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PATRIA Y DERECHOS. CONFIGURACIONES DISCURSIVAS EN
LOS DISCURSOS PREVIOS AL BALOTAJE DE LA PRESIDENTA
CRISTINA FERNÁNDEZ EN LA ARGENTINA
HOMELAND AND RIGHTS. DISCURSIVE CONFIGURATIONS
IN THE SPEECHES BEFORE THE BALOTAJE
OF THE PRESIDENT CRISTINA FERNÁNDEZ IN ARGENTINA
RESUMEN
ABSTRACT
A partir de las categorías proporcionadas por el modelo analítico de Eliseo Verón, el presente
trabajo pretende analizar los discursos pronunciados por la Presidenta de Argentina, Cristina
Fernández, durante el período comprendido entre las semanas anteriores a la realización del
balotaje presidencial de 2015 hasta la nalización del mandato presidencial, el 10 de diciem-
bre del mismo año. Pretendemos indagar en las próximas páginas en el modo en que dichos
discursos exhiben las huellas de producción del universo discursivo kirchnerista y peronista, lo
que se traduce en la presencia de entidades y metacolectivos que remiten al registro de ambas
tradiciones políticas. A su vez, indagamos en los modos en que dichas formaciones discursivas
articulan el “paradigma discursivo de los derechos” con el “modelo de la Patria”, variando de
acuerdo a los diferentes destinatarios a quienes estuvieron dirigidos.
Palabras clave: derechos; destinatarios; discurso; patria; pueblo.
Based on the categories provided by Eliseo Verón’s analytical model, this paper aims to analyze
the speeches made by the former President of Argentina, Cristina Fernández, during the pe-
riod between the weeks prior to the 2015 presidential balloting nalization of the presidential
mandate, on december 10 of the same year. Fundamentally, in the following pages we intend to
investigate the way in which these discourses exhibit the traces of production of the Kirchnerist
and Peronist discursive universe, which translates into the presence of entities and metacolec-
tives that refer to the register of both political traditions. At the same time, we investigate the
ways in which these discursive formations articulate the “discursive paradigm of rights” with
the “model of the Fatherland”, varying according to the different recipients and audiences to
whom they are directed.
Keywords: homeland; receiver; rights; speech; town.
Melina Andrea Deangeli
melideangeli@hotmail.com
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
Fecha recepción: 16/4/17
Fecha aceptación: 13/12/17
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INTRODUCCIÓN
El Análisis del Discurso se inscribe en una
larga tradición teórica que, al decir de Ana
Montero, desde los años sesenta se ha ocu-
pado de vincular la lingüística con la his-
toria, la ideología y lo político (Montero
2012:26). En Argentina, dichos postulados
fueron recuperados en las investigaciones de
autores tales como Eliseo Verón, cuyas ca-
racterísticas fundamentales radican, siguien-
do a Fabiana Martínez (s.f.), en la puesta en
cuestión de las relaciones de determinación
clásica en la circulación discursiva; la des-
reicación de categorías tales como ideo-
logía y poder, el predominio del análisis de
diversas materialidades signicantes y la
evidente presencia de categorías vinculadas
a la enunciación.
A partir de la propuesta analítica de Verón,
el presente trabajo pretende analizar los dis-
cursos pronunciados por la Presidenta de
la Argentina, Cristina Fernández, durante
el período comprendido entre las semanas
previas a la realización del ballotaje presi-
dencial de 2015 hasta la nalización de su
mandato, el 10 de diciembre del mismo año.
Dichos discursos, fueron pronunciados en
un contexto histórico muy singular, puesto
que se inscribieron en el marco de la posible
derrota electoral, en las elecciones presiden-
ciales, del Frente Para La Victoria (fuerza
política liderada por la entonces Presidenta
Cristina Fernández, e integrada por diver-
sos partidos tales como el Nuevo Encuentro,
Partido Solidario, Partido Humanista, Parti-
do Intransigente, Frente Grande, un sector
del Partido Justicialista y de la Unión Cívi-
ca Radical, entre otros) frente a la Alianza
Cambiemos (conformada por Propuesta Re-
publicana/PRO, un sector del radicalismo y
la Coalición Cívica) posibilidad que se con-
cretó en el ballotaje del 22 de noviembre de
2015. Desde la asunción de Néstor Kirch-
ner en el año 2003 el Frente Para La Victo-
ria había obtenido el voto mayoritario de la
ciudadanía en las elecciones presidenciales
posteriores, consagrando a Cristina Fernán-
dez como Presidenta de la Nación en el año
2007, quién resultó reelecta en los comicios
de 2011 con el 53 por ciento de los votos.
El ballotaje, o segunda vuelta, fue incorpo-
rado a la Constitución Nacional Argentina a
partir de la reforma constitucional de 1994
como mecanismo obligatorio para aquellos
casos en que, en el marco de elecciones pre-
sidenciales, el candidato con mayor porcen-
taje de votos no obtuviera más del 45 por
ciento de los votos armativos válidamente
emitidos o, que habiendo obtenido más del
40 por ciento no exista una diferencia de
diez puntos porcentuales en relación a la se-
gunda fuerza más votada (Constitución de la
Nación Argentina, arts. 97 y 98).
El escenario político en el que la Presidenta
pronunció los discursos analizados es parti-
cular, entonces, tanto por la circunstancia que
implicaba una posible derrota electoral en
comicios presidenciales por parte del Frente
Para la Victoria en el contexto del ballota-
je; sino también, por tratarse de la primera
oportunidad en la que se realizó la segunda
vuelta electoral en la República Argentina,
gura que desde su incorporación a la Carta
Magna Argentina no se había implementado.
Considerando la singularidad del contexto
político en el que se inscriben los discursos
que serán objeto de análisis en las próxi-
mas páginas, recuperamos en los párrafos
siguientes aportes de diferentes autores que
analizan el fenómeno kirchnerista desde la
ciencia política y el análisis del discurso.
Susana Bonetto (2015) ha postulado que lo
que se denomina “la década kirchnerista”
estuvo signada por una serie de transforma-
ciones que, fundamentalmente, radican en la
reformulación de la política como escenario
legítimo de representación y transformación
de la sociedad, la construcción de una alter-
nativa viable al neoliberalismo y el sosteni-
miento de una propuesta de ampliación de
derechos y de equidad social.
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De este modo, siguiendo a la autora, los doce
años de kirchnerismo se inscriben en un pe-
ríodo conceptualizado como el de la Argen-
tina “post neoliberal”, que implicó una reva-
lorización del poder de decisión política por
sobre la sujeción a la ortodoxia económica
propia del neoliberalismo, y por la emergen-
cia de una gran cantidad de colectivos socia-
les, entre los que se destacan la movilización
militante y las organizaciones políticas de la
juventud (Bonetto 2015).
En una línea de análisis similar, y destacan-
do el punto de escisión entre el kirchnerismo
y las experiencias de gobierno anteriores,
Fabiana Martínez (2015) arma que el dis-
curso kirchnerista inauguró en la Argentina
una hegemonía fuertemente diferenciada de
aquella imperante en el país durante los años
noventa. Se conguró, así, una matriz dis-
cursiva que recuperó la concepción de lo po-
lítico como orden legítimo de regulación de
lo social; reemplazando las formulaciones
que encontraban como fundamento único de
la decisión política a la lógica de mercado.
Asimismo, en tales discursos asumieron un
protagonismo relevante las demandas ex-
cluidas en la década anterior, a la vez que
se conguró un “enunciador postmenemis-
ta” (Martínez 2010:5) mediante operaciones
de inversión de los tópicos neoliberales que
terminaron invistiendo a la esfera política de
sentidos completamente diferentes, a par-
tir de la construcción de parejas axiológi-
cas (Estado/mercado; memoria/olvido, por
ejemplo). La hegemonía propuesta por el
kirchnerista se caracterizó por la valoración
de las instancias de lo público y lo colectivo
y la reconguración de la gura del Estado
como una institución con capacidad para in-
tervenir en el ordenamiento social.
Al tensionar el paradigma neoliberal que
concebía al orden social como orden regula-
do por el mercado, la denición del proyec-
to político kirchnerista como propuesta que
afectó a grupos concentrados de la economía
y beneciados por las políticas económi-
cas del gobierno menemista, imprimió una
discursividad adversativa al discurso kirch-
nerista (Martínez 2015). Armando que el
kirchnerismo ha presentado como valores
fundamentales a la distribución de la riqueza
y la inclusión, Martínez indica que dicha dis-
cursividad se ve atravesada por un principio
estructurante antagonista, en donde desta-
can las concepciones de “democracia como
litigio y política como conicto” (Martínez
2015).
Por otra parte, Martín Retamozo ha analiza-
do la presencia de la discursividad peronista
en los gobiernos kirchneristas.
El autor postula que el kirchneris-
mo reactivó una lectura del peronis-
mo como experiencia, recuperando
“...la matriz plebeya, subalterniza-
da como identidad en la estructura
del Partido Justicialista y sonám-
bula en experiencias sindicales
y de movimientos sociales [que]
reapareció con una capacidad de
interpelación que no estaba en los
papeles...” (Retamozo 2015:15).
En el plano simbólico, señala el menciona-
do autor que el kirchnerismo ha logrado,
mediante la reactivación de una lectura par-
ticular del peronismo, comenzar a producir
sus propios mitos. En este contexto, destaca
como notas distintivas de la discursividad
kirchnerista la recuperación de la tradición
“nacional y popular”, con sus referencias al
Estado como “redentor” (Retamozo 2015:17)
y la fuerte presencia del sujeto “pueblo”.
El ethos construido por los discursos de
las guras más fuertes del kirchnerismo ha
constituido, también, el objeto de estudio de
numerosos trabajos e investigaciones cientí-
cas. Dentro de este grupo, destacamos las
propuestas de Ana Montero (2012), quien
realiza un análisis del discurso kirchnerista en
referencia a la memoria del pasado reciente
y la revalorización de los derechos humanos,
postulando que uno de los rasgos distintivos
de dicho discurso reside en haber recuperado
un imaginario político nunca antes reivindi-
cado desde la posición de enunciación presi-
dencial: el imaginario congurado en torno a
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la “memoria militante setentista” que remite
a los jóvenes militantes de los años setenta
con sus modos de imaginar y representarse
la política (Montero 2012:16-17).
De este modo, la autora postula que el dis-
curso kirchnerista evoca y reelabora ele-
mentos de la “memoria militante setentista”
lo que contribuyó a la conguración de un
ethos presidencial, proyectado como ethos
militante.
Así, encontramos que “...el se-
tentismo (…) funciona como una
memoria discursiva inscripta en
el propio ethos presidencial...”
(Montero 2012:20), que se mani-
esta en la evocación de discur-
sos, tonos, puntos de vista, que
instauran umbrales de lo decible.
Recuperando los aportes desarrollados, sos-
tenemos que los discursos de Cristina Fer-
nández en el contexto particular que signi-
caron las semanas previas al ballotaje y al
cumplimiento del mandato presidencial, ex-
hiben las huellas de producción del universo
discursivo kirchnerista y peronista, lo que se
traduce en la presencia de entidades y meta-
colectivos (Sigal y Verón 2003) que remiten
al registro de ambas tradiciones políticas.
Así, se conjuga la alusión a metaco-
lectivos tales como “pueblo”, carac-
terístico de la enunciación peronis-
ta (Retamozo 2015) y el énfasis en
la gura del adversario o contrades-
tinatario, a la vez que se recuperan
las concepciones de “democracia
como litigio y política como con-
icto”, propias del universo discur-
sivo kirchnerista (Martínez 2010).
Por último, en los discursos de la Presiden-
ta se combina el “ethos militante” (Montero
2012) con la imagen de mujer peronista que
realza la enunciadora (Vitale 2013). Como
resultado de esta yuxtaposición, los dis-
cursos de Cristina Fernández proyectan un
ethos congurado por su condición de mujer
militante de una fuerza política inscripta en
la tradición nacional-popular desde un “mo-
delo de llegada” (Sigal y Verón 2003) que
enfatiza la trayectoria política de la enuncia-
dora.
METODOLOGÍA
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La metodología empleada para la realización
de la presente investigación fue de carácter
eminentemente cualitativo, e incluyó dos
etapas. La primera, heurística, que consistió
en la búsqueda y selección de los diferentes
discursos pronunciados por la ex mandataria
en la Argentina en el período comprendido
entre los días previos a la realización de la
segunda vuelta electoral y la nalización del
mandato presidencial. En este aspecto, cabe
destacar que la totalidad de los discursos se-
leccionados y sometidos a posterior análisis
fueron extraídos de la página web ocial de
Cristina Fernández www.cfkargentina.com
La segunda, de carácter hermenéutico, con-
sistente en el análisis detallado, a partir de
las herramientas y categorías teóricas que
aporta Eliseo Verón, de las enunciaciones
discursivas analizadas, como así también la
posterior sistematización de las conclusio-
nes arribadas en un informe escrito y que
constituye el cuerpo del presente trabajo.
La condición adversativa en los discur-
sos de Cristina Fernández: destinatarios
múltiples en el escenario pre ballotaje
Eliseo Verón postula que el campo discur-
sivo de lo político implica enfrentamiento,
relación con un enemigo, por lo que este
tipo de discurso asume como nota caracte-
rística el ser un “discurso polémico” (Verón
1987:15). Desde esta perspectiva, todo acto
de enunciación política está habitado por un
“otro negativo” (Verón 1987), a la vez que
construye un otro positivo, operando de esta
manera un desdoblamiento en la destinación
(Verón 1987:16).
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Siguiendo a Arfuch (1987), la interpelación
juega un papel importante en la constitución
del destinatario, ya que ofrece una imagen
donde puede reconocerse un colectivo de
identicación o prodestinatario. Sin embar-
go, el discurso político incluye también al
indeciso (paradestinatario, en los términos
de Verón), como al adversario (contrades-
tinatario). Para la autora citada, el discurso
político y sobre todo el electoral, presenta
una gran dicultad de acceso al “nosotros”
inclusivo, en razón de la marcada diferencia-
ción de roles entre el enunciador y los desti-
natarios (Arfuch 1987:35).
Si bien los discursos de Cristina Fernández
en el marco de la campaña electoral previa
al ballotaje, como los pronunciados en las
semanas anteriores a la culminación de su
mandato, se dirigen a los tres tipos de desti-
natarios caracterizados por Verón, se destaca
la fuerte presencia del contradestinatario en
tales formulaciones, condición que rearma
la “dimensión adversativa” (Martínez 2015)
del discurso kirchnerista y su carácter emi-
nentemente polémico, a la vez que exhorta
a sus prodestinatarios, y paradestinatarios
desde el empleo de fórmulas asociadas a
componentes didácticos-prescriptivos, recu-
perando el “modelo de la patria” (Martínez
2010) e inscribiendo las políticas sostenidas
por el kirchnerismo en el marco del “para-
digma discursivo de los derechos” (Martínez
2013), interpelando desde tales formulacio-
nes, tanto a paradestinatarios como a prodes-
tinatarios, respectivamente.
El carácter polémico y adversativo en los
discursos de Cristina Fernández se expresa
en las frecuentes alusiones que formula en
relación al “otro negativo”, al adversario po-
lítico. Así, la Presidenta dio apertura al dis-
curso del nueve de diciembre de 2015, horas
antes del cumplimiento de su mandato, me-
diante una clara referencia al contradestina-
tario:
Quiero decirles a todas y todos que
si después de estos intensos doce
años y medio, con todos los me-
dios de comunicación hegemónicos
en contra y después de estos doce
años y medios con las principales
corporaciones económicas y nan-
cieras nacionales e internacionales
en contra, si después de doce años y
medio de persecuciones y hostiga-
mientos permanentes de lo que yo
denomino el partido judicial, si des-
pués de todo eso, de tantos palos en
la rueda, de tantos golpes e intentos
de golpes destituyentes, después de
tantos ataques, persecuciones, di-
famaciones y calumnias podemos
estar aquí, dando cuentas al pueblo,
imagino que si con tantas cosas en
contra hemos hecho tantas cosas
por los argentinos, cuantas podrán
hacer los que tienen todos estos
factores a favor. (Fernández 2015c)
De esta manera, caracteriza a su adversario
no en referencia exclusiva al espacio polí-
tico que resultó electo en el ballotaje sino
que, fundamentalmente, vincula a la Alianza
Cambiemos (sin nombrarla expresamente)
a las corporaciones económicas, comunica-
cionales e institucionales.
La “sobredimensión de la función adversa-
tiva” del discurso kirchnerista (Balsa 2013),
presente en este discurso se inscribe, según
Balsa, en una estrategia intrínseca a una ló-
gica recuperadora de la “dimensión agonal
de la política” (Mouffe 1999). Asimismo, la
referencia al adversario opera como instru-
mento mediante el que se delimitan las fron-
teras respecto al colectivo de identicación
que traza las fronteras entre “nosotros” y
“ellos”.
En el contexto singular en que se pronuncia
este discurso, la Presidenta reformula, me-
diante una “inversión especular” (Martínez
2010), una pareja axiológica que aparece
como estructurante de una línea divisoria
entre dos identidades políticas adversas. Me-
diante la antinomia “corporaciones/pueblo”
se congura la base de la oposición entre los
colectivos identitarios “ellos/nosotros”, res-
pectivamente.
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La referencia a un contradestinatario encar-
nado en la Alianza Cambiemos y asociado a
las corporaciones que se erigen en “enemi-
gos del pueblo” (Martínez 2010), reaparece
cuando Cristina Fernández arma: “Tenga-
mos la inteligencia de saber que seguramen-
te van a poder hacer las cosas porque lo tie-
nen todo a favor” (Fernández 2015c).
Se proyecta un claro “otro negativo” que
“tiene a su favor” a aquellos grupos concen-
trados que, conforme surge del discurso de
la Presidenta, constituyeron auténticos po-
deres fácticos en razón de haber concertado
“intentos de golpes destituyentes” (Fernán-
dez 2015c).
Un “otro negativo” que, tal como indica Ve-
rón, materializa una “lectura destructiva de
lo que dene la posición del enunciador”
(Verón 1980:17). A su vez, mediante lo que
en apariencia representa una expresión de
anhelo, se instituye en ese otro la encarna-
ción de la potencial pérdida de los “derechos
obtenidos”, posibilidad que se observa en la
manifestación de Cristina Fernández al ex-
presar: “Espero una Argentina sin censuras,
espero una Argentina sin represión, espero
una Argentina más libre que nunca” (Fer-
nández 2015c).
En consonancia con ello, las operaciones dis-
cursivas analizadas, se enmarcan en el “para-
digma discursivo de los derechos” (Martínez
2013). Así, desde este paradigma se activan
una serie de narrativas que condensan algu-
nas de las políticas más signicativas sos-
tenidas por los gobiernos kirchneristas a la
vez que las inscribe en el lenguaje marco
de los derechos. Como nota distintiva entre
el “modelo de la patria” (Martínez 2010) y
el “paradigma discursivo de los derechos”
(Martínez 2015), corresponde señalar que
mientras el primero retoma las antinomias
propios de la enunciación peronista (pueblo/
antipueblo; patria/corporaciones), y estable-
ce una nítida frontera entre colectivos ex-
cluidos (marginados, clase media, militantes
de base, etc) y sus adversarios (corporacio-
nes económicas, militares, entidades rurales,
oligarquía) (Martínez 2010), el segundo re-
mite a aquellas formaciones discursivas que
operan en el registro marco de los derechos
en tanto conquistas sociales, instituyendo al
Estado en garante de derechos y ubicando al
ciudadano o a la persona como contraparte
(Martínez 2013).
Sostenemos que los discursos analizados
en el presente trabajo, aunque combinan el
“modelo de la patria” con el “paradigma dis-
cursivo de los derechos”, exhiben una utili-
zación diferencial de tales formaciones, ya
que el paradigma de los derechos constituye
una matriz a la que se recurre fundamental-
mente en aquellas operaciones que tienen
como objeto interpelar al paradestinatario,
y cumple dos funciones: por un lado, de re-
construcción histórica de la propia trayecto-
ria de gobierno, puesto que permite enumerar
las políticas de los gobiernos kirchneristas y,
por otro, de advertencia sobre la el potencial
avance de futuros gobiernos sobre tales con-
quistas lo que se traduciría, a su vez, en una
pérdida de derechos de los ciudadanos.
Desde este lugar, Cristina Fernández inter-
pela a la ciudadanía y la erige como guar-
dián de sus propios derechos, estableciendo
al “empoderamiento” (Fernández 2015c)
como presupuesto de acción política. De
este modo, en el último discurso pronuncia-
do en calidad de Presidenta de la Nación, se
dirige a múltiples entidades que integran la
ciudadanía y, en lo que puede leerse como
un acto de rendición de cuentas, donde la
enunciadora arma que puede “... mirar a
los ojos...” a sus “compatriotas”, en lo que
podría constituir una referencia a una suerte
de compromiso cumplido, señala:
Podemos mirar a los ojos de los tra-
bajadores para decirles que nunca
los traicionamos, para decirles que
siempre tuvieron paritarias libres
(…) podemos mirar a los ojos de
los cientícos, de los que volvieron
y de los que se quedaron para hacer
el aguante y decirles que les hemos
reconocido sus derechos, sus sabe-
res, sus conocimientos como nunca
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nadie lo había hecho (…) podemos
mirar a los ojos de los docentes
argentinos (…) y decirles que es-
tamos destinando más del 6 por
ciento del PBI para nanciar la edu-
cación pública nacional y gratuita.
Podemos mirar también a los ojos
de los jóvenes universitarios, de los
profesores universitarios (…) decir
que jamás en las últimas décadas,
no solo no se habían creado tantas
universidades, sino que jamás las
universidades argentinas contaron
son los recursos para poder desa-
rrollar infraestructura, salarios, in-
vestigaciones. (Fernández 2015c)
Se destacan entonces un conjunto de políti-
cas que van desde Memoria, Verdad y Jus-
ticia hasta leyes tales como el matrimonio
igualitario e identidad de género, que se
reconstruyen a modo de constatación de la
propia trayectoria de gobierno de la enuncia-
dora y que son presentadas en la lengua de
derechos:
No concebimos a los derechos humanos so-
lamente como lo que ocurrió durante la dic-
tadura, derechos humanos es lo de hoy (…)
Y quiero decirles que en nombre de esa li-
bertad, no nos detuvimos en recuperar aquí
el Sitio de la Memoria, que inauguramos
hace poco tiempo; los edicios que inaugu-
ramos hoy. En estos años hemos recuperado
la dignidad con el matrimonio igualitario, el
derecho a la identidad de género. Eso es li-
bertad, que nadie te diga a quién tenés que
elegir amar. (Fernández 2015b)
En consonancia con el carácter fuertemen-
te adversativo del discurso kirchnerista, en
esta discursividad inscripta en el paradigma
de derechos, la presencia del adversario asu-
me una trascendencia fundamental en tanto
permite sostener la propia identidad, a la vez
que opera como mecanismo de persuasión al
indeciso (Martínez 2010).
Así, la Presidenta destaca, en relación a las
manifestaciones públicas formuladas por
algunos miembros de la Alianza Cambie-
mos y cuyos representantes en el Congreso
de la Nación votaron, en una gran mayoría,
en contra de la ley de matrimonio iguali-
tario sancionada en el año 2010: “La vida
de cuánta gente no se habría solucionado,
cuántos seguirían siendo infelices, cuántos
seguirían a lo mejor encerrados en un closet
porque la sociedad condenaba este tipo de
cosas” (Fernández 2015a).
De este modo, la reconstrucción de las po-
líticas desarrolladas durante el kirchnerismo
se formula en el registro de la ampliación de
derechos. La mandataria lo expresa clara-
mente, mediante el empleo de un componen-
te didáctico, correspondiente a la “modali-
dad del saber” (Verón 1980:21) dirigiéndose
al paradestinatario en el siguiente fragmento:
No hay programas sociales. La
Asignación Universal por Hijo
(…) no es un programa social, es
un derecho que tienen aquellos o
que no tienen trabajo o que tienen
trabajo informal (…).De la misma
manera que es un derecho la Asig-
nación Familiar para el trabaja-
dor registrado. (Fernández 2015a)
En tales formaciones, la enunciadora expli-
ca, “enuncia un principio general” (Verón
1980:21) que le permite inscribir a la AUH
(Asignación Universal por Hijo) en la lengua
de derechos, a la vez que operar en el plano
de la persuasión, nota distintiva de aquellos
discursos que pretenden interpelar al para-
destinatario, es decir, a aquellos “sectores
de la ciudadanía que se encuentran, en cierto
modo, `fuera de juego´ y que en los procesos
electorales son identicados habitualmente
como los indecisos” (Verón 1980:17).
La referencia a los derechos obtenidos por
la ciudadanía argentina es un tópico de gran
presencia en los discursos analizados. Recu-
perando esa dimensión, Cristina Fernández
formula una advertencia sobre la posible
pérdida de tales derechos y erige a la ciu-
dadanía en guardián de los mismos. De este
modo, se dirige al paradestinatario, y en el
contexto del ballotaje, maniesta:
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Que cada uno se plante en ese lu-
gar y piense sinceramente y hones-
tamente (…) quién es el que puede
garantizar que esto siga para todos
los argentinos (....) no deendan a
un gobierno, yo les pido que deen-
dan sus derechos, que cuando me-
tan ese sobre en la urna, sepan que
ahí dentro van sus derechos, todos
sus derechos. (Fernández 2015a)
El empoderamiento aparece como una de
los presupuestos necesarios para la acción y
reexión política que requiere la tarea ciuda-
dana de “defender los derechos”. En un dis-
curso marcado por la dimensión adversativa
y reivindicando la noción de política como
conicto, articulada al modelo de derechos,
e interpelando al paradestinatario caracteri-
zado como “ciudadano argentino”, la Presi-
denta exhortó:
Cada uno de ustedes, cada uno de
los 42 millones de argentinos, tiene
un dirigente adentro y que cuan-
do cada uno de ustedes, cada uno
de esos 42 millones de argentinos
sienta que aquellos en los que con-
ó y depositó su voto, lo traicio-
naron, tome su bandera y sepa que
él es el dirigente de su destino y
el constructor de su vida, que esto
es lo más grande que le he dado
al pueblo argentino: el empodera-
miento popular, el empoderamiento
ciudadano, el empoderamiento de
las libertades, el empoderamiento
de los derechos. (Fernández 2015c)
En el fragmento arriba citado, es posible ob-
servar el modo en que se yuxtaponen y se
superponen el modelo de la patria y el pa-
radigma de los derechos, puesto que en la
misma frase se condensan, por un lado, la
referencia al “pueblo”, metacolectivo del
imaginario cuya presencia remite al modelo
de la patria y al campo de formaciones dis-
cursivas del peronismo; mientras que por el
otro, dirigiéndose al paradestinatario, pre-
senta al “empoderamiento ciudadano” como
presupuesto de acción política, interpelando
directamente a “cada uno de los 42 millones
de argentinos”.
La armación de la política como conicto
se traduce en el mandato que sugiere que
cada uno de los argentinos “tome su ban-
dera” en el supuesto de verse “traicionado”
por aquellos a quienes votó, lo que a su vez
imprime a este discurso de un componente
marcadamente prescriptivo. Sostenemos que
en esta frase Cristina Fernández se dirige
al paradestinatario, ya que de algún modo
el prodestinatario, que comparte la “creen-
cia presupuesta” con el enunciador, (Verón
1980:17), que representa a aquél receptor
que “...participa de las mismas ideas y que
adhiere a los mismos valores y persigue los
mismos objetivos...” que quién enuncia el
discurso (Verón 1980:17) es caracterizado
en los discursos de Cristina Fernández como
la “militancia”, por lo que exhortar a los
militantes a que “tomen sus banderas” y se
sumen a la lucha política implicaría una re-
dundancia en el discurso.
Sin embargo, este imperativo hace sentido
cuando lo ubicamos en el marco de interpe-
lación al paradestinatario; es decir, de aquél
cuya posición respecto al enunciador del dis-
curso implica una “hipótesis de suspensión
de la creencia” (Verón 1980:17). Y, además,
porque formula una suerte de advertencia a
aquellos que se vean “traicionados” por las
políticas desarrolladas por quienes votaron,
operando de algún modo en el orden de la
persuasión, lo que es característico de las
operaciones discursivas dirigidas a los “in-
decisos” o paradestinatarios.
La referencia a una probable “traición” o
“falta de honestidad” por parte de la fuerza
política opositora es un tópico al que la man-
dataria alude con frecuencia al momento de
caracterizar a su adversario y como opera-
ción de persuasión a los indecisos en el con-
texto del ballotaje. De este modo, arma:
Yo creo en debates, creo además que
los debates deberían ser acompaña-
dos además con versiones fílmicas
de posiciones anteriores. Porque
no sería honesto intelectualmente
decir hoy que estamos de acuerdo
con todo cuando hace apenas meses
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atrás, se estaba en desacuerdo con
todo (…) Hoy nos dicen que no van
a privatizar Aerolíneas Argentinas,
pero están los documentos fílmi-
cos de cuando decían que la iban
a privatizar. (Fernández 2015a)
Tales formaciones varían en lo atinente al
colectivo de identicación, que oscila entre
el empleo de fórmulas que remiten a un no-
sotros inclusivo amplio, como las alusiones
a “compatriotas y conciudadanos” (Fernán-
dez 2015c), armaciones que sostienen que:
“Espero que podamos gozar, que todos los
argentinos puedan gozar, de las conquistas
sociales, del progreso económico” (Fernán-
dez 2015c) y tales como “...compatriotas,
hemos hecho un acto de memoria, de verdad
y de justicia...” (Fernández 2015b) mientras
que, por otra parte, fórmulas de inclusión
mucho más restrictivas, articuladas en torno
a un “nosotros” que se congura alrededor
exclusivamente del prodestinatario en tanto
“partidario”, son empleadas por la manda-
taria para conferir, a partir del componente
prescriptivo del discurso, obligaciones y res-
ponsabilidades que el prodestinatario, en su
condición de militante, debe ejercer. Estas
características son observables en el siguien-
te fragmento:
Nosotros tenemos la responsabi-
lidad de ser más maduros ¿Saben
por qué? Porque nosotros amamos
la Patria profundamente, noso-
tros creemos en el pueblo, cree-
mos en lo que hemos hecho (…)
nuestra responsabilidad es mucho
más grande porque hemos cons-
truido esta Argentina de mayo-
res derechos. (Fernández 2015c)
Compromiso político, amor por la patria y
convicciones son los elementos mediante
los que se articula la identidad política del
“nosotros” restricitivo, lo que a su vez tra-
za fronteras respecto al adversario político
que, como hemos indicado anteriormente,
forma parte de una cadena de intereses que
involucra a las corporaciones y los poderes
fácticos. Asimismo, el prodestinatario con-
formado por este colectivo de identicación
circunscrito, de algún modo, a la militan-
cia, presenta en las formaciones discursivas
analizadas atributos vinculados a una mayor
competencia para interpretar la realidad ar-
gentina, lo que nuevamente marca una fron-
tera de escisión entre ambos colectivos. Así,
Cristina Fernández indica:
¿Saben qué? (...) no necesitamos
focus group. Nosotros tenemos una
lectura de la realidad y, además,
tenemos convicciones para trans-
formar esa realidad que fue la que
nos permitió darle a la Argentina
el lapso de mayor estabilidad y go-
bernabilidad política, institucional,
económica y social de la que se
tenga memoria. (Fernández 2015b)
De este modo, en los discursos de la man-
dataria, prodestinatario y contradestinatario
se conguran mediante operaciones que, re-
cuperando elementos del universo discursi-
vo peronista y kirchnerista, activan parejas
axiológicas a partir de las que, tal como ar-
ma Fabiana Martínez, se dicotomiza el cam-
po social (Martínez 2010).
Mujer militante: ethos y modelo de llega-
da en los discursos de Cristina Fernández
Los estudios sobre el ethos representan un
campo de investigaciones de gran impor-
tancia en los trabajos que se inscriben en el
análisis del discurso. Montero (2012) indica
que la categoría ethos encuentra su origen en
la retórica clásica aristotélica, como una de
las tres formas de prueba para la persuasión.
Así, mientras el logos se asocia a la razón,
el pathos y el ethos remiten a la disposición
emotiva del auditorio y a la imagen o carác-
ter del orador, respectivamente. Sin embar-
go, las teorías discursivas actuales presentan
al ethos como la posición de subjetividad en
una determinada discursividad.
De esta manera, señala la autora citada re-
tomando a Maingueneau, el ethos funciona
como el origen enunciativo, como la “...ins-
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tancia subjetiva encarnada en un cuerpo, una
voz y un tono que permite dar cuenta de la
identidad de los posicionamientos subjeti-
vos” (Montero 2012:43).
El kirchnerismo ha sido caracterizado por su
discursividad adversativa. Esta característi-
ca se relaciona con la conguración de un
ethos particular que recupera la posición del
enunciador como militante, operación me-
diante la que se construye liderazgo a partir
del dominio en la actividad política (Martí-
nez 2013).
Siguiendo a Montero, en la conguración
del “ethos militante”, el discurso kirchneris-
ta recupera la “memoria militante setentista”
que se sustenta en lo que la autora denomi-
na un “espacio ideológico-argumentativo”
(Montero 2012:64), caracterizado como una
zona de intersección en el que acontecen re-
laciones de interdiscursividad entre un dis-
curso de referencia y un cúmulo de discursos
que remiten a un “espíritu de época”. Desde
ese espacio, se congura un marco discur-
sivo que dene los posicionamientos polí-
tico-ideológicos del enunciador (Montero
2012).
Los discursos analizados de Cristina Fer-
nández condensan en la conguración del
ethos tanto la condición de militante, como
la de mujer. La yuxtaposición de ambas po-
siciones de sujeto se expresa entonces en un
ethos singular, que expresa una subjetividad
determinada de la enunciadora en razón de
su condición de mujer militante de una de-
terminada tradición política de la Argentina.
Así, la mandataria expresa: “Las mujeres del
peronismo hemos hecho historia y vamos a
seguir haciéndolo, planteando modelos de
participación ciudadana, popular y democrá-
tica como nunca ningún otro partido o fuerza
política lo ha hecho en la historia” (Fernán-
dez 2015a).
El campo discursivo en el que se inscribe el
ethos de la enunciadora en este discurso no
es el de las memorias militantes setentistas
que caracterizó la discursividad de Néstor
Kirchner (Montero 2012) sino que, en el
fragmento seleccionado, el ethos de quién
enuncia se inscribe, fundamentalmente, en
la genealogía del peronismo.
La adscripción a una fuerza política trascen-
dente en la historia argentina y la alusión a
la pertenencia al género femenino por parte
de la enunciadora, constituyen operaciones
que permiten a la locutora enmarcarse a sí
misma en la historia de las mujeres del pe-
ronismo. Así, la Presidenta se presenta como
eslabón de una cadena, de aquella construc-
ción que históricamente signicó “modelos
de participación popular” en la Argentina y
de la que ella representa un nuevo capítulo,
una continuidad.
De este modo, evoca experiencias previas a
la militancia setentista, recuperando e ins-
cribiendo su propia trayectoria política en el
marco de lo que fue la experiencia del pri-
mer peronismo en Argentina, lo que de algu-
na manera remite a la gura de Eva Duarte
de Perón, como a la historia de resistencia
encabezada por los trabajadores y sindicatos
peronistas posterior al golpe de Estado de
1955.
Por otra parte, la adscripción al género feme-
nino y las desigualdades estructurales que,
por los propios imperativos de género, di-
cultan la participación de las mujeres en po-
lítica en algunas ocasiones, es un elemento
que asume gran relevancia en el ethos pro-
yectado por Cristina Fernández, que desta-
ca: “Porque una Presidenta (…) ha puesto la
pica en Flandes para que las demás mujeres
se animen a participar en el sistema de deci-
siones” (Fernández 2015a).
El ethos articulado en torno a la condición
de mujer militante, asimismo, permite a la
mandataria enmarcar la experiencia política
propia en el derrotero de las luchas por las
demandas de “juicio y castigo” por los deli-
tos de lesa humanidad ejecutados durante el
Terrorismo de Estado de la última dictadura
cívico-militar-eclesiástica en la Argentina, a
la vez que asumirse como parte de esas lu-
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chas. De este modo, señala: “Hace poco más
de 11 años, en este lugar, no aquí adentro,
todavía estábamos afuera en la calle pidien-
do justicia, memoria y verdad” (Fernández
2015b).
Esa fuerza política a la que adscribe la enun-
ciadora y que remite a una genealogía de lu-
chas y demandas que se sostuvieron con la
“presencia en las calles”, se conjuga en una
construcción mediante la que la Presidenta
se asume como nuevo capítulo en la historia
de las mujeres militantes del peronismo.
La proyección de este ethos asume gran pro-
tagonismo en la reivindicación de la “de-
mocracia como litigio” (Martínez 2010) ya
que, desde su posición de militante de una
fuerza política que remite a una historia de
proscripciones y resistencias en Argentina,
la mandataria desarrolla una estrategia dis-
cursiva que rearma el lugar de la política
como conicto y de la democracia como liti-
gio. Así, explica: “Ante la exhibición de las
distintas boletas de distintos candidatos, que
no son papeles, son propuestas de país, por-
que hay nombres e historias en cada uno de
esos papeles” (Fernández 2015a).
La referencia a la presencia de diferentes
“propuestas de país” en cada “boleta”, enfa-
tiza la dimensión agonal de la política y des-
taca la presencia de diferentes fuerzas que
se disputan la construcción de la hegemonía
(Mouffe 2000) en un orden democrático.
Las notas características de discursividad
adversativa del kirchnerismo se conguran
en este contexto particular, reconociendo el
componente litigioso de la democracia como
la constante disputa y enfrentamiento entre
fuerzas políticas opositoras con “propuestas
de país” encontradas.
De esta manera, “la política aparece como
un campo de lucha permanente más que un
conjunto de relaciones complementarias en
equilibrio” (Martínez 2013:61). Tales notas
se maniestan en el siguiente fragmento en
el que, con una fuerte presencia del compo-
nente didáctico del discurso, la mandataria
explica que: “Un Presidente no representa
solamente eso. Un Presidente también re-
presenta un modelo de país y políticas de un
país” (Fernández 2015a).
Las características antes señaladas entran
en consonancia con un particular modelo de
llegada sostenido por el kirchnerismo. Mien-
tras el discurso peronista presentaba a Juan
Perón como “alguien que viene de afuera”
(Sigal y Verón 2003:32), destacando la ex-
terioridad y el carácter ajeno del mismo en
referencia a la arena política, el kirchneris-
mo no presenta en su modelo tal efecto de
exterioridad en relación a la política.
La construcción del enunciador como sujeto
ajeno a la disputa política representa un dis-
positivo dominante en el que la política es
semantizada peyorativamente y que, según
arma Martínez (2013) operó en la historia
argentina tanto mediante el “imaginario del
cuartel” en el caso de los gobiernos milita-
res; como el “imaginario de mercado”, du-
rante el menemismo. La discursividad kirch-
nerista, estructurada en torno a un modelo de
llegada “desde adentro” de la política, insti-
tuida desde las guras del militante o el es-
tadista, representó un quiebre en este sentido
(Martínez 2013).
Mariano Dagatti (2013) indica que la matriz
discursiva del primer kirchnerismo se con-
guró a partir de un modelo de llegada que
presentó un efecto de exterioridad, aunque
no respecto a la posición del enunciador en
referencia a la política, sino en razón de la si-
tuación de crisis en la que se encontraba su-
mido el país al inicio del gobierno de Néstor
Kirchner. Desde esta perspectiva, sostiene el
autor que este modelo que presentaba a Nés-
tor Kirchner como alguien que venía “desde
el Sur del mundo”, recupera algunas de las
dicotomías que estructuraron el pensamiento
político en el país y presenta al sur como el
espacio geopolítico de la postergación.
Así, la referencia al sur implica una semán-
tica de la pureza y de la incontaminación;
instituyéndose a este modelo de llegada “...
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como el anverso de las postergaciones na-
cionales y la asunción kirchnerista cobra la
fuerza de una postergación por n acaba-
da...” (Dagatti 2013:86).
En consonancia con la discursividad adver-
sativa característica del kirchnerismo, con la
proyección de una ethos militante y su ads-
cripción a una fuerza política nacional-po-
pular, el modelo de llegada de los discursos
de Cristina Fernández analizados presentan
a la enunciadora como alguien que “viene de
adentro” de la política.
En la conguración de dicho modelo, resul-
tan fundamentales la presencia fuerte de un
léxico eminentemente político, presente en
la referencia constante por parte de la enun-
ciadora a “nuestra fuerza política” (Fernán-
dez 2015a). Asimismo, la biografía de la
Presidenta contribuye a la construcción de
una imagen de alguien que, lejos de preten-
der un efecto de exterioridad en relación a la
política, reivindica el debate y la confronta-
ción como notas distintivas de la política y
se asume como parte de la misma.
De esta manera, la enunciadora reconstruye
su propia trayectoria al armar “...yo que he
sido legisladora durante tanto tiempo...”, a la
vez que propone:
Sé que muchas veces la confron-
tación, la discusión, el debate no
le gusta a todos y piensan que se
pueden obtener las cosas sin de-
batir y sin confrontar. Argenti-
nos, no nos asustemos del debate
y la confrontación en tanto y en
cuanto podamos hacerlo civiliza-
da y democráticamente (…) yo
quiero un país de discusión y de
debate y quiero también un país
de reexión. (Fernández 2015a)
CONCLUSIONES
En las páginas anteriores analizamos, a par-
tir de las categorías conceptuales proporcio-
nadas por el modelo teórico de Eliseo Verón,
los discursos pronunciados por la entonces
Presidenta de la Nación Argentina, Cristina
Fernández, durante las semanas previas a la
realización del ballotaje y en los días que
precedieron a la nalización del mandato
presidencial.
El contexto de análisis presenta una doble
singularidad puesto que se conjugaron la
realización del primer ballotaje en el país,
desde la reforma constitucional de 1994, con
la proximidad del n de mandato presiden-
cial y de la asunción por parte de una fuerza
opositora a la Presidencial del país. En este
marco, indagamos en las características que
presentaron los discursos de Cristina Fer-
nández.
Postulamos que es posible encontrar una
discursividad que opera en dos dimensiones
o registros, por un lado, desde el modelo de
la patria se recuperan las parejas axiológi-
cas que delimitan las fronteras identitarias
en función a nosotros/ellos, a la vez que se
exhorta, desde operaciones enmarcadas en
los componentes prescriptivos del discurso,
al prodestinatario en su lugar de militante a
cumplir con las “responsabilidades” y “obli-
gaciones” para con la patria.
Esta discursividad, asimismo, al constituir
a la propia identidad en el marco de la di-
cotomía fundante “patria o corporaciones”,
enfatiza la dimensión adversativa que carac-
teriza al discurso kirchnerista y cristaliza en
una fuerte presencia del “otro negativo” en
tales discursos. El adversario político no se
agota en una caracterización determinada de
la Alianza Cambiemos, sino que vincula a
dicha fuerza con las corporaciones que ope-
ran como verdaderos “poderes fácticos” y
representan la “antipatria”.
Un segundo registro en el que operan los
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discursos analizados es aquel relacionado
al paradigma discursivo de los derechos.
La referencia a las principales políticas de
los gobiernos kirchneristas en estos discur-
sos cumple dos funciones: la primera, de
reconstrucción y constatación de las prin-
cipales medidas tomadas por los gobiernos
kirchneristas y, la segunda, de inscripción de
tales políticas en la lengua de los derechos.
El empleo de este paradigma, que interpela
al ciudadano y al individuo en tanto sujeto
de derechos, se maniesta en la presencia de
entidades (tales como los trabajadores, los
cientícos, los jubilados) en los discursos
analizados.
A su vez, a partir de operaciones inscriptas
en el componente didáctico del discurso y
actuando, también, en el orden de la persua-
sión, la enunciadora formula un conjunto de
advertencias al paradestinatario a la vez que
instituye al ciudadano en guardián de los de-
rechos obtenidos.
Es entonces el ciudadano, quién debe asumir
la responsabilidad de actuar si encuentra cer-
cenados sus derechos. El presupuesto de di-
cha acción política es uno de los saldos que
deja la experiencia kirchnerista: el “empode-
ramiento ciudadano” (Fernández 2015c).
En los discursos analizados encontramos,
a su vez, la proyección de un ethos que se
articula en torno a dos posiciones de sujeto:
la trayectoria militante y la adscripción, por
parte de quién enuncia, al género femenino.
Inscribiéndose dentro de la genealogía y las
construcciones políticas de las mujeres del
peronismo, la Presidenta se proyecta como
parte de la historia del movimiento y como
un nuevo capítulo del mismo, a la vez que,
desde su posición de mujer, destaca las des-
igualdades de género que redundan en ma-
yores dicultades para la participación de las
mujeres en política.
Esta discursividad fuertemente adversativa,
reivindica a la política como conicto y la
democracia como litigio, celebrando el de-
bate y la confrontación. Desde esta matriz
discursiva, el modelo de llegada de Cristi-
na Fernández, lejos de pretender un efec-
to de exterioridad en relación a la política,
inscribe a la enunciadora como alguien que
cuenta con una extensa trayectoria política,
que viene “desde adentro” del campo polí-
tico, lo que es enfatizado y destacado como
elemento positivo en la discursividad de la
Presidenta.
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