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1. Las tecnologías de la información y las
comunicaciones (TIC) y su disponibilidad
en Cuba
¿Cuántas computadoras hay en Cuba? ¿Y
cuántas en el mundo empresarial? ¿Y cuán-
tas conectadas a Internet? ¿Y la población?
¿Quiénes las utilizan? Estas y algunas otras
son preguntas que se intentarán responder en
esta sección, con la información disponible
y con la percepción no estructurada, pero
objetiva y real, que el autor tiene, después de
más de 45 años dedicados a la actividad
empresarial y a la enseñanza superior, la
mayoría de ellos relacionados con la capaci-
tación a directivos empresariales en el uso
de la informática y sus tecnologías asocia-
das.
La tabla 1 muestra algunas informaciones
relativamente recientes sobre las TIC en
Cuba.
Tabla 1: Indicadores físicos de las TIC en Cuba
Como se aprecia, los datos que aparecen son
tomados de la única fuente oficial disponible
al respecto, la Oficina Nacional de Estadísti-
cas e Información (ONEI) y el último año al
que corresponden es el 2014, por lo que
presentan un atraso de año y medio, como
mínimo. Se reportan casi un millón y setenta
mil computadoras en todo el país (Es bueno
que el lector conozca que la población
cubana está rondando los 12 millones de
habitantes). De ellas, hay un poco más de
medio millón conectadas en red (se infiere
que son fundamentalmente redes locales).
De ellas, 65.807 se ubican en centros educa-
cionales de enseñanza primaria y media
(Guevara 2016:5). La mayoría de los centros
docentes de este nivel de enseñanza están
conectados a Internet,
excepto 922 (Ibid.) a los
centros universitarios.
En la educación superior, existe la Red
Nacional Universitaria (REDUNIV), con 27
nodos que conectan a los centros, mediante
fibra óptica. Las universidades, a su vez,
cuentan con redes wi-fi, con 380 puntos de
acceso y más de 25 mil dispositivos registra-
dos (Ibid.) La REDUNIV cuenta con una
amplia variedad y cantidad de repositorios
de información, con la intención de informa-
tizar los procesos sustantivos, estratégicos y
de soporte de la enseñanza universitaria
(Ibid.).
Otros dos grandes usuarios de estas redes,
son las de la salud (red Infomed, con más de
13.000 y 11.442 usuarios) (Ibid.) y la del
sistema bancario. Pero también deben consi-
derarse aquí las ubicadas en empresas e
instituciones similares. ¿Están consideradas
las de la población en este millón y algo? Se
supone que sea así, aunque este autor tiene
sus dudas en ello: muchas personas introdu-
cen en el país (legal e ilegalmente) para uso
comercial o personal, muchas computadoras
que no se registran en ninguna parte.
¿Y las del sistema empresarial estatal? La
ONEI reportaba en el 2013, 10.246 entida-
des, de las cuales 2.235 eran empresas, 237
sociedades mercantiles, 5.420 cooperativas
y 2.354 unidades presupuestadas (entidades
financiadas por el estado) (ONEI 2015). Su
propio sitio (www.onei.cu), en el 2012
publicaba una información, referida al 2010,
sobre las computadoras en el sector empre-
sarial cubano (tabla 2), información obteni-
da, como puede apreciarse, en un censo
realizado sobre las TIC. Esa información no
aparece en el 2015 ni en el 2016, al ser
consultado el mismo sitio por el autor.
De cualquier forma, estos datos, indudable-
mente envejecidos, no permiten inferir la
cantidad real de computadoras ubicadas en
organizaciones empresariales en la actuali-
dad. En un reciente curso a directivos, uno
de ellos, alto dirigente de una organización
dedicada a la elaboración y comercialización
de TIC, incluyendo el mantenimiento a com-
putadoras, estimaba que las computadoras
del ámbito empresarial estaban en el orden
de las 700 mil
2
.
De cualquier forma, con más o con menos
equipos, puede afirmarse que es casi imposi-
ble que alguna empresa estatal cubana, de
cualquier tamaño, no tenga computadoras y
no las aplique para solucionar ciertos proble-
mas de su gestión.
La casi totalidad de estas máquinas se utili-
za, fundamentalmente, en funciones de
control, en particular de contabilidad.
En la tabla 3 se muestran otros datos recien-
tes que ayudan a ubicarse un poco más en la
problemática cubana sobre las tecnologías
de la información y las comunicaciones
(TIC).
En cuanto a conexión a Internet, se recono-
cen casi 3 millones de abonados, cantidad
que debe haber sido superada ampliamente
desde hace tiempo. Aquí debe reconocerse
que la mayoría se encuentran en el sistema
de educación superior y en la medicina, con
su excelente red INFOMED, ya mencionada.
Pero quizás el mundo empresarial es minoría
en este aspecto, cosa que no puede compro-
barse en las estadísticas oficiales, pero que
se aprecia en múltiples contactos empresa-
riales.
Tampoco están considerados en las estadísti-
cas oficiales de esos años las empresas
privadas, llamadas eufemísticamente “cuen-
tapropistas”, las cuales ascienden a más de
400 mil registradas (Castro 2012). ¿Y las no
registradas y consecuentemente ilegales y no
reconocidas? Debe ser una cifra importante,
por lo que se puede apreciar en nuestras
comunidades, la que debe superar las cien
mil.
Muchas de estas empresas legales e ilegales
poseen y utilizan computadoras, muchas
veces no registradas y también acceden a
Internet, aprovechando el mercado negro de
estos servicios que ha funcionado en el país
durante años. Ahora, con las áreas de wi-fi,
esta utilización puede potenciarse en el
sector privado. La tabla 4 muestra una lista
de las empresas privadas que utilizan la
informática.
Muchas de estas empresas realizan su traba-
jo entre ciudadanos particulares, pero no
pocas se ejecutan teniendo como clientes
también a organizaciones estatales, a las
llamadas empresas mixtas (integradas por
capital privado extranjero y capital estatal) y
a firmas y otras organizaciones ubicadas en
nuestro país. Por otra parte, es de suponer
que esa lista se amplíe, en la medida en que
el surgimiento de nuevas empresas privadas
cree nuevas necesidades de empleo de la
informática y en general de las tecnologías
de la información, las comunicaciones y el
conocimiento.
Esta actividad privada en el mundo de la
informática empresarial ha sido posible
gracias al muy activo mercado negro, en el
cual puede comprarse casi todo a precios
equivalentes al mercado mundial. Este se
nutre, probablemente, del contrabando, de
las importaciones personales de ciudadanos
(los menos) y del robo de los almacenes.
Una aplicación de Internet muy activa, es
Revolico.com, un ejemplo del cual se mues-
tra en la figura 1.
Esta visión, un poco desorganizada y no lo
totalmente estructurada que quisiera el autor,
puede dar una leve idea del uso de las TIC en
el mundo empresarial cubano, estatal y
privado y la disponibilidad de equipamiento
computacional disponible.
2. El empresariado estatal: como se perci-
be a sí mismo en relación a las TIC
¿Está satisfecho el empresariado cubano con
la tecnología que tiene disponible y con su
utilización? La respuesta a esa pregunta
pudiera ser, sin temor a equivocaciones, un
no rotundo. En cursos, encuentros, entrena-
mientos y eventos similares en los que parti-
cipa el autor con asiduidad, se perciben insa-
tisfacciones, quejas y lamentaciones del
empresariado y sus funcionarios, al no
contar con la tecnología necesaria, lo cual
incluye la ausencia de acceso a Internet o
dificultades en la misma.
Por supuesto, que esa percepción no puede
llevarnos a una conclusión de ausencia
uniforme de Internet en todos los sectores.
Anteriormente se mencionaban el turismo,
el sector bancario y las empresas vinculadas
al comercio exterior, como poseedoras de
aceptable tecnología, incluyendo la Red.
Pudieran añadirse algunas, como las dedica-
das al diseño, la energía, la alta tecnología,
etc.
A continuación, se expondrán algunos datos
extraídos de una encuesta realizada por el
autor a 48 empresarios de 5 organizaciones
empresariales radicadas en las provincias de
La Habana y Mayabeque. Estos datos no
poseen total validez estadística, pues la
aplicación de la encuesta todavía está
incompleta y no abarca toda la muestra
calculada. Además, las organizaciones que
están presentes en la muestra ya tomada,
pertenecen a ese subconjunto de institucio-
nes relativamente bien dotadas de las TIC.
Tampoco son representativas, por el hecho
de estar en La Habana o en sus cercanías,
zonas favorecidas por la existencia y aplica-
ción de las TIC. Puede añadirse también que
esos 48 empresarios son graduados universi-
tarios, que algunos de ellos estudian una
Maestría en Dirección y que el resto han
recibido o están recibiendo cursos de capaci-
tación en administración de empresas. No
obstante, los resultados que se presentan
pueden dar una idea sobre cómo ciertos
sectores empresariales se han vinculado a
Internet.
Resulta agradablemente sorprendente que
17 personas (37% de la muestra disponible)
expongan que consultan bases de datos
externas mediante Internet. Seis (13%)
alegan no hacerlo por no necesitarlo, lo cual
puede resultar curioso. Nueve (20%) no
tienen internet disponible. Unos increíbles
13 (28%) dicen que no se lo han planteado
hacer y uno no respondió. O sea, sólo un
tercio de nuestros empresarios consultados
utilizan esa tecnología. El autor no toma
esos resultados pesimistamente: el vaso está
a un tercio de llenado. Pero no deja de ser
preocupante que, a pesar de ser empresarios
de excelente nivel técnico, y de estar ubica-
dos en instituciones, en cierto sentido privi-
legiadas, sólo el 37% de ellos se haya acer-
cado a esa tecnología.
Con relación a la utilización de Intranet (en
cierto sentido, una extensión “hacia adentro”
de Internet (tabla 2), 43 encuestados respon-
dieron que disponen de ella en su organiza-
ción y 3 que no. De esos 43, 24 (52%) expre-
san que la utilizan, 10 (22%) que no lo hacen
porque no contiene la información que nece-
sitan, 4 (9%) porque no la han estudiado
para saber cómo emplearla y 6 (13%) que no
están habituados a usarla. Hay una mayoría
(52%) que está a la vanguardia tecnológica,
pero una significativa minoría (48%) todavía
está ajena a ella.
Con relación al uso en general de la informá-
tica por los encuestados, se presenta la tabla
5.
El hecho de que ya el 22% hayan participado
en conferencias en línea (implica utilización
de Internet), no nos debe poner demasiado
contentos: sencillamente están ubicados en
organizaciones basadas en la tecnología,
como se explicó, lo cual en modo alguno
debe ser visto como representativas de la
mayoría de las instituciones cubanas. En
estas, lamentablemente todavía, sus directi-
vos viajan cientos de kilómetros para soste-
ner reuniones, con una elevación notable de
los costos y gastos.
Esta breve exposición de algunas informa-
ciones, sin estar ni siquiera cerca de ser
representativa de la realidad total cubana,
puede dar una idea de cómo las instituciones
estatales se han acercado a las TIC y concre-
tamente a Internet.
3. Empresarios privados (cuentapropistas
e ilegales) e Internet
Este pequeño trabajo no estaría completo si
no se incluyen aquí algunas reflexiones
sobre el empresariado privado, el cual, a
pesar de su reciente aparición en el sistema
socialista cubano, y de la real falta de apoyo
por la que ha transitado, ha emergido con
fuerzas, iniciativas y mucha energía. Por
supuesto, resulta evidente que sí en el sector
estatal hay tantas dificultades con la infor-
mación para estos análisis, en el sector
privado estas se multipliquen, al estar esas
organizaciones fuera del sistema nacional de
estadísticas; por lo que no se podrán ofrecer
aquí más que percepciones subjetivas e
incompletas, limitadas, además, a La
Habana y a algún polo turístico, como Vara-
dero.
En varios trabajos anteriores, este autor ha
dividido al período de utilización de la infor-
mática en Cuba en etapas (Blanco 2015), y
dentro de ellas, ha caracterizado a la actuali-
dad como la sexta, denominada por él, de “la
apropiación popular de la informática”, la
cual transcurre aproximadamente desde el
2010. Esta etapa se ha caracterizado, como
su nombre indica, por el uso popular y más o
menos generalizado de las TIC, para el bene-
ficio personal de los ciudadanos, fuera del
marco estatal de soluciones.
Este beneficio se ha enfocado tanto a lo
lúdico y el entretenimiento (juegos indivi-
duales y colectivos, disfrute de películas,
programas de TV extranjeros, etc.), como a
la actividad laboral o educacional o a la muy
necesaria comunicación social y amistosa.
En particular, los dos últimos años han sido
testigo de una eclosión del uso de las TIC,
sobre todo con los móviles inteligentes.
En particular, el empleo de Internet por los
empresarios privados cubanos se ha hecho
pese a las medidas y acciones del gobierno y
el estado cubano, o en el mejor de los casos,
sin el necesario apoyo estatal y gubernamen-
tal. La realidad es que, desde hace varios
años, el empresariado privado ha utilizado
Internet para fortalecer la actividad de su
negocio, sobre todo en acciones relaciona-
das con el tan necesario marketing, pero
también con el comercio electrónico, entre
otras.
Y lo ha hecho valiéndose, sobre todo, de las
propias redes estatales, a las que ha tenido
acceso gracias al muy activo mercado negro
de Internet que ha funcionado en Cuba. Esta
utilización no ha terminado, todo lo contra-
rio: pueden verse en Revolico.com, Ofertas.-
cu y otras páginas similares como se anun
-
cian los poseedores de casas para alquiler,
las prostitutas y hasta los vendedores ilega-
les de tabacos. Facebook y otras redes socia-
les es otro escenario que nos permite ver a
músicos, pintores, artesanos, propietarios de
casas, dueños de autos de alquiler, modistos,
etc.; promocionarse nacional e internacio-
nalmente.
El empresario privado, cuentapropista reco-
nocido o ilegal, busca la forma de acceder a
Internet y lo logra, gracias, sobre todo, a
proveedores de acceso ilegales que facilitan
el uso de cuentas en las redes estatales, a los
cuales pagan por ese acceso.
Hasta la creación de zonas de las ciudades
con wi-fi, los vestíbulos de los hoteles y sus
alrededores, se llenaban de adolescentes,
jóvenes y otros de edades más avanzadas;
los cuales utilizaban el wi-fi de dichos hote-
les, pese a las protecciones establecidas con
passwords, las cuales, cinco o diez minutos
de haber sido cambiadas, ya eran de conoci-
miento público de esos usuarios informales.
El empleo ilegal de zonas cubiertas por
redes wi-fi, ha generado un activo negocio
de juegos colectivos por Internet, que cubre
amplias áreas de La Habana y que involucra,
tal vez a cientos de personas jóvenes y
menos jóvenes.
Otro lucrativo e imaginativo negocio, que
debe tener su fuente inicial de suministro de
productos en Internet, es el denominado por
los cubanos como “Paquete”. Semanalmen-
te, decenas de jóvenes en La Habana y en
otras ciudades del país, recorren kilómetros
de barriadas distribuyendo discos duros
externos, en los que ofrecen películas,
programas de TV norteamericanos, softwa-
re, etc.; a masas crecientes de clientes.
El estado, lamentablemente reactivo otra
vez, ha intentado responder con la llamada
“Mochila”, servicio que asumen los Joven
Club de Computación (centros donde se
ofertan cursos de informática y algunos
otros servicios), pero que no ha tenido éxito:
la “Mochila” llega tarde al mercado, tiene
pocas ofertas y hay que irla a buscar al Joven
Club, lo cual representa una molestia para un
posible consumidor. Es un producto inferior,
sin duda alguna, con relación al “Paquete”,
en cuanto a valor añadido.
Este autor ha estudiado detenidamente el
modelo de negocio de los que ofrecen el
“Paquete”, caracterizado por su originali-
dad, su masividad, su flexibilidad y su orien-
tación al cliente. Por supuesto, el “Paquete”
solo tiene razón de ser en un país con una TV
muy limitada (sin acceso a las redes interna-
cionales de TV por cable y vía satélite) y sin
acceso a Internet por parte de sus ciudada-
nos. Particularmente su flexibilidad y su
masividad siempre ha sembrado en este
autor algunas interrogantes, resumidas en la
siguiente: El gobierno y el estado, tan efica-
ces en otros momentos para eliminar situa-
ciones parecidas que consideraba indesea-
bles; ¿ignoran, toleran, soportan o tal vez
hasta estimulan o producen el “paquete”?
El empresario privado cubano en estos
primeros años del nuevo siglo, ha sabido
poner las TIC a su disposición, para añadir
valor al producto o servicio que oferta, con
una agilidad y una flexibilidad envidiables.
Sus micro y pequeñas empresas (atendiendo
al número de trabajadores), han llenado
vacíos en el mercado cubano, solventando
necesidades y hasta creándolas primero, con
imaginación y emprendimiento. La incipien-
te empresa privada, como ha sucedido en
todos los rincones del globo, se concentra y
reorganiza. Los más ineficientes perecen y
los más aptos crecen.
Es de suponer que, en los próximos años, el
sector privado expanda su ámbito de acción.
Dentro de la ley (en un espacio legal muy
pequeño: basta consultar la ridícula lista de
actividades autorizadas a ejercer por cuenta
propia), o fuera de ella. Probablemente
ampliará su accionar y ofrecerá nuevos
productos y servicios, basados en las TIC y
particularmente en Internet, la cual, inevita-
blemente, llegará a los cubanos.
El gobierno y el estado debieran adoptar una
actitud inteligente e inclusiva con este sector
privado: debe aprovechar su talento y su
creatividad para encauzar su actividad en el
desarrollo del país. Aquellas actividades que
todavía se mantienen en el campo de lo
ilegal, aunque por lo general no en el de lo
inmoral y lo malévolo, deben ser legaliza-
das. Las ideas de los empresarios privados,
muchas de las cuales son interesantes y muy
útiles, deben ser aprovechadas. Durante más
de medio siglo la demonización del mercado
y de la empresa privada, no tuvo éxito. Ha
llegado la hora de cambiar de política.
4. Retos y caminos de la empresa cubana
y su empleo de las TIC
Tanto la empresa estatal como la privada,
tendrán como retos hacer que las TIC, y
particularmente Internet, funcionen como
una verdadera fuerza productiva, generadora
de valor y eliminadora del burocratismo, de
la ineficacia y de la ineficiencia; para que el
país, ¡al fin!, mejore su situación económica.
Por supuesto, que eso no dependerá sola-
mente de los empresarios, de las TIC como
actividad ni de sus especialistas. Como ya se
ha expresado, el sistema socio-económico
imperante deberá propiciar que estas tecno-
logías desplieguen todas sus posibilidades.
En este sentido la empresa privada no tiene
los lastres burocráticos de la estatal, pero
debe enrumbarse bien, para que no fracase,
para que no repita los errores de sus pares
estatales.
Ya anteriormente se había destacado el
hecho innegable de que la informática de
gestión empresarial en Cuba se concentraba
en el registro de la información y en el
control, obviando otras funciones de direc-
ción como la planeación, la organización y
la toma de decisiones. De esta forma se ha
convertido en un apéndice del sistema buro-
crático centralizado que domina la economía
estatal cubana. Esta situación debe cambiar,
para propiciar un efecto positivo general de
la informática.
Los elementos técnicos fundamentales para
ello son:
■ La tecnología informática imperante,
basada hasta ahora en computadoras perso-
nales fundamentalmente (informática fija),
cada vez se moverá a corto plazo inclusive,
más hacia la informática móvil, con los
teléfonos inteligentes y los tablets como
elementos pivote.
■ Las redes de comunicación informática,
basadas en wi-fi o cableadas, todavía
incipientes, deberán desarrollarse más. Esto
debe incluir a las empresas estatales, por
supuesto.
■ Las bases de datos particulares, empresa-
riales, ramales, nacionales, globales, etc.;
que se crean y amplían con el trabajo diario,
deberán desarrollarse aún más, cuantitativa
y cualitativamente. Deben buscar la integra-
ción, bajo el concepto de cliente-suministra-
dor de información.
■ Las TIC y las aplicaciones empresariales,
deberán servir de base tecnológica e infor-
mativa para crear redes de empresas, que
potencien mejor los recursos disponibles en
el país.
■ Los sistemas de aplicación empresariales
integrados, algunos ya funcionando, deben
asumir funciones más amplias, como la
planeación, la toma de decisiones y la orga-
nización; para que se conviertan en verdade-
ras herramientas de dirección.
■ Las personas con el conocimiento requeri-
do para utilizar los medios anteriores deben
ser empoderadas, para que puedan contribuir
a difundir dicho conocimiento, necesario
para estas nuevas etapas cualitativas de utili-
zación de las TIC.
■ Los directivos y funcionarios de las
empresas, sobre todo estatales, deberán
aprender a trabajar con las nuevas condicio-
nes tecnológicas. Estas permitirán reducir el
papel como medio básico de registro de la
información. Los directivos deberán jugar
un rol más activo en la consulta de sus
propias bases de datos: de solicitantes de
informes escritos, deberán pasar a consultar
directamente los datos que necesitan para
dirigir, desde cualquier lugar del país o el
mundo donde se encuentren.
■ Las empresas estatales deberán ser dota-
das de una vez por todas, de la tan necesaria
autonomía, para que puedan trabajar y
desplegar sus potencialidades, sin la penosa
tutela y lastrante de ministerios y otras orga-
nizaciones gubernamentales y estatales.
■ Deberá comprenderse de una vez, que las
TIC no son tecnologías para hacer más
rápido lo que ya se hacía, sino elementos
para cambiar la forma de actuar, en función
de hacer todo mejor, buscando una mayor
eficacia (sobre todo) y eficiencia. Debe
buscarse la mayor competitividad de las
empresas, sobre la base de estas nuevas
tecnologías.
Estos factores son apenas los necesarios para
que las empresas puedan “jugar” con las
mismas armas que sus competidores en este
mundo globalizado.
Por supuesto, estas situaciones altamente
deseables, no surgirán solamente de las
medidas técnicas que se tomen, sino de las
políticas y la voluntad de los que dirigen el
país y de los que se oponen a estos; para
lograr que el sistema económico-social sea
más proclive a aceptarlas y no a dificultarlas.
5. La capacitación: factor clave en el desa-
rrollo
En un curso impartido por el autor, en fecha
relativamente reciente, uno de los alumnos,
directivo en una importante organización
empresarial estatal cubana, expresó: “- Bien,
ya tengo Internet, profesor. Y ahora ¿qué
hago con ella?”.
Sin querer, este alumno tocó el meollo de la
cuestión: ¿Cómo utilizar Internet como una
fuerza productiva más, para hacer que nues-
tras empresas trabajen más y mejor?
La única forma de hacerlo, es capacitar a los
empresarios en el uso de estas tecnologías y
en especial de Internet.
Un punto esencial de esa capacitación es la
búsqueda de información. El empresario
deberá poder interrogar a cualquier base de
datos que necesite y a la que tenga acceso,
propia o ajena, desde su oficina o desde
cualquier lugar donde se encuentre. Además,
deberá aprender a utilizar las herramientas
analíticas de que estarán dotadas todas las
aplicaciones en muy corto plazo
(Del Porto
2015).
Deberá utilizar la tecnología disponible hoy
en día, y que pueden facilitarle y potenciar
mucho su trabajo, como, por ejemplo, las
redes sociales para mejorar el contacto con
sus trabajadores o para captar otros nuevos,
para difundir más el trabajo de su organiza-
ción, etc.
Ese empresario deberá entender que necesi-
tará en su equipo de trabajo un especialista
responsabilizado con las búsquedas más
complejas, mediante técnicas como minerías
de datos, utilización de almacenes de datos,
uso operativo del lenguaje SQL (en cual-
quiera de sus versiones), para garantizar
interrogaciones complejas, etc. Ese especia-
lista es llamado por muchos Gestor de Infor-
mación, y su papel en la empresa será cada
vez más importante para la toma de decisio-
nes.
El futuro que se nos viene encima, cambiará
radicalmente la forma como hoy se asume la
informática. Algunos cambios ya se avizo-
ran e inclusive, se instrumentan (Ibid.): la
computación ubicua, con dispositivos diver-
sos conectados en diferentes formas, tama-
ños y estilos, la Internet de las cosas, la cual
ha comenzado por el hogar, pero que eviden-
temente llegará rápido al taller; la impresión
en 3D, un revolucionario medio de fabricar
cualquier cosa (ya se comercializan automó-
viles y casas, fabricados mediante este siste-
ma); los sistemas ricos en contexto, donde se
podrá encontrar información sobre cualquier
cosa; y la masificación de la informática en
la nube, donde prácticamente todos tendre-
mos un “pedacito particular de nube” y
deberemos aprender a gestionarla.
El empresariado cubano deberá entender
que Internet no es solo el universo superfi-
cial al que se accede con los buscadores
clásicos, como Google o Yahoo y que en
ocasiones deberá penetrar en lo que se
conoce como Web profunda (figura 2), para
encontrar informaciones no habituales que
pueden hacer más eficaz a su organización.
Resumiendo, la capacitación en las TIC y en
particular en el empleo de Internet para su
gestión estratégica, será un aspecto muy
importante en el futuro inmediato del
empresariado cubano. Esto incluye, por
supuesto, al empresario privado, el cual,
aunque ha mostrado más agilidad en el uso
de las TIC que su par estatal, deberá escalar
nuevas posiciones en el conocimiento y
aplicación práctica de la informática y las
tecnologías de la comunicación, para hacer
que su empresa crezca y se mantenga, en un
mundo cada vez más competitivo.
Se trata de aceptar que vivimos en un mundo
donde la interconexión y el intercambio de
informaciones variadas entre las personas e
instituciones, es condición necesaria para la
actividad empresarial eficaz y eficiente. El
empleo de todo el herramental relacionado
con las TIC e Internet debe formar parte de
las habilidades técnicas del empresario
actual. Su cultura general y organizacional
debe permearse del conocimiento de las TIC
y su utilización en su actividad de dirección.
Este autor es consciente de que este trabajo
es demasiado introductorio. También está
preparado para aceptar quejas de los lecto-
res, como las que habitualmente escucha en
el aula (“No me autorizan a usar Internet en
la empresa”, “Está prohibido utilizar las
redes sociales en las empresas”, etc.). Sin
embargo, ha querido pensar optimistamente,
que la empresa cubana pueda conectarse a
Internet para utilizarla adecuadamente en su
gestión.
En la actualidad, la mayor parte de las
empresas estatales, sometidas a un régimen
extremadamente centralizado y controlador
por parte de los niveles superiores, no tienen
todavía la necesidad imperiosa de utilizar
Internet para aumentar su nivel de actividad.
Por el contrario, los empresarios privados,
desde su comienzo, han experimentado la
necesidad de aprovechar todas las oportuni-
dades existentes, y esto incluye, por supues-
to, a Internet. Ese escenario deberá cambiar
sustancialmente para el empresariado esta-
CONCLUSIONES
tal, si se quiere que sus empresas pasen a ser
organizaciones más eficaces y eficientes.
Internet formará parte natural en nuestras
vidas, ojalá que más temprano que tarde, y el
empresariado deberá utilizarla como hoy usa
la energía eléctrica o las redes hidráulicas.
Aprenderá a utilizarla, no sólo para enviar
correos electrónicos u otras aplicaciones
elementales, sino para potenciar su gestión
empresarial: mejorar su relación con los
clientes, hacer negocios e incrementar el
comercio de su institución, solucionar
problemas a distancia, controlar su organiza-
ción más y mejor, buscar mejores soluciones
de diseño y fabricación de sus productos,
emplear mejor la externalización para
ahorrar recursos, hacer más eficientes sus
inversiones, captar mejor persona para su
organización, perfeccionar el contacto con
sus trabajadores, etc.
La actitud del empresariado debe ser opti-
mista y positiva. Debe erradicar de su vida
empresarial la incredulidad, el pesimismo y
el escepticismo. Debe pensar en su empresa
no como “un timbiriche” que fabrica objetos
malos, caros, feos y de poca calidad; sino
como una organización que debe ser compe-
titiva a nivel global. Hay que recuperar la
autoestima productiva y de servicios y
hacérsela recuperar al cubano “de a pie”, de
forma que ambos puedan llegar a percibir
algún día, que los productos cubanos son de
alta calidad, comparables a los mejores del
mundo. El empleo de Internet debe contri-
buir a ello: no se puede confeccionar buenos
zapatos, si no se sabe cuáles son los mejores
zapatos del mundo y con qué máquinas y
elementos se fabrican.
Por supuesto, que el problema no es sólo de
los empresarios. El gobierno y el estado
deberán, como se expresó anteriormente,
reducir y eliminar el control y la tutela exce-
siva, que ha demostrado ser inoperante.
Deberán empoderar a los empresarios y dar
suficiente autonomía a las empresas, para
que estas se hagan dueñas de su propio desti-
no y puedan contribuir al mejoramiento de la
sociedad y la economía cubanas.
Este autor, con más de cuarenta años dedica-
dos a la informática y sus tecnologías afines,
está convencido que esta puede ser una
poderosa fuerza productiva, si el sistema
económico-social le permite desplegar sus
potencialidades: el país espera por ello.
REVISTA CHAKIÑAN, 2016, Nº.1, DICIEMBRE, (78-92), ISSN 2550-6722