado de razón, es algo así como una
mera adicción, como la mera definición del
hombre, debiera seguir siendo la determina-
ción fundamental para que luego fuera
ampliada añadiéndose el sistema existencial.
En otros términos, el humanismo no solo
presupone que usted no trata de conservar la
palabra humanismo, sino que implica el
reconocimiento de que dicha palabra ha
perdido su sentido desde el momento en que
se le considera como metafísico. El huma-
nismo es entendido como la relación inter-
disciplinaria de la cultura, el arte, la ciencia,
la dignidad humana, el mundo, considerados
todos ellos como valores, de allí que el ser en
el mundo es un rasgo fundamental de la
humanitas del homo humanus que no está
pretendiendo que el hombre sea únicamente
un ser mundano sino que dispongan una
trascendencia, es decir ser importante y
notable.
Existen hechos trascendentales en la historia
del mundo como la Primera Guerra Mundial
que define un humanismo diferente, enmar-
cados en los intereses monárquicos por la
expansión territorial y la reconquista de
territorios en zona de Occidente, generando
cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posesión de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
Todo esto condujo a muertes de millones de
personas de manera innecesaria, ya sea por
la práctica de estrategias poco ortodoxas
desempeñadas por generales que no estaban
preparados para lo que acontecía en aquel
entonces, una guerra con avances sumamen-
te amplios y que veía la inminente extermi-
nación de una gran cantidad de personas
pertenecientes a muchos lugares del mundo,
especialmente de los países que se encontra-
ban directamente en conflicto y que como tal
tomó el nombre de guerra mundial.
Hablar de humanismo en este sentido no
tomó realce sino hasta la Revolución Rusa
en 1917, dada por la reflexión de una guerra
sin sentido, obedeciendo a intereses de
pocos, que llevaban a los soldados a una
muerte inminente. Este tipo de actos se
fueron dando poco a poco en cada frente de
batalla de todos los bandos, soldados con
pésimas condiciones de vida, que sin temor
ante las decisiones de sus generales, acudían
en grandes números a perder sus vidas sin
lograr ningún tipo de avance en el frente de
batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra (la Primera Guerra Mun-
dial cumple 100 años).
En este sentido, ¿será posible que se hable
de humanismo mundial si por el capricho de
monarcas se extermino a millones de perso-
nas? La Primera Guerra Mundial identifico
las fortalezas y debilidades de los seres
humanos, se les clasificó en triunfadores y
perdedores. De igual forma sucedió con la
Segunda Guerra Mundial, que marcó defini-
tivamente la influencia tecnológica sobre el
desarrollo humano, llegando a convertir al
ser humano en esclavo de la técnica y la
ciencia.
En la Segunda Guerra Mundial los países del
eje conformados por Alemania, Italia y
Japón forman un frente de dominación mun-
dial a través de Europa Continental, Mar
Mediterráneo y Océano Pacífico; los
aliados, en cambio, unifican sus esfuerzos
para tratar de hacer frente y vencer este
conflicto bélico.
La posguerra (de la Segunda Guerra Mun-
dial) proyectó el desarrollo del conocimiento
a través de la inclusión de científicos alema-
nes que fueron repartidos para URSS, Esta-
dos Unidos y el resto de países europeos; la
ola de expansión cognoscitiva permite
formar los bloques de países a nivel mundial
mismos que insertan nuevas visiones para el
mundo, exclusivamente de producción
tecnológica.
De esta manera el ser humano necesita desa-
rrollarse para enfrentar los efectos de la
naturaleza y desarrollar la tecnología a fin de
aprovecharla y utilizar sus bondades. En sus
primeras instancias así sucede, más en la
actualidad la tecnología domina al hombre y
destruye la naturaleza provocando serios
desfases en el hábitat del ser humano por lo
que crece la necesidad imperiosa de confor-
mar grupos humanos en defensa de la natu-
raleza, por los grandes peligros que esto
conlleva.
Recién en la modernidad se puede hablar de
un humanismo consciente de respeto al ser
humano aunque como se mencionará más
adelante, en el Ecuador, se produjeron
hechos increíbles frente a los postulados del
humanismo.
En la actualidad se tiende a considerar en
todas sus formas y ámbitos la interculturali-
dad como concepto-práctica; son procesos
que a partir de la realidad del mestizo se le
considera a los miembros de otras culturas,
indígena por ejemplo, de que por su nivel
intelectual son personas de menor edad, que
actúan sólo cuando son inducidos, meneste-
rosos en poblaciones desaparecidas despro-
vistas de protagonismo social, subordinadas
como residuos (Guerrero 2000:35), citado
por Luis Alberto Toaza, en etnicidad, políti-
ca y religiosidad. En este enfoque la cultura
de los negros son vistos como ladrones,
busca pleitos, vagos, bulliciosos y escanda-
losos (Hernández 2005:45) citado por Luis
Alberto Tuaza en etnicidad política y religio-
sidad, mientras que los blancos y mestizos
aparecen como seres superiores.
Galo Ramón Valarezo (Regreso de los
Runas 1993), señala que mucho antes del
primer grito de independencia del Ecuador
del 10 de Agosto de 1809, se produjeron
varios hechos de rebeldía que fueron catalo-
gados como reacciones con identificación de
indígenas. Se detalla que los caguaneros
ratificaron su rebeldía en 1707; caguacha y
maguas de Napo en 1737; paguayas y saco-
yas en 1745, Pasto en 1727; Pagcha Zaruma
en 1703, sublevación de la puntilla de Santa
Elena en 1786, levantamiento de Fernando
Daquilema en 1871 y 1872; se produjeron
rebeliones en Gatazo y Naubug.
Los investigadores sociales y de la antropo-
logía cultural plantean las relaciones inter
étnicas basadas en la explotación del trabajo
del hombre por el hombre y la práctica
religiosa como forma de dominación
integral. Con estos criterios se identifica la
aculturación, las políticas gubernamentales
para incorporar al indio en la cultura nacio-
nal, proceso que emprende Federico Páez,
los programas de alfabetización realizados
por la unión nacional de periodistas UNDP,
presencia de la misión andina del Ecuador,
para intervenir en organización, producción
y desarrollo comunitario y local en el apro-
vechamiento del potencial humano; inter-
vención del banco central, CEPID, interven-
ción del banco mundial con créditos,
CARI-CARITAS, asesoramiento de la FAO
(Italia y Japón) además de asesores externos
provenientes de Alemania y América Cen-
tral.
La influencia de Monseñor Leonidas Proaño
inicia una nueva etapa de sensibilidad y
toma de conciencia del indio en la sociedad,
aunque en la actualidad, está politizado su
pensamiento. El programa de Escuelas
Radiofónicas Populares y la conformación
de la CONAI, MICH y otras agrupaciones
políticas que vieron en el indio el mejor
medio para realizar proselitismo político.
El concepto de indio para los intelectuales
cobra notoriedad en la importancia del indio
de este país dominado por el etnicismo y que
pretende condenar a sus campesinos al silen-
cio. La historia no empezaba en la época
aborigen, sino en el momento de subyuga-
ción de los indios para los españoles que los
indios originarios de una etnia vencida no
tenían ningún potencial histórico, más aún
estaban situados fuera de ella, que el funda-
mento de la nacionalidad ecuatoriana por
entero a los mestizos, únicos a los que se
consideraba iniciadores de la historia,
pueblo con futuro con noción y conciencia
de ella.
Nuestro filósofo principal, Gabriel García
Cevallos, 1850-1960 (Visión Teórica del
Ecuador) manifiesta que el hombre pre
hispánico era incompleto cultural e históri-
camente, que nuestro espíritu adquirió con
formación definitiva en la historia, en la
Europa Universal al contacto y mezcla con
la cultura y raza hispánica. Pío Jaramillo
Alvarado (El Indio Ecuatoriano 1941),
propuso la desindianización como causa de
los conflictos internacionales con el Perú,
así como también la paralelización de los
pueblos Shyris con los Incas. Según este
pensamiento quería homogenizar y moder-
nizar el país.
Los comunistas y socialistas de los años
sesenta, plantearon en el congreso nacional
Ecuatorianizar al Indio; Ricardo Paredes y
Pedro Saad plantearon la necesidad de
convertir al indio en Ecuatoriano, asunto que
estremeció al Ecuador. Estas realidades no
recoge ni cuenta la historia tradicional
porque el punto de vista del historiador mes-
tizo o blanco es el de demostrar la valía y
supremacía del Español en América, ponien-
do de ante mano la deshumanización o
despersonalización. En definitiva, no pode-
mos hablar en el Ecuador en la actualidad la
existencia de humanización sino todo lo
contrario. ¿Cómo entonces entender una
realidad, si la misma se esconde y permane-
ce en el silencio de la historia contemporá-
nea? ¿Quiénes son los responsables de esta
realidad?
La hominización es considerada como un
proceso a través del cual la especie humana
pasa por distintas etapas como: bipedismo,
liberación de las manos, telencefalización,
nacimiento inmaduro, ecumenismo; las que
han establecido cambios fundamentales en
el humanismo tal como lo conocemos hoy
en día.
La influencia de la psicología evolutiva se
pone de manifiesto en las características que
distinguen el modo de pensar propio del
primitivo como son: concreto, sincrético,
colectivo, antropomorfismo, pre-categorial,
pre-lógico, místico, mismas que de acuerdo
a su función establecen relaciones con el
ambiente a través del tiempo y la historia.
Dentro de las primeras teorías generales de
la evolución Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies mismo que demos-
tró que desde millones de años la vida evolu-
cionaba con arreglo a unas leyes relativa-
mente simples que en definitiva significa
cierta estabilidad del medio con el tiempo y
con los aspectos biológicos en las que con
relación permanente se adaptan a las condi-
ciones ecológicas o ambientales.
Con la llegada de los españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas, a la fuerza se pretendió borrar las prácti-
cas de organización, respeto y desarrollo del
ser humano en los diferentes ámbitos de la
vida: social, económico, político. Estos cam-
bios se redujeron a la explotación en toda la
concepción de la palabra.
En la historia del mundo la Primera Guerra
Mundial define un humanismo diferente,
enmarcados en los intereses monárquicos
por la expansión territorial y la reconquista
de territorios en zona de occidente, generan-
do cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posición de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera, y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra.
A través del tiempo la religión católica ha
servido como un elemento de explotación al
indígena y campesino, de allí la presencia de
Mons. Leonidas Proaño con la teoría de la
liberación.
La hominización es un proceso de transfor-
mación antropológica, no así la humaniza-
ción como el conjunto de relaciones socio
político, económico y cultural del ser
humano a través del tiempo. La humaniza-
ción ha estado normada por intereses econó-
micos de grupos poderosos concentrados en
monopolios y oligopolios. Las guerras son
instrumentos de dominación integral de los
pueblos a través de la utilización de tecnolo-
gía armamentista. La humanización utiliza
la inteligencia que a su vez transforma la
naturaleza y el ambiente. Las diferentes
relaciones del ser humano se han definido en
la consecución del poder absoluto más que
del respeto.
REVISTA CHAKIÑAN, 2016, Nº.1, DICIEMBRE, (118-127), ISSN 2550-6722
126
José Luis Pinillos en su libro La Mente
Humana, manifiesta, “el hombre primitivo
era un ser inculto cuyo pensamiento era
rudimentario por el mero hecho que su
cultura también lo era, o si la mentalidad
primitiva también constituyo una etapa infe-
rior del desarrollo mental humano” (Pinillos
1970:40). El autor señala que el conocimien-
to como tal genera cultura en una civiliza-
ción, la misma que ha evolucionado en el
transcurso de los tiempos constituyendo una
etapa inicial al desarrollo mental.
Este mismo autor, dentro de su revisión
bibliográfica, señala algunas características
que suelen distinguir el modo de pensar
propio del primitivo, del modo en que piensa
el hombre actual, a saber:
Concreto, incapaz de grandes distraccio-
nes, tiene dificultades para expresar concep-
tos como el de “ir”, está ligado a las imáge-
nes.
Sincrético, pensamiento poco diferenciado
constituido por totalidades difusas en que se
mezcla lo imaginativo y lo afectivo.
Colectivo, poco individualizado, poco
crítico, estereotipado, es decir, que se acepta
sin revisión personal las creencias vigentes
en una comunidad.
Antropomorfismo, es humanizador de la
naturaleza, animista, propenso a insertar en
los fenómenos físicos, vegetales y animales
por analogía con el comportamiento
humano, un trasfondo de intenciones y fuer-
zas ocultas.
Pre-Categorial, los primitivos no utilizan
como nosotros las categorías de sustancia y
causalidad ni las nociones de espacio y
tiempo.
Pre-Lógico, no se rigen por los hábitos
lógicos usuales entre los seres humanos,
acaso no tanto porque el primitivo conozca
de lógica, como por que la emplea de unos
supuestos culturales distintos.
Místico, tendiente a la reacción afectiva
estática o angustiosa ante lo inesperado. Los
comportamientos propiciatorios, expiato-
rios, reverenciales, etc, sustituyen a la inda-
gación irracional de las causas del fenóme-
no. Se reacciona emotivamente ante lo que
no se entiende.
Esta sinopsis pone de manifiesto la presen-
cia de la psicología evolutiva porque de
acuerdo a su función se establecerán las
relaciones con el ambiente a través del
tiempo y de la historia, además la distribu-
ción geográfica de las etnias indica la exis-
tencia de un gradiente de oscurecimiento de
la piel que va de norte a sur, debido proba-
blemente a que la melanina o pigmento
oscurecedor de la piel tiene un valor de
supervivencia en las zonas de mayor insola-
ción, situación que en el más amplio desco-
nocimiento se establezcan las etnias y su
respectiva segregación.
En consecuencia, el problema de las
desigualdades racionales o étnicas, en el
orden de los rendimientos, es un problema
de psicología individual, no es una cuestión
de capacidad mental de los individuos; es
más razonable pensar que el asunto debe
plantearse en términos biológicos e históri-
cos en mayor amplitud y menor fatalismo
biológico. Que unos grupos humanos hayan
entrado más tarde que otros en el camino del
progreso material no quiere decir que sean
mentalmente inferiores ni que eventualmen-
te no puedan recuperar el tiempo perdido.
La humanidad se estructura a partir de la
integración del hombre con otros similares,
gracias a la presencia del instinto gregario
que es el impulsor en la formación de las
primeras tribus y hordas. En este sentido en
1850 asoman una de las primeras teorías
generales de la evolución, Spencer (1893)
afirma que “a partir de un oscuro principio
sobre el dinamismo cósmico había estado
regido por una ley de diferenciación y com-
plejidad: diferenciación de la materia,
primero: de la vida después y de la sociedad
por último” (1893:398).
Más tarde Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies demostrando que
desde millones de años la vida evolucionaba
con arreglo a unas leyes relativamente
simples que en definitiva significa cierta
estabilidad del medio con el tiempo y con los
aspectos biológicos en las que con relación
permanente se adapta a las condiciones
ecológicas o ambientales. Cuando este equi-
librio se rompe los individuos tienen que
volver a adaptarse a las nuevas condiciones,
es decir acoplarse a nuevas condiciones de
vida hasta constituir nuevas especies (Char-
les 1859).
Con esta visión la humanidad a través del
tiempo se ha desarrollado bajo determinadas
características y condiciones, gracias al
invento de la escritura se marca lo que es la
prehistoria de la historia y junto a ellas el
humanismo como el punto de equilibrio
entre las concepciones filosóficas del
hombre y las acciones en torno a su transfor-
mación. Los cambios de paradigmas señala-
dos en la historia, los períodos revoluciona-
rios en medio de descubrimientos e inventos
provocan la evolución espiritual y material
de la humanidad. En esta dirección se estruc-
turan reflexiones de los cambios que ha
tenido la humanidad y la práctica de su
humanismo.
En la Filosofía Cristiana como antecedentes
de las relaciones de la humanidad y el huma-
nismo en una parte del Ecuador, José M. de
Torre manifiesta que el hombre busca a Dios
en su corazón pero nada se puede amar si no
se conoce, de modo que el creyente necesita
poner empeño a la revelación divina con
humildad de niño y corazón confiado. Así se
intenta buscar en el ser humano un tipo de
humanismo en base a la religión con la
característica general del amor a Dios.
Cuando en los primeros siglos del cristianis-
mo los Gnósticos ponían el saber humano
(Gnosis) por encima de la fe religiosa (Pis-
tis) y por tanto la filosofía humana por
encima de la revelación divina, algunos
cristianos reaccionaron repudiando a la
filosofía y adhiriéndose a la sola fe con una
actitud anti racional que engendraron no
pocas herejías en el transcurso de los siglos
condenados por la iglesia en el siglo XIX y
que aparecen tanto en la teología islámica
como en el protestantismo luterano, con su
visión negativa de la razón humana y sus
potencialidades (De La Torre 2000:45).
Con estos criterios se inician nuevas formas
de entender la religión no desde el punto de
vista de la filosofía sino de la fe, evento que
caracterizó una actitud dócil e irreflexiva en
relación al cristianismo, sin embargo se
manifiesta que no se puede admitir el miedo
a la ciencia porque cualquier labor si es
verdaderamente científica, tiende a la
verdad. En otros términos se pretende acep-
tar lo científico y dialéctico sobre lo dogmá-
tico, por lo que continua el enfoque “el
cristiano ha de tener hambre de saber”.
Desde el cultivo de los saberes más abstrac-
tos hasta las habilidades artesanas porque
todo puede y debe conducir a Dios.
La aceptación del saber humano en relación
al saber divino provoca un giro en cuanto al
conocimiento e interpretación de la naturale-
za, ya no se habla únicamente de los siete
días de la creación del universo, sino de la
posición de la tierra frente al sol con Galileo
Galilei y Copérnico en cuanto se declaró el
aparecimiento del día y la noche como
consecuencia del movimiento de rotación y
la formación de las estaciones no como
castigo de Dios sino como efecto del movi-
miento de traslación.
El avance de la humanidad con enfoque del
cristianismo alude “León XIII afirma que la
razón es la guía del hombre y por tanto si en
algo falta la inteligencia fácilmente peca
también en lo mismo la voluntad; la inteli-
gencia por tanto influye en las acciones
humanas y las pervierte, si por el contrario la
mente humana está sana producirá benefi-
cios de pública y privada utilidad” (De la
Torre 2000:47). En consecuencia las funcio-
nes intelectuales entran en un proceso de
humanización al reconocer que no obra el
castigo divino en este tipo de bondades o
alteraciones de la inteligencia.
Con la llegada de los Españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas. A la fuerza se pretendió borrar las prác-
ticas de organización, respeto y desarrollo
del ser humano en los diferentes ámbitos de
la vida: social, económico, político. Estos
cambios se redujeron a la explotación en
toda la concepción de la palabra, situación
que dado el sistema de corrupción y abuso
obligo a que el Rey Carlos II de España, en
criterio de Marcelo Lalama, en su obra Los
Nazarenos (2000), relata a un monje que
vino desde Europa a la ciudad de Quito en
1699 delegado por el Rey Carlos II de
España de nombre Bartolomé Matamorros y
Quezada para que en forma inmediata se
hiciera cargo en calidad de visitador e inqui-
sidor general en virtud a las incorrecciones y
comportamientos nada recomendables
ejercido por los frailes de aquel entonces.
Se indica además que entre otras funciones
está la de investigar, descubrir y castigar, si
fuera la circunstancia, toda alteración de la
vida correcta que deben llevar los habitantes
de esa provincia, que debe poner en orden
los asuntos y negocios de la Santa Madre
Iglesia y de todos sus miembros, desde el
obispo hacia abajo. Continua la salud y
supervivencia de la audiencia se encuentran
en franco entre dicho debido al crecimiento
exagerado de los religiosos y sus fundacio-
nes, cuyo enriquecimiento se ha dado a
expensas del tesoro real, aprovechando de su
condición de exentos de pagar impuestos,
tasas o cualquier clases de obligaciones que
les ha valido para ser grandes acaparadores
de las mejores tierras, cultivos y ganado.
Esta realidad, que ilustra el mencionado
autor, nos coloca en una situación real y
lacerante de la Iglesia Católica en la anula-
ción de un humanismo que pretenda el
desenvolvimiento equilibrado de los habi-
tantes de Quito y sus alrededores, además de
que en parte de este documento se trata
también de “naturales”, en sentido peyorati-
vo a los habitantes de esta época. Se indica
también, que el mencionado fraile tendrá
que informar al Consejo de Indias, exclusi-
vamente, sobre la suerte de esta misión y que
cuando crea del caso, si existe gravedad en
algún sentido, se pida consejo a este organis-
mo.
El Real y Supremo Consejo de Indias fue
creado, precisamente, para defender los
abusos de los españoles radicados en Améri-
ca y principalmente en los que fueron Virrei-
natos de México, Granada y Perú, que en
múltiples ocasiones agredieron por el poder
de la espada o de la cruz a una población con
diferente cultura, por esta razón que en el
documento citado se indica que:
El motivo particular de nuestro celo deberán
ser los Padres de la Compañía de Jesús, que
conozco, han creado otra audiencia al
interior del Real. Conocéis bien la astucia,
sabiduría y empeño de éstos, vuestros
hermanos en Dios. Deberéis ser particular-
mente inquisitivo con ellos, cuidando de
evitar su participación en los negocios secu-
lares de esa ciudad. (Lalama 2000:81)
En el mismo documento se añade que exis-
ten acusaciones contra los religiosos de la
Iglesia Quitense: “corrupción, insubordina-
ción, subversión, negociados indignos,
usura, doctrinas horribles, estado dentro del
estado, relajación de los votos, retraso con
respecto a los tiempos, libertinaje, insubor-
dinación” (Lalama 2000:83).
¿Con parte de esta realidad descrita cómo se
pudo haber fomentado el humanismo de los
habitantes?, si además la misma iglesia no
permitía que los monjes sean castigados por
autoridades que no sean únicamente sus
superiores. Con este fondo oscuro en la prác-
tica del cristianismo que llego a dominar las
mentes de los americanos no se puede hablar
de un humanismo destinado al conocimiento
y desarrollo de las capacidades del ser
humano.
Para comprender mejor el significado de
humanismo, los filósofos, califican al tema
en mención con la siguiente pregunta:
¿desde dónde y cómo se determina la esen-
cia del hombre?, Marx exige que se conozca
al ser humano y él lo encuentra en la socie-
dad. Para él, el hombre social es el hombre
natural, considerado como el conjunto de
sus necesidades naturales.
Desde la perspectiva de la historia de la
redención, el hombre es hombre en cuanto
hijo de Dios que oye en Cristo el reclamo del
padre y lo asume. El hombre no es de este
mundo desde el momento en que el mundo,
pensado de modo teórico platónico, es sola-
mente un tránsito pasajero hacia el más allá.
El homo humanus se opone al homo barba-
rus, el primero. El homo humanus es ahora
el Romano que eleva y ennoblece la virtud
romana al incorporar la concepción tomada
en préstamo de los Griegos.
En este sentido, en Roma encontramos al
primer humanismo, actitud que nace del
encuentro de la romanidad con la cultura de
Grecia. El homo romanus del renacimiento
se contrapone al homo barbarus, en atención
a la barbarie de la escolástica gótica del
medievo. Se puntualiza, que al humanismo
históricamente entendido, siempre le corres-
ponde un estudio de la humanidad que
remita de un modo determinado a la antigüe-
dad y a su vez se convierte también en una
reivindicación de los griegos.
Pero si entendemos bajo el término general
del humanismo el esfuerzo porque el
hombre se torne libre para su humanidad y
encuentre en ella su dignidad, en ese caso el
humanismo variará en función del concepto
que se tenga de libertad y naturaleza del
hombre. Variarán los caminos que conducen
a su realización. En tal sentido, el humanis-
mo de Carlos Marx no precisa de ningún
retorno a la antigüedad y lo mismo se puede
decir de ese humanismo que Sartre concibe
como existencialismo.
Martin Heidegger en su obra Carta Sobre el
Humanismo sostiene
“todo humanismo se
basa en la metafísica, excepto cuando se
convierte él mismo en el fundamento de tal
metafísica”. (Heidegger 2000:102). De allí
cuando se determina el modo en que se
produce la esencia del hombre lo particular y
propio de toda metafísica se revela en el
hecho de que es “humanista”, es decir que
todo humanismo sigue siendo metafísico,
por lo tanto su “esencia” del hombre reside
en su existencia, misma que significa reali-
dad efectiva o posibilidad. El enfoque del
materialismo no consiste en la afirmación de
que todo es materia, sino más bien en una
determinación metafísica según la que todo
ente aparece como material de trabajo.
La esencia del hombre consiste en ser más
que el mero hombre entendido como ser
vivo dotado de razón, es algo así como una
mera adicción, como la mera definición del
hombre, debiera seguir siendo la determina-
ción fundamental para que luego fuera
ampliada añadiéndose el sistema existencial.
En otros términos, el humanismo no solo
presupone que usted no trata de conservar la
palabra humanismo, sino que implica el
reconocimiento de que dicha palabra ha
perdido su sentido desde el momento en que
se le considera como metafísico. El huma-
nismo es entendido como la relación inter-
disciplinaria de la cultura, el arte, la ciencia,
la dignidad humana, el mundo, considerados
todos ellos como valores, de allí que el ser en
el mundo es un rasgo fundamental de la
humanitas del homo humanus que no está
pretendiendo que el hombre sea únicamente
un ser mundano sino que dispongan una
trascendencia, es decir ser importante y
notable.
Existen hechos trascendentales en la historia
del mundo como la Primera Guerra Mundial
que define un humanismo diferente, enmar-
cados en los intereses monárquicos por la
expansión territorial y la reconquista de
territorios en zona de Occidente, generando
cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posesión de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
Todo esto condujo a muertes de millones de
personas de manera innecesaria, ya sea por
la práctica de estrategias poco ortodoxas
desempeñadas por generales que no estaban
preparados para lo que acontecía en aquel
entonces, una guerra con avances sumamen-
te amplios y que veía la inminente extermi-
nación de una gran cantidad de personas
pertenecientes a muchos lugares del mundo,
especialmente de los países que se encontra-
ban directamente en conflicto y que como tal
tomó el nombre de guerra mundial.
Hablar de humanismo en este sentido no
tomó realce sino hasta la Revolución Rusa
en 1917, dada por la reflexión de una guerra
sin sentido, obedeciendo a intereses de
pocos, que llevaban a los soldados a una
muerte inminente. Este tipo de actos se
fueron dando poco a poco en cada frente de
batalla de todos los bandos, soldados con
pésimas condiciones de vida, que sin temor
ante las decisiones de sus generales, acudían
en grandes números a perder sus vidas sin
lograr ningún tipo de avance en el frente de
batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra (la Primera Guerra Mun-
dial cumple 100 años).
En este sentido, ¿será posible que se hable
de humanismo mundial si por el capricho de
monarcas se extermino a millones de perso-
nas? La Primera Guerra Mundial identifico
las fortalezas y debilidades de los seres
humanos, se les clasificó en triunfadores y
perdedores. De igual forma sucedió con la
Segunda Guerra Mundial, que marcó defini-
tivamente la influencia tecnológica sobre el
desarrollo humano, llegando a convertir al
ser humano en esclavo de la técnica y la
ciencia.
En la Segunda Guerra Mundial los países del
eje conformados por Alemania, Italia y
Japón forman un frente de dominación mun-
dial a través de Europa Continental, Mar
Mediterráneo y Océano Pacífico; los
aliados, en cambio, unifican sus esfuerzos
para tratar de hacer frente y vencer este
conflicto bélico.
La posguerra (de la Segunda Guerra Mun-
dial) proyectó el desarrollo del conocimiento
a través de la inclusión de científicos alema-
nes que fueron repartidos para URSS, Esta-
dos Unidos y el resto de países europeos; la
ola de expansión cognoscitiva permite
formar los bloques de países a nivel mundial
mismos que insertan nuevas visiones para el
mundo, exclusivamente de producción
tecnológica.
De esta manera el ser humano necesita desa-
rrollarse para enfrentar los efectos de la
naturaleza y desarrollar la tecnología a fin de
aprovecharla y utilizar sus bondades. En sus
primeras instancias así sucede, más en la
actualidad la tecnología domina al hombre y
destruye la naturaleza provocando serios
desfases en el hábitat del ser humano por lo
que crece la necesidad imperiosa de confor-
mar grupos humanos en defensa de la natu-
raleza, por los grandes peligros que esto
conlleva.
Recién en la modernidad se puede hablar de
un humanismo consciente de respeto al ser
humano aunque como se mencionará más
adelante, en el Ecuador, se produjeron
hechos increíbles frente a los postulados del
humanismo.
En la actualidad se tiende a considerar en
todas sus formas y ámbitos la interculturali-
dad como concepto-práctica; son procesos
que a partir de la realidad del mestizo se le
considera a los miembros de otras culturas,
indígena por ejemplo, de que por su nivel
intelectual son personas de menor edad, que
actúan sólo cuando son inducidos, meneste-
rosos en poblaciones desaparecidas despro-
vistas de protagonismo social, subordinadas
como residuos (Guerrero 2000:35), citado
por Luis Alberto Toaza, en etnicidad, políti-
ca y religiosidad. En este enfoque la cultura
de los negros son vistos como ladrones,
busca pleitos, vagos, bulliciosos y escanda-
losos (Hernández 2005:45) citado por Luis
Alberto Tuaza en etnicidad política y religio-
sidad, mientras que los blancos y mestizos
aparecen como seres superiores.
Galo Ramón Valarezo (Regreso de los
Runas 1993), señala que mucho antes del
primer grito de independencia del Ecuador
del 10 de Agosto de 1809, se produjeron
varios hechos de rebeldía que fueron catalo-
gados como reacciones con identificación de
indígenas. Se detalla que los caguaneros
ratificaron su rebeldía en 1707; caguacha y
maguas de Napo en 1737; paguayas y saco-
yas en 1745, Pasto en 1727; Pagcha Zaruma
en 1703, sublevación de la puntilla de Santa
Elena en 1786, levantamiento de Fernando
Daquilema en 1871 y 1872; se produjeron
rebeliones en Gatazo y Naubug.
Los investigadores sociales y de la antropo-
logía cultural plantean las relaciones inter
étnicas basadas en la explotación del trabajo
del hombre por el hombre y la práctica
religiosa como forma de dominación
integral. Con estos criterios se identifica la
aculturación, las políticas gubernamentales
para incorporar al indio en la cultura nacio-
nal, proceso que emprende Federico Páez,
los programas de alfabetización realizados
por la unión nacional de periodistas UNDP,
presencia de la misión andina del Ecuador,
para intervenir en organización, producción
y desarrollo comunitario y local en el apro-
vechamiento del potencial humano; inter-
vención del banco central, CEPID, interven-
ción del banco mundial con créditos,
CARI-CARITAS, asesoramiento de la FAO
(Italia y Japón) además de asesores externos
provenientes de Alemania y América Cen-
tral.
La influencia de Monseñor Leonidas Proaño
inicia una nueva etapa de sensibilidad y
toma de conciencia del indio en la sociedad,
aunque en la actualidad, está politizado su
pensamiento. El programa de Escuelas
Radiofónicas Populares y la conformación
de la CONAI, MICH y otras agrupaciones
políticas que vieron en el indio el mejor
medio para realizar proselitismo político.
El concepto de indio para los intelectuales
cobra notoriedad en la importancia del indio
de este país dominado por el etnicismo y que
pretende condenar a sus campesinos al silen-
cio. La historia no empezaba en la época
aborigen, sino en el momento de subyuga-
ción de los indios para los españoles que los
indios originarios de una etnia vencida no
tenían ningún potencial histórico, más aún
estaban situados fuera de ella, que el funda-
mento de la nacionalidad ecuatoriana por
entero a los mestizos, únicos a los que se
consideraba iniciadores de la historia,
pueblo con futuro con noción y conciencia
de ella.
Nuestro filósofo principal, Gabriel García
Cevallos, 1850-1960 (Visión Teórica del
Ecuador) manifiesta que el hombre pre
hispánico era incompleto cultural e históri-
camente, que nuestro espíritu adquirió con
formación definitiva en la historia, en la
Europa Universal al contacto y mezcla con
la cultura y raza hispánica. Pío Jaramillo
Alvarado
(El Indio Ecuatoriano 1941),
propuso la desindianización como causa de
los conflictos internacionales con el Perú,
así como también la paralelización de los
pueblos Shyris con los Incas. Según este
pensamiento quería homogenizar y moder-
nizar el país.
Los comunistas y socialistas de los años
sesenta, plantearon en el congreso nacional
Ecuatorianizar al Indio; Ricardo Paredes y
Pedro Saad plantearon la necesidad de
convertir al indio en Ecuatoriano, asunto que
estremeció al Ecuador. Estas realidades no
recoge ni cuenta la historia tradicional
porque el punto de vista del historiador mes-
tizo o blanco es el de demostrar la valía y
supremacía del Español en América, ponien-
do de ante mano la deshumanización o
despersonalización. En definitiva, no pode-
mos hablar en el Ecuador en la actualidad la
existencia de humanización sino todo lo
contrario. ¿Cómo entonces entender una
realidad, si la misma se esconde y permane-
ce en el silencio de la historia contemporá-
nea? ¿Quiénes son los responsables de esta
realidad?
CONCLUSIONES
La hominización es considerada como un
proceso a través del cual la especie humana
pasa por distintas etapas como: bipedismo,
liberación de las manos, telencefalización,
nacimiento inmaduro, ecumenismo; las que
han establecido cambios fundamentales en
el humanismo tal como lo conocemos hoy
en día.
La influencia de la psicología evolutiva se
pone de manifiesto en las características que
distinguen el modo de pensar propio del
primitivo como son: concreto, sincrético,
colectivo, antropomorfismo, pre-categorial,
pre-lógico, místico, mismas que de acuerdo
a su función establecen relaciones con el
ambiente a través del tiempo y la historia.
Dentro de las primeras teorías generales de
la evolución Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies mismo que demos-
tró que desde millones de años la vida evolu-
cionaba con arreglo a unas leyes relativa-
mente simples que en definitiva significa
cierta estabilidad del medio con el tiempo y
con los aspectos biológicos en las que con
relación permanente se adaptan a las condi-
ciones ecológicas o ambientales.
Con la llegada de los españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas, a la fuerza se pretendió borrar las prácti-
cas de organización, respeto y desarrollo del
ser humano en los diferentes ámbitos de la
vida: social, económico, político. Estos cam-
bios se redujeron a la explotación en toda la
concepción de la palabra.
En la historia del mundo la Primera Guerra
Mundial define un humanismo diferente,
enmarcados en los intereses monárquicos
por la expansión territorial y la reconquista
de territorios en zona de occidente, generan-
do cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posición de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera, y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra.
A través del tiempo la religión católica ha
servido como un elemento de explotación al
indígena y campesino, de allí la presencia de
Mons. Leonidas Proaño con la teoría de la
liberación.
La hominización es un proceso de transfor-
mación antropológica, no así la humaniza-
ción como el conjunto de relaciones socio
político, económico y cultural del ser
humano a través del tiempo. La humaniza-
ción ha estado normada por intereses econó-
micos de grupos poderosos concentrados en
monopolios y oligopolios. Las guerras son
instrumentos de dominación integral de los
pueblos a través de la utilización de tecnolo-
gía armamentista. La humanización utiliza
la inteligencia que a su vez transforma la
naturaleza y el ambiente. Las diferentes
relaciones del ser humano se han definido en
la consecución del poder absoluto más que
del respeto.
REVISTA CHAKIÑAN, 2016, Nº.1, DICIEMBRE, (118-127), ISSN 2550-6722
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La hominización es considerada como un
proceso a través del cual la especie humana
pasa por distintas etapas como: bipedismo,
liberación de las manos, telencefalización,
nacimiento inmaduro, ecumenismo; las que
han establecido cambios fundamentales en
el humanismo tal como lo conocemos hoy
en día.
La influencia de la psicología evolutiva se
pone de manifiesto en las características que
distinguen el modo de pensar propio del
primitivo como son: concreto, sincrético,
colectivo, antropomorfismo, pre-categorial,
pre-lógico, místico, mismas que de acuerdo
a su función establecen relaciones con el
ambiente a través del tiempo y la historia.
Dentro de las primeras teorías generales de
la evolución Charles Darwin habla sobre la
evolución de las especies mismo que demos-
tró que desde millones de años la vida evolu-
cionaba con arreglo a unas leyes relativa-
mente simples que en definitiva significa
cierta estabilidad del medio con el tiempo y
con los aspectos biológicos en las que con
relación permanente se adaptan a las condi-
ciones ecológicas o ambientales.
Con la llegada de los españoles a América el
humanismo en el sector de su influencia
abolió definitivamente a un humanismo
anterior propio de las culturas pre hispáni-
cas, a la fuerza se pretendió borrar las prácti-
cas de organización, respeto y desarrollo del
ser humano en los diferentes ámbitos de la
vida: social, económico, político. Estos cam-
bios se redujeron a la explotación en toda la
concepción de la palabra.
En la historia del mundo la Primera Guerra
Mundial define un humanismo diferente,
enmarcados en los intereses monárquicos
por la expansión territorial y la reconquista
de territorios en zona de occidente, generan-
do cambios sustanciales y apresurados en la
tecnología de aquel entonces e incluso el
papel protagónico que jugó la mujer al tomar
posición de puestos de trabajo que en gran
número fueron de hombres que se encontra-
ban en el frente de batalla.
La Revolución Rusa llevada por los bolche-
viques encabezada por la clase obrera, y
Lenin, no solo quería hacer la revolución,
sino conseguir la paz a cualquier precio, lo
que hacía atractiva su propuesta a los ojos de
los rusos, hartos de las calamidades causa-
das por la guerra.
A través del tiempo la religión católica ha
servido como un elemento de explotación al
indígena y campesino, de allí la presencia de
Mons. Leonidas Proaño con la teoría de la
liberación.
La hominización es un proceso de transfor-
mación antropológica, no así la humaniza-
ción como el conjunto de relaciones socio
político, económico y cultural del ser
humano a través del tiempo. La humaniza-
ción ha estado normada por intereses econó-
micos de grupos poderosos concentrados en
monopolios y oligopolios. Las guerras son
instrumentos de dominación integral de los
pueblos a través de la utilización de tecnolo-
gía armamentista. La humanización utiliza
la inteligencia que a su vez transforma la
naturaleza y el ambiente. Las diferentes
relaciones del ser humano se han definido en
la consecución del poder absoluto más que
del respeto.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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ción cualitativa. Fundamentos y meto-
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Editorial Media active.
Ramón, G. (1993). El Regreso de los Runas.
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Spencer, H. (1893). The Principles of Socio-
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Norgate.
REVISTA CHAKIÑAN, 2016, Nº.1, DICIEMBRE, (118-127), ISSN 2550-6722